sábado, 22 de abril de 2017

Museo de las tradiciones populares Guellala, en la isla de Djerba, Túnez.

Ubicado en Guellala, en la isla de Djerba, en Túnez, es un compendio de la vida en la isla.


La isla de Djerba, está situada en el golfo de Gabés, en el sur de Túnez. Su extensión es de 538 kilómetros cuadrados, cuenta con un litoral de 125 kilómetros y su población es ligeramente superior a los 90.000 habitantes.
Fue primero de los cartagineses y después de los romanos, para quienes la isla era una importante zona de comercio y de intercambio de mercancías entre África y Europa.  En el siglo VII, fue tomada por los árabes tomaron, estuvo en poder del imperio español y del turco, siendo conquistada en el siglo XVIII por los tunecinos y pasando a estar bajo el protectorado francés desde 1881 hasta la independencia del país.
Sin apenas relieve, su topografía y estructura geológica es muy regular, por lo que toda la isla es muy similar, prácticamente plana, con una altitud media de 20 metros, ubicándose su parte más alta a 53 metros de altitud, en su parte más meridional, en una franja de 15 kilómetros de largo y 15 metros de desnivel.
La capital de la isla es Houmt Souk, que se encuentra en su extremo norte, a diez kilómetros de ella se encuentra la localidad de Guellala, ubicada en la costa meridional,  parte más alta de la isla.

http://www.dendecaguelu.com/2017/05/djerba-en-tunez-la-isla-que-encanto.html

Rodeada de palmeras y con un subsuelo de arcilla, la antigua Haribus –que significa jarro- debe su nombre a los excelentes alfareros locales, que desde hace miles de años ejercen con maestría su oficio, es el único lugar de la isla dónde aún se habla bereber.
Su importancia alfarera data de la antigüedad, y fue durante siglos el único productor de cerámica de Túnez. Hasta el siglo XIX la isla pagaba el impuesto a los beyes con jarrones y jarros, que luego se empleaban para almacenar alimentos. Las elaboraciones han cambiado a lo largo de los tiempos, y en la actualidad los más de 450 pequeños negocios de alfarería están centrados en la elaboración de piezas esmaltadas, muy demandadas por los turistas.
En la parte más alta de la localidad, al norte, en la carretera a Cedouikech, se ubica el “Museo de tradiciones populares de Guellala”, abierto al público en el año 2001, y que ocupa una superficie de más de cuatro mil metros cuadrados, albergando exposiciones, tienda, cafetería, restaurante y terraza con vistas panorámicas sobre la isla.






Su interior alberga diferentes pabellones independientes, en los que en cada uno se desarrollan un tema, albergan material expositivo sobre diferentes aspectos de la vida en la isla, y que permite descubrir sus riquezas folclóricas y etnográficas a través de figuras de cera a tamaño real, que recrean escenas de la vida tradicional.







Es uno de los espacios culturales más importantes del país, donde observamos múltiples ejemplos de fiestas, tradiciones y trajes, costumbres, artesanía, mitos y leyenda, arquitectura, música tradicional, mosaicos o caligrafía árabe, con cuadros explicativos de cada escena en francés y árabe.







En realidad el museo está concebido como un gran “Menzel”, casa típica djerbana, formada por varias habitaciones y rodeada de huertos y campos, a los que se pueden añadir graneros, telares, molinos de aceite y un número indeterminado de pozos o aljibes.








En el primer pabellón se exhiben escenarios que muestran el desarrollo de las bodas locales, que pueden durar hasta cinco días.








En él se observan la preparación de los alimentos, la recepción de invitados, la preparación de las novias,  las interpretaciones de las músicas tradicionales, así como trajes y vestidos de bodas y otros elementos de las mismas.











La música local es recogida en diferentes reproducciones escénicas, en diferentes pabellones.












La vida familiar, y las diferentes costumbres en función de los momentos y los acontecimientos son recogidos con una escenografía clara y esclarecedora, como son la recreación de la muestra del recién nacido, el relax después del trabajo, o el rito de los huevos, son algunos de ellos.









Las escenas de la vida cotidiana son reproducidas a través de espacios propios en  pabellones específicos, con subdivisiones temáticas. Escenas como la lucha de espadas, la realización de curas y masajes, los tratamientos de piel, o el rito de la circuncisión se reflejan con un gran realismo.










Los oficios de venta de hierbas terapéuticas, las de la lectura de la mano y las buenaventuras, los trabajos manuales con juncos y pajas, la de artesanía de la piel o las de tintorería, se encuentran también reproducidos en el espacio.














Importante es el apartado dedicado a los trajes de bodas y ceremonias de las diferentes regiones del país.




Un pabellón recoge diferentes costumbres que se realizan en diferentes puntos del país, bien a través de reproducciones de figuras, como por ejemplo lo que es un cortejo en la ciudad de Sidi Bou Said,  o bien a través de cuadros y dibujos, con diferentes escenas de guerreros, cantantes o de actividades en el desierto.








El mobiliario, arcones, armarios, percheros y otros similares, también tienen su espacio expositivo.











Exposiciones pictóricas, de mosaicos, de caligrafía árabe, forman parte del conjunto expositivo del último de los pabellones.









En el paso de entre pabellones y en patios, se encuentran diferentes piezas etnográficas, relacionadas con el sector agrícola y ganadero.






El acceso a algunos de los pabellones, se realiza a través de ornamentales puertas, ricamente decoradas con los principales símbolos musulmanes, como la mano de Fátima y los peces.






La rica alfarería local está muy presente en todo el conjunto, con un alto número de vasijas, jarras y similares, de muy diferentes tamaños diseminadas a través del espacio expositivo, bien en su interior o en su exterior.





Además de las salas interiores, el exterior acoge diferentes representaciones de las actividades industriales y agrícolas de la isla, a tamaño real.
Un dromedario real, que tira de un arado tradicional, al que los visitantes se pueden subir, es uno de los principales reclamos del conjunto.






Cercano, otro dromedario de cartón piedra, simula el trabajo que se realiza de extracción de agua de uno de los pozos. Dado la débil pluviometría y puesto que el agua es un bien escaso, los yerbatos tienen la costumbre de construir aljibes, que denominan feskia, utilizando también los denominados majel, grandes recipientes para recoger el agua de lluvia. Sistemas de recogida de aguas pluviales que proceden de la época romana, que ya disponían de grandes cisternas para tal fin.





Un gran espacio reproduce lo que es la extracción de la arcilla, obtenida en minas subterráneas algunas de hasta 80 metros de profundidad, y materia prima para la elaboración de la cerámica, actividad industrial principal de la comarca. El proceso de elaboración consiste en la extracción de la arcilla, su secado durante 2-3 días y su posterior mezcla con agua; la modelación de las piezas, el secado durante un período medio de 2 meses y su cocción posterior en hornos semienterrados en la arena.







La importante actividad pesquera de la isla, también cuenta con un espacio expositivo propio, con la reproducción de un pescador en su barca faenando en busca de capturas.






La tenacidad histórica de los habitantes de la isla, han conseguido convertir un terreno yermo en un enorme jardín, con olivares, huertos y naranjos. En concreto los olivos, ocupan una importante extensión de su terreno, abundando las almazaras de extracción del aceite de oliva. Una de ellas, se encuentra reproducida subterráneamente al uso de la isla, con una gran prensa y un dromedario tirado por un hombre moviendo su molino.










En la sala anexa, se reproducen dos telares trabajados por un hombre y una mujer, respectivamente.










El museo de las tradiciones populares de Guellala, forma parte en la actualidad de una de las visitas obligadas en la isla de Djerba, permitiendo la misma un acercamiento de una manera sencilla y visual a las tradiciones y actividades del día a día de los yerbatos.



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