martes, 11 de abril de 2023

Castelo Rodrigo, el auténtico pueblo portugués.

Integrado en la Red de Aldeas Históricos, fue considerado la mejor aldea turística por la OMT en 2021.

Castelo Rodrigo es un pueblo perteneciente al municipio de Figueira de Castelo Rodrigo,  al distrito de Guarda y a la región Centro de Portugal, situado a 900 metros de altitud, a 40 kilómetros de la frontera española, cuenta con una superficie de 27,52 kilómetros cuadrados y una población que apenas supera el centenar de habitantes. Forman parte del Parque Natural del Duero Internacional, el valle del Côa, la sierra de Marofa y el área protegida privada de la Reserva de Faia Brava.




En su cronología histórica figura en el año 960 el documento de donación de Flámula Rodrigues de su castillo. El cual fue construido sobre un castro neolítico, levantándose en el siglo IX el recinto fortificado en torno al mismo, lugar privilegiado que domina los cuatro puntos cardinales, del que solo quedan sus ruinas.





En el año 1055 el rey Fernando II de León, lo conquisto a los musulmanes, y paso a depender del Reino de León. Rey que fundaría el municipio en 1209, cediéndolo al conde leonés Rodrigo González Girón, debiéndole a él el nombre al igual que la española Ciudad Rodrigo.





En 1209 el rey de León Alfonso IX lo eleva a la categoría de municipio, siendo definitivamente poblado y fortificado. En los años anteriores el infante Pedro de Castilla fue su Señor, y a su muerte en 1283 paso a su hijo Sancho de Castilla.





En 1296 durante la guerra hispano lusa, entre Fernando IV de Castilla y Dionisio I de Portugal, este se hizo con el territorio. En 1297 con la firma del Tratado de Alcañices entre ambas Coronas, paso a poder de Portugal definitivamente. A principios del siglo XIII fue reconstruido y repoblado por Dionisio I y en 1836 el concejo fue extinguido, pasando a depender de Figueira de Castelo Rodrigo.




En 1664 tuvo lugar la batalla de Salgadela, en la que los portugueses en inferioiridad se impusieron sorprendentemente a las tropas españolas del conde de Osuna. Victoria que genero una leyenda, relacionada con una mujer que en la fortaleza iba recogiendo los proyectiles que lanzaban los españoles y dándoselas a sus vecinos y esquivando todos sobre ella lanzaron para darle muerte. Los lusos acabaron ganando, provocando la huida del conde vestido de fraile, que fue interpretada como ayuda divina de la Virgen de Aguiar, que da nombre al monasterio que se levanta en la base de la montaña donde está ubicada la aldea.





Que desde 1994 está incluido en la “Red de aldeas históricas”, junto a  las de: Almeida, Belmonte, Castelo Mendo, Castelo Novo, Idanha-a-Velha, Linhares da Beira, Marialva, Monsanto, Piódao, Sortelha y Trancoso. Creada con el objetivo de darles una estrategia de desarrollo y valorización centrada en los valores de la historia, la cultura y el patrimonio, así como combatir los efectos del paso del tiempo y la desertización.





Doce aldeas unidas por ubicaciones estratégicas junto a la frontera española, fruto de la intranquilidad de varios reyes preocupados por la defensa del territorio, que se encargaron de poblar y fortificar la región, edificando castillos y murallas, otorgando cartas forales y ofreciendo privilegios a quien allí se estableciese.





Castelo Rodrigo constituye un verdadero espacio monumental, que conserva importantes referencias medievales de alto valor patrimonial histórico, con vestigios de su paso por él de romanos, árabes, judíos y cristianos.



 

En su trazado medieval en lo alto de la montaña, con forma de almendra, a los romanos se les atribuye su muralla defensiva, que originalmente tenía trece torreones y tres entradas. En la actualidad quedan los restos de cuatro torreones y las puertas del Sol y de Poniente.





De su castillo y alcazaba, declarado Monumento Nacional en 1922, documentado ya en el año 960, con un alto número de reformas e intervenciones, apenas quedan restos. De la época española quedan algunos restos defensivos, al igual que de las importantes reformas de Dionisio I, quien realizó una reforma íntegra y construyó la torre del Homenaje, símbolo de poder del reino portugués, demolida después de la invasión francesa.





En 1580 con la unión política de la Península Ibérica el rey Felipe II concedió la titularidad del lugar al nativo Cristóbal de Moura. Este construyó su palacio sobre los restos de la antigua alcazaba, con una espectacular puerta de entrada gótica.






En 1640 cuando se declaró la independencia de Portugal fue saqueado e incendiado por la población local. Y durante la guerra de los Siete Años (1756-63) la fortaleza fue destruida por los españoles en retirada.




De todo ello solo quedan los torreones góticos de entrada, el patio porticado con el aljibe, los restos del palacio de Moura, varias troneras y la pequeña barbacana defensiva.




Junto a la puerta de entrada del palacio y uno de los torreones de la muralla, se ubica la denominada “Torre del reloj”, construida en el siglo XIX.



Testimonio de la ocupación musulmana, y posteriormente de los judíos, es la Cisterna. Notable construcción de los siglos X y XI, fundamental en el día a día al surtir a la población de agua fresca durante los asedios y guerras.





Edificio de un piso, de planta irregular construido en sillares de granito en dos fases diferentes, con dos puertas. Y que se cree pudo ser una antigua sinagoga, con una parte para el culto y otra para los baños litúrgicos.





El de la derecha es el más antiguo, datado en el siglo X durante la ocupación musulmana, cuyo acceso se realizaba a través de una puerta con arco de herradura. El de la izquierda, con entrada por una puerta de arco apuntado gótico, es del siglo XIV como indica la inscripción en uno de los sillares.




Datada en el siglo XVI es la Picota o “Pelourinho” manuelino, construido en granito sobre cuatro bases cuadrangulares superpuestas, sobre la que se asienta la columna octogonal coronada por una girola octogonal, compuesta por ocho pequeñas columnas, con pequeñas mísulas y rematadas con pináculos, y rematada con un sombrero cónico liso.




Representa la autonomía administrativa y judicial en la época medieval, ubicado en un lugar público central, en él eran castigados los criminales y expuestos a la población. Siendo uno de los símbolos comunes de la Red de Aldeas.




Más moderna es la “fuente de la villa”, situada extramuros. De planta rectangular, en ella destaca su apertura con el arco de vuelta redonda de estilo románico, rematada por una cruz perteneciente a un escudo de armas incompleto, debajo del cual hay una mísula santoral, en la actualidad desocupada.




Siendo la iglesia de Nuestra Señora de Rocamador, o iglesia matriz, su elemento patrimonial más valioso. Declarada de interés público desde 1961, la construcción data del siglo XIII, fundada por la congregación de frailes de la Virgen, establecida en Portugal en 1192 para dar asilo a los peregrinos que hacían el Camino de Santiago portugués.

Iglesia de Nuestra Señora de Rocamador, la joya de Castelo Rodrigo.





De estilo románico, manifestado en sus contrafuertes y decoración en su cara norte, sufrió modificaciones en el siglo XVII que altero su estructura. De planta doble construida en granito. , su fachada irregular cuenta con una modesta puerta y una ventana enrejada, al que esta adosada  a la derecha una torre campanario cuadrada del siglo dieciocho, con cuatro arcos con dos campanas, con cobertura decorada con pináculos piramidales.





En su interior, el suelo está totalmente cubierto por lascas de granito que cubren sepulturas, al igual que en el exterior a la entrada del templo. Siendo su techo de madera soportado por arcos ojivales.





En él destaca el altar mayor de madera del siglo XVII con las imágenes de la Virgen negra de Rocamadour, San Antonio y San Juan Bautista. Los altares de la Virgen del Rosario y de la Concepción, el del Calvario y el de San Juan Bautista.





En el altar barroco, su techumbre de madera de castaño está revestido con pinturas de diferentes santos y religiosos. Y en su base derecha, en la parte del Evangelio, está escenificada la última cena.




De su relación con el Camino, da muestras la figura del siglo XVII en madera del Santiago Matamoros a caballo vestido con traje de la época. Y el púlpito renacentista de granito con motivos floreados y una viera, el símbolo de los peregrinos.




En la plaza de la iglesia, varias placas dan fe del paso de personalidades portuguesas por el pueblo. Como la del Presidente de la República Jorge Sampaio en 2002, o la del 2009 del premio Nobel de literatura José Saramago rememorando su libro “El viaje del elefante”, donde menciona la localidad en el siglo XVI.

El viaje del elefante. José Saramago.






El paseo por las empinadas calles medievales de adoquines, permite observar edificios públicos y privados del siglo XII, con fachadas con ventanas manuelinas de molduras volteadas y rematadas en arcos de alto valor artístico.





Por todo lo descrito, Castelo Rodrigo fue considerado una de las “Siete Maravillas de Portugal” dentro de la categoría de “Pueblos Auténticos”, en el años 2021 fue distinguida como “Mejor aldea turística” por la Organización Mundial del Turismo en su primera edición.





 

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Iglesia de Nuestra Señora de Rocamador, la joya de Castelo Rodrigo.

El viaje del elefante. José Saramago.

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“El respeto por los sentimiento ajenos es la mejor condición para una próspera y feliz vida de relaciones y afectos”. José de Sousa Saramago (1922-2010) periodista y escritor portugués.

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