Situada en el
denominado “Cuerno de África”, la actual República Federal Democrática de
Etiopía, es con una superficie de 1.133.000 kilómetros cuadrados, equivalente a
España y Francia juntas, el décimo país por extensión de los 54 en que está
dividido el continente, y el segundo más poblado.
Los cereales
son la base de nuestra alimentación desde la revolución neolítica, estando
incorporados a la agricultura mundial al menos desde hace 10.000 años. Son la
parte esencial del alimento más consumido a nivel mundial, el PAN.
Y Etiopía, uno
de los estados más antiguos del mundo, con un territorio fértil no es una excepción,
sino todo lo contrario, dado que en él y en su culinaria tradicional, se
encuentra una buena variedad de elaboraciones de panes. Los más característicos y diferentes al paladar occidental, son la Enyera, el Habesha Dabbo, el Dabbo, el Yemarina Yewotet Dabo y el Kocho.
Son muchos los
cereales que se cultivan en todo el territorio etíope, alguno de ellos
originarios del país, como el Tef y el Sorgo. El Tef es el cereal más pequeño
del mundo, calificado por sus propiedades nutricionales como súper cereal, es
el más conocido y valorado de todos los cereales que se cultivan.
Es la base
cultural gastronómica etíope, al ser la base para la elaboración del plato
nacional, la ENYERA, que realiza una doble función: la de PAN, y la de plato y
cubierto, al utilizarse como base y cubierto de otros alimentos.
Especie de
crepe, visualmente recuerda a los callos –tripas- de las vacas; con dos
texturas diferentes en cada cara, suave por una y porosa o alveolada por otra,
y esponjosa y gomosa conjuntamente; alta consistencia, pudiendo doblarse y
extenderse sin romper; cuya ingesta sin granulación alguna, deja en el
retrogusto una acidez y amargor, producto del proceso fermentativo de su
elaboración.
La inyera
también se hace con otros cereales, cuando no se dispone de tef, como el sorgo,
maíz, cebada, mijo e incluso el arroz.
El sorgo, es el
otro cereal originario, cuyo cultivo es muy importante en África, América
Central y Asia, hasta el punto de ser el quinto cereal por producción a nivel
mundial. Utilizado como forraje, base de piensos y aguardientes, en el menor de
los casos lo es como harina para alimentación, aunque estar exento de gluten lo
hacen muy atractivo a nivel dietético en la última década. En Etiopía su uso es
alimentario, y es utilizado para la elaboración de panes y repostería.
El trigo, el
maíz y el centeno, son por este orden, los otros tipos de cereales que se
utilizan como harina base para la elaboración de panes.
El tradicional
etíope, es el conocido como “HABESHA DABBO”, elaborado principalmente para las
fiestas, especialmente las religiosas. Elaboraciones domésticas, suelen tener
un peso de 3 a 4 kilos, que se realizan en base a harina de trigo, maíz y
centeno, o bien con mezcla de todas ellas, sobre las brasas en las cocinas,
envueltas en las hojas del falso
platanero. De forma cilíndrica, y varios centímetros de altura, visualmente son
rosetones unidos, que recuerda más a un bizcocho que a un pan.
Una elaboración
similar, conocida simplemente como DABO, es a su vez el pan común, con
diferentes formas, muy del estilo del occidental. No en todas las regiones se
encuentra con facilidad, sobre todo en las zonas rurales, ya que es un
sustituto de la inyera, siendo también utilizado para coger alimentos, como
sustituto de los cubiertos.
Un pan peculiar
es el YEMARINA YEWOTET DABO, elaborado con leche, miel –de la que Etiopía es
uno de los mayores productores mundiales-, harina, de diferentes cereales en
función de disponibilidad, y especies como la canela, cilantro, clavo y jengibre.
Elaboración semidulce, que bien se puede considerar un híbrido entre los panes
y los bizcochos.
Si nos acogemos
a la definición de PAN, como masa de harina, levadura y agua y cocido en un
horno, el KOCHO no se podría considerar como tal. Y sin embargo, en el gran Sur
etíope, mucho más limitado en todos los aspectos que el resto del país, es el
pan que utilizan algunas etnias y uno de sus sustentos principales, tanto que
se calcula que para un 20 % de la población es su alimento esencial.
Elaboración totalmente
vegana, sino nos acogemos a las modas nutricionales que han surgido en los
últimos años, de las que discrepo enormemente. Y es que no se elabora con
harina de ningún cereal, sino con la planta del falso bananero, conocido como ensete.
Su elaboración
consiste en extraer unas virutas del tallo de las hojas, hacer una pasta,
dejarla fermentar bajo tierra durante 2-3 meses, y una vez que se considera que
ha alcanzado el punto optimo, se le da forma de torta, se envuelve en hojas de
ensete y se hace al fuego sobre una
chapa en escasos minutos.
En un reciente
viaje al maravilloso país africano, realizado en febrero de 2020, tuve la
oportunidad de poder degustar todos los mencionados, excepto el de miel. La
ingesta del más occidental, me recordó algunos bolos portugueses, y fue de mi
agrado. El sabor de la inyera es muy peculiar, y me imagino que cuestión de
acostumbrarse, en mi caso no tuve ningún problema, pero otras personas sí, su
final entre acido y amargo marca mucho. El que me sorprendió por completo, más original y muestra de lo que la mente
humana puede hacer, y sin duda con el que más disfrute –quizá por ver todo el
proceso- fue con el Kocho.
MÁS INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA. ARTÍCULOS SOBRE ETIOPÍA.
** Dirección: C / Barcelona, 6, 5º D. 28940 Fuenlabrada. Madrid.
Presidenta: Yeshi Beyene Hagos. Teléfono: 669-750-383.
Vicepresidente: Diego Caballo Ardila. Teléfono: 616-470-139.
Correo electrónico: ayme.ongd@gmail.com
** Enlace vídeo de la creación de AYME:
** Guía en Etiopía: Eshetu Fanta. Email: salvavidas.fanta@gmail.com Teléfono: +251 911603107
“Lágrimas con pan, pronto se secarán”. Refrán español.
No hay comentarios:
Publicar un comentario