lunes, 25 de noviembre de 2024

Catedral de La Habana, joya del arte sacro americano.

Su origen tuvo en la iglesia construida por la Compañía de Jesús en 1748, fue declarada Catedral en 1788 siendo una de las más antiguas del continente americano.

La ciudad de la Habana fue fundada por Pánfilo de Narváez en 1514, bajo las órdenes de Diego Velázquez de Cuéllar, con el nombre de San Cristóbal de la Habana, siendo la sexta villa fundada por los españoles en Cuba. Gozando del título de Ciudad desde 1592, por concesión del rey Felipe II al estar ubicada en ella el gobierno de la isla, pasando a ostentar su capitalidad.




En la actualidad es la ciudad con más población del país, con 2.137.847 habitantes según el censo poblacional de 2022. Y entre su rico patrimonio cuenta con una de las consideradas más bellas y sobrias iglesias del barroco americano, su Catedral bajo la advocación de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María. Ubicada en el corazón del barrio de la Habana Vieja, el más antiguo de la ciudad, está declarada desde 1982 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.




Preside la plaza que lleva su nombre y que se completa con las mansiones de la nobleza habanera colonial, con los palacios del Marqués de Arcos y el Aguas Claras y  el de los condes de Casa Bayona.

Primigeniamente fue un oratorio de la Compañía de Jesús, que comenzaron a construir su convento e iglesia por concesión real en 1748, aunque cuando fueron expulsados del territorio americano en 1767 por orden de Carlos III la misma no estaba terminada por completo, aunque sí el convento.

En 1755 se consagró la incompleta capilla a Nuestra Señora de Loreto, cuya imagen presidía el altar mayor, obra del habanero Lorenzo Camacho.  Que forma parte de la actual Catedral, contando con una entrada independiente, estando su cúpula por debajo de las torres laterales catedralicias.




En 1772, ante el mal estado de la iglesia parroquial y del oratorio de San Felipe Neri se trasladó el culto en la capital cubana a la inacaba iglesia. Que fue convertida en Catedral -una de las primeras de América- cuando España dividió la isla en dos diócesis en 1788, una la existente en Santiago de Cuba y otra en la Habana, por orden de su primer obispo Felipe José de Trespalacios, cambiando la advocación a la Virgen María de la Concepción Inmaculada, cuya imagen preside el altar mayor




Típica construcción de mediados del siglo XVIII que atiende a la sobriedad con que la Compañía de Jesús dotaba a sus fundaciones. De estilo barroco de la corriente toscana por sus dos torres, de inspiración cubana, su achatamiento responde a un estilo muy típico de Cuba que prefiere desarrollar los edificios más en anchura que en altura.




Su fachada fue diseñada por el arquitecto italiano Francesco Borromini, dominada por dos torres desiguales, en la que la del campanario es más maciza que la otra que flanquea la fachada principal por contener los cuerpos de las campanas, más necesitadas de refuerzo.




El templo tiene forma de rectángulo, con suelo de mármol blanco y negro que sustituyó al antiguo de piedras, con tres naves prácticamente cuadradas y alberga ocho capillas laterales divididas por gruesos pilares, que sustituyeron a los existentes al ser consagrada como Catedral.





Capillas dedicadas a Nuestra Señora de Loreto, de la Asunción, de Guadalupe, a la Dolorosa y a la Virgen de la Caridad del Cobre –patrona de Cuba-, así como al Santo Calvario, a San Prudencio y San Cristóbal, patrono de la Habana, respectivamente.





Con un papel preminente de San Cristóbal, escenificado delante del altar.




En el templo se realizaron cambios importantes, marcando cada obispo su impronta con diferentes obras, especialmente en los primeros años del siglo XIX. Los principales por el obispo Juan José Díaz de Espada, que ordeno la eliminación de lo que consideraba de mal gusto, sustituyendo las primigenias tallas jesuíticas por vulgares copias de obras originales de Murillo, Rubens y otros artistas famosos, realizadas por el francés Jean Baptiste Vermay, autor también de los cuadros de El Templete.





Los trabajos de escultura y orfebrería del altar mayor, así como del tabernáculo, fueron realizados en Roma por el italiano Bianchini en 1820, bajo la dirección del escultor español Antonio Sola.




En la parte superior del altar se encuentran tres pinturas al fresco, entre ellas la de La Asunción, del italiano Giuseppe Perovani. Lo que sin embargo sigue siendo un misterio es como llegó a Cuba el cuadro “El Papa disponiéndose a decir misa”, que se conserva en el templo y que fue pintado en el siglo XV con anterioridad al descubrimiento de América.




En su interior también se encuentran varias tumbas de obispos y personajes ilustres de la ciudad. Habiendo estado en la nave central el monumento funerario con los restos de Cristóbal Colón, obra del arquitecto español Arturo Mélida, traídos de Santo Domingo en 1795 y que allí permanecieron hasta la independencia de España en 1898, en el que fueron trasladados a la Catedral de Sevilla.




En toda su historia la Catedral ha tenido un enorme significado religioso para los habitantes de La Habana porque su dedicación a la Virgen se ha convertido, de paso, en templo santero al identificarse la Madre de Dios con la orisha Yemayá, por lo que aún hoy en la actualidad, no es extraño ver ofrendas santeras en su recinto e incluso en los rincones de sus muros exteriores.




 

MÁS INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA. Pinchar en enlaces.

Viajes Dendecagüelu.

Otra información sobre Cuba.

Capitolio Nacional, el símbolo de la Habana.

Catedral de Nuestra Señora de la Purísima Concepción de Cienfuegos.


El Mural de la Prehistoria, en Viñales.

Floridita, el bicentenario bar cubano referente mundial.

Iglesia Mayor de la Santísima Trinidad, en Trinidad.

Museo Romántico, en Trinidad.

Palacio de Valle, el legado asturiano en la cubana Cienfuegos.


Plaza José Martí, el kilómetro cero de Cienfuegos.


Otra información sobre Cuba y su gastronomía.

Ajiaco, el mestizaje en la mesa cubana.

Canchánchara, el coctel trinitario mambí.

Cubalibre versus Cubata. Los cócteles de la libertad.

Daiquiri, el coctel cubano más universal.



Saoco, el cóctel festivo que triunfa en las playas cubanas.

 

“La Catedral de La Habana es música grabada en piedra”. Alejo Carpentier y Valmont (1904-80) escritor cubano.

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario