Ubicada en el valle del río Aragón a 881 metros
de altitud, al norte de la provincia de Huesca, de cuya capital dista 72
kilómetros, capital pretérita del Reino de Aragón y de la comarca de la
Jacetania, Jaca está considerada por sus valores históricos, patrimoniales,
naturales y comerciales como la “perla del Pirineo”.
A 31 kilómetros de la frontera francesa por el
puerto de Somport, por donde entra en España una de las ramas más transitadas
del Camino de Santiago, la meseta dónde reside la mayor población del Pirineo
aragonés está enmarcada entre el pico de la Collorada (2.866 metros) y la peña
de Oroel (1.769 metros).
Jaca, que en el censo de 2017 cuenta con una
población de 12.889 habitantes, es hoy una síntesis entre su apretado e intenso
pasado, que ha dejado su impronta en sus notables monumentos, y su gran
presente turístico y comercial. Auténtico museo vivo, con más de dos mil años
de historia y un extraordinario casco antiguo, con un urbanismo dónde conviven
estilos arquitectónicos y estilísticos diferentes, la ciudad goza de la declaración de Bien de Interés Cultural.
Su origen se remonta al siglo III antes de
Cristo, con el asentamiento de la tribu íbera llamada iaccetana, que acuño la
moneda denominada Iacca. Asentamiento al que sucedieron los de romanos, suevos,
visigodos y musulmanes, Jaca entra en la historia en el año 1077, cuando
el primer monarca del reino de Aragón,
Sancho Ramírez -Ramiro I-, la convierte en capital del reino, le otorga Fuero, le concede
el título de ciudad y traslada allí la sede episcopal, viviendo su época de
mayor esplendor entre los siglo XI y XIII.
Ser lugar de paso del Camino de Santiago la doto
de un esplendor difícil de alcanzar de otra manera. La vía de peregrinación
jacobea, que en época medieval ponía en comunicación toda Europa, era todo un
mundo tremendamente rico en flujos e intercambios de personas, productos e
ideas, que dejo las primeras connotaciones artísticas en la ciudad con el arte
románico, el considerado primer arte internacional.
Arte cuya joya en Aragón es su Catedral de San
Pedro, declarada Monumento Nacional en 1931 y Bien de Interés Cultural en 1985,
considerada como uno de los templos más importantes del románico español y
referente del mismo, no solo por su datación –año 1077- sino también por
presentar elementos arquitectónicos propios que conviviendo con ajenos la hacen
única.
Su origen está íntimamente ligado a la fundación
de la ciudad, la emblemática edificación fue modificada con sucesivas
reformas, de planta basilical con crucero y tres naves, de triple ábside y dos
puertas de acceso, alberga capillas y retablos de diferentes épocas y estilos.
Sus primeros y únicos elementos decorativos, como el crismón de su portada
occidental y su decoración de ajedrezado jaqués, tuvieron una gran influencia
en todo el románico español por el que se difundió a través de la vía jacobea.
Catedral, que en torno a
su claustro, alberga el Museo Diocesano de Jaca, inaugurado en 1970 como museo
de arte sacro medieval. Su creación fue motivada por los hallazgos en la década
anterior del importante conjunto de pinturas murales románicas y góticas al
fresco, con el fin de salvaguardar y garantizar la conservación de las mismas,
datadas entre los siglos XI y XVI, que decoraban las iglesias y ermitas del
Pirineo aragonés y que permanecían ocultas o en grave riesgo de desaparición, y
que fueron traspasadas a lienzos para su nueva ubicación.
Ampliado y reinaugurado
en el año 2010 conforma una superficie expositiva de más de dos mil metros
cuadrados repartidos en dos plantas y diez salas, estando su conjunto expositivo
considerado como uno de los bellos del mundo de estilo románico.
La iglesia de Santiago, de principios del siglo
XI y renovada en el XVII; la iglesia del Carmen, del siglo XVII, único elemento
que queda del antiguo convento de las Carmelitas; los restos de la ermita
románica de Sara y el monasterio de Santa Cruz, con restos del siglo XVI, son
los otros elementos destacados del rico patrimonio religioso. Civil, pero de
carácter religioso, es el renacentista palacio episcopal construido en 1606 y
que alberga todos la documentación eclesiástica desde el siglo XI.
Las dos edificaciones más emblemáticas civiles
son la actual casa consistorial y la torre del reloj. En la calle Mayor,
arteria principal de la ciudad y centro del poder civil y religioso a lo largo
de la historia, se encuentra el edificio renacentista, en estilo plateresco
aragonés, construido en el año 1544 del actual Ayuntamiento.
En él destaca su
portada toscana presidida por el escudo de la ciudad; en la segunda planta los
frontones de sus ventanas contienen las barras de Aragón, componiendo la
tercera –añadida a principios del siglo XX- ventanas clásicos aragoneses. Su
interior acoge importantes obras de arte, y joyas históricas y documentales de
Aragón.
A la vuelta del
consistorio se encuentra la torre del reloj. Edificación gótica del año 1445,
como construcción provisional a la destrucción parcial de la Catedral con
motivo del fuego que asolo a la ciudad, paso a ser residencia del Merino
–recaudador de impuestos y administrador del rey- así como de varias familias
nobles, antes de convertirse en 1602 en cárcel vigente hasta 1955.
Su actual nombre se debe
a la colocación en 1599 del reloj y campanario que marcó la vida urbana de la
ciudad. En 1968 se sustituyo su
chapitel, pasando a exponerse las campanas del antiguo reloj en la entrada de
la casa consistorial.
A la puerta de la torre,
se alza la escultura de Ramiro I, el primer rey de Aragón, que reinó entre 1035
y 1069, quien estableció en Jaca su capital. Realizada en 1973 en bronce y con
pedestal de piedra, fue instalada inicialmente en la plaza del Marqués de la
Cadena, antes de su ubicación actual.
Jaca también cuenta con un rico patrimonio
militar, con su ciudadela como ícono, complementada con el fuerte de Rapitán.
Ciudadela, denominada castillo de San Pedro, su construcción comenzó
en 1592 en tiempos de Felipe II y concluyó en el siglo XVII.
Su objetivo inicial fue la protección ante los
posibles ataques franceses y frenar las guerras entre religiosos protestantes y
católicos desencadenadas en Europa. La fortificación, de planta pentagonal,
cuya entrada se realiza a través de un puente levadizo, conserva todos sus
elementos principales, como el foso, el gran patio de armas, los baluartes,
escarpas, cuarteles, túneles, polvorines
y la iglesia bajo la advocación de San Pedro.
Declarado en 1951 monumento histórico-artístico,
su interior acoge desde el año 2007 el “Museo de miniaturas militares”, con una
colección de más de 32.000 figuras de plomo que se exhiben en 23 escenarios
históricos, mostrando la evolución de las armas, los uniformes y tácticas de
combate desde el inicio de la era moderna hasta el siglo XXI.
En 1915 se derribó la
muralla y los torreones que rodeaban la ciudad, facilitando la transformación
urbana, su ensanche y la construcción de nuevas edificaciones, principalmente
por la burguesía local con tintes neobarrocos, neorrenacentistas y modernistas,
algunos de ellos ya desaparecidos.
Gastronómicamente la capital jacetana giro en
torno a los asados y guisos del ternasco –cordero lechal-, las migas de pastor,
la ternera del país y los derivados del cerdo. Siendo lo más destacado de la misma su rica y variada
repostería, sus caramelos –llamados besitos- condes, corazones de Jaca,
guirlaches y jaqueses han dado fama histórica a la misma y a algunos de los
establecimientos centenarios especializados con los que cuenta la ciudad.
La Jaca del siglo veintiuno es una ciudad
animada, con una apreciable vitalidad turística y comercial en las cuatro
estaciones del año. La cercanía de las estaciones de esquí de Astún y Candachú,
su pabellón de hielo, su rica naturaleza y el amplio abanico de actividades en
torno a la misma, su rico patrimonio cultural y religioso y una atractiva e
interesante oferta cultural, en la que destaca la celebración bianualmente de
festival folklórico de los Pirineos conjuntamente con la francesa Olorón, han
hecho de la capital jacetana una ciudad moderna, activa y cosmopolita merecedora
de ser conocida como la perla del Pirineo.
MÁS INFORMACIÓN. Pinchar enlaces.
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capital del Pirineo aragonés, tierra con vocación internacional, apta para todo
tipo de actividades relacionadas con la naturaleza y los deportes de hielo y
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