Obra de Sebastián Miranda, se ubica en la confluencia de las calles Gascona y Jovellanos.
Oviedo, tercera capital del reino de Asturias, y por tanto en su momento de España, ostenta la capitalidad del Principado de Asturias, estando ubicado en el centro neurálgico del mismo. Vertebrado en 30 parroquias, su extensión es de 186,15 kilómetros cuadrados, se encuentra a una altitud de 227 metros sobre el nivel del mar, resguardado por el monte Naranco al norte, y la sierra del Aramo al sur, y su censo poblacional es de 220.406 habitantes –censo de 2020-.
Ciudad repleta de magia, la vieja dama del norte de España renueva cada día su encanto. Si algo la define es el exquisito cuidado de todos sus rincones. Visitarla y recorrerla es una aventura apasionante, la alta peatonalización de sus calles –tanto del centro como de barrios- permite al visitante el disfrute de parques, edificios, plazas, esculturas, fuentes, rincones y sobre todo gentes, y todo ello enmarcado en una máxima limpieza que le ha valido para ser galardonada en diferentes ocasiones como la ciudad más limpia de España.
Moderna y vital, pero repleta de historia, sus doce siglos de historia le permiten atesorar un patrimonio artístico como pocas ciudades españolas. Sus íconos monumentos del arte prerrománico, declarados Patrimonio de la Humanidad, se complementan con múltiples edificios civiles y religiosos, como la Catedral, componiendo un paisaje urbano al que complementan monumentos conmemorativos y esculturas.
Paisaje que se ha visto incrementado notablemente en las dos últimas décadas, debido al auge de esculturas que proliferan por todos sus rincones. Más de ciento cincuenta esculturas y monumentos, muchas en tamaño natural a píe de calle, la convierten en un museo abierto e interactivo las veinticuatro horas, símbolos inmortales y representativos de la ciudad, susceptibles de ser tocadas, abrazadas y fotografiadas.
En el centro de la capital, en una de las entradas del barrio monumental antiguo, se encuentra la calle Gascona, que en las últimas décadas es una de las referencias de la hostería ovetense, al estar prácticamente todos los bajos de los edificios ocupados por sidrerías, lo que le ha valido la denominación de “Bulevar de la Sidra”.
Calle perpendicular por su parte norte con la calle Alcalde García Conde y por su parte sur con la calle Jovellanos. En la confluencia de esta última con Gascona, al inicio de esta, se ubica la escultura denominada LA GITANA.
Obra del artista ovetense Sebastián Miranda y Pérez-Herce, nacido el 7 de julio de 1885 y fallecido en Madrid el 19 de octubre de 1975, a cuyos herederos compró el Ayuntamiento de Oviedo los derechos de parte de su obra. Siendo esta obra, junto con las del “Concierto Gitano”, “La Maternidad”, “La Pescadora” y “La Encarna con Chiquilín” las cinco que de momento forman parte del mobiliario urbano de la ciudad.
Su colocación y ubicación fue una petición realizada por la “Asociación de sidrerías de la calle Gascona” al Ayuntamiento de Oviedo, quien atendiendo la misma mando realizar una copia de tamaño mayor que la original que luce en el museo Municipal de Málaga, y que fue inaugurada el 20 de octubre de 2005.
Realizada en bronce, responde a una de las temáticas preferidas del autor, la del mundo gitano, de cuya etnia tuvo varios modelos para realizar sus obras. Representa a una gitana de edad avanzada de pie, con un cesto en una mano, y con la otra en su vestido, que luce una pañoleta en su cabeza.
A pie de la escultura luce una placa con el texto “Gitana. Sebastián Miranda. Ovetense. 1885-1975”.
Cofradía del Desarme, II Gran Capítulo, octubre 2014.
Cofradía Doña Gontrodo, III Gran Capítulo, 2010.
Cofradía Doña Gontrodo, IV Gran Capítulo, 2012.
Cofradía Doña Gontrodo, V Gran Capítulo, 2014.
Día de América en Asturias. Oviedo, LXIII edición, 19 de septiembre de 2013.
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