lunes, 17 de abril de 2017

Borj El kebir, la fortaleza española en Djerba (Túnez).

Construido en 1432 por el imperio español, fue el bastión defensivo de la isla tunecina.


La isla de Djerba, está situada en el golfo de Gabés, en el sur de Túnez. Sin apenas relieve, su punto más alto está a 50 metros, tiene una extensión de 514 kilómetros cuadrados, un litoral de 125 kilómetros, su población es ligeramente superior a los 90.000 habitantes y su capital es Houmt Souk, que se encuentra en su extremo norte.
Fue primero de los cartagineses y después de los romanos, para quienes la isla era una importante zona de comercio y de intercambio de mercancías entre África y Europa.  En el siglo VII, fue tomada por los árabes tomaron, estuvo en poder del imperio español y del turco, siendo conquistada en el siglo XVIII por los tunecinos y pasando a estar bajo el protectorado francés desde 1881 hasta la independencia del país.

http://www.dendecaguelu.com/2017/05/djerba-en-tunez-la-isla-que-encanto.html

En Houmt Souk, sus monumentos más importantes y referencias patrimoniales son las mezquitas de los turcos y de los extranjeros y el Borj El Kebir, también conocido como Borj Ghazi Mustpha y la fortaleza española, el castillo fortaleza que domina toda su bahía.








Construido sobre las ruinas de lo que fue una fortaleza romana en el siglo XIII por el almirante de Aragón y Sicilia, Roger Loria, fue fortificada en el siglo XV por el sultán Abu Faris Abd Al Aziz Mutawakkil, con modificaciones en el siglo XVI bajo el reinado del sultán otomano Suleiman I, el magnífico, realizándose una profunda restauración en el año 1968.







El fuerte estuvo en poder de los españoles hasta el año 1560, cuando fueron expulsados por el imperio otomano, con un ejército de 30 barcos y 30.000 hombres, tras una sangrienta batalla, con sitiado a la fortaleza y posterior rendición, con el pirata Dragut a la cabeza.






Los otomanos, cortaron las cabezas de todos los soldados españoles que cayeron en la batalla, construyendo una torre con más de cinco mil calaveras, conocida como “la torre de los cráneos” (Borj-er.Rous), a escasos metros de la fortaleza, y visible desde la parte superior de la fortaleza.








Símbolo macabro de la ciudad durante más de trescientos años, y que fue derribada en 1848 por iniciativa del gobierno francés, quien erigió en su lugar un obelisco de nueve metros de alto, y siendo enterrados los huesos en el cementerio cristiano de la ciudad.







Tras la expulsión los otomanos reformaron el fuerte, y construyeron edificios más acordes con su cultura, como las viviendas abovedadas sitas en la parte superior del mismo.






A partir del año 1968 se hizo una profunda restauración en el mismo, con excavaciones que han relevado importantes apartados de su historia.






La fortaleza tiene una estructura rectangular, con muros de muy considerable anchura, con importantes erosiones causadas por el mar, y una sola puerta de entrada.






En su parte inferior, una vez pasada la puerta, se exponen un buen número de piezas obtenidas en las labores de restauración, entre ellos restos romanos, escudos de la época española, restos de cerámica y balas de cañón.






En la parte superior se conservan estructuras de la época otomana, y los pozos que le abastecían de agua dulce.






Otras piezas recuperadas están en distintos museos, como una estatua de mármol, que se exhibe en el museo nacional del Bardo, en Túnez.







Desde su parte superior se obtienen magníficas vistas sobre el puerto de Houmt Souk y sobre los arenales de la ciudad.







Enfrente de la fortaleza, detrás del antiguo hospital de la ciudad, se encuentra una cisterna de la época romana, que aún se utiliza para la recogida de agua de lluvia.







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“Una vez que has viajado, la travesía nunca termina, sino que es recreada una y otra vez a partir de vitrinas con recuerdos. La mente nunca puede desprenderse del viaje”. Donald Patrick Conroy (1945-2016) escritor estadounidense.





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