Sita en la Jacetania, Huesca, en el paso fronterizo con Francia.
Canfranc es una
localidad y municipio ubicados en la comarca de la Jacetania, en la provincia
de Huesca, lindante y paso fronterizo con Francia. Situado a una altitud de
media de 1040 metros, su extensión es de 71,60 kilómetros cuadrados, y su
población censal a 2016 es de 543 habitantes, que habita los núcleos de
Canfranc y Canfranc Estación.
Documentado ya
en el siglo XI como paso fronterizo y del Camino de Santiago, su revitalización
económica y social se produjo a finales del siglo XIX con la llegada del
ferrocarril, surgiendo el pueblo de Canfranc Estación, en el paraje conocido
como los Arañones, situado a 1190 metros de altitud, en el que se encuentra la
estación internacional que toma el nombre de la localidad.
Estación cuya
construcción ha sido fruto del proyecto vanguardista de comunicar España con
Europa a través del eficaz transporte de la época, el tren. Proyecto que se fraguó en 1853, comenzó a hacerse realidad cuando la línea
férrea llegó a Jaca desde Huesca, y que se concretó en 1904 con la firma el
Tratado Internacional por el que se aprueba la línea transpirenaica a través
del túnel de Somport y sus obras necesarias.
Y que requirió
de majestuosas obras y de prodigiosa ingeniería forestal, por el emplazamiento
elegido, un terreno abrupto, astillado en parte por el cauce del río Aragón.
Primero fue necesario canalizar y desviar el río; segundo fue igualar el
terreno con importantes movimientos de tierra; y tercero fue necesario hacer
una prodigiosa ingeniería forestal, con especiales protecciones contra
torrentes y aludes, con una repoblación de más de ocho millones de pino.
La
construcción de la estación y la inauguración del túnel se demoraron en el
tiempo, debiendo superar problemas coyunturales políticos y económicos, como el
estallido de la Primera Guerra Mundial, y de orden técnico como el ancho de
vía. Aunque el túnel se concluyó en 1915, la estación no se comenzó hasta 1923,
siendo inaugurada el 18 de julio de 1928, por el rey Alfonso XIII y el
presidente francés Gastón Doumergue.
Estación
compartida por ambos países. Exteriormente, con un tramo de vía ancha
internacional, otro con ancho español y un segmento de ancho mixto; con aduana
y frontera. Y en lo referente al edificio, desde el vestíbulo principal, la mitad sería suelo francés y la otra mitad
suelo español, en cada lado había dependencias
de policía, hacienda, enfermería, cafetería, hoteles, bibliotecas, correos y
bancos del respectivo país.
El
esplendoroso edificio fue diseñado por el arquitecto Fernando Ramírez de
Dampierre, con influencias arquitectónicas diversas, que se concibió como un
gran escaparate ante los visitantes extranjeros. Desde el punto de vista
arquitectónico, consta de un edificio principal, varios muelles para trasbordo
de mercancías, y el depósito de máquinas. Utilizándose en su construcción una
variada combinación de materiales, como el cristal, piedra, hormigón, hierro y
pizarra, propios de la arquitectura industrial del momento.
Exteriormente sigue modelos de la arquitectura
palacial francesa del siglo XIX, con desarrollo de planta alargada y estructura simétrica, con una longitud es de 241 metros, anchura de 12,500 metros, posee 75
puertas en cada uno de sus lados, y tantas ventanas como días tiene un año, 365.
Articulado en cinco cuerpos, con el central y los
laterales adelantados más elevados, que presentan tejado curvo
apizarrado a cuatro vertientes, y se coronan con cuatro pináculos apiramidados
dispuestos en sus flancos.
Los dos
pisos del cuerpo se abren mediante arcos de medio punto, el primero por los frentes oriental y occidental a los andenes, cubiertos por una
marquesina sobre columnas y pilares metálicos. El segundo piso, con vanos abuhardillados en la cubierta apizarrada, que denota la
clara influencia de la arquitectura francesa
El interior es
luminoso, equilibrado y elegante, con una distribución funcional de los
espacios a partir de un vestíbulo central cubierto con una gran cúpula de
fundición.
En la planta baja, el vestíbulo, situado bajo la cúpula central, estaba decorado con grandes ventanales, pilastras adosadas de sabor clasicista, capiteles, molduras de escayola y trabajos en madera, de gusto Déco, se combinan para crear un espacio suntuoso.
En la planta baja, el vestíbulo, situado bajo la cúpula central, estaba decorado con grandes ventanales, pilastras adosadas de sabor clasicista, capiteles, molduras de escayola y trabajos en madera, de gusto Déco, se combinan para crear un espacio suntuoso.
Allí se situaban las taquillas y las ventanillas de información para los
viajeros, el restaurante del Hotel Internacional, las oficinas de las compañías
de ferrocarriles del Norte y del Midi, los servicios aduaneros y las
dependencias auxiliares como telégrafos, correos y servicios médicos, claramente diferenciados tanto por su estructura como por su decoración.
En los pisos
superiores, a los que se accedía por una gran escalera de madera, se
encontraban las habitaciones del hotel Internacional, las dependencias de las
compañías española y francesa, y las viviendas de los empleados de la estación.
Históricamente
la estación paso por diversos avatares. En 1931 sufrió un incendio de
importante consideración que afecto solo a la parte española. Con el estallido
de la Guerra Civil española, se convierte en lugar estratégico, se creó un
corredor de búnkeres y tapiándose el túnel hasta 1939, cuando estalla la II
Guerra Mundial. Desde 1942 a 1945, los Nazis tomaron el control de la parte
francesa, con importantes altercados y tensiones con los militares españoles.
Las
conexiones entre ambos países se mantuvieron hasta el 27 de marzo de 1970,
cuando se suspendieron por el descarrilamiento de un tren de mercancías en la
parte francesa, provocando el derrumbe del puente de L´Estanguet, con la
interrupción del servicio entre ambos países.
Servicio
que desde entonces se mantiene cerrado, y que ha causado el abandono paulatino
de la estación, pasando a ser propiedad del Gobierno de Aragón en 2013, quién
ha emprendido obras de rehabilitación en el vestíbulo central y en la
restauración de algunos vagones de época, siendo posible la visita a las
instalaciones y realizándose actos festivos de forma puntual coincidiendo con
fechas señaladas. Estando previsto durante el año 2018 la subasta del conjunto
para su rehabilitación integra, con fines turísticos y lúdicos.
Declarada
“Bien de Interés Cultural”, en la categoría de Monumento, el 6 de marzo de 2002
por el Gobierno de Aragón, ha sido a lo largo de su historia plató de numerosas
grabaciones cinematográficas y televisas.
MÁS INFORMACIÓN. Pinchar enlaces.
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“Los Pirineos han dejado de existir”. Alfonso XIII,
rey de España (1886-1941), frase motivo de la inauguración de la estación.
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