miércoles, 15 de febrero de 2023

Trancoso, la aldea histórica de dom Dinis y Bandarra.

Documentada en el año 960, fue una de las principales villas en el medievo portugués, por su papel en la independencia y en el mantenimiento de la frontera.

En el año 19991, el gobierno de Portugal, puso en marcha el programa denominado “Red de aldeas históricas”, con el objetivo de dar al interior de la región Centro una estrategia de desarrollo y valorización centrada en los valores de la historia, la cultura y el patrimonio, así como combatir los efectos del paso del tiempo y la desertización.

Aldeas unidas por ubicaciones estratégicas junto a la frontera española, fruto de la intranquilidad de varios reyes preocupados por la defensa del territorio, que se encargaron de poblar y fortificar la región, edificando castillos y murallas, otorgando cartas forales y ofreciendo privilegios a quien allí se estableciese.




La Red la constituyen doce aldeas: Almeida, Belmonte, Castelo Mendo, Castelo Novo, Castelo Rodrigo, Idanha-a-Velha, Linhares da Beira, Marialva, Monsanto, Piódao, Sortelha y Trancoso.

Almeida, la ciudad fortificada.

Belmonte, el asentamiento judío.

Castelo Mendo, donde pervive la historia y la leyenda.

Castelo Mendo. La leyenda de los amantes Mendo y Menda.

Castelo Novo, aldea histórica.

Sortelha, la sortija medieval de Portugal.




En esta última los argumentos para formar parte de la misma no se cumplen en su totalidad, ya que supera con mucho en tamaño y en número de habitantes al resto de las once “aldeas” que componen la Red, aunque sus valores históricos, culturales y patrimoniales si justifican que sea considerada como tal.




Municipio y ciudad, considerada como tal desde el año 2004, pertenece al distrito de Guarda y a la región Centro. La extensión municipal es de 364,54 kilómetros cuadrados, abarca 29 freguesias (parroquias) y su censo poblacional en el año 2021 es de 8413 habitantes.




Distante 70 kilómetros de la frontera española de Fuentes de Oñoro, en Salamanca, localizada entre la serra da Estrela y el valle del Duero, mirando por encima a las serranías de la Beira, la ciudad surge imponente a la sombra de su castillo del siglo VIII. Por su ubicación estratégica fue en la época medieval una de las principales villas del país, con un aura de gloria en el ambiente, desempeñando un papel destacado en la conquista de la independencia nacional con continuas batallas, primero entre cristianos y musulmanes, y posteriormente entre los reinos de Portugal y Castilla, así como en el mantenimiento de las fronteras.

Serra da Estrela, la magia portuguesa.




Documentada en el año 960 como una de las muchas poblaciones con castillo, al rey  Afonso Henriques, se le otorga su conquista definitiva en el año 1160 y otorgándole carta foral. En los siglos siguientes, conoció un periodo de gran desarrollo comercial y crecimiento de población, por lo que dom Dinis ordenó ampliar el perímetro de sus murallas. Con esta ampliación la villa sufrió una remodelación del trazado urbanístico y, más adelante, acogió la judería, que en el siglo XV era una de las más importantes de la región.




La visita a su centro histórico, a lo que es en sí la aldea, a la que fue una de las villas más importantes y mimada por los diferentes reyes del Portugal medieval, es una clase de historia en piedra, de ciudad viva y dinámica. Que mantiene la solemnidad de la época medieval, con casas antiguas que conservan sus fachadas de regulares piedras de granito, que siguen el trazado sinuoso de las calles medievales que concluyen en el castillo que le daba protección.




Su conjunto amurallado sufrió importantes ampliaciones y rehabilitaciones, que en parte perviven en la actualidad, siendo las principales las realizadas entre los años 1370-83, en 1439, en 1536 y a finales del siglo XVIII y principios del XIX, llegando a estar compuesto por seis puertas de acceso y quince torres.




Cinco son las actuales puertas de acceso al ancestral núcleo amurallado: las del Rey, Prado, Carvalho y otras dos secundarias, todas ellas con sus torreones almenados defendiendo la entrada al recinto.




La puerta del Prado era la salida de la muralla hacia Viseu, situada en el extremo opuesto a la del Rey, contando ambas con dos torres cuadradas.





La del Rey, decorada en su parte posterior con las armas reales y del concejo, debe su nombre al ser por la que accedían los monarcas, al estar situada en dirección a Coimbra y Lisboa. Otras fuentes atribuyen el nombre en honor de dom Dinis, casado con Isabel de Aragón en 1282, que otorgo a la ciudad la carta y feria franca.




Atravesando la misma se accede a la calle principal, la arteria denominada Direita, Corredoura o de los Mercadores.




En ella, a la izquierda se encuentra la plaza Largo do Municipio, que preside la estatua de uno de los hijos ilustres de la ciudad, Gonçalo Annes Bandarra. Nacido en 1500, zapatero, poeta, trovador y profeta, considerado el Nostradamus portugués.

Barranda, el Nostredamus portugués de Trancoso.




Y detrás de ella, el edificio que acoge la Cámara Municipal o Paços do Concelho  (Ayuntamiento). Construcción realizada en la antigua casa rectoral de la iglesia de Santa María, realizada entre los años 1916 y 1920 en estilo neo románico, con tres planos limitados por contrafuertes. Construcción que sustituyó al edificio del siglo XV existente detrás de la cercana iglesia de San Pedro, que se había quedado pequeño para cumplir sus fines.




La calle concluye en el epicentro y espacio vital de la aldea, la amplia plaza de Don Dinis, que lleva el nombre del monarca que más la ciudad y en la que contrajo matrimonio en la local iglesia de San Bartolomé con Isabel de Aragón en 1282. Capilla que forma parte del palacio de los Vizcondes de Trancoso, situado en la plaza.




En el centro de la plaza se encuentra el Pelourinho, construcción imprescindible en el Portugal medieval, al ser símbolo de autonomía administrativa, autoridad y justicia. La aquí existente es una bonita pieza construida en estilo manuelino, y que parece ser antaño también era utilizada para castigar a los condenados por delitos.



Picota datada entre 1173 y 1185 con la concesión de la primera carta por Alfonso Henriques, declarada Monumento Nacional, que está realizado en cantería granítica, compuesta por una base de cuatro escalones, un columna recta y un capitel de sección octogonal, con un collar, una cubierta de tras anillos y una jaula piramidal con columnas, coronada por una cruz de Cristo de hierro.




En el lateral derecho se encuentra la iglesia de la Misericordia, modesta construcción edificada en estilo barroco.






Y detrás la iglesia de San Pedro, de origen románico y reconstruida en el siglo XVIII, compuesta por una nave y una torre campanario. En ella se encuentra enterrado y tiene su mausoleo el mencionado Gonçalo Annes Bandarra, construido en homenaje suyo en 1642 por el gobernador de la provincia de las Beiras, como así reza en una placa.

Barranda, el Nostredamus portugués de Trancoso.







En el lateral derecho de la plaza se encuentra el palacio Ducal, en estado de semi abandono actual. De imponente fachada, con su enorme escudo de armas remarcado en su parte central, fue construido en estilo barroco tardío en el siglo XVIII, y era el lugar de residencia de las personas importantes que llegaban a la ciudad.




En la trasera de la plaza dom Dinis, con el barrio judío y a través de las empinadas, peculiares y pintorescas calles cargadas de hortensias, por las que se accede al castillo, componen un conjunto cargado de encanto digno de disfrutar sosegadamente.





Emplazado en lo alto de la colina, de origen defensivo construido entre los siglos VIII y IX, del que hay referencias en el año 960, es el elemento más importante de Trancoso, dada su relevancia en la inestable frontera  durante siglos y ser testigo de importantes batallas a lo largo de la historia, tanto entre cristianos y musulmanes, como entre portugueses y castellanos.






Declarado Monumento Nacional en 1921, y aunque del primigenio faltan construcciones, su estado de conservación es relativamente bueno, pasando por varias reconstrucciones. De su época más antigua es la torre del Homenaje, una de las torres militares mejor conservadas del Portugal medieval. De recinto rectangular, cuenta con cinco torreones con sus almenas y merlones, posteriormente integradas en la muralla, y en su interior pervive una cisterna.






Su visita permite no sólo retroceder en la historia, sino disfrutar de una visión global de la ciudad, del valle y la serranía única.






Trancoso fue residencia en el siglo XV de una de las comunidades más grandes de la región Centro portuguesa, cifrándose en más de quinientos sus miembros, que contribuyó de manera significativa al desarrollo del comercio en la localidad. En la parte inferior de loma donde se encuentra el castillo están las casas que componían la judería, algunas conservadas en perfecto estado.





Judería creada en el año 1364 y que vio crecer su población con judíos llegados de España en la expulsión de 1492. Edificaciones caracterizadas por su doble puerta, una de más ancha de acceso a la tienda y otra más estrecha a la vivienda. Puertas y piedras en las que es posible visualizar las marcas que dejaron los judíos, como cruces, estrellas de David y palabras.





En el barrio se encuentra el “Centro de interpretación de la cultura judía Isaac Cardoso”,  abierto en el año 2012, que lleva el nombre del médico nativo judío del siglo XVII huido a Verona para escapar de la persecución. Espacio para desarrollar la cultura y dar a conocer el legado de las comunidades judías que habitaron ancestralmente en esta zona de Portugal, y que incluye una moderna sinagoga y un monumento a las víctimas de la Inquisición de 1536 con más de 500 nombres de prisioneros escritos en las paredes de la sala.




Una de las casas más significativas de la antigua judería es la conocida como del “Gato Preto (negro)”, que perteneció a un rabino. Datada en el año 1530, el edificio de dos plantas caracterizada por las imágenes grabadas en relieve en su fachada, las del “león de Judá”, elemento decorativo habitual de las sinagogas y las “puertas de Jerusalén”.



Muy cerca de la casa, en la calle que toma su nombre, se encuentra el “Poço do mestre” (pozo del maestro). Rincón especial, que posiblemente su nombre estuviese relacionado con el rabino judío, y que igualmente fuese el que alimentaba el mikyé, el lugar dónde la comunidad realizaba sus baños de purificación.




La otra referencia del barrio es la casa de Barranda. Situada en la misma calle que el centro de interpretación judío, pretende perpetuar la figura de un personaje que forma parte de la identidad portuguesa, conocido por sus trovas proféticas. Inaugurada en el año 2017 en ella se encuentra una exposición sobre la vida y obra del zapatero, trovador,  poeta y profeta, en espacio de interpretación educativo y científico, pudiéndose escuchar alguna de sus trovas en el pozo del patio de la casa.




Otro vestigio visitable, y que da fe de la antigüedad de Trancoso, es la necrópolis visigoda, con treinta y cinco sepulcros tallados en piedra, situada en las inmediaciones del actual palacio de Justicia.




Ciudad-aldea que ha jugado un papel crucial y estratégico en la frontera secular entre España y Portugal, la conocida como Raya, que esconde un casco histórico con calles empedradas, robustas casas graníticas protegidas por murallas ancestrales, donde el paso de la historia ha marcado su personalidad, merecedora de ser visitada.





Y una vez realizada esta, el visitante no puede irse sin degustar su emblema gastronómico: “As sardinhas dolçes” (las sardinas dulces”. Postre conventual con forma de sardinas, con las que los señores medievales recordaban su añoranza por el distante mar, compuesto por un relleno de almendras y yema de huevo, envueltas en masa crujiente y cobertura de chocolate.





 

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“Cuando viajo intento empaparme un poco del lugar en el que estoy. Me gusta burbujear  y saber como es y como vive esa gente”. Carlos Hipólito (1957 - ) actor español.

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