lunes, 20 de noviembre de 2017

Círculo Gastronómico de los Quesos Asturianos. Excursión a Puebla de Lillo.

Realizada el 11 de noviembre de 2017 a la montaña leonesa, Valdehuesa y Puebla de Lillo.


Con el objetivo de que círculianos, conyugues, compañeras y amigos confraternicen, compatibilizando fines lúdicos, con actividades culturales y gastronómicas, el Círculo Gastronómico de los Quesos Asturianos realiza una excursión anual, que aunque no figuren en las actividades previstas en sus fines estatutarios, si se lleva a cabo de manera periódica desde su fundación.

El 11 de noviembre de 2017, fue la fecha elegida para la cuarta edición de este evento, realizada a tierras de la montaña leonesa, bajo la coordinación del círculiano José Antonio Miyar. Habiendo visitado en las anteriores los concejos de Tineo; Onís y Llanes, y  Cabrales y Potes -en Cantabria-, en los años 2014, 2015 y 2016 respectivamente.
Círculo Gastronómico de los Quesos Asturianos. Excursión anual 2016.

Excursión a la que han acudido los círculianos: Aquilino Suárez, Fidel Fernández, Javier Del Valle,  Jerónimo González, Jorge Martínez, José Antonio Miyar,  José Luis Suárez, José Ramón Megido, Luis Riera, Manuel Secades y Secundino Palacio. Así como conyugues, compañeras e invitados personales de los mismos, que compusieron un grupo total de 25 personas.






Expedición que hizo la primera parada en Felechosa, dónde las hermanas Megido –Mary Paz y Mary Luz- esperaban a la comitiva en su establecimiento, el Hotel restaurante De Torres, para un primer refrigerio. Establecimiento en el que se revivió el grato momento vivido por los círculianos con motivo de la comida de "Exaltación a los quesos de la quesería Cañarejal" el 25 de mayo de 2017.







Sobrepasado el puerto de San Isidro, en la cercana localidad leonesa de Puebla de Lillo se sumaron a la comitiva el coordinador, su cónyuge Gema y los anfitriones en tierras leonesas, los nativos Cloti y Néstor.








Continuando durante unos 15 kilómetros más  hasta el primer destino, el Museo de la Fauna Salvaje, sito en Valdehuesa, en el vecino municipio de Boñar, disfrutando en el trayecto del bonito recorrido rodeando el embalse Juan Benet, más conocido como el de Boñar, en uno de cuyos brazos está situado.







Y no antes de sufrir el pequeño percance de la avería del autobús en el que se viajaba, sin ningún tipo de daños personales, a unos dos kilómetros del pueblo, lo que distorsiono levemente los planes iniciales.






El Museo, inaugurado en el año 2004, por iniciativa del doctor Eduardo Romero Nieto, a través de la Fundación que lleva su nombre reúne, en un entorno paisajístico de gran belleza, un equipamiento que por su temática y contenido es único en su género en Europa y de los pocos del mundo.








Ubicado en un entorno rodeado de robledales, hayedos y grandes montañas calizas, el espacio museístico de 5000 metros cuadrados, cuenta con más de una veintena de salas expositivas, galería de anatomía científica, un museo entomológico, biblioteca, aulas para clases, sala de audiovisuales, tienda, bar restaurante, zona infantil exterior ajardinada y un mini museo con cerca de una veintena de esculturas de bronce de animales a tamaño natural.








En él se encuentra una muy amplia representación de la fauna procedente de los cinco continentes, compuesta por más de ocho mil especies naturalizados –disecados a partir de su propia piel-, dos mil aves y una completa colección de más de diez mil insectos.






Y que pretende ser un espacio cultural para mostrar al visitante las especies animales salvajes que habitan en el planeta. Complementado por un parque zoológico vallado de 25 hectáreas, habitado por más de un centenar de animales en semi libertad, visibles en recorridos guiados en coches todoterreno. 








Espectacular Museo, que no dejo indiferente a nadie por su grandiosidad, sorprendente y enriquecedor contenido y sobre todo por el realismo que transmitían algunos de los animales presentes, a la vez que por escenificación y decorados de las salas temáticas.









Lástima, que parece ser por causas técnicas de seguridad, no se pudo realizar la visita al parque zoológico exterior y disfrutar de la visión en libertad de una mínima parte de los animales naturalizados en el interior, en el entorno incomparable del pantano de Porma, con los macizos del Mampodre y los Picos de Europa como telón de fondo.

Concluida la visita y con el nuevo autobús dispuesto, se volvió a Puebla de Lillo, capital del municipio de mismo nombre, en cuya casa consistorial los círculianos y sus invitados, fueron recibidos por José Ramón Alonso, teniente de alcalde de la corporación. Quién dio la bienvenida al colectivo, se congratuló de elegir el municipio como punto de destino y deseó una feliz estancia en el mismo.






El presidente círculiano, Manuel Secades, le entregó un diploma en recuerdo de la presencia del Círculo en el municipio, agradeció la recepción y prometió tener más presentes las tierras de la montaña leonesa en los viajes a realizar. Siendo agasajados los excursionistas a la conclusiones con el libro “Leonesas y pioneras” y dos folletos informativos municipales.







Situado a una altitud de 1144 metros y con una población que apenas llega a las 700 personas, el municipio ha vivido una importante reversión parcial de su economía en las últimas épocas, con un incremento sustancial del sector servicios y turísticos, motivado principalmente por acoger en su territorio la estación invernal de San Isidro, que ha revertido especialmente en el sector hostelero.







Sector este último, cuyo ícono y referencia es el bar restaurante pensión Madrid, fundado por Matilde Llanos y Luis Fernández en 1965 y gestionado en la actualidad por sus hijas –Luisa, Gema y Matilde- dónde se realizó la comida, basada en la culinaria tradicional de la comarca y de la casa.
Bar restaurante Madrid. La cocina matriarcal en la montaña leonesa.








El queso no suele faltar en las comidas de los círculianos, y aunque en el municipio no existen queserías, ni tradición elaboradora, José Antonio se preocupó de que el mismo estuviese presente en su inicio. Siendo la clásica elaboración leonesa de “pata de mulo” la elegida, con la peculiaridad de estar realizada con leche de cabra, en lugar de la habitualmente utilizada de oveja, que comercializado con la marca “Don Artesano” fue un descubrimiento para mucho de los comensales.




   




Su ingesta dio paso a las elaboraciones culinarias  realizadas  en base a la matanza del cerdo en la casa, que se han convertido en auténticas especialidades, altamente demandadas. Lengua cocida con su aceite, morcillas y picadillo, fueron la antesala del  plato principal, la cecina de chivo, realizada bajo encargo.








Producto, este, al que se rinde pleitesía anualmente con una feria en la cercana localidad de Vegacervera, de donde es originario, de la que ese mismo fin de semana se celebraba su vigésima séptima edición. Plato, desconocido para muchos de los presentes, compuesto de la pata del chivo curada en guiso con chorizos y patatas, y que tuvo una gran acogida general.








La variada gama de repostería casera, puso el colofón a la contundente y exquisita comida, que se armonizó con vinos de la DOP Tierra de León.






Como es habitual en sus comidas, el Círculo Gastronómico quiso dejar muestra de su agradecimiento y constancia de su paso por el establecimiento con la entrega de un diploma, que el coordinador y presidente circuliano, entregaron a las hermanas Fernández Llano y a su equipo de servicio.







Concluida la sobremesa, la comitiva era esperada por los técnicos municipales, para mostrar y explicar los dos equipamientos culturales con los que cuenta el municipio, las casas del parque del valle del río Porma y la de los Picos de Europa, sitas ambas a escasos metros del establecimiento hostelero.
La primera de ellas se ubica en las antiguas escuelas de la localidad, utilizada como equipamiento multiuso, y que albergaba habitualmente una exposición permanente sobre las riquezas naturales del entorno.









Puebla de Lillo tiene en su Torreón, construido en el siglo XIV por los condes de Luna, su símbolo, principal referencia patrimonial y testigo mudo de su historia. Declarado bien de interés cultural en 1949, fue fortaleza, torre de vigilancia, mansión señorial, cárcel y ayuntamiento, antes de ser abandonado después de la guerra civil española. Siendo rehabilitado en los primeros años del siglo veintiuno, acogiendo desde el 6 de agosto de 2004 la “casa del parque de los Picos de Europa” y la oficina de turismo municipal.






Casa que a través de fotografías, paneles y una gran maqueta, acercan al visitante a la variada y gran oferta que ofrece la comarca y el primer parque nacional declarado en España, pudiéndose disfrutar desde su acristalada tercera planta de una visión global de la localidad, al ser por su ubicación atalaya de la misma.
Torreón de Puebla de Lillo y Casa del parque de los Picos de Europa.







Visitas que pusieron el colofón a la estancia en la montaña leonesa, desconocida para muchos viajeros, emprendiendo el colectivo el viaje de regreso a Oviedo, después de haber visitado un excepcional Museo y haber disfrutado de la hospitalidad, la gastronomía y riquezas culturales de Puebla de Lillo y sus gentes.







Estupenda excursión, con una eficiente coordinación, que bajo las premisas de armonía y convivencia, fue todo un éxito, y reafirma la conveniencia de muchos de los círculianos de seguir realizando este tipo de eventos para el disfrute general.







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“La amistad es innecesaria, como la filosofía, como el arte. No tiene valor de sobrevivencia; en su lugar, es una de las cosas que da valor a la supervivencia”. Clive Staples Lewis (1898-1963) medievalista, crítico y novelista americano.






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