lunes, 8 de febrero de 2016

Almeida, la ciudad fortificada de Portugal.

La ciudad fortificada en forma de estrella, forma parte del conjunto de “Aldeas históricas”, en Portugal.

En el año 19991, el gobierno de Portugal, puso en marcha el programa denominado “Red de aldeas históricas”, con el objetivo de dar al interior de la región centro una estrategia de desarrollo y valorización centrada en los valores de la historia, la cultura y el patrimonio, así como combatir los efectos del paso del tiempo y la desertización.
Aldeas unidas por ubicaciones estratégicas junto a la frontera española, fruto de la preocupación de varios reyes preocupados por la defensa del territorio, que se encargaron de poblar y fortificar la región, edificando castillos y murallas, otorgando cartas forales y ofreciendo privilegios a quien allí se estableciese.
La Red la constituyen doce aldeas: Almeida, Belmonte, Castelo Mendo, Castelo Novo, Castelo Rodrigo, Idanha-a-Velha, Linhares da Beira, Marialva, Monsanto, Piódao, Sortelha y Trancoso.



Almeida es un municipio portugués, perteneciente al distrito de Guarda, englobado en la región Centro, subregión Beira interior norte. Su extensión es de 520,55 kilómetros cuadrados, su población es de 7.787 habitantes (censo de 2014), está subdivido en 29 freguesías, limita al norte con Figueira de Castelo Rodrigo, al este con España, al sur con Sabugal y al oeste con Guarda y Pinhel.
El municipio tiene restos de presencia humana desde el Paleolítico, así como de la edad del Bronce y del Hierro, así como restos de la presencia romana. Sin embargo fue en la Edad Media, cuando la formación de la nacionalidad portuguesa, cuando cogió mayor importancia dada su estratégica ubicación.
Históricamente perteneció al Reino de León, pasando al Reino de Portugal y recibiendo carta floral en 1297, con la firma del Tratado de Alcañices entre el rey Fernando IV de Castilla y el rey Dionisio I de Portugal.










En el siglo XVII fue transformada en una imponente fortaleza durante la guerra de Restauración portuguesa. La ciudad sufrió importantes cercos en 1762 durante la guerra de los Siete Años y en 1810 durante la guerra Peninsular contra los franceses.









Su estructura la ha convertido en una referencia en Portugal y en una de las más interesantes del mundo. Con forma de estrella de doce puntos –hexágono doble- compuesta por seis baluartes, que reciben los nombres de Nuestra Señora de Brotas, San Antonio, San Francisco, San Juan de Dios, San Pedro y Santa Bárbara, en forma de lanza en cada ángulo del polígono y entre ellos se yerguen otros más pequeños, denominados revellines.
Fortaleza rodeada por un foso de doce metros de ancho, a lo largo de un perímetro de dos kilómetros y quinientos metros. Llego a estar guarnecida por 5.000 hombres, poseía más de cien bocas de fuego de diversos calibres, disponía de compartimentos a prueba de bombas y de casamatas y polvorines subterráneos.









En la actualidad Almeida sorprende por el grado de conservación de todo su sistema defensivo y del pueblo en general, gozando todo ella de la clasificación y reconocimiento de Patrimonio Nacional, formando parte del conjunto de “Aldeas históricas de Portugal”. Estando la localidad dividida en dos partes, la de la fortaleza y las construcciones realizadas a su alrededor.








La realización de la visita es recomendable comenzarla a través de la puerta de San Francisco de la Cruz, la más significativa de todo el conjunto militar, y considerada de las más bonitas e importantes del país.









Al igual que el resto de las puertas de la fortaleza es doble, ostenta las armas reales y está formado por dos túneles abovedados construidos en curva, a prueba de bomba y  separados por el mencionado foso que rodea todo el conjunto.










Antiguamente era la casa del guarda, y en la actualidad en el primero de los túneles, alberga la sala de armas del museo Histórico-Militar, con una exposición de la indumentaria y armamento de caballería, artillería e infantería de los siglos XVIII y XIX. Y en el segundo se encuentra la Oficina de Turismo.









Al pasar la puerta de San Francisco, el viajero se encuentra con la plaza de la República.









Plaza con un pequeño parque en el que luce una gran cruz, monumento homenaje a los “A los muertos de la Gran Guerra (1914-18)”, en referencia al alto número de soldados fallecidos durante la I Guerra Mundial, en la que Portugal fue aliada de Inglaterra.










A mano izquierda el edificio del cuartel de las Escuadras, que en el frontal de su fachada, con escaleras en su lateral, presenta el escudo de armas pintado.








Edificio, antiguamente denominado “Terrero del Pozo”, construido en el siglo XVIII, para ser cuartel de infantería.








En la misma mano izquierda, un poco más adelante, se encuentra la iglesia de la Misericordia, del siglo XVII, cuya autoría se atribuye a Jerónimo Velho de Azevedo, cuya fachada reproduce al composición de la puerta magistral de San Antonio, con dos ventanas con balcones en sus laterales.










Y pegado a ella el edificio del hospital que toma el nombre de la iglesia, constituyendo el conjunto la Casa de la Misericordia, fundada el 11 de diciembre de 1520, como reza en el azulejo que luce en su exterior.











En la plaza hacia la derecha, se encuentra el parque infantil, que se sitúa en el revellín de los Amores, dónde se encuentran las puertas de acceso al Huerto del Gobernador, que desembocan en el foso de las murallas, cerca de un pozo.










Continuando la calle se encuentra el baluarte de San Juan de Dios, dónde se encuentran las antiguas Casamatas.









Construcción compuesta por veinte estancias con galerías subterráneas en el siglo XVII con grandes bloques de granito sin aperturas al exterior, pero con conductos de ventilación, aljibe, cisterna y pozo para el abastecimiento de agua.











Edificadas a prueba de bombas, comunicadas entre sí por pasadizos que servían de refugio a la población en el momento de los ataques bélicos. En el siglo XIX cumplieron las funciones de prisión para presos políticos y también como almacén de víveres.










En la actualidad en ellas se ubica el “Museo histórico militar de Almeida”, inaugurado el 29 de agosto de 2008. Espacio interactivo y multimedia que reconstituye la historia de Portugal desde la época medieval a los tiempos contemporáneos, con especial énfasis para las guerras peninsulares, la invasión francesa y el cerco de Almeida. Las salas temáticas cronológicas son: Los orígenes –neolítico, románico, visigodo y árabe-; Edad Media –siglos XI al XVI-; Guerra de la Restauración –siglo XVII-; Guerra de los siete años o fantástica –siglo XVIII-; Guerras Peninsulares –siglo XIX; Luchas liberales –siglo XIX- y la 1º Guerra Mundial –siglo XX-.











Seguidamente a las Casamantas se encuentra la “Puerta nueva”, reconstrucción de la primitiva allí ubicada, abierta el 25 de agosto de 2007, con acceso rodado a vehículos.











Girando a la izquierda por la calle que asciende paralela al recinto amurallado, se ubica la  “Roda dos eispostos” – casa de la rueda de los huérfanos-. Pequeña construcción con ventana en cuyo dintel figura el nombre de la misma y su año de construcción -1843-, que recogía a los niños huérfanos o abandonados.










Continuando la calle se encuentra el actual Hotel Fortaleza, edificado como Pousada en el año 1985, con el nombre de Pousada Señora de las Nieves.










La zona de la ubicación del actual hotel, es la plaza Alta, situada en el baluarte Santa Bárbara, punto más elevado del pueblo y que se destinaba a oficiales y funcionaba como punto de vigía.









Allí se encuentra la lápida y tumba de John Beresford, general británico que comandó el ejército portugués contra los franceses, caído durante el sitio de Ciudad Rodrigo en 1812.










El recorrido a la ciudad debe de continuar por la zona alta, divisándose el revellín Doble, dónde se ubica el edificio que albergó el hospital militar, también llamado de sangre, y que en la actualidad alberga una galería de arte, rodeado de tumbas cuyas lápidas son visibles, y que se accedía por un puente elevadizo.










El siguiente revellín es el de Nuestra Señora das Brotas, dónde se encuentra el actual “Picadero del rey”, dónde se dan clases de equitación, y se realizan paseos bien a caballo o bien en calesa. Conjunto de edificaciones que funciono en su momento como tren de artillería y arsenal de la plaza, así como taller de forjas para fabricar y reparar equipo militar y maquinaría, y que a lo largo de los tiempos sufrió numerosas adaptaciones. Allí también estuvo un cuartel de artillería y una panadería, cayendo todo en ruinas tras los bombardeos de la guerra napoleónica.




                                      





Restaurado en 1998 como picadero, criadero y desarrollo de actividades ecuestres, mantiene el portal principal coronado con las armas reales, el edificio de los comederos, el muro circular y las paredes laterales con contrafuertes.











En la desviación de entrada al picadero se levanta tres moderna esculturas. Una en la rampa descendente de acceso al mismo, y otras dos enfrente. En la zona dónde están levantada estás últimas, se encuentran las ruinas del antiguo Castillo, de evocación a San Dinis, y único con foso de la región.
Fue pasto de una gran explosión en 1810, cuando las terceras invasiones francesas en 1810, que lo destruyó prácticamente en su totalidad.








Formando parte del conjunto, aún se mantiene en píe la Torre del Reloj, edificada en el siglo XIX sobre los escombros de la antigua iglesia Matriz. Lugar dónde también se levanta una construcción vertical en forma de palomar.












En él conjunto mantiene se encuentra un cementerio, coronada por una calavera y con una curiosa inscripción en su puerta de acceso: “Ó tu quem quer que es repara como eu estou eu ja foi como tu es e tu seras como eu sou”   (O tú que miras como estoy, yo era como tú y tú seras como yo)











A continuación del picadero del Rey, se encuentra la puerta de San Antonio, que contiene un pasaje estrecho para el revellín de San Antonio, y que sirve de acceso al pueblo, ostentando en su fachada el escudo real.  










Este es otro paso construido a prueba de bombas y con forma de curva para dificultar el paso de atacantes. Presenta una puerta avanzada y otra interior, en esta última en su momento hubo un presidio de causas políticas y es la única que presenta nichos.









Por la puerta de San Antonio se sale al interior del revellín de mismo nombre, dónde se encuentra el “Centro de estudios de arquitectura militar”, ubicado en la antigua casa del guarda, en el que se da cuenta del armonioso conjunto que forma población y murallas, con un estudio de la estructura de la Fortaleza y las características del núcleo urbano.









La puerta de San Antonio es un buen punto para dar un tranquilo y sosegado paseo por las callejuelas de un pueblo que emana sosiego y tranquilidad.










Enfocando la calle del Arco y girando a la derecha se llega a la plaza que alberga el actual Ayuntamiento –Cámara Municipal- edificio del siglo XVIII, construido para cuartel de Artillería, y que antes de su uso actual fue prisión.









En la misma plaza se encuentra el edificio que alberga el Tribunal de Justicia, con su rótulo exterior y el escudo municipal.










En la calle superior, rodeado de casas balconadas y coloridos ventanales, se encuentra el antiguo lavadero municipal, que se encuentra reconstruido, protegido entre casas y con un pequeño área de descanso delante.









La plaza más amplia de Almeida, es la espaciosa plaza de la Libertad, antiguamente llamada Principal.









En uno de los laterales se encuentra el palacio de Veeduría, edificación del siglo XVII, que albergo en su momento la sede del Gobierno Militar.









En el fondo inferior se encuentra adosado en el edificio que alberga la farmacia de la localidad, un altar con el dibujo de un Cristo portando la Cruz.










Cercana a la plaza, en un lateral de la misma, se encuentra la actual iglesia Matriz, bajo la advocación de Nuestra Señora de las Candelas, antigua iglesia del Convento de Nuestra Señora del Loreto. Levantada en el siglo XVIII, no estuvo exenta de fines militares, pasando a ser la iglesia principal del pueblo en 1810 en el que se produjo la explosión que acabo con gran parte del pueblo, incluida la entonces iglesia Matriz.










Almeida, la plaza fortificada más emblemática de Portugal, ubicada en los límites del país, cargada de historia y ejemplo único de construcción militar, bien merece una sosegada visita.












MÁS INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA. Pinchar enlaces.




“En la preparación para la batalla, los planes son inútiles, pero la planificación es indispensable”. Dwight David Eisenhower (1890-1965) militar, político y trigésimo cuarto presidente de los Estados Unidos.


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