También conocido como el de los
restos y de los vestigios de la guerra, en su apertura se denomino “museo de
crímenes de guerra americanos”.
Ho Chi Minh, la
antigua Saigón, llamada románticamente por los franceses como “perla o Paris del
Oriente” es una ciudad viva y bulliciosa que refleja tanto el pasado como el
futuro de Vietnam.
La ciudad debe
sus orígenes a los jemeres, que la habitaron durante los siglos, los viet se
asentaron en ella y posteriormente los señores Nguyen, hasta que en 1859 los
franceses fundaron la colonia de la Cochinchina, ubicando en ella la capital
con el nombre de Saigón.
Referencia del
sur del Vietnam, sin la rica historia ni patrimonio de las ciudades del centro
y norte del país, abarca una amplia región que se extiende por el norte hasta
Cu Chi, en la provincia de Tay Ninh, y por el sur hasta el delta del Mekong.
En 1954, la
ciudad fue proclamada capital de Vietnam del Sur. La posterior guerra con
Estados Unidos duró hasta 1975, año en que Vietnam del Norte tomo Saigón y la
rebautizó como Ciudad de Ho Chi Minh, en honor al padre de la revolución,
fallecido seis años, en 1969.
La extensión de
la ciudad es superior a los 2000 kilómetros cuadrados, está estructurada en
catorce distritos y su censo poblacional supera los ocho millones de
habitantes.
En Vietnam, muchas provincias y
ciudades tienen recordatorios de la lucha contra franceses y estadounidenses en
forma de museos, pero ninguno tiene tanto impacto como el existente en Ciudad Ho
Chi Minh.
Ubicado en el distrito 3, en la
calle Vo Van Tan, 28, en su apertura se denomino “museo de crímenes de guerra
americanos”, cambiando posteriormente su nombre al de “museo de los crímenes de
guerra” y finalmente al actual, quizá para no perjudicar las inversiones
estadounidenses y los miles de turistas que recibe de esta nacionalidad el
país, pero todavía en él aún son visibles la horripilante colección de armas,
fotografías y reproducciones relativas al conflicto bélico.
Instalado en la antigua Oficina
de Información de los Estados Unidos, edificio construido en hormigón
recubierto de granito suspendido sobre el suelo abierto, en sus salas y jardines se exhiben recuerdos de la
contienda contra los franceses y el turbo período de los años de mandato del
presidente Diem en el Sur, aunque la mayor parte de su contenido tiene que ver
con las horribles consecuencias del enfrentamiento entre el Viet Cong y las
fuerzas estadounidenses. Con él se pretendió que los horrores perpetrados no
caigan en el olvido, constituyendo todo un recuerdo de los horrores de la
guerra.
Las fotografías, que abundan
sobre otros materiales expositivos, objetos,
documentos y películas expuestos muestran las atrocidades cometidas por
los soldados americanos, franceses y chinos.
El museo no es imparcial en sus
representaciones de los sucesos acaecidos en el país en las décadas de 1960 y
1970, aunque los hechos relatados resultan conmovedores. Aunque sesgada y
soslayando parte de la historia, las atrocidades que en él se registran son
indiscutibles. Llama la atención la ausencia de menciones a la división del
país durante la guerra civil y a los crímenes de guerra cometidos por el Frente
de Liberación Nacional.
En el amplio patio del recinto se
muestran aviones, carros de combate, piezas de artillería y algunas armas
experimentales usadas.
Estados Unidos gastó 130 billones de dólares en la
guerra y abandonó materiales por valor de varios billones más, lanzando trece
millones de bombas, cantidad entre tres y cuatro veces superior a las lanzadas
durante la segunda guerra mundial.
Allí se puede observar varios
tipos de bombas, un cañón de 1,75 metros capaz de lanzar un proyectil a una
distancia de 32 kilómetros; un tanque M-48 de 48 toneladas, uno de los 370 que
había en 1969, el año de mayor actividad bélica; un buldócer D7 de 40 toneladas
utilizado para arrasar casas; un lanzallamas o un Huey, el helicóptero UH-1
Bell o una barcaza para andar por los ríos.
En su interior, las salas se
clasifican por temas, que algebran numerosos testimonios gráficos de torturas,
asesinatos y crímenes inenarrables fotografiados por corresponsales de guerra
de agencias de prensa internacionales, que han dado la vuelta al mundo,
mientras que otras son de los mismos marines americanos.
La más impactante está dedicada a
los efectos que ha tenido en los seres humanos el napalm y el fósforo blanco,
así como las relativas a las secuelas que los productos químicos y defoliantes
produjeron sobre la población civil.
Imágenes que muestran las
atrocidades cometidas, entre las más horribles se encuentran las de la masacre
de My Lai, con 505 civiles asesinados el 16 de marzo de 1968 y la de los
soldados ante los cadáveres que acababan de abatir; las que muestran los
efectos de la tortura, como la de un ajusticiado atado a los pies de un carro
que lo arrastra por la carretera o la del lanzamiento desde un helicóptero en
pleno vuelo de un prisionero.
Siendo las más impactantes los
rostros espantosamente mutilados de los bombardeos con napalm y fósforo.
Y especialmente los recipientes
donde se conservan los fetos de unos bebés, unos gemelos mutantes y otro niño
con la cabeza y labios enormes, nacidos en 1981 de padres que se vieron
expuestos a los defoliantes químicos utilizados.
En otras salas se expone
armamentos de uso individual y restos dañados de otros materiales bélicos.
Otras contienen material
expositivo utilizado en los campamentos militares y por los soldados.
Ocupando la última sala pósteres,
cárteles y fotografías de las protestas internacionales sobre la contienda y de
solidaridad con Vietnam. Aunque el visitante echará en falta muchos testimonios
sobre las protestas civiles llevadas a cabo tanto en Vietnam como en Estados
Unidos y en otros puntos del planeta, contra las acciones militares.
En el exterior, hay más salas
expositivas. Una alberga la exposición Réquiem, compendio de fotografías de
guerra tomadas por corresponsales que murieron durante el conflicto. Y otra una
reproducción de la temidas jaulas de tigre, o celdas de castigo utilizadas en
la isla de Con Son durante el gobierno del presidente Diem para internar a los
revolucionarios comunistas, y que posteriormente fueron utilizadas por el Viet
Cong para acoger a algunos de sus prisioneros.
El museo, aunque pueda parecer
morboso, es un impactante alegato contra las guerras, es en la actualidad es el
más visitado de los existentes en la antigua Saigón colonial.
MÁS INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA SOBRE VIETNAM. Pinchar en enlaces.
HANÓI.
Hanói. Barrio antiguo.
HOI AN.
CIUDAD HO CHI MINH
Ciudad de Ho Chi Minh. Catedral de Notre Dame.
Ciudad de Ho Chi Minh. Distrito 1, Saigón.
Ciudad de Ho Chi Minh. El Occidente en Vietnam.
Ciudad de Ho Chi Minh. Mercado de Ben Thanh.
Ciudad de Ho Chi Minh. Mercado de Street Food Market.
Ciudad de Ho Chi Minh. Museo de los recuerdos de la guerra.
Ciudad de Ho Chi Minh. Palacio de la Reunificación.
Ciudad de Ho Chi Minh. Oficina central de correos.
Ciudad de Ho Chi Minh. Templo emperador de Jade.
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HUÉ.
OTROS.
Nems. Los rollitos vietnamitas.
La industria del coco en el delta del río Mekong.
Los efectos del Agente Naranja en Vietnam.
Vietnam: tradición, naturaleza e historia. La industria del coco en el delta del río Mekong.
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“Mientras existan ríos y montañas, mientras queden hombres, vencido el
agresor yanqui construiremos un Vietnam diez veces más hermoso”. Ho
Chi Minh (1890-1969) revolucionario, político y presidente de la República
Democrática de Vietnam
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