lunes, 4 de mayo de 2020

Las bebidas en Etiopía.

Ánalisis del consumo de bebidas en el país africano, en base a las vivencias de un viaje.

Etiopia situado en el denominado cuerno africano, ha sido la segunda nación y primer reino del mundo en adoptar el cristianismo como religión. En él, el cristianismo ortodoxo es la religión mayoritaria del país, superando el 50 %, superior a la musulmana que no alcanza el 40 %, por ello el alcohol no sólo no está prohibido, sino que su consumo es importante.
En un reciente viaje, febrero 2020, realizado al segundo país más poblado de África, , en el que hemos visitado regiones de una buen parte del mismo, hemos podido comprobar sus hábitos y gustos culinarios y de ingesta de bebidas, así como la oferta en los establecimientos hoteleros y en restaurantes de estas últimas.
La gastronomía en Etiopía.

El AGUA MINERAL embotellado es, obviamente, la de mayor consumo. Su oferta en marcas y formatos es muy amplia, la natural en su inmensa mayoría embotellada en plástico, mientras la mineral lo es en cristal. Por las connotaciones higiénicas sanitarias existentes, para el visitante no sólo es aconsejable sino casi “obligatorio” beber agua embotellada, para evitar algún disgusto innecesario. Al igual que para nada es aconsejable enfriar las bebidas con hielo, ante el riesgo de que este elaborado con agua no embotellada.




El CAFÉ ese arbusto del género Coffea, de la familia de los rubiáceos, de cuyos granos tostados y molidos se obtiene una de las bebidas sin alcohol más consumidas en el mundo, se puede considerar el símbolo de la actual República Federal Democrática de Etiopía, la pretérita Abisinia, dónde es la bebida elaborada más consumida.



En el oeste del país, en la actual región de Kaffa, actualmente dividida entre los Estados de Oromiya y el de las Naciones, Nacionalidades y Pueblos del Sur y declarada reserva de la Biosfera en el año 2010, está el origen del mismo. Unos lo sitúan en el siglo sexto, otros en el noveno y otros en el onceavo, aunque documentada su existencia parece ser que no consta hasta 1583, cuando fue descrito por el médico alemán Leonard Rauwolf.
El país es un referente mundial del café, el sexto productor a nivel mundial y el primero africano, así como el mayor consumidor en porcentaje y cantidad. De él dependen directamente o indirectamente más del 25 % de su población y es el producto más exportado y que mayor riqueza genera.




Pero si económicamente es uno de los sustentos del país, no lo es menos a nivel social. No sólo es una tradición, es casi un ritual sagrado con siglos de historia. Es el símbolo por excelencia de la hospitalidad etíope. Estando tanto su consumo con su ceremonia, que en la lengua amariña se llama “bunna”, tan extendido e integrado en sus gentes y su vida cotidiana que hace que ningún visitante se vaya del país sin verla o participar de la misma, como nos ha sucedido a nosotros.




La preparación del café es una ceremonia solemne, todo un rito que requiere un considerable tiempo y uno de los momentos más importantes del día para los etíopes. Es un elemento social, que se bebe en familia, pero también con amigos y es el nexo de unión de reuniones de todo tipo, entre ellos la solución de conflictos.




Su ingesta más habitual es tomarlo “solo” o el conocido como “machiato” una variante del capuchino, quizá herencia de la corta presencia colonizadora de Italia. El “con leche” no es muy habitual, y por lo que he percibido los etíopes no deben de ser grandes consumidores de leche, de hecho dónde lo pedimos nos fue puesta crema de leche, en lugar de leche natural.
En algunas localidades nos lo acompañaron de una hierba que ellos denominan “Tena Adam” (la salud de Adam), que es la “ruda silvestre”, cuyas hojas amargas utilizan para aromatizarlo antes de su ingesta.




En cuanto al resto de bebidas no alcohólicas, el té y la moringa son dos de las infusiones más consumidas, a las que se suma el “chat” en diferentes zonas, aunque está es una droga vegetal que también se mastica.




La oferta de REFRESCOS son las elaboraciones de multinacionales. Coca Cola es la marca mayoritariamente, que se comercializa junto a otras de sus marcas como Sprite. En bebidas gaseosas con añadidos frutales es Mirinda la mayoritaria. 




Circunstancia esta sorprendente para nuestro grupo, dado que su comercialización y consumo ha desaparecido en España desde los años 70, cuando curiosamente se creo y se registro en nuestro país en 1959, aunque con su adquisición por la multinacional PepsiCo está la comercializo en otros continentes y países, dónde copa la mayoría del mercado, como he podido comprobar en diferentes viajes y este ha sido uno más.




En el país se produce una cuarta parte de la miel del continente africano, y el 2 % de la producción mundial, lo que lo convierte en el décimo productor mundial. Y el TEJ, el vino que de ella se obtiene, una especie de hidromiel,  no sólo es de los más consumidos, sino que está extendido por todo el país, estando considerado el “vino nacional”. 



Para su elaboración se parte de la miel secada al sol, que se mezcla con agua y con ramas y hojas de gesho, nativo de Etiopía, utilizado no solo como fermentador, sino también en rituales y en medicina. Ingredientes que tienen que estar al menos macerando dos semanas, retirándose pasado ese tiempo el gesho, y dejándolo reposar al menos otras tres semanas.
Su grado alcohólico, que suele ir desde los cuatro a los dieciocho grados, va a depender de la cantidad de miel y el tiempo de fermentación. A mayor cantidad, mayor grado y mayor dulzor. Una versión de él es el Berz, más dulce y con menos alcohol, obtenido por una fermentación y reposo más corto. E incluso hay elaboraciones que incluyen frutas y especies. Su fabricación es artesanal, diferente en cada región, sin que exista empresa alguna que la fabrique a gran escala.




Si bien el café es la bebida nacional, el consumo de cerveza es junto con el Tej, la bebida alcohólica más consumida. Y la tendencia, como el resto de los países africanos, es continuar un nivel de crecimiento superior al resto del mundo.
La CERVEZA es una bebida consumida históricamente. De hecho su cervecera más antigua y popular, la Saint George, fue fundada en 1922 en la capital etíope, Addis Abeba, que en 1998 paso a ser propiedad del grupo cervecero y vínico francés Castel. Por ello la oferta existente es amplia, con una gran variedad, en el que dadas las dimensiones del país, cada cervecera tenía su influencia en la región o estado dónde está asentado.


Sin embargo esta situación ha cambiado radicalmente en la última década, con el desembarco inversor de los grandes grupos productores y comercializadores mundiales, que han adquirido buena parte de las mismas, en unos casos, y han puesto o están poniendo en marcha nuevas cerveceras.
Inversiones que, en ocasiones, han traído parejo una apuesta por la autoproducción de la materia prima para su elaboración, con el objetivo de aminorar costes. Apuesta agroalimentaria que ha sido muy bien recibido por la población.




El tipo de cerveza históricamente más demandado son las de estilo Lager, y dentro de estas las Pilsner, más frescas y ligeras. El clima, como en el resto del continente africano, ha decantado el gusto de los etíopes. Se cumple la máxima que cuanto más calor más ligeras deben de ser.




Con diferencia, la más extendida por todo el país es la Saint George Beer, que toma el nombre del patrón de Etiopía. Junto a ella la segunda que más se nos ha ofrecido o demandado, ha sido la Habesha, cuya etiqueta luce la conocida como “cara etíope”, la de los querubines –ángeles- que aparecen reflejados en numerosas iglesias de los cristianos ortodoxos.




Otras marcas que hemos visto comercializadas, y que hemos degustado, son Harar, Bedele, Meta y Pas Walia, propiedad en la actualidad de la multinacional holandesa. Así como Anbessa Beer  y Castel Beer, la primera de una cervecera creada en 2019 y la segunda elaborada en la fábrica de S.Georges.




El VINO no sólo se consume, sino que el país cuenta con viñedos y bodegas propias desde hace casi un siglo. Su historia se remonta al corto período y único en su historia, en el que el país estuvo colonizado por la Italia de Mussolini, entre los años 1936 y 1941, con las plantaciones de vides realizadas por los soldados y colonizadores italianos, en los alrededores de la capital Addis Abeba y en su más cercano sureste, para su autoconsumo.
Los vinos en Etíopia.

Viñedos que pasaron a ser propiedad estatal y con la caída del régimen comunista privatizados. La firma Awast Winery, continua con la producción emprendida por los italianos en Awast Merti Jersu desde 1956, a 115 kilómetros de la capital. Elaborando 8 millones de litros en sus cerca de 400 hectáreas de viñedo, que comercializa con las marcas Axumite, Awash y Gouder.
La firma francesa Castel, uno de los gigantes mundiales cerveceros y vinícolas, asentada en el país desde 1998, en el año 2007 decidió apostar por la elaboración de vinos, con la plantación de un viñedo y la construcción de una bodega, la Castel Ethiopia, en Ziway, 50 kilómetros más al sur de Awast, en el valle del Rift.



Viñedo compuesto por 125 hectáreas, plantado con cepas de las varietales nobles llevadas desde Francia. Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah y Chardonnay, componen la paleta varietal de un viñedo, que fue ampliado hasta las 162 hectáreas, que les permiten una producción de cerca de millón y medio de botellas, de las que exportan un 20 %, y que comercializan con las marcas Rift Valley y Acacia.
Ficha de cata nº V-7-2020. Acacia. Sin DOP. Etiopía.
Ficha de cata nº V-8-2020. Rift Valley Chardonnay 2017. Sin DOP Etiopía.
Ficha de cata nº V-9-2020. Rift Valley Merlot 2017. Sin DOP Etiopía.

La oferta vinícola se extiende a elaboraciones importadas, que ya superan los 10 millones de litros, a pesar de la fuerte presión impositiva, que sin embargo no coarta que cada vez más etíopes se decanten por el consumo de vino.
Esta tendencia y las excelentes condiciones orográficas etíopes, con hasta seis zonas climáticas, con alternancia de altas mesetas y valles, para el cultivo de la vid, motivarán que más pronto que tarde se realicen más inversiones.




En cuanto a las bebidas de más graduación alcohólico, su ingesta está muy extendida. En hoteles y establecimientos, cuya clientela es internacional, la oferta es muy similar a la de otros países, con bebidas cuyas marcas son propiedad de grandes multinacionales del sector.
A nivel popular, lo que hemos visto son elaboraciones artesanales domésticas, aguardientes obtenidos de la fermentación de diferentes materias, de alto contenido alcohólico –no menos de 40 grados- que no sólo es consumido en grandes cantidades, sino que forma parte de su cultura, medicina y rituales.




En las etnias del Gran Sur, por ejemplo, su consumo está muy expandido, como hemos visto en nuestra visita a los Gonze. O en los Mursis, cuyo consumo es tan elevado que no se aconseja realizarles visitas después del mediodía, por la ingesta que de los mismos puedan tener, lo que les hace ser agresivos.




MÁS INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA. Pinchar en enlaces.
Coctelería y otras bebidas Dendecagüelu.
Grupo de Catas Las Alondras. Dendecagüelu.
Vinos Dendecagüelu.





MÁS INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA. ARTÍCULOS SOBRE ETIOPÍA.


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** Guía en Etiopía: Eshetu Fanta. Email: salvavidas.fanta@gmail.com Teléfono: +251 911603107


“Tiene mejor conocimiento del mundo, no el que más ha vivido, sino el que más ha observado”. Arturo Graf (1848-1913) poeta italiano.


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