Lugar situado en la punta Focicón, en ella se encuentran el atípico conjunto que engloba lo más intrínseco y emblemático de la localidad.
En el occidente del Principado de Asturias se encuentra el concejo de Valdés, cuya extensión de 375 kilómetros cuadrados está vertebrara en 14 parroquias, 6 de ellas en el litoral costero cantábrico entre ellas su capital, Luarca. Con un censo poblacional de 4937 personas –censo de 2019-, ha sido a lo largo de la historia el puerto más importante del occidente asturiano y uno de los más importantes del Principado de Asturias, superado sólo por Gijón y Avilés.
También llamada “La villa blanca de la costa verde”, obtuvo su carta puebla en el año 1270 otorgada por el monarca Alfonso X el Sabio, cuyos privilegios provoco su crecimiento de todo tipo basado en sus actividades marineras y pescadoras, estando vertebrada urbanísticamente por el río Negro, que desemboca en una de sus tres playas.
Uno de sus primigenios barrios es el de Cambaral, históricamente habitado por pescadores, considerado uno de los focos de inicio del asentamiento humano en la villa, en el que se encuentran sus construcciones más antiguas. Su nombre, no exento de la leyenda que lo relaciona con el pirata corsario de mismo nombre que atacaba el lugar, está más bien relacionado con la cantidad de cangrejos que en él se encontraban.
De su nacimiento en la parte derecha del puerto, el barrio fue creciendo hacia el sur ladera arriba, con un trazado irregular de callejuelas y callejones estrechos de casas unifamiliares de dos pisos de altura máxima, desde las que se divisan las mejores vistas de la villa.
La capilla de la Atalaya; el vistoso cementerio parroquial; el faro; los restos de la fortificación medieval y la Mesa de reunión del Nobilísimo Gremio de Mareantes y Navegantes, conforman un atípico conjunto que engloba lo más intrínseco y emblemático de la localidad.
De la capilla, no hay datación histórica de su origen aunque de su existencia hay referencias del siglo XIII, su estructura actual data de inicios del siglo XVIII, habiéndose realizado una importante rehabilitación en 1961.
Bajo la advocación de la Virgen Blanca, la imagen que –leyenda o no- fue hallada y recogida por pescadores en noviembre de 1530 en una cueva horadada por el mar, que atraviesa la punta del Focicón, pasando por debajo de la capilla y terminando en la cala, como se refleja en uno de los catorce murales de cerámica de Talavera que lucen en la cercana muralla medieval.
Capilla de tres cuerpos, en dos de ellos lucen los retablos de la Virgen junto a la Verónica y San Juan, en uno y en otro gótico del siglo XV la talla barroca del XVII del Buen Jesús del Nazareno, con la Dolorosa y el Cristo de la Victoria.
A continuación de la capilla, sobre la punta del acantilado, luce el Faro, lugar de referencia histórica de los hombres de la mar. Primigeniamente por los fuegos que en el lugar se encendían como orientación; posteriormente por la luz que se encendía en el campanario de la capilla al menos desde el siglo XIV; y ya desde 1862 por el existente en la actualidad, compuesto por la torre del faro, la vivienda del farero y una anexa edificación.
Antes del Faro, concluye el terreno que acoge uno de los elementos más llamativos y visitados de la villa y uno de sus emblemas, su cementerio municipal. Construido entre los años 1809 y 1813, dando continuidad al existente en el entorno de la iglesia parroquial de Santa Eulalia, conforma un conjunto singular de excelente factura tanto por su ubicación como por su contenido, considerado uno de los más antiguos y más bellos de la península ibérica y de los más fotografiados, habiendo sido candidato al cementerio más bonito de España en el año 2017.
Metros más abajo se encuentra el
conjunto monumental, rehabilitado entre 1955 y 1959, en el que se levantó un tramo de muralla almenada, con torreón y
bastión, aprovechando los restos de una batería defensiva del siglo
XVI que protegía la villa, sobre la que se colocaron catorce mosaicos
policromados hechos en cerámica de Talavera, que narra episodios de la
tradición marinera y hechos históricos y legendarios protagonizados por los
hombres de la villa desde el año 842 que repelen un ataque normando a la
reconquista de la villa en el año 1809 en la guerra de la Independencia contra
los franceses.
Baluarte defensivo que tiene a dos metros de su base, dominando la villa, la reconstruida Mesa dónde se celebraban las reuniones y juntas del “Nobilísimo Gremio de Mareantes y Navegantes de la Pobla de Luarca”, encargados de regular todo lo concerniente al oficio de la pesca, y dar cobertura social a sus miembros.
Cerrando por el lado oriental la Atalaya y la punta el Focicón sus acantilados y la pequeña cala denominada las Arreas, a la que no se puede acceder desde tierra y en la que desagua un colector municipal.
MÁS INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA. Pinchar en enlaces.
DESCENSO ECOLÓGIO DEL RÍO ESVA.
Descenso Ecológico del río Esva, en el valle de Paredes. XX edición, agosto 2014.
Descenso Ecológico del río Esva, en el valle de Paredes. XXI Edición, 15-08-2015.
Descenso Ecológico del río Esva. XXIV edición. Pregón de Tina Gutiérrez.
Descenso Ecológico del río Esva. XXIV edición, 17-08-2019
FIESTAS Y SIMILARES.
Jardines de la Fonte Baixa. Rocas con larga historia. El Chano (Valdés).
Jardínes de la Fonte Baixa. Vídeo de sus árboles y plantas.
Jardínes de la Fonte Baixa. Vídeo de sus obras de arte.
Jardines de la Fonte Baixa. Vídeo de sus panorámicas.
MUSEOS, PLAYAS y OTROS DE INTERÉS.
Capilla de la Virgen Blanca, en la Atalaya, Luarca.
RUTAS DE MONTAÑA
Alto y braña de Aristébano, en Valdés.
Foces del río Esva, PR-AS-2. Travesía desde Ese de Calleras (Tineo) a Agüera (Valdés).
Picos Estoupo y Capilla Martín, desde el alto de Aristébano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario