sábado, 29 de octubre de 2016

Cucharones del Buen Guiso Marinero. XXXI edición. 2016. Cena en el Real Balneario

Realizada con motivo de la entrega de sus galardones.


El restaurante Real Balneario, está situado en pleno arenal de la playa de Salinas, en la localidad de mismo nombre del Principado de Asturias, ubicado en el edificio levantado sobre el balneario inaugurado por el rey Alfonso XIII en el año 1916.
Sus inicios como restaurante se remontan a los años cincuenta del siglo pasado, con una larga y variada trayectoria con diferentes propiedades. En el año 1991 el matrimonio Miguel Loya y Eva del Río, segunda generación de la emblemática saga de hosteleros, se hace cargo del mismo y modela el proyecto aún en vigor.
Restaurante con diferentes salones y amplías cristaleras con vistas excepcionales al mar Cantábrico y a la península de la Peñona, de aire moderno que conviven con un estilo clásico y conservador dónde prima la elegancia, con un importante peso específico  de las obras pictóricas.
Y que posee múltiples reconocimientos entre ellos el de ser premio Nacional de Gastronomía,  una estrella de la guía Michelín o dos soles de la guía Repsol.
El 28 de octubre de 2016, sus instalaciones acogieron –como lo vienen haciendo desde prácticamente sus inicios- la cena de hermandad y la ceremonia de entrega de los galardones del “Cucharón del Buen Guiso Marinero”, de la ejemplar Cofradía de la Buena Mesa de la Mar, con sede en Salinas, en su treinta y una edición.
http://www.dendecaguelu.com/2016/10/cucharon-del-buen-guiso-marinero-xxxi.html

Isaac Loya, cocinero y gestor actual junto a su madre, deleitó a los galardonados, autoridades, cofrades e invitados, con una cena que constituye toda una “singladura por la cocina asturiana” como reza la invitación que hace la Cofradía.





Singladura que comenzó con la “Arribada” compuesta por seis aperitivos, servido en la terraza al aire libre, con vistas al arenal y al mar. Y que se inició con el reconocido e innovador queso “Besos del Rey Silo”, de pasta blanda, que Ernesto Madera elabora en la cercana Pravia, pleno de sabor y en justo momento de consumo.







Le siguieron las cremosas y deliciosas “Croquetas de jamón ibérico”, todo un clásico de la casa y que nunca faltan en sus aperitivos.







El guiño a la gastronomía asturiana fue con el “Torto de maíz con picadillo”, perfecta combinación con el picadillo rellenando el torto, al estilo de una empanadilla.







Otra clásica elaboración de Isaac deleitó a los comensales, el exquisito bocado que constituye el “Bombón de foie glaseado en manzana”.







Al que siguió un buen ejemplo de mini cocina innovadora, y guiño a la cocina internacional, el “Nigiri frito en panko con tartare de atún rojo”.







No podía faltar el plato marinero en la Arribada, y este lo constituyo el “Arroz con bogavante” con toque de melosidad, al dente y sabroso como pocos.






Ya en los comedores, los más de doscientos comensales, dieron cuenta del resto de la “Singladura”, comenzando por el “Embarque” constituido por la propuesta “Lomo de lubina al natural sobre packchoy y tomate”, que puso una vez más de manifiesto el dominio que sobre los pescados y en particular la lubina, tienen los Loya, cuya saga tiene en su “lubina al champán” a uno de los platos que los catapultaron a la fama.






La “Singladura” en si fue el plato “Cordero confitado sobre espuma de patata”, plato que reinterpreta constantemente Isaac, y que confitado a baja temperatura durante más de veinte horas, hizo salivar como pocas veces a los comensales.







El “Atraque” fue como en las dos últimas ediciones “La torrija de vainilla con su helado”, en base al pan especial que le elabora el cofrade Florencio en su cercana panadería, y que se ha consolidado como una fiel alternativa al “Tocinillo con leche merengada” que tanta fama le dio a la casa.








Excelente cena la degustada, en la que un año más estuvo presente la memoria el inigualable  y recordado Miguel Loya (q.e.p.d) fallecido hace apenas dos años.



Isaac Loya, a la derecha, con su colega Jaime Uz -galardonado con el Cucharon regional-
 y Luis Javier del Valle.










“Situado frente a la playa, atesora un buen hall de espera y unas salas de ambiente clásico-marinero, destacando las dos acristaladas, a modo de terrazas, por sus magníficas vistas al mar. Su cocina, tradicional actualizada y de temporada, se elabora siempre en base a los productos de la zona de mejor calidad”. Inspectores de la Guía Michelín sobre el restaurante.
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