Ubicada en el parque San Francisco, es obra del artista asturiano Félix Alonso Arenas.
Oviedo, tercera capital del reino de Asturias, y por tanto en su momento de España, ostenta la capitalidad del Principado de Asturias, estando ubicado en el centro neurálgico del mismo. Vertebrado en 30 parroquias, su extensión es de 186,15 kilómetros cuadrados, se encuentra a una altitud de 227 metros sobre el nivel del mar, resguardado por el monte Naranco al norte, y la sierra del Aramo al sur, y su censo poblacional es de 220.406 habitantes –censo de 2020-.
Ciudad repleta de magia, la vieja dama del norte
de España renueva cada día su encanto. Si algo la define es el exquisito
cuidado de todos sus rincones. Visitarla y recorrerla es una aventura
apasionante, la alta peatonalización de sus calles –tanto del centro como de
barrios- permite al visitante el disfrute de parques, edificios, plazas, esculturas,
fuentes, rincones y sobre todo gentes, y todo ello enmarcado en una máxima
limpieza que le ha valido para ser galardonada en diferentes ocasiones como la
ciudad más limpia de España.
Moderna y vital, pero repleta de historia, sus
doce siglos de historia le permiten atesorar un patrimonio artístico como pocas
ciudades españolas. Sus íconos monumentos del arte prerrománico, declarados
Patrimonio de la Humanidad, se complementan con múltiples edificios civiles y
religiosos, como la Catedral, componiendo un paisaje urbano al que complementan
monumentos conmemorativos y esculturas.
Paisaje que se ha visto incrementado
notablemente en las dos últimas décadas, debido al auge de esculturas que
proliferan por todos sus rincones. Más de ciento cincuenta esculturas y
monumentos, muchas en tamaño natural a píe de calle, la convierten en un museo abierto e
interactivo las veinticuatro horas, símbolos inmortales y representativos de la
ciudad, susceptibles de ser tocadas, abrazadas y fotografiadas.
En su centro neurálgico se encuentra el parque
de San Francisco, pulmón de la ciudad, creado en el año 1534 aprovechando los
terrenos del convento de San Francisco datado ya en el siglo XIII, que ocupa
una extensión de más de 90.000 metros cuadrados, de los que 55.000 son zonas
verdes que incluyen 955 ejemplares de árboles, en el que se encuentran un buen
número de esculturas y monumentos.
Uno de ellos es el dedicado al pintor Paulino
Vicente Rodríguez, nacido el 5 de noviembre de 1900 en Oviedo, dónde cursos
estudios de Arte y Oficios, que continuó en Madrid e Italia y dónde desarrollo
toda su vida profesional de docente y artista hasta fallecer el 13 de agosto de
1990 en la misma. En su amplia temática destacó como retratista y muralista de
su ciudad, sin olvidar su faceta como iconográfico para recuperar bienes
dañados en la contienda civil española.
El 28 de marzo de 1979 fue nombrado Hijo
Predilecto de Oviedo y el 25 de mayo de 1988, coincidiendo con la celebración
festiva local del martes de campo, el Ayuntamiento le rindió homenaje con la
inauguración de su escultura monumento en el parque San Francisco.
Obra encargada al escultor y pintor Félix Alonso
Arena, nacido en Villamayor (Piloña) en 1931, quien comenzó sus estudios artísticos
con el homenajeado, para continuar con sus estudios seguidamente en Madrid,
Sevilla e Italia. Artista que cuenta con otras obras que forman parte del patrimonio
urbano de la ciudad, como los monumentos a San Francisco de Asís y a Aída de la
Fuente, el busto de Alfonso Iglesias y las esculturas del Asturcón y de la
Maternidad.
La escultura es un busto realizado en bronce,
situado en el alto de un pedestal de mármol en el que figura su nombre y profesión, donde el artista aparece
representado con un solo brazo que está acodado.
MÁS INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA. Pinchar enlaces.
Cofradía del Desarme, II Gran Capítulo, octubre 2014.
Cofradía Doña Gontrodo, III Gran Capítulo, 2010.
Cofradía Doña Gontrodo, IV Gran Capítulo, 2012.
Cofradía Doña Gontrodo, V Gran Capítulo, 2014.
Día de América en Asturias. Oviedo, LXIII edición, 19 de septiembre de 2013.
“Somos lo que hacemos día a día. De modo que la
excelencia no es un acto sino un hábito”. Aristóteles (384-322
a.C) filósofo griego.
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