Concluida en 1881 sobre la iglesia parroquial de 1833, en ellas destacan sus espléndidas vidrieras.
Situada en el centro sur de la isla, en la península de la Majagua, a 245 kilómetros de La Habana, la provincia de Cienfuegos es la más pequeña de las catorce provincias en las que está vertebrado la actual República de Cuba. Su extensión es de 4.180 kilómetros cuadrados, el 3,77 % de la superficie total del archipiélago, siendo su población actual de 408.544 habitantes –censo 2022-.
Sus primeros colonizadores fueron taínos
que le dieron el nombre de Jagua, que significa belleza. En 1494 Cristóbal
Colón la descubrió en su segundo viaje al Nuevo Mundo. En 1508 por orden de los
Reyes Católicos en ella se asentó Sebastián de Ocampo. Y tras los continuos
ataques de piratas y corsarios en 1745 se construyó el fuerte de Nuestra Señora
de los Ángeles, conocido como el castillo de Jagua, para proteger su bahía.
La fundación formal de su capital homónima
data de 1819, cuenta con la peculiaridad de ser la única en Cuba fundada por
colones franceses al mando del teniente coronel de infantería Juan Luis Lorenzo
de Clouet Favrot, natural de Nueva Orleáns y fiel servidor de la corona
española, para contrarrestar el gran número de familias negras de la provincia.
Su primer nombre fue el de Fernandina de Jagua, en honor al rey Fernando VII y
a la estirpe aborigen, tomando en 1829 el nombre de Cienfuegos, por el español
José Cienfuegos Jovellanos –Capitán General de Cuba-, por célula real con la
categoría de villa, obteniendo en 1880 el de ciudad.
La conocida como “Perla del sur” vivió su
despegue económico a mediados del siglo XIX gracias a la pujante industria
azucarera, lo que les permitió a los adinerados comerciantes la construcción de
eclécticos edificios que rememoraban el neoclasicismo de sus antepasados
franceses, con numerosas casonas y palacetes en un centro histórico urbano
merecedor de ser declarado en 2005 Patrimonio Cultural de la Humanidad por la
Unesco.
En el emplazamiento de lo que fuera la
plaza de Armas, y el lugar donde oficialmente se fundó la ciudad, se encuentra
el parque José Martí, declarado Monumento Nacional, epicentro y símbolo de
Cienfuegos.
La plaza José Martí, el kilómetro cero de Cienfuegos.
En su parte superior se encuentra la
Catedral de Nuestra Señora de la Purísima Concepción. El templo original data
de 1833 cuando se inauguró la iglesia parroquial de la ciudad bajo su advocación,
sin pórtico ni torre campanario. En la que se fueron haciendo reformas y
recibiendo donaciones ente los años 1850 y 1881 que se dio por terminada, bajo
la dirección de Santiago Murray, quedan solamente del edificio primigenio su
torre menor. Pasando a ser Catedral el 20 de febrero de 1903 con la creación de
la diócesis de Cienfuegos por el Papa León XIII, siendo consagrada el 25 de
noviembre de 1917.
Su estilo arquitectónico se enmarca en el
basilical o cristiano primitivo, al estar la iglesia original diseñada con una
nave central de gran altura con claristorio, con el objetivo de que la luz
natural ilumina su interior. Nave orientada al presbiterio con un ábside
poligonal de fondo, y con dos naves laterales anchas, más pequeñas y capillas
entre los contrafuertes de marcada influencia española.
Y se inscribe en el orden dórico toscano,
sin decoración interior significativa, con el sello distintivo de los colonos y
como otras construcciones cubanas del siglo XIX enmarcadas en las tendencias
neoclásicas. De estilo sobrio, paredes encaladas y tejas rojas, es un ejemplo
de la arquitectura colonial tradicional.
Su exterior destaca por la peculiaridad
que la caracteriza de tener dos torres campanarios de diferente tamaño, fruto
de la duplicidad por simetría de las obras realizadas en su ampliación, siendo
la menor del primer edificio y la mayor del templo final.
En su interior se encuentran diferentes
capillas con tallas de diferentes procedencias y donaciones, al igual que
muchos de sus materiales utilizados. Casos de los mármoles de su piso; las
campanas de las torres, el reloj y el órgano; la imagen de la Purísima que
procesionan cada 8 de diciembre de 1821; el altar de Santa Rita de Casia y el
del Sagrado Corazón de María.
No faltando el retablo dedicado a Nuestra Señora
de la Caridad del Cobre, para muchos cubanos Cachita, una de las advocaciones
de la Virgen María y patrona de Cuba desde el año 1916.
Considerándose como el bien de más valor
sus vidrieras, calificadas como las más artísticas de la isla, adquiridas en
París, donde fueron realizadas por los talleres de Gaspar Gsel- Laurent con
influencias del renacimiento italiano, que realizaron vidrieras para diversas
Catedrales españolas, entre ellas de Oviedo. Trece vitrales, doce con la figura
de los Apóstoles colocados seis a cada lado sobre la nave central a una altura
de 7 metros y uno en la pared posterior del coro de Jesús Salvador del Mundo.
Que lucen desde el 8 de diciembre de 1871 con motivo de la celebración de la
Purísima Concepción, donados por Pedro Dorticós.
Diseñados en forma de ventanales para ser abiertos, perfectamente simétricos con una perspectiva armónica de elegantes proporciones, gran riqueza cromática, con muy buena distribución del color y la proporción de sus figuras, son considerados como uno de los conjuntos de vitrales historicistas artísticos más importantes de la época, aunque el paso del tiempo las han deteriorado mucho.
En el lado Norte,
mirando desde el altar mayor están representados: San Matías con un hacha; San
Pablo con la espada; San Andrés con la cruz; San Juan Tadeo con un báculo,
estando rotos desde 1935 a causa de un huracán los de San Juan y Santiago el
Menor. En el lado Sur están: Santo Tomás con la escuadra, San Bartolomé con el
cuchillo, San Mateo con el libro, San Jacobo con el cayado y sus conchas en los
hombros, San Simón con una sierra y San Pedro con las llaves.
El decimotercero
es el más grande y mejor conservado, el de Jesucristo Salvador del Mundo,
situado sobre la puerta principal de entrada y en la parte posterior del coro.
Majestuoso inunda de luz la nave central, resaltando la enorme figura del
Salvador con una paloma dibujada en el centro de luceta. En él son visibles impactos
de bala que recibió el 5 de septiembre de 1957 durante el levantamiento contra
Batista.
A Pedro Dorticós
también se le debe la donación de otras dos vidrieras, ambas azules, para los
óculos que dan al presbiterio, realizada años más tarde. Una al lado sur, con
la imagen de la Santísima Virgen María, con la frase Sancta María. Y la otra en
el lado norte, sin ninguna imagen ni inscripción.
MÁS
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA. Pinchar en enlaces.
Otra
información sobre Cuba.
Capitolio
Nacional, símbolo de La Habana.
Catedral
de La Habana, joya del arte sacro americano.
Cueva
del Indio, una de las maravillas del valle de Viñales.
El
Mural de la Prehistoria, en Viñales.
Familia Santander, la saga referente en la artesanía trinitaria cubana.
Iglesia Mayor de la Santísima Trinidad, en Trinidad.
Museo Romántico, palacio y lujoso museo trinitario.
Palacio de Valle, el legado asturiano en la cubana Cienfuegos.
Plaza José Martí, el kilómetro cero de Cienfuegos.
Otra información sobre Cuba y su gastronomía.
Ajiaco,
el mestizaje en la mesa cubana.
Canchánchara,
el coctel trinitario mambí.
Cubalibre
versus Cubata. Los cócteles de la libertad.
Daiquiri,
el coctel cubano de referencia mundial.
La
gastronomía cubana, amalgama cultural.
Mojito, el cóctel heredero del bebedizo que salvaba a los piratas.
Saoco,
el cóctel festivo que triunfa en las playas cubanas.
“La
gente se arregla todos los días el cabello, ¿por qué no el corazón?”. Mahatma
Gandhi (1869-1948) político indio
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