Declarado Monumento Histórico, su
construcción data de la época colonial.
Túnez, es el
país magrebí más próximo cultural y socialmente a Europa y a Occidente. Ubicado
en el norte de África, su extensión es de 163.155 kilómetros, de los que 1.298
son de costa en el mar Mediterráneo, cuenta con una población muy próxima a los
once millones de habitantes, en su 98 % practicantes de la religión islámica.
Su capital es
Túnez de forma ininterrumpida desde que los almohades le dieran ese título en
el año 1159, cargada de historia, es una ciudad moderna en plena expansión.
Berebere en origen, atrajo a las élites de Al-Ándalus, y las influencias
otomanas e italianas recibidas han dotado a sus barrios antiguos de un encanto
especial.
La capital y gobernación, es una de las veinticuatro
existentes en el país. Creada en 1956, centro de actividades industriales,
comerciales, culturales, políticas y administrativas del país. Ubicada en el
norte del país, su superficie es de 346 kilómetros cuadrados y su censo
poblacional, en el año 2015, es de 1.110.000 habitantes.
Ubicado a las puertas de la
medina, a escasos metros de la puerta Bab el Bahr, el mercado central de Túnez,
cuyo nombre es Foundouk Ghall, es el feudo de las amas de casa, y el lugar
dónde los tunecinos suelen hacer la compra.
Ubicado entre las calles
Alemania, Dinamarca, España y Charles de Gaulle, fue una de las primeras construcciones de la época
colonial, en el año 1881, habiendo sido restaurado entre los años 2003 y 2007.
Ocupa una extensión de 12.254 metros
cuadrados, y alberga cerca de 600 puestos, que comercializan prácticamente todo
tipo de productos perecederos.
El edificio forma parte del
patrimonio histórico no sólo de la ciudad, sino también del país, siendo
catalogado como Monumento Histórico en el año 2000.
Es una edificación con una
elevada cubierta abovedada, para proteger al interior de la lluvia y del sol.
El mercado de pescados, fue la
única equitación que se hizo nueva coincidiendo con la reforma realizada en el
año 2003. De estructura de madera, ladrillo y tejas, cuenta con un suelo de
hormigón revestido en acero e infraestructura logística al servicio de los
comerciantes para una mejor conservación de los productos.
En su exterior los edificios de
su entorno albergan en sus plantas bajas comercios de todo tipo, que
complementan a los existentes en el mercado, habiendo también oferta de
comerciantes móviles que en las más de las ocasiones son competencia desleal
para los establecidos de forma permanente.
La gama de productos
comercializados es amplia y variada, pudiendo afirmarse que todo aquello
susceptible de comercialización en el sector alimenticio se encuentra en el
mismo.
El mercado merece una visita de
todos aquellos que deseen conocer y presenciar escenas de la vida cotidiana
tunecina, dónde como en todo el comercio del país, se admite el regateo en
cualquier compra.
MÁS INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA. Pinchar en enlaces.
“Hay mucha diferencia entre viajar para ver países y para ver pueblos”.
Jean Jacques Rousseau (1712-78) escritor, filósofo e ilustrado suizo
francófono.
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