Municipio y localidad lindante
con el Principado de Asturias.
El municipio y pueblo de Puebla
de Lillo, se encuentra en el noroeste de la provincia de León, distante 87
kilómetros de la capital, a una altitud de 1.144 metros, perteneciente a la comarca de la montaña
oriental, lindante con el Principado de Asturias.
Su superficie es de 171,4
kilómetros cuadrados, en su mayor parte zona montañosa, estando vertebrada por
el río Porma, que nace en el puerto de las Señales y sus afluentes. Su censo
poblacional, en 2016, es de 699 habitantes, distribuidos entre los núcleos de
Camposolillo, caseríos y estación invernal de San Isidro, Cofiñal, Isoba,
Redipollos, San Cibrián de la Somoza y Solle.
Plaza de Redipollos, con el monumento al Rebeco.
Su relieve alterna la alta
montaña, con una pendiente media del 41,54%, con valles sobre los que se
asientan los núcleos de población y amplias zonas de bosques de hayas, robles y
pinares.
De exuberante naturaleza, el
municipio es guardián de dos de los mejores lagos de origen glaciar que se
conservan en España, el Ubales y el Ausente, cuenta con los espacios protegidos
de los Picos de Euriopa y la reserva nacional de caza del Mampodre y uno de los
últimos y mejor conservados pinares autóctonos de Europa.
Paso natural de la meseta hacia
el Cantábrico, los puertos de San Isidro y Tarna han sido caminos obligados de
paso para el intercambio de mercancías entre ambos. En las últimas décadas su
delimitación geográfica con la cordillera Cantábrica, le ha dado el valor
añadido de ser referencia del deporte de la nieve, al estar ubicada en el
municipio la estación invernal de San Isidro, la más importante del norte de
España.
Posiblemente de origen romano, su
primera documentación escrita es del siglo X, relacionada con el poderoso
monasterio de Sahagún, que tenia el privilegio real del uso de sus pastos. Su
creación como población está datada en el año 1212 con carta puebla otorgada
por el rey Alfonso IX, en la repoblación medieval, llamándose Puebla de Lirios,
dado que en la zona había muchos campos de dicha flor.
Tierras de los señores feudales,
en ella ejercieron los Vigil, Alfonso Enriquez y los Quiñones, conocidos como
condes Luna, que habitaron primero el ahora inexistente castillo de Redipollos,
dónde se ejercía el derecho de portazgo en el valle, y posteriormente lel
torreón medieval de Puebla de Lillo, que preside la localidad desde todos sus
puntos, fundado por los condes Luna.
Sus habitantes gozaron durante
tres siglos del privilegio de mercadear y circular por todo el reino eximidos
de portazgos y otros impuestos, por concesión del rey Juan I de Castilla en
1382, ratificado por sus sucesores hasta el reinado de Felipe III.
El municipio es paso de
una variante del Camino de Santiago que unía Oviedo con León, dónde confluía
con el francés, del que da fe algunas de sus iglesias y los restos de
pretéritos hospitales.
En la capital municipal, protegida por la mole
del pico Susarón con sus 1878 metros, se yergue en el centro su principal
referencia y símbolo, el Torreón. Construido por los condes Luna en el siglo
XIV, fiel testigo de la historia local, declarado bien de interés cultural el 22
de abril de 1949, ha sido utilizado para múltiples actividades a lo largo de
los tiempos, fue fortaleza, torre de vigilancia, mansión señorial en tiempos de
paz, cárcel e incluso ayuntamiento en las primeras décadas del siglo veinte.
En 1791 sufrió un devastador incendio, quedando abandonado después de la guerra civil española, hasta los primeros años de este siglo, en el que se acomete su restauración y rehabilitación, acogiendo desde el 6 de agosto de 2004 la casa del parque y el centro de interpretación de los Picos de Europa.
En 1791 sufrió un devastador incendio, quedando abandonado después de la guerra civil española, hasta los primeros años de este siglo, en el que se acomete su restauración y rehabilitación, acogiendo desde el 6 de agosto de 2004 la casa del parque y el centro de interpretación de los Picos de Europa.
Centro que tiene como objetivo ofrecer al
visitante información de una de las partes del primer parque nacional declarado
en España, de su fauna, flora y toda una serie de actividades compatibles con
la conservación y protección del entorno, como el senderismo, montañismo,
acampadas, pesca y caza entre otras, a través de fotografías y paneles.
Y que se complementa con
el espacio expositivo y centro cultural, Casa del Parque del Valle del Porma, sito en las cercanas antiguas escuelas.
Lugar de celebración, entre otras actividades, de las exitosas jornadas
micológicas que la localidad celebra desde 2007.
En su extremo sur, se
encuentra la ermita de la Virgen de las Nieves, el edificio religioso más
destacado del municipio, cuyo origen se remonta al siglo XVIII. Construida por
mandato del prior del convento de San Marcos de León y visitador de la Orden de
Santiago, monseñor Diego González Castañón, es una combinación de los estilos barroco y el neoclásico, en el que destaca su retablo churrigueresco.
Capilla de las Nieves, con el pico Susarón, al fondo.
En el centro del pueblo
se encuentra la iglesia parroquial, consagrada a San Vicente, del siglo XVI,
que cuenta con elementos renacentistas.
Y junto a ella, se conserva un arco de medio punto de la fachada del desaparecido hospital de peregrinos.
Y junto a ella, se conserva un arco de medio punto de la fachada del desaparecido hospital de peregrinos.
La economía y el
sustento básico de los habitantes de Puebla de Lillo, han sido durante siglos
la ganadería y la agricultura, la
explotación de los bosques, la caza y la pesca. El sector industrial tuvo su
peso en el siglo XX, con la explotación de minas de talco, imperando el sector
servicios en las últimas décadas, gracias a la irrupción del turismo con la
puesta en marcha de la estación de esquí de San Isidro.
Comarca eminentemente
ganadera, el recinto ferial de la localidad acoge ferias ganaderas en
septiembre y noviembre, sumándosele a está última en 1996 la celebración de las
jornadas de la matanza en la localidad.
Jornadas en las que se
exalta y recrea esta tradición histórica, anticipo del duro invierno y sustento
alimenticio durante el resto del año, auspiciadas por el ayuntamiento en la que
participan los establecimientos hosteleros de la localidad, que incluye la
matanza y subasta de un cerdo.
Jornadas de la matanza en Puebla de Lillo. XX edición, 2016.
Jornadas de la matanza en Puebla de Lillo. XX edición, 2016.
Establecimientos que
también organizan en el mes de octubre las jornadas gastronómicas de las setas,
coincidiendo con las mencionadas jornadas micológicas.
OBSERVACIONES: Fotos no firmadas, cedidas por Néstor Viejo.
MÁS INFORMACIÓN. Pinchar en enlaces.
Bar restaurante Madrid,la comida matriarcal de la montaña leonesa.
Museo de la Fauna Salvaje, en Valdehuesa.
Jornadas de la matanza en Puebla de Lillo. XX edición, 2016.
Museo de la Fauna Salvaje, en Valdehuesa.
Jornadas de la matanza en Puebla de Lillo. XX edición, 2016.
“El hombre es un prisionero de la geografía y la geografía una prisión
de larga duración”. Juan Ignacio Ruiz de la Peña Solar (1941-2016), historiador
español.
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