Integrado en la Red de Aldeas Históricos, fue considerado la mejor aldea turística por la OMT en 2021.
Castelo Rodrigo es un pueblo perteneciente al municipio de Figueira de Castelo Rodrigo, al distrito de Guarda y a la región Centro de Portugal, situado a 900 metros de altitud, a 40 kilómetros de la frontera española, cuenta con una superficie de 27,52 kilómetros cuadrados y una población que apenas supera el centenar de habitantes. Forman parte del Parque Natural del Duero Internacional, el valle del Côa, la sierra de Marofa y el área protegida privada de la Reserva de Faia Brava.
En su cronología
histórica figura en el año 960 el documento de donación de Flámula Rodrigues de
su castillo. El cual fue construido sobre un castro neolítico, levantándose en
el siglo IX el recinto fortificado en torno al mismo, lugar privilegiado que
domina los cuatro puntos cardinales, del que solo quedan sus ruinas.
En el año 1055 el
rey Fernando II de León, lo conquisto a los musulmanes, y paso a depender del
Reino de León. Rey que fundaría el municipio en 1209, cediéndolo al conde
leonés Rodrigo González Girón, debiéndole a él el nombre al igual que la
española Ciudad Rodrigo.
En 1209 el rey de
León Alfonso IX lo eleva a la categoría de municipio, siendo definitivamente
poblado y fortificado. En los años anteriores el infante Pedro de Castilla fue
su Señor, y a su muerte en 1283 paso a su hijo Sancho de Castilla.
En 1296 durante la
guerra hispano lusa, entre Fernando IV de Castilla y Dionisio I de Portugal,
este se hizo con el territorio. En 1297 con la firma del Tratado de Alcañices
entre ambas Coronas, paso a poder de Portugal definitivamente. A principios del
siglo XIII fue reconstruido y repoblado por Dionisio I y en 1836 el concejo fue
extinguido, pasando a depender de Figueira de Castelo Rodrigo.
En 1664 tuvo lugar
la batalla de Salgadela, en la que los portugueses en inferioiridad se
impusieron sorprendentemente a las tropas españolas del conde de Osuna.
Victoria que genero una leyenda, relacionada con una mujer que en la fortaleza
iba recogiendo los proyectiles que lanzaban los españoles y dándoselas a sus
vecinos y esquivando todos sobre ella lanzaron para darle muerte. Los lusos acabaron
ganando, provocando la huida del conde vestido de fraile, que fue interpretada
como ayuda divina de la Virgen de Aguiar, que da nombre al monasterio que se
levanta en la base de la montaña donde está ubicada la aldea.
Que desde 1994 está
incluido en la “Red de aldeas históricas”, junto a las de: Almeida, Belmonte, Castelo Mendo,
Castelo Novo, Idanha-a-Velha, Linhares da Beira, Marialva, Monsanto, Piódao,
Sortelha y Trancoso. Creada con el objetivo de darles una estrategia de
desarrollo y valorización centrada en los valores de la historia, la cultura y
el patrimonio, así como combatir los efectos del paso del tiempo y la
desertización.
Doce aldeas unidas
por ubicaciones estratégicas junto a la frontera española, fruto de la
intranquilidad de varios reyes preocupados por la defensa del territorio, que
se encargaron de poblar y fortificar la región, edificando castillos y
murallas, otorgando cartas forales y ofreciendo privilegios a quien allí se
estableciese.
Castelo Rodrigo
constituye un verdadero espacio monumental, que conserva importantes
referencias medievales de alto valor patrimonial histórico, con vestigios de su
paso por él de romanos, árabes, judíos y cristianos.
En su trazado
medieval en lo alto de la montaña, con forma de almendra, a los romanos se les
atribuye su muralla defensiva, que originalmente tenía trece torreones y tres
entradas. En la actualidad quedan los restos de cuatro torreones y las puertas
del Sol y de Poniente.
De su castillo y
alcazaba, declarado Monumento Nacional en 1922, documentado ya en el año 960,
con un alto número de reformas e intervenciones, apenas quedan restos. De la
época española quedan algunos restos defensivos, al igual que de las
importantes reformas de Dionisio I, quien realizó una reforma íntegra y
construyó la torre del Homenaje, símbolo de poder del reino portugués, demolida
después de la invasión francesa.
En 1580 con la
unión política de la Península Ibérica el rey Felipe II concedió la titularidad
del lugar al nativo Cristóbal de Moura. Este construyó su palacio sobre los
restos de la antigua alcazaba, con una espectacular puerta de entrada gótica.
En 1640 cuando se
declaró la independencia de Portugal fue saqueado e incendiado por la población
local. Y durante la guerra de los Siete Años (1756-63) la fortaleza fue
destruida por los españoles en retirada.
De todo ello solo
quedan los torreones góticos de entrada, el patio porticado con el aljibe, los
restos del palacio de Moura, varias troneras y la pequeña barbacana defensiva.
Junto a la puerta de entrada del palacio y uno de los torreones de la muralla, se ubica la denominada “Torre del reloj”, construida en el siglo XIX.
Testimonio de la
ocupación musulmana, y posteriormente de los judíos, es la Cisterna. Notable
construcción de los siglos X y XI, fundamental en el día a día al surtir a la
población de agua fresca durante los asedios y guerras.
Edificio de un piso, de
planta irregular construido en sillares de granito en dos fases diferentes, con
dos puertas. Y que se cree pudo ser una antigua sinagoga, con una parte para el
culto y otra para los baños litúrgicos.
El de la derecha es el
más antiguo, datado en el siglo X durante la ocupación musulmana, cuyo acceso
se realizaba a través de una puerta con arco de herradura. El de la izquierda,
con entrada por una puerta de arco apuntado gótico, es del siglo XIV como
indica la inscripción en uno de los sillares.
Datada en el siglo XVI es
la Picota o “Pelourinho” manuelino, construido en granito sobre cuatro bases
cuadrangulares superpuestas, sobre la que se asienta la columna octogonal coronada
por una girola octogonal, compuesta por ocho pequeñas columnas, con pequeñas
mísulas y rematadas con pináculos, y rematada con un sombrero cónico liso.
Representa la autonomía
administrativa y judicial en la época medieval, ubicado en un lugar público
central, en él eran castigados los criminales y expuestos a la población.
Siendo uno de los símbolos comunes de la Red de Aldeas.
Más moderna es la “fuente
de la villa”, situada extramuros. De planta rectangular, en ella destaca su
apertura con el arco de vuelta redonda de estilo románico, rematada por una
cruz perteneciente a un escudo de armas incompleto, debajo del cual hay una
mísula santoral, en la actualidad desocupada.
Siendo la iglesia de
Nuestra Señora de Rocamador, o iglesia matriz, su elemento patrimonial más
valioso. Declarada de interés público desde 1961, la construcción data del
siglo XIII, fundada por la congregación de frailes de la Virgen, establecida en
Portugal en 1192 para dar asilo a los peregrinos que hacían el Camino de
Santiago portugués.
Iglesia de Nuestra Señora de Rocamador, la joya de Castelo Rodrigo.
De estilo románico,
manifestado en sus contrafuertes y decoración en su cara norte, sufrió
modificaciones en el siglo XVII que altero su estructura. De planta doble
construida en granito. , su fachada irregular cuenta con una modesta puerta y
una ventana enrejada, al que esta adosada
a la derecha una torre campanario cuadrada del siglo dieciocho, con
cuatro arcos con dos campanas, con cobertura decorada con pináculos
piramidales.
En su interior, el suelo
está totalmente cubierto por lascas de granito que cubren sepulturas, al igual
que en el exterior a la entrada del templo. Siendo su techo de madera soportado
por arcos ojivales.
En él destaca el altar mayor de madera del siglo XVII con las imágenes de la Virgen negra de Rocamadour, San Antonio y San Juan Bautista. Los altares de la Virgen del Rosario y de la Concepción, el del Calvario y el de San Juan Bautista.
En el altar barroco, su
techumbre de madera de castaño está revestido con pinturas de diferentes santos
y religiosos. Y en su base derecha, en la parte del Evangelio, está
escenificada la última cena.
De su relación con el
Camino, da muestras la figura del siglo XVII en madera del Santiago Matamoros a
caballo vestido con traje de la época. Y el púlpito renacentista de granito con
motivos floreados y una viera, el símbolo de los peregrinos.
En la plaza de la
iglesia, varias placas dan fe del paso de personalidades portuguesas por el
pueblo. Como la del Presidente de la República Jorge Sampaio en 2002, o la del
2009 del premio Nobel de literatura José Saramago rememorando su libro “El
viaje del elefante”, donde menciona la localidad en el siglo XVI.
El viaje del elefante. José Saramago.
El paseo por las
empinadas calles medievales de adoquines, permite observar edificios públicos y
privados del siglo XII, con fachadas con ventanas manuelinas de molduras
volteadas y rematadas en arcos de alto valor artístico.
Por todo lo
descrito, Castelo Rodrigo fue considerado una de las “Siete Maravillas de
Portugal” dentro de la categoría de “Pueblos Auténticos”, en el años 2021 fue
distinguida como “Mejor aldea turística” por la Organización Mundial del
Turismo en su primera edición.
MÁS INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA. Pinchar en enlaces.
Viajes nacionales
e internacionales.
Serra da Estrela,
la magia portuguesa.
Iglesia de Nuestra
Señora de Rocamador, la joya de Castelo Rodrigo.
El viaje del
elefante. José Saramago.
Entradas
relacionadas con la Red de Aldeas Históricas.
Almeida, la ciudad
fortificada.
Belmonte, el
asentamiento judío.
Castelo Mendo,
donde pervive la historia y la leyenda.
Castelo Mendo. La
leyenda de los amantes Mendo y Menda.
Sortelha, la
sortija medieval de Portugal.
Trancoso, la aldea
histórica de Don Dinis y Barranda.
Trancoso.
Barranda, el Nostrredamus portugués de Trancoso.
“El respeto por los sentimiento ajenos es la mejor
condición para una próspera y feliz vida de relaciones y afectos”. José de
Sousa Saramago (1922-2010) periodista y escritor portugués.
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