Ubicada en el noreste del país, es todo un compendio de naturaleza, historia y patrimonio.
Artículo publicado en el nº 12, de la revista profesional de la Federación Española de Tintorerías y Lavanderías.
Artículo publicado en el nº 12, de la revista profesional de la Federación Española de Tintorerías y Lavanderías.
La portuguesa Serra da
Estrela es un lugar inusual que aglutina en su territorio toda la
magia portuguesa. Naturaleza, historia, patrimonio artístico,
etnografía, paisaje y paisanaje, costumbres y gastronomía, son
singularidades que la hacen única y la convierten en una referencia
para el visitante y turista que busca y valora la esencia, lo genuino
y la autenticidad de una tierra que vela por su pasado como garantía
de su presente y futuro.
Su territorio está
incluido en la región de la Beira interior, bajo jurisdicción de
los distritos de Guarda -en su mayoría- y de Castelo Branco, Coimbra
y Viseu, y vertebrado entre parte de los municipios de Almeida,
Belmonte, Celorico da Beira, Covilha, Fornos de Algodres, Gouveia,
Guarda, Mantengas, Oliveira do Hospital, Penamacor, Pinhel,
Sabugal, Seia y Trancoso.
Es la sierra más
occidental del sistema Central; cuenta con la mayor altura del
Portugal continental -el pico Torre de 1993 metros-; es la primera y
mayor zona protegida del país con ciento una mil hectáreas que
forman desde 1976 el Parque Natural que toma su nombre; en ella se
ubica la única estación de esquí de la República; allí nacen los
importantes ríos Alva, Mondego y Zêzere y en su paisaje alpino
formado por granitos y pizarras abundan los vestigios de glaciación
con notables valles glaciares.
Todo en la Serra es una
explosión de naturaleza y singularidad, gozando el Parque Natural de
la calificación de Reserva Biogenética, por su aislamiento
geográfico y su riqueza y diversidad de especies, tanto de fauna y
de especies de animales domésticos autóctonos como de flora.
Lugares de peculiar y
gran belleza paisajista, como los de Cabeço de Santo Estevao y da
Velha; lagunas como las de Comprida, Escura, Seca y Redonda; el valle
glaciar del valle del Zêzere; los Càntaros, llamativos
afloramientos rocosos; las fuentes termales de Manteigas; las peñas
Douradas y sus curiosas formas fruto de la erosión; sus múltiples
playas fluviales, o las colindantes sierras y reservas de Marofa y
Malcata, son parte de la majestuosa naturaleza serrana.
Pero si sublime es su
naturaleza no es menos su historia, patrimonio y tradiciones.
Romanos, alanos, vándalos, suevos, visigodos y musulmanes invadieron
sucesivamente Portugal, siendo la Serra el reducto nacional que
históricamente más tardo en ser conquistado.
Territorio de agreste
orografía, de su importante pasado histórico quedan muchas
manifestaciones de diferentes períodos. Del Paleolítico, el parque
arqueológico del valle del Côa, en Pinhel, que goza de la
declaración de Patrimonio Mundial de la Humanidad por la importancia
de los restos conservados al aire libre. Del Neolítico, los
vestigios megalíticos de ceremonias religiosas y funerarias, como
los existentes en los municipios de Fornos de Algodres y Oliveira do
Hospital, prueban la creencia en la eternidad de sus gentes.
Gouveia, Penamacor, Oliveira y Sabugal son territorios marcados por
la presencia romana, con restos visibles que lo certifican y Seia y
Manteigas fueron territorio y refugio del mítico Viriato y las
tribus de los Herminios y Lusitanos que hicieron frente a la invasión
romana.
Por su ubicación
geográfica, gran parte del territorio serrano es una larga línea
fronteriza cubierta de localidades con pertrechados castillos y
fortalezas medievales estratégicamente ubicadas, que configuran un
territorio testigo mudo de las turbulentas relaciones con los reinos
moros, primero, y con el de Castilla y León después.
Una visita a los
castillos de Castelo Mendo, Celorico da Beira, Linhares, Pinhel,
Sabugal -el único con una torre de cinco esquinas-, Sortelha o el de
Trancoso con sus quince torres, así como a los restos de torres de
homenaje, murallas y fortificaciones de diferentes localidades, nos
traslada a tiempos pretéritos de defensa y consolidación del actual
territorio portugués.
Castillo y pelourinho de Sabugal.
Si los castillos y sus
entornos guardan las historias de las contiendas medievales, la
fronteriza y fortificada Almeida ha sido testigo de casi todas las
invasiones que Portugal ha sufrido a lo largo de su historia, de
cercos históricos, rendiciones y victorias. Es la ópera prima de la
arquitectura militar portuguesa, toda una obra maestra de la
ingeniería militar de los siglos XVII y XVIII. Frontera con España,
que la cedió en 1297 por el tratado de Alcañices, sorprende por su
peculiar y complejo recinto defensivo, con un foso de 12 metros de
ancho, un perímetro de 2,5 kilómetros y forma de estrella de 12
puntas, con seis baluartes y seis revellines.
Murallas de Almeida.
La arquitectura religiosa
cuenta con destaca presencia en la Serra. En Guarda, municipio,
diócesis y distrito, conocida como la ciudad de las cinco F -farta,
fría, fuerte, fiel y fermosa-, destaca la Se Catedral del siglo XIV
con su aspecto iglesia-fortaleza de las construcciones portuguesas de
ese período, junto a la que se encuentra la escultura de Don Sancho
I que le concedió el fuero en 1199; así como el convento de San
Francisco, el palacio Episcopal y las iglesias barrocas de la
Misericordia y San Vicente.
Catedral de Guarda y la escultura de Sancho I, a la izquierda.
En Oliveira do Hospital
lo hace la iglesia mayor de Santa Cruz, elevada sobre un templo
románico-gótico del siglo XII que alberga la capilla funeraria de
los Ferreiros, monumento nacional y referencia de este arte en
Portugal, así como la coqueta capilla de Santa Ana, del siglo XVIII.
Capilla de los Ferreiros.
La iglesia de Santa
María, de raíz románica en Manteigas; las de la matriz y de la
Misericordia, en Fornos de Algodres; la iglesia de Santiago con el
panteón de los Cabrais, en Belmonte; la iglesia matriz del siglo XII
y la capilla del monte Calvario en Gouveia o la iglesia de la
Misericordia y su pórtico gótico del siglo XVI de Pinhel, son otras
muestras de las magníficas construcciones que reflejan el calado
religioso del pueblo portugués.
Destacable es su oferta
cultural y museística. Almeida rinde culto a su historia y tradición
con su museo Militar, ubicado en su recinto amurallado. Belmonte, la
villa natal de Pedro Álvarez Cabral -el descubridor de Brasil- y
dónde habita la única comunidad de origen judaico que sobrevive en
toda Europa, ubicada allí desde los tiempos de los Reyes Católicos,
alberga el museo Judío que muestra elementos que datan desde el
siglo XV hasta la actualidad. Celorico da Beira exalta con su museo
del Agricultor y del Queso, la base económica serrana. Gouveia
cuenta con el de Arte Moderno Abel Manta, basado en obras del pintor
que le da nombre y correligionarios suyos. Oliveira do Hospital,
muestra en el museo Antonio Simoes Saraiva, en Bobadela, singulares
obras de diferente tipo transmisoras de su historia y costumbres. El
museo municipal de Sabugal, acoge una colección arqueológica que
abarca desde la prehistoria hasta la época moderna y Seia cuenta con
el centro de interpretación del Parque de la Serra y el museo
nacional del Pan, en el que se preservan y se exhiben las más
antiguas y artísticas tradiciones del pan portugués.
Museo del Pan, en Seia.
En 1991 el gobierno puso
en marcha el proyecto de turismo cultural “Aldeas históricas de
Portugal” con el fin de proteger y dinamizar núcleos medievales
con peculiar idiosincrasia, que tienen como nexo de unión rasgos
arquitectónicos y urbanos genuinos, caracterizados por un exuberante
relieve histórico, cultural y patrimonial. Proyecto integrado por
doce localidades, de las que siete se encuentran en territorio
serrano, ellas son: Almeida, Belmonte, Castelo Mendo, Linhares da
Beira, Piaodo, Sortelha y Trancoso.
Pequeñas villas de
granito y pizarra, islas en un mar de paisajes puros y preservados,
encaramadas en sierras defendidas por imponentes castillos, torres
altaneras, altas murallas, baterías de cañones u ocultas en
profundos valle, mimetizadas en entornos naturales rocosos de las que
parecen formar parte. Conservan historias de conquistas y tradiciones
antiguas y la autenticidad del pueblo portugués y el orgullo de una
historia de 900 años, dónde el visitante quedará deslumbrado por
sus paisajes y su rico patrimonio de casas nobiliarias, palacios,
blasones feudales y escudos reales.
Vista general de Sortelha.
Su economía esta basada
principalmente en el sector primario, constituyendo desde tiempos
inmemoriales la ganadería y la agricultura el modus vivendi de sus
habitantes y la mayor riqueza de la región, que celebra importantes
ferias y mercados en todo su territorio. La industria manufactura
-textil, latonería, cestería, alfarería, granitos y pizarras- se
ha implantado y consolidado en diferentes municipios, así como un
incipiente sector turístico, que pone en valor los múltiples
recursos de los que disponen.
Feria en Oliveira do Hospital.
La diversidad cultural y
paisajista sirve de sustento a los riquísimos sabores y aromas que
se pueden degustar, los productos agroalimentarios locales junto con
la tradicional gastronomía serrana es todo un disfrute al que nadie
debe quedar ajeno. Contundentes carnes -sobre todo de oveja-,
peculiares embutidos, variadas sopas, tersos pescados de ríos
transparentes, florales mieles, genuinos panes, amplia gama de
frutas, rica repostería con influencia conventual, excelentes quesos
de oveja y en menor medida de cabra y sorprendentes vinos, configuran
un abanico gastronómico de primera línea.
Especial mención merece
el queso Serra da Estrela, en sus variantes de requesón, amantecado
y viejo, elaborado con leche cruda de oveja de la raza autóctona
Bordaleira Serra da Estrela mediante la adicción de cuajo vegetal de
la flor del cardo. El censo de explotaciones ganaderas es de cerca
de 3,500 y más de 300 queserías cuya producción superan las 150
toneladas de queso, siendo exaltado durante los meses de febrero y
marzo en diferentes ferias en la región. Desde 1989 cuenta con
Denominación de Origen Protegida Europea, año en la que se creo la
Cofradía Queijo Serra da Estrela que lo defiende y promociona con
sede en Oliveria do Hospital y en 2012 fue elegido por votación de
los telespectadores de la televisión pública como una de las “Siete
maravillas gastronómicas de Portugal”,
Quesos de la Serra en una feria.
OBSERVACIONES.
Artículo elaborado para la Federación Española de Tintorerías y Lavanderías, publicado en su número 12, correspondiente al período enero-marzo 2015.
El mismo se complementa con las recetas de un menú tradicional serrano.
MÁS INFORMACIÓN.
Gastronomía típica. Menú y recetas de la Serra da Estrela.
Artículos Dendecagüelu.
"El que está acostumbrado a viajar, sabe que siempre es necesario partir algún día". Paulo Coelho (1947 -) periodista, novelista y dramaturgo brasileño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario