Bahar Dar, situada a una altitud
de 1840 metros, con una población que ronda los 500.000 personas, es la tercera
ciudad más poblada del país y la capital administrativa de Amara, uno de los
ocho Estados en que se vértebra la actual Etiopia. Su lengua es el aramiña y
los cristianos coptos son mayoría en una población que pertenece
mayoritariamente a la etnia amara.
Situada a 563
kilómetros al noroeste de Addis Abeba, la capital nacional, en el
extremo sur del lago Tana, de ahí que su nombre traducido sea “a la orilla del
mar”. Es una de las ciudades más importantes etíopes. A su pasado histórico se
suma su actividad comercial, su modernidad y ser uno de los principales destino
turísticos.
Amara en
general, y Bahar Dar en particular, son la base histórica sobre la que se consolido la unidad de Etiopía, desarrollada durante
la época imperial, al ser la zona elegida por los emperadores para establecer
en ella su corte entre los siglos XV y XIX, especialmente durante el reinado de
Amde Zion I (1312-42). Quien luchó contra los ataques de los musulmanes, declaró
el cristianismo religión oficial del reino, propagó el mismo por el resto de
regiones y propició la fundacion los monasterios del lago Tana y sus alrededores.
La relación imperial con la ciudad continuó hasta 1995, con
el derrocamiento de Haile Selassie, dónde el emperador disponía de un palacio.
En la actualidad es una de las ciudades más bonitas y
ordenadas urbanísticamente del país, sino la que más.
Es limpia, próspera, con amplias avenidas franqueadas de palmeras, jardines tropicales y de gran actividad comercial. Poco que ver con otras muchas ciudades etíopes.
Es limpia, próspera, con amplias avenidas franqueadas de palmeras, jardines tropicales y de gran actividad comercial. Poco que ver con otras muchas ciudades etíopes.
Su privilegiada ubicación la han
convertido en referencia turística, lo que ha permitido el desarrollo de
infraestructuras de primer nivel nacional. Es el lugar ideal para hacer base y
realizar desde ella las visitas a los encantos naturales e históricos de su
entorno.
Arquitectónicamente no dispone de
ninguna edificación de referencia, siendo quizá la más llamativa la iglesia
copta de San Jorge, edificada a principios del siglo XX. En cuyo recinto cerrado se
encuentra, también, una escuela religiosa y un cementerio.
Sin moverse de la ciudad, el
visitante puede disfrutar del paradisiaco lago Tana, el más grande del país, y el décimo del continente africano, con 85 kilómetros de largo por 65 de ancho,
una superficie de 3600 kilómetros cuadrados y una profundidad máxima de 14
metros.
Lago Tana, el mar interior y espiritual de Etiopía.
Lago Tana, el mar interior y espiritual de Etiopía.
Paraíso faunística, cuenta con la declaración de Reserva de
la Biosfera por la Unesco desde 2015. Está habitado por una gran variedad de
peces, incluidas 21 especies autóctonas, y por una rica y variada fauna de
mamíferos y por más de 300 tipos de aves acuáticos, favorecido por su
ubicación, encrucijada migratoria de África, Asia y Europa.
Auténtico
mar interior de agua dulce, en un país sin mar, cuenta con cerca de cuatro
decenas de islas e islotes, algunas no habitadas, cuyo número exacto varía
según el nivel del lago y las diferentes interpretaciones de geógrafos, y en
sus orillas se encuentran las penínsulas de Górgora, Mendabba y Zeghe.
Con una curiosa forma de corazón, en él confluyen aguas de
más de 60 ríos. Y en él se encuentran las “fuentes del Nilo Azul”, dónde nace el
río que desde allí recorre un total de 1606 kilómetros por territorio etíope y
sudanés antes de unirse en Jartun al Nilo Blanco, formando el segundo río más
largo del mundo, con un recorrido total de 6853 kilómetros.
A poco más de 2 kilómetros del centro de la ciudad, se
encuentra el puente del Nilo Azul, que salva el río que nace apenas a 500
metros del mismo, desde el que son visibles sus fuentes.
Más allá del puente en dirección a otro de los reclamos de
la ciudad, la colina de Bazawit, se divisan excelsas vistas de la ciudad y su
entorno, y en ella se encuentra el palacio imperial de Haile Selassie
construido en 1960, aunque no es visitable.
Las islas y penínsulas del Tana albergan más de 20 templos
y monasterios, fundadas por ermitaños cristianos, levantados desde mediados del
siglo trece a principios del catorce, considerados únicos en el mundo.
Los monasterios coptos en la península de Zeghe, en Etíopia.
Por su aislamiento geográfico y su difícil acceso, estos monasterios sirvieron de refugio en el siglo XIV en el que el caudillo musulmán Ahmed Ibn Ibrahin Ghazi, el zurdo, invadió el país, siendo derrotado en 1543 en Wrine Dega, cerca del lago.
Los monasterios coptos en la península de Zeghe, en Etíopia.
Por su aislamiento geográfico y su difícil acceso, estos monasterios sirvieron de refugio en el siglo XIV en el que el caudillo musulmán Ahmed Ibn Ibrahin Ghazi, el zurdo, invadió el país, siendo derrotado en 1543 en Wrine Dega, cerca del lago.
Prácticamente todos, aunque la conservación de algunos no
es la más apropiada, están habitados por monjes, e incluso algunos por monjas. Unos no son visitables, y en otros no está permitida la entrada a mujeres.
Suelen ser de planta circular e interior en forma de cubo, construidas
con argamasa de barro y paja, y techo de paja de teff, el cereal endémico de la
región.
Cuyos interiores guardan impresionantes pinturas, así como diferentes reliquias monásticas, manuscritos y libros de la época de su fundación. E incluso algunos albergan tumbas de emperadores etíopes.
Cuyos interiores guardan impresionantes pinturas, así como diferentes reliquias monásticas, manuscritos y libros de la época de su fundación. E incluso algunos albergan tumbas de emperadores etíopes.
Ellos fueron los depositarios de objetos de valor
procedentes de templos y palacios de otras zonas etíopes, durante las
diferentes guerras civiles y externas acontecidas en el país, lo que explica la
existencia de cruces, coronas y otras joyas en parte de ellos. Aunque los
diferentes saqueos han mermado su número.
De inmenso interés histórico y cultural, se cree que ellos
fueron los intercomunicadores de Etiopía con el mundo exterior, en concreto con
los antiguos egipcios y griegos. Estos últimos denominaban al lago la “joya de
Etiopía” y “el lago teñido de cobre.
Bahar Dar, es junto con Górgora, las dos ciudades con mejor
comunicación para visitarlos. Desde ella se accede a la península de Zeghe, compuesta
por un denso bosque tropical, principalmente de café, la planta endémica del
país dónde fue descubierta, en el que se encuentran siete de los monasterios.
El café en Etiopía. Leyenda, rito, ceremonia y hospitalidad.
El café en Etiopía. Leyenda, rito, ceremonia y hospitalidad.
Tanto en la península, como en la misma ciudad y navegando
por el lago, las tanqwas son uno de los atractivos que llaman la atención al
visitante. Embarcaciones que lo surcan desde tiempos inmemorables, construidas
manualmente con papiro, bambú y cuerdas en un solo día, y cuya vida útil es de
dos a tres semanas, que son utilizadas por los nativos y sacerdotes para sus
desplazamientos y para pescar.
Tankwas, las embarcaciones etíopes de papiro.
Tankwas, las embarcaciones etíopes de papiro.
El otro gran reclamo turístico de su entorno, son las
cataratas del Nilo Azul, las Tis Abay, situadas en el entorno del poblado de
mismo nombre, a 32 kilómetros de la ciudad.
Cataratas del río Nilo Azul, en Etiopía.
Cataratas del río Nilo Azul, en Etiopía.
Para acceder a ellas es necesario cruzarlo a través de dos puentes, el primero del “Puente portugués”, cargado de historia y de enorme importancia. De una longitud de setenta metros y compuesto por ocho arcos, construido por portugueses en el siglo XVI, pasa por ser el primer puente de piedra en construirse en la historia de Etiopía, y uno de los dos por los que se podía cruzar el río en suelo etiope hasta finales del siglo XX.
Puente de los portugueses sobre el Nilo Azul, el primero en piedra de Etiopía.
Puente de los portugueses sobre el Nilo Azul, el primero en piedra de Etiopía.
Su construcción fue realizada por los portugueses y sus descendientes que llegaron al país por petición del entonces emperador Lebna Dengel, para ayudarle en su lucha contra el invasor árabe Ahmed Ibn Ibrahin Ghazi, al que derrotaron finalmente el 22 de febrero de 1543 en Wrine Dega, en las cercanías del cercano lago Tana.
Las cataratas
son una auténtica maravilla de la naturaleza, de las más espectaculares de todo
el continente, a pesar de que la construcción de una central
hidroeléctrica en sus cercanías le resta vistosidad, al disminuirle el caudal
del río.
Y el segundo, uno colgante que denominan de los "escoceses", al ser realizado por personas de ese país.
Conocidas en
lengua amariña como Tis Abay –el Nilo que humea- o como Tis Isat –fuego que
humea-, están formadas en una meseta con una espectacular cortada de 400 metros
de ancho y 45 metros de alto, por dónde discurre el río.
Su
espectacularidad, el ruido, la fuerza y el agua vaporizada que provoca el agua
en su caída, es todo un prodigio de la naturaleza, comparable en África
solamente de la de las cataratas Victoria del río Zambeze. Según se afirma en
escritos por los que las han visto en época de lluvias y con abundante traída
de agua.
El primer
europeo que documenta la existencia de las “fuentes del Nilo” en el lago Tana,
dónde nace, y posteriormente las cataratas, fue el jesuita español Pedro Páez.
El misionero madrileño, que no portugués, que dedico su vida a la
evangelización de los etíopes consiguiendo que dos emperadores y por ende el
país se convirtiera al catolicismo durante unos años.
** Guía en Etiopía: Eshetu Fanta. Email: salvavidas.fanta@gmail.com Teléfono: +251 911603107
MÁS INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA. ARTÍCULOS SOBRE ETIOPÍA.
** Dirección: C / Barcelona, 6, 5º D. 28940 Fuenlabrada. Madrid.
Presidenta: Yeshi Beyene Hagos. Teléfono: 669-750-383.
Vicepresidente: Diego Caballo Ardila. Teléfono: 616-470-139.
Correo electrónico: ayme.ongd@gmail.com
** Enlace vídeo de la creación de AYME:
** Guía en Etiopía: Eshetu Fanta. Email: salvavidas.fanta@gmail.com Teléfono: +251 911603107
** Fotos no firmadas, de compañeros del viaje.
“Bahar Dar, tendida a orillas del sur del lago Tana, más que una ciudad
parece un jardín, y pese a la miseria que atenaza los barrios del interior de
la urbe, resulta, en cierto modo, una ciudad altiva, a causa tal vez de la
hermosura que le concede una naturaleza portentosa. Javier Reverte
No hay comentarios:
Publicar un comentario