jueves, 12 de noviembre de 2020

Capilla de la Regalina, en Cadavedo, Valdés.

En ella se celebra desde 1931 cada último domingo de agosto,  una de las fiestas más populares del Principado de Asturias.

El concejo de Valdés, en el occidente del Principado de Asturias, cuenta con una superficie total de 353,52 kilómetros cuadrados y una población de 11504 –censo de 2019-, limita al norte con el mar Cantábrico, al este con los concejos de Cudillero y Salas, al oeste con los de Navia y Villayón y al sur con los de Tineo y Salas.

Vertebrada en quince parroquias, seis de ellas están bañadas por el mar Cantábrico, una de ella es Cadavedo. Situada en la zona norte del concejo, a 18 kilómetros de la capital municipal, en la rasa costera limitando con el mar Cantábrico, enfrente de la sierra de Palancas, bajo la advocación de Santa María de Riégala, más conocida por la Regalina, aglutina los núcleos poblaciones de Cadavedo, Ribón y Villademoros. Ubicada a una altitud de 90 metros, cuenta con una superficie de 10,26 kilómetros y un censo poblacional en 2019 de 444 personas.

La localidad cuenta con un rico patrimonio, tanto monumental con un buen número de casas de indianos construidas por parte de los muchos emigrantes que salieron del lugar, como etnográfico con un censo cercano al centenar de hórreos y paneras.



Sin embargo la popularidad del lugar viene dada por la celebración anual de la festividad en honor de la Virgen de la Riégala, que se celebra en el denominado campo de la Garita, dónde se ubica la capilla bajo la advocación de la Virgen.




Ubicado en el extremo más norte de la localidad, el campo es en realidad un cabo que se adentra en el mar Cantábrico, llamado punta del Cuernu, dominando toda la rasa costera que va del cabo Vidio al de Busto.






Sobre el lado oeste de la playa de la Ribeirona y el este de la de Churin, en un entorno de sutil e inigualable belleza. Adquirido por la parroquia por iniciativa del entonces párroco el padre Galo, quien a su vez promovió la construcción de la capilla en honor de la Virgen en él.

Playa Riberona, en Cadavedo.





Construida en 1931, es un edificio de sencilla traza y unas dimensiones de unos 100 metros de superficie pintada en blanco y azul, techumbre de pizarra y coronada con una pequeña espadaña de una sola campana. Dividida en dos partes, con un pequeño pórtico abierto con techumbre soportado por cuatro columnas y el recinto religioso, que guarda la talla de la Virgen que aunque transformada originariamente podría ser del siglo XIV.



Imagen no exenta de leyenda, en la que la tradición oral del lugar transmite que un campesino cuando se encontraba en las inmediaciones de la Garita escuchó sonar una campana, probablemente por efecto del viento, y a al acercarse a averiguarlo encontró la talla de la Virgen en el interior del tronco de castaño. Otra versión hace referencia a que fue escondida en el árbol por devotos para esconderla y protegerla de los musulmanes en la época de la Reconquista.




En la Garita también se ubican dos hórreos, uno en cada acantilado del cabo, sobre las playas de Churin y de la Ribeirona respectivamente. El primero, en el lado oriental, con un carro del país en su parte baja, y el segundo, en el occidental, con una pequeña explanada.








Complementando el recinto una fuente, que lleva desde 1985 el nombre de Jesús Pérez Abello, el vecino que ejercía de pregonero en la Fiesta durante más de cincuenta años, así como una serie de bancos ubicados estratégicamente para el disfrute visual que el lugar permite.




El campo es el lugar de celebración cada último domingo de agosto de la Fiesta de la Regalina, promovida también en 1931 por el padre Galo Antonio Fernández (1884-1939), oriundo de la localidad, a su vez escritor y estudioso del folclore local que firmaba con el seudónimo de Fernán Coronas, y en cuyo honor luce una pequeña lápida colocada en 1984 en el lateral derecho de entrada al interior de la capilla.




Fiesta declarada de Interés Turístico Regional en 1977, impregnada toda ella desde su creación de folclore y tradiciones locales que los lugareños no sólo han conseguido conservar, sino también convertir en una de las referencias festivas de estío asturiano.




El desfile desde el barrio de la Rapa hasta la Garita, de carros del país tirados por bueyes y personas ataviadas con el traje regional y los ramos de alfiladas –bollos de harina y nueces realizados según una receta italiana traída por el párroco de uno de sus viajes-; la solemne Misa seguida de la procesión con la Virgen; lectura del pregón en faliecha valdesana, el dialecto local; la entrega de los premios de poesía en honor al fundador; la interpretación de la danza prima del ramo escrita por Galo; los bailes tradicionales y la comida campestre, conforman esta peculiar Fiesta en un entorno natural idílico envuelta en las más genuinas tradiciones del Principado en general y del occidente en particular.



 

MÁS INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA. Pinchar en enlaces.

Un Principado para descubrir.

CERTAMEN DE CAMELIAS.

Certamen de camelias Villa de Luarca. IV edición. 2019. Pregón de Luis Javier Del Valle.

DESCENSO ECOLÓGIO DEL RÍO ESVA.

FIESTAS Y SIMILARES.

JARDINES DE LA FONTE BAIXA.

MUSEOS, PLAYAS y OTROS DE INTERÉS

Casa palacio de los Gamoneda.

Cementerio de Luarca.

Picos Estoupo y Capilla Martín, desde el alto de Aristébano.

 

“Nuestra señora de Riegla, aquí fe temos el ramu, todu chen de cintas, de cintas y escapularios……Regalina nuesa, Virxine bendita, sema bendiciones dinde la Garita ….”. Galo Antonio Fernández, padre Galo (1884-1939) sacerdote y escritor asturiano.

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