Realizada el 11 de noviembre de 2017 a la montaña leonesa, Valdehuesa y Puebla de Lillo.
Con el objetivo de que círculianos, conyugues,
compañeras y amigos confraternicen, compatibilizando fines lúdicos, con
actividades culturales y gastronómicas, el Círculo Gastronómico de los Quesos
Asturianos realiza una excursión anual, que aunque no figuren en las
actividades previstas en sus fines estatutarios, si se lleva a cabo de manera
periódica desde su fundación.
El 11 de noviembre de 2017, fue la fecha elegida para
la cuarta edición de este evento, realizada a tierras de la montaña leonesa,
bajo la coordinación del círculiano José Antonio Miyar. Habiendo visitado en
las anteriores los concejos de Tineo; Onís y Llanes, y Cabrales y Potes -en Cantabria-, en los años
2014, 2015 y 2016 respectivamente.
Círculo Gastronómico de los Quesos Asturianos. Excursión anual 2016.
Excursión a la que han acudido los círculianos: Aquilino Suárez, Fidel Fernández, Javier Del Valle, Jerónimo González, Jorge Martínez, José Antonio Miyar, José Luis Suárez, José Ramón Megido, Luis Riera, Manuel Secades y Secundino Palacio. Así como conyugues, compañeras e invitados personales de los mismos, que compusieron un grupo total de 25 personas.
Excursión a la que han acudido los círculianos: Aquilino Suárez, Fidel Fernández, Javier Del Valle, Jerónimo González, Jorge Martínez, José Antonio Miyar, José Luis Suárez, José Ramón Megido, Luis Riera, Manuel Secades y Secundino Palacio. Así como conyugues, compañeras e invitados personales de los mismos, que compusieron un grupo total de 25 personas.
Expedición que
hizo la primera parada en Felechosa, dónde las hermanas Megido –Mary Paz y Mary
Luz- esperaban a la comitiva en su establecimiento, el Hotel restaurante De
Torres, para un primer refrigerio. Establecimiento en el que se revivió el grato momento vivido por los círculianos con motivo de la comida de "Exaltación a los quesos de la quesería Cañarejal" el 25 de mayo de 2017.
Sobrepasado el
puerto de San Isidro, en la cercana localidad leonesa de Puebla de Lillo se
sumaron a la comitiva el coordinador, su cónyuge Gema y los anfitriones en
tierras leonesas, los nativos Cloti y Néstor.
Continuando
durante unos 15 kilómetros más hasta el primer destino, el Museo de la Fauna
Salvaje, sito en Valdehuesa, en el vecino municipio de Boñar, disfrutando en el
trayecto del bonito recorrido rodeando el embalse Juan Benet, más conocido como
el de Boñar, en uno de cuyos brazos está situado.
Y no antes de
sufrir el pequeño percance de la avería del autobús en el que se viajaba, sin
ningún tipo de daños personales, a unos dos kilómetros del pueblo, lo que
distorsiono levemente los planes iniciales.
El Museo,
inaugurado en el año 2004, por iniciativa del doctor Eduardo Romero Nieto, a
través de la Fundación que lleva su nombre reúne, en un entorno paisajístico de
gran belleza, un equipamiento que por su temática y contenido es único en su
género en Europa y de los pocos del mundo.
Ubicado
en un entorno rodeado de robledales, hayedos y grandes montañas calizas, el
espacio museístico de 5000 metros cuadrados, cuenta con más de una veintena de
salas expositivas, galería de anatomía científica, un museo entomológico,
biblioteca, aulas para clases, sala de audiovisuales, tienda, bar restaurante, zona
infantil exterior ajardinada y un mini museo con cerca de una veintena de
esculturas de bronce de animales a tamaño natural.
En él se
encuentra una muy amplia representación de la fauna procedente de los cinco
continentes, compuesta por más de ocho mil especies naturalizados –disecados a
partir de su propia piel-, dos mil aves y una completa colección de más de diez
mil insectos.
Y que pretende
ser un espacio cultural para mostrar al visitante las especies animales
salvajes que habitan en el planeta. Complementado por un parque zoológico
vallado de 25 hectáreas, habitado por más de un centenar de animales en semi libertad,
visibles en recorridos guiados en coches todoterreno.
Espectacular
Museo, que no dejo indiferente a nadie por su grandiosidad, sorprendente y
enriquecedor contenido y sobre todo por el realismo que transmitían algunos de
los animales presentes, a la vez que por escenificación y decorados de las
salas temáticas.
Lástima,
que parece ser por causas técnicas de seguridad, no se pudo realizar la visita
al parque zoológico exterior y disfrutar de la visión en libertad de una mínima
parte de los animales naturalizados en el interior, en el entorno incomparable
del pantano de Porma, con los macizos del Mampodre y los Picos de Europa como
telón de fondo.
Concluida la
visita y con el nuevo autobús dispuesto, se volvió a Puebla de Lillo, capital
del municipio de mismo nombre, en cuya casa consistorial los círculianos y sus
invitados, fueron recibidos por José Ramón Alonso, teniente de alcalde de la
corporación. Quién dio la bienvenida al colectivo, se congratuló de elegir el
municipio como punto de destino y deseó una feliz estancia en el mismo.
El presidente
círculiano, Manuel Secades, le entregó un diploma en recuerdo de la presencia
del Círculo en el municipio, agradeció la recepción y prometió tener más
presentes las tierras de la montaña leonesa en los viajes a realizar. Siendo
agasajados los excursionistas a la conclusiones con el libro “Leonesas y
pioneras” y dos folletos informativos municipales.
Situado a una
altitud de 1144 metros y con una población que apenas llega a las 700 personas,
el municipio ha vivido una importante reversión parcial de su economía en las
últimas épocas, con un incremento sustancial del sector servicios y turísticos,
motivado principalmente por acoger en su territorio la estación invernal de San
Isidro, que ha revertido especialmente en el sector hostelero.
Sector este
último, cuyo ícono y referencia es el bar restaurante pensión Madrid, fundado
por Matilde Llanos y Luis Fernández en 1965 y gestionado en la actualidad por
sus hijas –Luisa, Gema y Matilde- dónde se realizó la comida, basada en la culinaria
tradicional de la comarca y de la casa.
Bar restaurante Madrid. La cocina matriarcal en la montaña leonesa.
Bar restaurante Madrid. La cocina matriarcal en la montaña leonesa.
El queso no
suele faltar en las comidas de los círculianos, y aunque en el municipio no
existen queserías, ni tradición elaboradora, José Antonio se preocupó de que el
mismo estuviese presente en su inicio. Siendo la clásica elaboración leonesa de
“pata de mulo” la elegida, con la peculiaridad de estar realizada con leche de
cabra, en lugar de la habitualmente utilizada de oveja, que comercializado con
la marca “Don Artesano” fue un descubrimiento para mucho de los comensales.
Su ingesta dio
paso a las elaboraciones culinarias
realizadas en base a la matanza
del cerdo en la casa, que se han convertido en auténticas especialidades,
altamente demandadas. Lengua cocida con su aceite, morcillas y picadillo,
fueron la antesala del plato principal,
la cecina de chivo, realizada bajo encargo.
Producto, este,
al que se rinde pleitesía anualmente con una feria en la cercana localidad de
Vegacervera, de donde es originario, de la que ese mismo fin de semana se
celebraba su vigésima séptima edición. Plato, desconocido para muchos de los
presentes, compuesto de la pata del chivo curada en guiso con chorizos y
patatas, y que tuvo una gran acogida general.
La variada gama
de repostería casera, puso el colofón a la contundente y exquisita comida, que
se armonizó con vinos de la DOP Tierra de León.
Como es habitual
en sus comidas, el Círculo Gastronómico quiso dejar muestra de su
agradecimiento y constancia de su paso por el establecimiento con la entrega de
un diploma, que el coordinador y presidente circuliano, entregaron a las
hermanas Fernández Llano y a su equipo de servicio.
Concluida la
sobremesa, la comitiva era esperada por los técnicos municipales, para mostrar
y explicar los dos equipamientos culturales con los que cuenta el municipio,
las casas del parque del valle del río Porma y la de los Picos de Europa, sitas
ambas a escasos metros del establecimiento hostelero.
La primera de ellas se ubica en las antiguas escuelas de la localidad, utilizada como equipamiento multiuso, y que albergaba habitualmente una exposición permanente sobre las riquezas naturales del entorno.
La primera de ellas se ubica en las antiguas escuelas de la localidad, utilizada como equipamiento multiuso, y que albergaba habitualmente una exposición permanente sobre las riquezas naturales del entorno.
Puebla de Lillo tiene
en su Torreón, construido en el siglo XIV por los condes de Luna, su símbolo, principal
referencia patrimonial y testigo mudo de su historia. Declarado bien de interés
cultural en 1949, fue fortaleza, torre de vigilancia, mansión señorial, cárcel
y ayuntamiento, antes de ser abandonado después de la guerra civil española.
Siendo rehabilitado en los primeros años del siglo veintiuno, acogiendo desde
el 6 de agosto de 2004 la “casa del parque de los Picos de Europa” y la oficina
de turismo municipal.
Casa que a
través de fotografías, paneles y una gran maqueta, acercan al visitante a la
variada y gran oferta que ofrece la comarca y el primer parque nacional
declarado en España, pudiéndose disfrutar desde su acristalada tercera planta
de una visión global de la localidad, al ser por su ubicación atalaya de la
misma.
Torreón de Puebla de Lillo y Casa del parque de los Picos de Europa.
Torreón de Puebla de Lillo y Casa del parque de los Picos de Europa.
Visitas que
pusieron el colofón a la estancia en la montaña leonesa, desconocida para
muchos viajeros, emprendiendo el colectivo el viaje de regreso a Oviedo,
después de haber visitado un excepcional Museo y haber disfrutado de la
hospitalidad, la gastronomía y riquezas culturales de Puebla de Lillo y sus
gentes.
Estupenda
excursión, con una eficiente coordinación, que bajo las premisas de armonía y
convivencia, fue todo un éxito, y reafirma la conveniencia de muchos de los
círculianos de seguir realizando este tipo de eventos para el disfrute general.
MÁS INFORMACIÓN. Pinchar en enlaces.
“La amistad es innecesaria, como la filosofía, como el
arte. No tiene valor de sobrevivencia; en su lugar, es una de las cosas que da
valor a la supervivencia”. Clive Staples Lewis (1898-1963) medievalista,
crítico y novelista americano.
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