sábado, 5 de septiembre de 2020

Encarna con Chiquilin. Escultura. Oviedo.

Obra de Sebastián Miranda, se ubica en el parque de los Álamos, en la confluencia de las calles Marqués de Santa Cruz y Uría.

Oviedo, tercera capital del reino de Asturias, y por tanto en su momento de España, ostenta la capitalidad del Principado de Asturias, estando ubicado en el centro neurálgico del mismo.

Vertebrado en 30 parroquias, su extensión es de 186,15 kilómetros cuadrados, se encuentra a una altitud de 227 metros sobre el nivel del mar, resguardado por el monte Naranco al norte, y la sierra del Aramo al sur, y su censo poblacional es de 220.406 habitantes –censo de 2020-.

Oviedo es una ciudad repleta de magia, la vieja dama del norte de España renueva cada día su encanto. Si algo la define es el exquisito cuidado de todos sus rincones. Visitarla y recorrerla es una aventura apasionante, la alta peatonalización de sus calles –tanto del centro como de barrios- permite al visitante el disfrute de parques, edificios, plazas, esculturas, fuentes, rincones y sobre todo gentes, y todo ello enmarcado en una máxima limpieza que le ha valido para ser galardonada en diferentes ocasiones como la ciudad más limpia de España.

Moderna y vital, pero repleta de historia, sus doce siglos de historia le permiten atesorar un patrimonio artístico como pocas ciudades españolas. Sus íconos monumentos del arte prerrománico, declarados Patrimonio de la Humanidad, se complementan con múltiples edificios civiles y religiosos, como la Catedral, componiendo un paisaje urbano al que complementan monumentos conmemorativos y esculturas.

Paisaje que se ha visto incrementado notablemente en las dos últimas décadas, debido al auge de esculturas que proliferan por todos sus rincones. Más de ciento cincuenta esculturas y monumentos, muchas en tamaño natural a píe de calle,  la convierten en un museo abierto e interactivo las veinticuatro horas, símbolos inmortales y representativos de la ciudad, susceptibles de ser tocadas, abrazadas y fotografiadas.

En el centro neurálgico de la ciudad, se encuentra el parque de San Francisco, pulmón de la ciudad, creado en el año 1534 aprovechando los terrenos del convento de San Francisco datado ya en el siglo XIII, que ocupa una extensión de más de 90.000 metros cuadrados, de los que 55.000 son zonas verdes que incluyen 955 ejemplares de árboles.




En su parte inferior, la sur, se encuentra el paseo de los Álamos lindante con las calles Uria, Marqués de Santa Cruz y Toreno. En la confluencia de las dos primeras, enfrente de la plaza Escandalera, se encuentra la escultura denominada “LA ENCARNA CON CHIQUILIN”.




Obra del artista Sebastián Miranda y Pérez-Herce, nacido en Oviedo el 7 de julio de 1885 y fallecido en Madrid el 19 de octubre de 1975, a cuyos herederos compró el Ayuntamiento de Oviedo los derechos de parte de sus obras. Esta es junto con “Concierto gitano”, “La Gitana”, “La Pescadora” y “La Maternidad”, las que forman parte del mobiliario urbano de la ciudad.




La escultura original hecha en bronce está datada en 1955, y la que luce en la ciudad es una copia moderna realizada póstumamente tras la muerte del artista, de mayor tamaño que la original, que fue inaugurada el 21 de septiembre de 2005, día grande de las fiestas de la ciudad, como luce en la placa de bronce que luce sobre el pedestal de mármol sobre el que se asienta.




Obra realizada en bronce, fundida en los talleres “Arte Seis” de Madrid, que es un homenaje a la MATERNIDAD, representada por una mujer sentada con un niño apoyado en sus rodillas mamando de uno de sus pechos.




MÁS INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA. Pinchar enlaces.

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“El destino del genio es ser un incomprendido, pero no todo incomprendido es un genio”. Ralph W. Emerson (1803-82) poeta y ensayista estadounidense.

 

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