Ubicada en la plaza el Carbayón, es obra del escultor asturiano Gerardo Zaragoza.
Oviedo, tercera capital del reino de Asturias, y por tanto en su momento de España, ostenta la capitalidad del Principado de Asturias, estando ubicado en el centro neurálgico del mismo.
Vertebrado en 30 parroquias, su extensión es de
186,15 kilómetros cuadrados, se encuentra a una altitud de 227 metros sobre el
nivel del mar, resguardado por el monte Naranco al norte, y la sierra del Aramo
al sur, y su censo poblacional es de 220.406 habitantes –censo de 2020-.
Oviedo es una ciudad repleta de magia, la vieja
dama del norte de España renueva cada día su encanto. Si algo la define es el
exquisito cuidado de todos sus rincones. Visitarla y recorrerla es una aventura
apasionante, la alta peatonalización de sus calles –tanto del centro como de
barrios- permite al visitante el disfrute de parques, edificios, plazas,
esculturas, fuentes, rincones y sobre todo gentes, y todo ello enmarcado en una
máxima limpieza que le ha valido para ser galardonada en diferentes ocasiones
como la ciudad más limpia de España.
Moderna y vital, pero repleta de historia, sus
doce siglos de historia le permiten atesorar un patrimonio artístico como pocas
ciudades españolas. Sus íconos monumentos del arte prerrománico, declarados
Patrimonio de la Humanidad, se complementan con múltiples edificios civiles y
religiosos, como la Catedral, componiendo un paisaje urbano al que complementan
monumentos conmemorativos y esculturas.
Paisaje que se ha visto incrementado
notablemente en las dos últimas décadas, debido al auge de esculturas que
proliferan por todos sus rincones. Más de ciento cincuenta esculturas y
monumentos, muchas en tamaño natural a píe de calle, la convierten en un museo abierto e
interactivo las veinticuatro horas, símbolos inmortales y representativos de la
ciudad, susceptibles de ser tocadas, abrazadas y fotografiadas.
En el lateral izquierdo del teatro Campoamor, en
la plaza del Carbayón, a pocos metros del mítico Carbayón (roble), allí
plantado en sustitución del derribado en 1879 en la calle Uría, cuando el
ensanche de la ciudad, símbolo de la misma y que nos da el gentilicio a los
ciudadanos de Oviedo de “carbayones”, se encuentra la escultura “Plácido
Álvarez Buylla Godino”.
Con ella el Ayuntamiento
quiso homenajear al médico y escritor ovetense, neumólogo, jefe clínico y
profesor e impulsor de la creación del Hospital General del Asturias, nacido el 12-04-1898 y fallecido el 01-04-1971 en la ciudad, nombrado apenas dos meses más tarde de
su fallecimiento “Hijo predilecto de Oviedo”, a la vez que se le daba su nombre
a una calle.
La escultura es un busto
en bronce sobre pedestal de granito, realizado por el escultor asturiano de
Cangas de Onís, Gerardo Zaragoza (1902-85), levantado por suscripción popular.
Inaugurado el día grande
de las fiestas de Oviedo del año 1972, el 21 de septiembre, quedando constancia
del homenaje, en su placa al “medico humanista, maestro del saber y del
vivir, guía de una generación, símbolo del amor a Oviedo” que luce en el
pedestal.
Cofradía del Desarme, II Gran Capítulo, octubre 2014.
Cofradía Doña Gontrodo, III Gran Capítulo, 2010.
Cofradía Doña Gontrodo, IV Gran Capítulo, 2012.
Cofradía Doña Gontrodo, V Gran Capítulo, 2014.
Día de América en Asturias. Oviedo, LXIII edición, 19 de septiembre de 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario