miércoles, 24 de junio de 2020

Un viaje por Etiopía. Mis diez sensaciones y apartados positivas.

Mis diez sensaciones y sitios visitados más positivos en el viaje realizado al país africano en febrero de 2020.

Me gusta VIAJAR. Me considero un viajero, no un turista. En mis viajes busco conocer los atractivos naturales y monumentales del destino; su paisaje y paisanaje; la idiosincrasia de sus gentes y habitantes; indagar en sus diferencias; en su cultura, costumbres, forma de vida y gastronomía; explorar lo extraño; disfrutar de nuevas sensaciones.
Y en la medida de lo posible, también documentarme e informarme previamente, de los lugares a visitar. Objetivo no fácil de conseguir en alguno de los casos. Por ello, desde hace tiempo, una vez realizado el viaje hago mi pequeña guía con diferentes apartados. Etiopía es uno de los países más antiguos del mundo; el segundo más poblado de África y el único en ese continente que no ha sido colonizado con la excepción de los cinco años de ocupación italiana; en el que la entrada a extranjeros estuvo prohibida durante dos siglos hasta finales del diecinueve; gobernado desde su constitución hasta finales del siglo veinte por emperadores de una misma familia; con un territorio equivalente al de España y Francia juntos; dónde el noventa por ciento de su población son cristianos ortodoxos, musulmanes y judíos, con las prohibiciones alimentarias que ello conlleva; dónde la pobreza y las hambrunas conviven a lo largo de su historia, a pesar de ser un territorio fértil y es uno de los países del mundo dónde se dan más paradojas y contradicciones. Estas connotaciones han marcado su historia, su cultura y su idiosincrasia.






En febrero de 2020, con la pandemia del Covid19 presente pero no percibido ni conscientes de sus dimensiones, he realizado un viaje humanitario turístico a Etiopía, organizado por la ONG “Ayudemos a Mamá en Etiopía” (AYME), gracias a la invitación cursada por su vicepresidente, Diego Caballo.





Que realizamos un grupo dispar de veinte personas, de diferentes puntos de España, y muchos sin relación alguna ni conocernos entre nosotros, en el que el respeto, la sintonía y buena relación estuvieron presentes en los doce días de convivencia. La capital Addis Abeba; parte del Estado de Amara, con estancias en Bahar Dar, Gondar y Lalibela; y del Estado de las Naciones, Nacionales y Pueblos del Sur, con visitas a algunas de sus tribus de referencia, fueron los sitios visitados, con desplazamientos realizados en avión y en microbuses.





Una experiencia que me ha marcado en muchos sentidos. Cargado de sensaciones, en el he tenido la ocasión de profundizar en su historia, conocer parte de su inmenso patrimonio arquitectónico religioso, de escuchar sus mil y un leyendas, y como no de disfrutar de su gastronomía.





La finalización de un viaje siempre es un buen momento para realizar un análisis de los lugares, monumentos visitados, así como de las experiencias vividas. A nivel particular, ese análisis da como resultado lo que yo denomino mis “DIEZ”.





Y las divido en cuatro secciones o apartados. Los consejos que pueden tener en cuenta quienes viajen a ese destino. Una clasificación de las elaboraciones gastronómicas y bebidas degustadas. Las experiencias y sensaciones menos interesantes, mejorables o negativas. Y las más positivas o sitios visionados que más me satisficieron, sorprendieron o gustaron.  





En el caso de estas últimas, de menor a mayor, son:

10.- LAS LEYENDAS.
A Etiopía se le puede definir como un puzzle de pueblos, etnias y leyendas, a caballo entre la realidad de un triste presente y la historia de un rico pasado,  entre la mitología y la pobreza, dónde la realidad y las leyendas conviven desde la noche de los tiempos. Donde la historia y las leyendas están escritas, documentadas e interrelacionadas con reinos mitológicos, invasiones y guerras internas y externas.
En pocos lugares del mundo, la mitografía está tan integrada en la sociedad y en la vida  de sus habitantes como allí. Su historia, ciudades, lugares y hasta lo más insignificante cuentan con su propia leyenda, tanto que se puede calificar a los etíopes como coleccionistas de las mismas.
Aterrizar en el país, comenzar a realizar visitas es sinónimo de escuchar la leyenda que acompaña su creación o fundamento. Por momentos, uno, se traslada a la infancia y la lectura de fabulas y leyendas.
Allí nada se entiende sin ellas; desde su origen como país al nacimiento de la dinastía de 229 emperadores que lo gobernaron hasta 1974; de la custodia del Arca de la Alianza a la construcción de las iglesias de Lalibela; como se salvo la iglesia de Debre Briahn Selassie en Gondar; del origen de la ciudad de Gondar al de las islas del lago Tana, o a la más inocente del descubrimiento del café, por citar algunas.
Etiopía es leyenda viva y a este viajero le encanto escuchar a Eshetu, nuestro guía, la pasión con las que nos las transmitía y posteriormente documentarme sobre ellas. Es la primera experiencia que vivo de este calibre en mis viajes realizados hasta el momento.
9.- RITUALES.
En un país de leyendas no pueden faltar los rituales, su dimensión no sería la misma.  En un territorio dónde el concepto “prisa” no existe, estos forman parte del día a día de sus habitantes.
El café es uno de ellos, y el más llamativo para el visitante. En el oeste del país, en la actual región de Kaffa, hay unanimidad en ubicar su descubrimiento, otorgándoselo a un humilde pastor de cabras, con leyenda incluida. Sobre su fecha hay diferentes opiniones, que van desde el siglo noveno a 1583, cuando aparece documentado y descrito por el médico alemán Leonard Rauwolf.
Sus altitudes, suelos volcánicos y su clima templado forman el ecosistema perfecto para producirlo con las condiciones organolépticas idóneas para su consumo. Es el sexto productor a nivel mundial y el primero africano, así como el mayor consumidor en porcentaje y cantidad. De él dependen directamente o indirectamente más del 25 % de su población y es el producto más exportado y que mayor riqueza genera.
Socialmente, su consumo no sólo es una tradición, es casi un ritual sagrado. Es el símbolo por excelencia de la hospitalidad etíope. Estando tanto su consumo con su ceremonia, la “bunna”, tan extendido e integrado en sus gentes y su vida cotidiana que hace que ningún visitante se vaya del país sin verla o participar de la misma.
Otro tanto ocurre con el “Chat”, la planta con las propiedades psicoestimulantes más potente que se conoce hasta el momento. Droga vegetal, calificada como “hojas del paraíso”, de la que Etiopía es su mayor productor y exportador del mundo, siendo su cuarto producto a nivel de ingresos.
Allí, donde se dan unas condiciones climáticas ideales para su desarrollo, no se considera una droga, es inherente a su cultura, goza de la máxima aceptación social. Antiguamente se usaba como mecanismo para rebajar tensiones en casos de conflictos. Su uso es común en rituales –como bodas y funerales-, fines espirituales, como pasatiempo, para concentrarse en los estudios o para engañar al estómago. Como “droga social” su consumo está estandarizado, e incluso hay locales específicos para ello. Es un ritual que dura horas, los consumidores no tienen prisa, se acompañan con líquidos ya que da mucha sed, en muchos casos incluye la ceremonia del café.
Como de rituales se pueden calificar las misas de los cristianos ortodoxos, religión mayoritaria, cuya duración en algunos casos supera las cuatro horas y conllevan rituales y hábitos relacionados con útiles e instrumentos esparcidos por las iglesias.
En sus leyendas, la religión ha tenido mucho que ver. Por ejemplo los enormes tambores, cuyos parches o membranas representan el Viejo y Nuevo Testamento. Aunque otros son eminentemente prácticos, como los muchos bastones utilizados para apoyarse y descansar sobre ellos, al no existir asientos en sus recintos.
No faltan rituales, todo lo contrario, en un país donde falta de casi todo. Es una riqueza social, enraizada en la historia y en sus leyendas, en sus hábitos de vida y en sus creencias. Observar como los viven, me ha causado una magnífica sensación.
8.- FASIL GEBBI.
El Estado de Amara, y Gondar como su referencia, han sido el germen de la Etiopía imperial. Capital durante más de dos siglos, cuenta con un importante patrimonio arquitectónico civil y religioso merecedor de la declaración de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979, lo que a su vez la convierte en la principal oferta turística histórica cultural del país.
Y en el que el misionero jesuita español Pedro Páez, tuvo mucho que ver. Aunque ahora su figura pase desapercibida, tuvo un papel destacado en la historia de la Etiopía del siglo XVII, convirtió al catolicismo a dos emperadores, consiguió que fuese la religión oficial nacional, construyó el palacio del emperador Susinios y varias iglesias, y dejó escrita la primera historia documental del país.
Su referente es el conjunto del “Fasil Gebbi”, el recinto real, con forma oval que cuenta con una extensión de 70.000 metros cuadrados, rodeado por una muralla de 900 metros de longitud, con doce puertas y doce puentes, que alberga en su interior diez edificios, construidos por los diferentes emperadores que allí gobernaron.
Toda una ciudad imperial, cuya creación no está exenta de leyenda, de arquitectura medieval europea, enclavada en África, lo que ha merecido ser calificada como “la Camelot africana”, e inspiradora del “Señor de los Anillos”.
Viendo su monumentalidad y su origen, a uno le cuesta entender la historia. Y, como pueblos y civilizaciones que nos han dejado legados históricos como este, puedan permanecer estancados aún en sus siglos más gloriosos.
Gondar. Recinto real, el Fasil Gebbi.







7.- LAS DIVERSIDADES EXISTENTES.
Se pueden denominar diversidades, contrastes, paradojas o como cada cual considere, pero un mundo tan global, no es fácil encontrar tantas como en el que fue uno de los primeros países cristianos del mundo.
En nuestro viaje, puedo afirmar que no hemos estado en un país, hemos estado en varios, por todo lo visto y vivido. Su densa geografía así lo certifica, pero está no hace sino corroboran las diferencias tan abismales entre unos lugares y otros. Uno de los  más antiguos del mundo y de una civilización milenaria, pero también de uno de los diez más pobres según Naciones Unidas.
En Addis Abeba, su capital desde 1888, nos encontramos con una ciudad nueva con vocación de metrópolis, en la que convergen y conviven diferentes etnias con lenguas diferentes. Donde la miseria se superpone y confunde con las modernidades y avances de capitales estatales. Con calles y callejones sin asfaltar y sin alcantarillado, que desembocan en grandes avenidas asfaltadas llenas de luces de neón. En la que modernos edificios y rascacielos se construyen pegados a pequeñas chavolas de adobe y techo de chapas de metal, en una ocupación intensiva y desordenada. Con barrios modernos de apartamentos que intentan suceder a los incontables barrios de desprotegidos que viven en míseras condiciones, intentando encontrar en la gran urbe lo que el campo no les da. Iglesias y mezquitas de grandes dimensiones, levantadas entre las chabolas. Arte en museos y modernas iglesias y guardiana de los huesos de nuestros primeros antepasados.
El Estado de Amara aúna naturaleza e historia. En el territorio en el que se consolido la unidad de Etiopía, una se maravilla ante la grandiosidad de su exuberante naturaleza, con el lago Tana, el más extenso del país, y el décimo de África, como referencia.
Mar interior y espiritual del país. Paraíso natural, declarado Reserva de la Biosfera, en él nace el segundo río más largo del mundo, el Nilo, que a poco más de 30 kilómetros nos deleita con la formación de unas cataratas en una meseta con una espectacular cortada de 400 metros de ancho y 45 metros de alto. Y cuyas penínsulas e islas acogen más de 20 templos y monasterios, fundadas por ermitaños cristianos, levantados desde mediados del siglo trece a principios del catorce, considerados únicos en el mundo.
Bahar Dar la capital estatal actual, pasa por ser una de las modernas y referencia turística, mientras que Gondar simboliza el pretérito poder. Guardando Lalibela, la ciudad santa de los ortodoxos, considera por algunos como la “octava maravilla del mundo”, unas iglesias que son el asombro del mundo.
Mientras que viajar por el gran y profundo Sur, ese territorio olvidado, dónde las páginas de la historia no se han escrito y que no existe ni para el gobierno etíope ni da la sensación que para nadie, es hacerlo por donde caminaba hace más de 3500 años Lucy erguido, el homínido más antiguo del mundo conocido.
Visitar tribus ancestrales con formas de vida nómadas, ancladas en la prehistoria, que habitan tierras donde están el origen de la humanidad, cuyos habitantes viven en un abandono secular, da la sensación más de visitar un parque temático que una realidad, es difícil de asimilar. Estas tierras fronterizas en nada se parecen al altiplano del norte, ni al centro del país, ni en cultural ni históricamente.  








6.- SUS GENTES.
No es fácil convivir con la miseria, y mucho menos sonreírle. Y sin embargo en el país de los descendientes de la reina de Saba, lo es. Grandes riquezas –las mínimas- conviven con vecinos cuyas mochilas están cargadas de todo tipo de necesidades.
En cualquier visita a cualquier lugar, al menos en nuestro caso, se encontrarán con imágenes difíciles de asimilar, que se pueden considerar irreales, pero que son ciertas. Estas gentes viven en un “infierno” constante, sin esperanza alguna, y que sin embargo no lo transmiten, todo lo contrario su eterna sonrisa parece delatar lo contrario. Quizás sean sus exacerbadas creencias religiosas y su presencia masiva a las iglesias, quienes lo hagan posible.
Su carácter, su predisposición, su eterna sonrisa y su humildad, han sido factores que me han cautivado. La experiencia vivida en Mulu Maternidad en la visita cursada es difícil de olvidar, así como también que toda ayuda que puedan recibir es poca.










5.- LUCY. LOS ORÍGENES DE LA HUMANIDAD.
Muchos destinos turísticos se identifican por sus peculiaridades diferenciadoras, bien de carácter histórico, natural, monumental o cualquier otro. Políticas promocionales y publicitarias o en ocasiones modas, los han convertido en los elegidos por ávidos viajeros. Lo diferencial marca y es tendencia. Etiopía reúne mucho de todo, pero de momento, juega en otra liga, dónde la promoción, publicidad o ser un destino de moda, aún no ha llegado.
Sobrada de cosas y necesita de más, hasta el momento en su territorio es dónde se han encontrado los fragmentos óseos de los homínidos, los considerados abuelos del hombre moderno, más antiguos de la humanidad.   
En el gran del Rift, en la región de Afar, es dónde se ha realizado el descubrimiento de los fósiles que datan en más de 3500 años los orígenes de nuestra especie. Y de todos ellos el más antiguo, y por tanto, el primer homínido que caminaba erguido, exhumado en 1974 y bautizado como Lucy por el equipo de antropólogos.
La réplica de su esqueleto es el gran reclamo del Museo Arqueológico Nacional de Etiopía, sito en Addis Abeba. Copia del que se guarda en su caja fuerte, esos sencillos huesos, tienen la consideración que cada uno considere. En mi caso su visualización es de las cosas del viaje con que me quedo. Estar ante nuestro antepasado más longevo no se hace todos los días. Y que nuestra sociedad pueda tener connotación fehaciente científica de que esto sea así, tampoco.
4.- NATURALEZA. LAGOS, CATARATAS.
En un país que cuenta con una extensión de casi un millón de kilómetros cuadrados, en los que su ciudad más importante, la capital Addis, apenas supera los 540 kilómetros cuadrados de extensión, es fácil suponer las ingentes cantidades de territorio sin apenas construcciones.
Etiopía cuenta con diferentes Parques Nacionales y espacios declarados Patrimonio de la Humanidad y como Reserva de la Biosfera. La riqueza natural es inmensa, con una naturaleza exuberante y variada, con importantes variaciones en función de su territorio. De las grandes montañas del norte, pasando por el altiplano central al gran Sur y valle inferior del río Omo, la orografía varia sin relación alguna entre una zona y otra.
El país no cuenta con salida al mar desde la pérdida de Eritrea, pero en cambio cuenta con más de 15 lagos, cuyas extensiones globales superan los 20.000 kilómetros cuadrados.  Auténticos mares interiores de agua dulce, con abundancia de fauna y flora autóctona, con intensa vida que sirven de sustento a una amplia población.
En el viaje hemos podido disfrutar de una mínima parte de esta riqueza. En el Estado de las Naciones, Nacionales y Pueblos del Sur, hemos paseado por el lago Chamo, el tercero en extensión y que acoge mayor variedad de fauna. Dónde disfrutamos de la visión de los cocodrilos en su hábitat, en la península que cuenta  con una población tan numerosa que es conocida como “el mercado de los cocodrilos”, en una excursión que es uno de los mayores reclamos turísticos de la zona norte del gran Sur y de la cercana ciudad de Arba Minch.
En el Estado de Oromiya, hemos visitado el Parque Natural de los lagos Abytaya y Shala, formado por dos de los ocho lagos de origen volcánico que forman el gran valle del Rift en territorio etíope. Auténtico paraíso para los ornitólogos, en él que están censadas más de 400 especies de aves, casi la mitad del país.
Finalmente en la Estado de Amara, el deleite lo tuvimos con la excursión por el mayor y más emblemático de los lagos etíopes, el de Tana. Con una superficie de 3600 kilómetros cuadrados, y cuarenta islas e islotes y tres penínsulas, es Reserva de la Biosfera por su riqueza faunística, compuesta por una gran variedad de peces -21 especies autóctonas- y por su rica y variada fauna de mamíferos y más de 300 tipos de aves acuáticos, favorecido por su ubicación, encrucijada migratoria de África, Asia y Europa.
En su curiosa forma de corazón confluyen aguas de más de 60 ríos. Y en él se encuentran las “fuentes del Nilo Azul”, dónde nace el segundo río más largo del mundo, que hemos visitado y disfrutado con la visión incluida de hipopótamos y pelícanos.
Visión que completamos con la realizada a las Cataratas que el mismo río forma en una planicie distante 32 kilómetros. Auténtica maravilla de la naturaleza, de las más espectaculares de todo el continente,  por las que el Nilo se desploma en una cortada de 400 metros de ancho y 45 metros de alto, abriéndose paso seguidamente por un cañón volcánico.
3.- MONASTERIOS DEL LAGO TANA.
Habiendo visitado una mínima parte del país, estoy convencido que muchos de sus tesoros naturales y patrimoniales han llegado hasta nuestros días, por el aislamiento histórico que ha padecido voluntariamente y el difícil acceso en algunos de los casos.
Este es el caso de los más de 20 templos y monasterios del entorno del lago Tana. Fundados por ermitaños cristianos, levantados desde mediados del siglo trece a principios del catorce, de su existencia tuvo constancia el resto del mundo en la década de los años treinta del siglo pasado a través de los invasores italianos.
Cargados de historia, no exentos de leyendas, habitados por monjes y monjas cuyas vidas poco difieren de los siglos de su construcción, suelen ser de planta circular e interior en forma de cuyo, edificados con los materiales del entorno, como adobe y paja, cuyos interiores guardan impresionantes murales al fresco, reliquias monásticas, manuscritos y libros de la época de su fundación, e incluso algunos tumbas de emperadores.
Considerados únicos en el mundo, conociendo sólo dos de ellos, su conjunto bien son merecedores de ser declarados Patrimonio de la Humanidad. Sería una buena forma de dotarles de una protección y de unos medios de conservación, que permitan el disfrute de su visión para próximas generaciones. Etiopía es de los países que más reconocimientos tiene, sin duda todos ellos merecidos, pero estos no son menos. Para mi son auténticos tesoros de valor incalculable, cargados de historia y cuya desaparición no debe permitirse.
Los monasterios coptos en la península de Zeghe, en Etíopia.







2.- MUNDO TRIBAL DEL SUR.
Visitar el gran Sur etíope, el valle inferior del río Omo, el padre que da vida a las tribus aborígenes que ancestralmente lo habitan, no sé si para definirlo remitirme a la prehistoria o a un parque temático, o ambas cosas.
Allí, la exuberante naturaleza lo copa todo, pero también los crueles caprichos meteorológicos que condicionan la vida humana, repartiendo hambrunas difíciles de superar. Allí dónde se ubica nuestro origen como especie, y que sin embargo es un territorio sin historia, dónde el tiempo da la sensación que se ha parado hace 3500 años cuando Lucy lo caminaba con sus semejantes. Allí dónde los humanos y los animales salvajes conviven, pero sobre todo luchan por definir su territorio en un tierra árida por momentos y generosa en otros. Allí  dónde sus tribus son conocedoras tanto de ser un reclamo turístico, como de que su futuro no existe, pero que mantienen sus  costumbres, rituales y formas de vida  ancestrales.
Recorrido una pequeña parte de su inmenso territorio, pero visitado parte de sus poblaciones más importantes, así como aldeas de las tribus más representativas, peculiares y conocidas, uno se va de allí con la sensación de ser un privilegiado por visualizar lo que considero tiene “fecha de caducidad” y cuyas gentes van a tener un futuro muy incierto y difícil, aunque ojalá me confunda.
1.- LALIBELA Y SUS IGLESIAS.
La considerada como octava maravilla del mundo, ciudad milagro o Jerusalén negra, entre otros calificativos, Lalibela, la ciudad santa de los ortodoxos, me ha cautivado. Su realidad supera con creces lo leído y visionado en vídeos e imágenes.
Incomunicada por carretera hasta 1950, buscar explicaciones tanto en las construcciones de sus emblemáticas iglesias, su leyenda o el halo que la ha mantenida ajena al mundo, es baladí. Nada se conseguirá.
Pero realmente visitar la Meca ortodoxa, el lugar santo, observar y patear todo el recinto monacal que conforman la once más unas iglesias de la Jerusalén Terrenal y Celestial,  excavadas y talladas en roca por debajo del nivel del suelo, asombro del mundo, es una experiencia indescriptible.
Patrimonio de la Humanidad, la cooperación internacional tiene que proteger y conservar este lugar único, tanto por su grandiosidad, como por su originalidad y el misterio de su construcción. Sólo visitarla compensa viajar al cuerno de África.


MÁS INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA. ARTÍCULOS SOBRE ETIOPÍA.
ADDIS ABEBA,

EL GRAN SUR ETÍOPE.

LAS LEYENDAS.

REGIÓN DE AMARA.
** Dirección: C / Barcelona, 6, 5º D. 28940 Fuenlabrada. Madrid.
     Presidenta: Yeshi Beyene Hagos. Teléfono: 669-750-383.
     Vicepresidente: Diego Caballo Ardila. Teléfono: 616-470-139.
     Correo electrónico: ayme.ongd@gmail.com            
** Enlace vídeo de la creación de AYME:

** Guía en Etiopía: Eshetu Fanta. Email: salvavidas.fanta@gmail.com Teléfono: +251 911603107
** Fotos no firmadas, cedidas por compañeros del viaje.



“Procurando lo mejor estropeamos a menudo lo que está bien”. William Shakespeare (1564-1616) escritor inglés.


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