La actual elaboración tiene su base en el Draquecito, que bebían los piratas ingleses para combatir el escorbuto.
Cuba se puede definir perfectamente como sinónimo de caña de azúcar, aguardiente y ron, pero también como la madre de la coctelería. Sus peculiares cócteles, muchos creados en la isla y en su gran mayoría elaborados con el Ron junto a otros ingredientes tropicales en perfecta conjunción, han encumbrado sus elaboraciones a una auténtica potencia mundial de la especialidad.
El inicio de la coctelería en Cuba se sitúa por los más a finales del siglo XIX, alcanzando su mayor esplendor a
principios del siglo XX, motivado por la implantación de la ley seca en Estados
Unidos y con ella el arribo a la “perla del caribe” de numerosos turistas y
“bartender” americanos. Que se fusionan con los cantineros cubanos –muchos de
origen español- dando lugar a una escuela propia y al diseño de unos cócteles
que pronto se convirtieron en referencia mundial y han perdurado hasta nuestros
días, con el nexo común de la bebida nacional: el ron, bautizado por algunos
como la “Vitamina R”.
Así como el resto
de expresiones culturales y sociales de Cuba, cada coctel está repleto de
simbolismos y de leyendas, recordando su origen y su objetivo. Uno de los más
populares, prestigiosos y consumido en el mundo, es el MOJITO, cuyo nacimiento
se le asigna a la isla caribeña.
Cuba es sin duda
su cuna, a pesar de que su origen exacto es siempre objeto de debate debido a
sus diferentes historias. La más extendida lo datan a finales del siglo XVI,
cuando el corsario Richard Drake, subordinado del capitán Francis Drake,
corsario y comerciante de esclavos, para combatir una epidemia de escorbuto y
cólicos que había a bordo que desespero a toda la tripulación, desembarco en el
sur cubano y regresó con una mezcla que bebían los aborígenes a base tafia
(aguardiente de caña), agua, jugo de caña de azúcar, limón y menta. El
combinado en el que el aguardiente aportaba calor, el agua diluía el alcohol,
el limón combatía el escorbuto, la menta refrescaba y el azúcar permitía
digerirlo, funcionó, evito la enfermedad y en su honor fue bautizado como “El DRAQUECITO”.
Otros también
asignan su invención a Drake, quien combinó el aguardiente con la lima para
prevenir el escorbuto entre sus marineros. Se ignora cómo se hizo popular entre
una población que tomaba un combinado con aguardiente con lima, al que también
llamaban así y lo utilizaban como remedio habitual para dolencias estomacales.
A finales del siglo diecinueve, con la introducción de los alambiques de cobre y los procesos de añejamiento que refinaron el aguardiente dando como resultado el actual Ron, el combinado cambio uno por otro y paso a llamarse MOJITO.
Elaboración que
cuenta también con diferentes versiones del porqué de su nombre. Una es que
proviene del hecho de añadir lima, por lo que se pedía con un poco de mojo. Otra
relacionada con la lengua castellana al ser mojo equivalente a mezcla.
Su origen como se
entiende en la actualidad se le asigna a un bar que unos españoles regentaban
en la habanera playa de la Concha, que lo elaboraban con el añadido del ron y
de la hierbabuena –la menta fresca-. La década de 1920 con el incremento de los
turistas estadounidenses su popularizo creció y se convirtió en una de las
bebidas preferidas y más demandadas.
Su frescura y
sabor refrescante y delicioso sabor lo hacen ideal para disfrutar en el clima
tropical de la isla. Se convirtió en uno de los cócteles más conocidos y
demandados y su popularizo se extrapolo a nivel mundial. A ello colaboró el
turismo, su mención en novelas como “El viejo y el mar”, “Las islas en el
golfo” o “Por quién doblan las campanas” de Ernest Hemingway o películas como
“Otro día para morir” de James Bond o “Cocktail” con Tom Cruise.
Bebida que se
convirtió en un símbolo de resistencia y unidad entre los revolucionarios
cubanos, al ser su preferida y que se mantuvo como representativa de los ideales
de la revolución e identidad cubana.
En su popularidad
un establecimiento se lleva la palma, es la “Bodeguita del medio”. Sito en la
Habana Vieja, en la calle Empedrado, fundada como tienda de víveres en 1942 con
el nombre de casa Martínez; adquirida años más tarde por el húngaro Sepi
Dobronyi la transformo en una casa de comidas y finalmente adquirida por el
español Ángel Martínez, que continuó como encargado con el triunfo
revolucionario. Establecimiento al que históricamente acudió lo más selecto de
la cultura y el arte cubano, así como visitantes ilustres, con el mojito como
producto más demandado, como el poeta cubano Nicolás Guillén o el escritor
norteamericano Ernest Hemingway que lo inmortalizaron en sus escritos.
Cóctel que cuenta
con una receta oficial, la dada por la IBA (International Bartender´s
Association), existiendo unanimidad en cuanto a ingredientes y preparación. El
vaso debe de ser de cristal, del tipo Collins o Fizz, que a su vez es el
recipiente de elaboración, sin necesidad de coctelera. En el fondo se pone el
azúcar; el zumo de limón que se mezcla con el azúcar con una cuchara; se dan
unos golpes a las hojas de hierbabuena para que liberen su aroma y se majan un
mortero contra el azúcar, sin romper ni machacar; se añaden los trozos de lima
y se le dan unos toques con el mortero para liberar su zumo; se vierte el ron
blanco y se llena el vaso con un poco de soda o agua con gas y abundante hielo
picado, removiendo el conjunto con suavidad
A lo largo de los
años el mojito ha ido evolucionado, con creaciones de diferentes variantes al
original debido a su versatilidad. Se ha cambiado la lima por toronja, fresa,
peras, naranjas, frambuesas, mango o maracuyá; el soda por tónica o refrescos
como el ginger ale, sprite o 7 up; el ron blanco por rones dorados y añejos,
tequila o metaxa. Cifrándose en más de 100 las variantes que han surgido del
mismo.
Bebida que ha sido
objeto de elaboración para su inscripción en el libro Guinness de los récords, y que muestra su universalidad.
Que posee en la actualidad la franquicia 4 Jack´s en el Downtown de Punta Cana,
en República Dominicana, que el 17 de abril de 2016 elaboró 4.000 litros del
cóctel, mezclando en una estructura de acero inoxidable 700 litros de ron
blanco, 1200 de soda, 250 kilos de azúcar, 50 de hierbabuena, 500 de limón y
2300 de hielo. Récord en el que se necesitó el trabajo de 40 personas durante 1
hora y 35 minutos.
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