sábado, 18 de noviembre de 2017

Puebla de Lillo. León.

Municipio y localidad lindante con el Principado de Asturias.

El municipio y pueblo de Puebla de Lillo, se encuentra en el noroeste de la provincia de León, distante 87 kilómetros de la capital, a una altitud de 1.144 metros,  perteneciente a la comarca de la montaña oriental, lindante con el Principado de Asturias.





Su superficie es de 171,4 kilómetros cuadrados, en su mayor parte zona montañosa, estando vertebrada por el río Porma, que nace en el puerto de las Señales y sus afluentes. Su censo poblacional, en 2016, es de 699 habitantes, distribuidos entre los núcleos de Camposolillo, caseríos y estación invernal de San Isidro, Cofiñal, Isoba, Redipollos, San Cibrián de la Somoza y Solle.



Plaza de Redipollos, con el monumento al Rebeco.




Su relieve alterna la alta montaña, con una pendiente media del 41,54%, con valles sobre los que se asientan los núcleos de población y amplias zonas de bosques de hayas, robles y pinares.
De exuberante naturaleza, el municipio es guardián de dos de los mejores lagos de origen glaciar que se conservan en España, el Ubales y el Ausente, cuenta con los espacios protegidos de los Picos de Euriopa y la reserva nacional de caza del Mampodre y uno de los últimos y mejor conservados pinares autóctonos de Europa.
Paso natural de la meseta hacia el Cantábrico, los puertos de San Isidro y Tarna han sido caminos obligados de paso para el intercambio de mercancías entre ambos. En las últimas décadas su delimitación geográfica con la cordillera Cantábrica, le ha dado el valor añadido de ser referencia del deporte de la nieve, al estar ubicada en el municipio la estación invernal de San Isidro, la más importante del norte de España.







Posiblemente de origen romano, su primera documentación escrita es del siglo X, relacionada con el poderoso monasterio de Sahagún, que tenia el privilegio real del uso de sus pastos. Su creación como población está datada en el año 1212 con carta puebla otorgada por el rey Alfonso IX, en la repoblación medieval, llamándose Puebla de Lirios, dado que en la zona había muchos campos de dicha flor.






Tierras de los señores feudales, en ella ejercieron los Vigil, Alfonso Enriquez y los Quiñones, conocidos como condes Luna, que habitaron primero el ahora inexistente castillo de Redipollos, dónde se ejercía el derecho de portazgo en el valle, y posteriormente lel torreón medieval de Puebla de Lillo, que preside la localidad desde todos sus puntos, fundado por los condes Luna.







Sus habitantes gozaron durante tres siglos del privilegio de mercadear y circular por todo el reino eximidos de portazgos y otros impuestos, por concesión del rey Juan I de Castilla en 1382, ratificado por sus sucesores hasta el reinado de Felipe III.
El municipio es paso de una variante del Camino de Santiago que unía Oviedo con León, dónde confluía con el francés, del que da fe algunas de sus iglesias y los restos de pretéritos hospitales.







En la capital municipal, protegida por la mole del pico Susarón con sus 1878 metros, se yergue en el centro su principal referencia y símbolo, el Torreón. Construido por los condes Luna en el siglo XIV, fiel testigo de la historia local, declarado bien de interés cultural el 22 de abril de 1949, ha sido utilizado para múltiples actividades a lo largo de los tiempos, fue fortaleza, torre de vigilancia, mansión señorial en tiempos de paz, cárcel e incluso ayuntamiento en las primeras décadas del siglo veinte. 








En 1791 sufrió un devastador incendio, quedando abandonado después de la guerra civil española, hasta los primeros años de este siglo, en el que se acomete su restauración y rehabilitación, acogiendo desde el 6 de agosto de 2004 la casa del parque y el centro de interpretación de los Picos de Europa.







Centro que tiene como objetivo ofrecer al visitante información de una de las partes del primer parque nacional declarado en España, de su fauna, flora y toda una serie de actividades compatibles con la conservación y protección del entorno, como el senderismo, montañismo, acampadas, pesca y caza entre otras, a través de fotografías y paneles.






Y que se complementa con el espacio expositivo y centro cultural, Casa del Parque del Valle del Porma,  sito en las cercanas antiguas escuelas. Lugar de celebración, entre otras actividades, de las exitosas jornadas micológicas que la localidad celebra desde 2007.








En su extremo sur, se encuentra la ermita de la Virgen de las Nieves, el edificio religioso más destacado del municipio, cuyo origen se remonta al siglo XVIII. Construida por mandato del prior del convento de San Marcos de León y visitador de la Orden de Santiago, monseñor Diego González Castañón, es una combinación de los  estilos barroco y el neoclásico,  en el que destaca su retablo churrigueresco.



Capilla de las Nieves, con el pico Susarón, al fondo.



En el centro del pueblo se encuentra la iglesia parroquial, consagrada a San Vicente, del siglo XVI, que cuenta con elementos renacentistas. 






Y junto a ella, se conserva un arco de medio punto de la fachada del desaparecido hospital de peregrinos.






La economía y el sustento básico de los habitantes de Puebla de Lillo, han sido durante siglos la  ganadería y la agricultura, la explotación de los bosques, la caza y la pesca. El sector industrial tuvo su peso en el siglo XX, con la explotación de minas de talco, imperando el sector servicios en las últimas décadas, gracias a la irrupción del turismo con la puesta en marcha de la estación de esquí de San Isidro.






Comarca eminentemente ganadera, el recinto ferial de la localidad acoge ferias ganaderas en septiembre y noviembre, sumándosele a está última en 1996 la celebración de las jornadas de la matanza en la localidad.






Jornadas en las que se exalta y recrea esta tradición histórica, anticipo del duro invierno y sustento alimenticio durante el resto del año, auspiciadas por el ayuntamiento en la que participan los establecimientos hosteleros de la localidad, que incluye la matanza y subasta de un cerdo.
Jornadas de la matanza en Puebla de Lillo. XX edición, 2016.








Establecimientos que también organizan en el mes de octubre las jornadas gastronómicas de las setas, coincidiendo con las mencionadas jornadas micológicas.


OBSERVACIONES: Fotos no firmadas, cedidas por Néstor Viejo.


MÁS INFORMACIÓN. Pinchar en enlaces.




“El hombre es un prisionero de la geografía y la geografía una prisión de larga duración”. Juan Ignacio Ruiz de la Peña Solar (1941-2016), historiador español.


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