domingo, 19 de noviembre de 2017

Museo de la Fauna Salvaje, en Valdehuesa, León.

Considerado, por sus características, uno de los mejores del mundo en su género.

Valdehuesa, en la montaña leonesa, es una de las dieciséis pedanías que junto con Boñar, conforma el municipio de mismo nombre. Ubicado a 979 metros, en los aledaños del embalse Juan Benet, conocido popularmente como el del Porma, principal río que le suministra, su población apenas supera las dos decenas de habitantes.
Entre Valdehuesa y Rucayo, a dos kilómetros del primero, en uno de los brazos del embalse, se encuentra el “Museo de la fauna salvaje”, inaugurado el 29 de febrero de 2004, iniciativa de la Fundación doctor Romero Nieto, gestora del mismo, en colaboración con la Diputación Provincial de León, la Universidad de León y la Consejería de medio ambiente de la Junta de Castilla y León.





Ubicado en un entorno rodeado de robledales, hayedos y grandes montañas calizas, el espacio museístico lo complementa un parque zoológico vallado de 25 hectáreas, habitado por más de un centenar de animales en semilibertad, como ciervos, gamos, muflones, jabalíes, corzos, rebecos, bisontes y lobos, visibles en recorridos guiados en coches todoterreno. 









Espacio que destaca por la colaboración en la recuperación del Bisonte Europeo en España, contando con diez ejemplares, entre ellos el primero nacido en León después de 10.000 millones de años.








El espacio exterior, que bordea la senda entre el acceso al conjunto y el edificio museístico, está flanqueado por esculturas de bronce en tamaño natural. Como las asiáticas del Markhor, Argali del alto Altai y el Ibex, un Jabalí, un gran Ciervo, un Lobo, un Oso, un Muffon, una Cabra Hispánica, un Lince, o un Gamo.







Obras de los mejores escultores europeos, como el italiano Giorgio Bani, o los españoles Josechu Lalanda, Juan Garoz y Juan Luis Morales, que de por sí forman un mini museo.







El edificio museístico cuenta, con veintidos salas expositivas, incluida la galería de anatomía científica, un museo entomológico, biblioteca, aulas para clases, sala de audiovisuales, tienda, bar restaurante, zona infantil exterior ajardinada.







Conjunto creado por el doctor zamorano Eduardo Romero Nieto, cuyo cónyuge es oriunda de la comarca, donante principal del mismo, fruto de su inquietud de mostrar tanto la colección de animales naturalizados como los distintos objetos y obras de arte relacionados con la naturaleza, adquiridos a lo largo de más de 50 años de viajes por el mundo con el ánimo de que la sociedad pudiera disfrutar y compartir el verdadero amor por la naturaleza.







En sus 5000 metros cuadrados, se encuentra una muy amplia representación de la fauna procedente de los cinco continentes, compuesta por más de ocho mil especies de todo el mundo, que pretende ser un espacio cultural para mostrar al visitante las especies animales salvajes que habitan en el planeta.








Animales adultos que se han ido encontrando muertos en parques o a través de caza selectiva, cargados de vida, naturalizados -disecados a partir de sus propias pieles- por taxidermistas considerados los mejores del mundo, y catalogados y clasificados mediante microchip introducidos en la pieles de los animales por el departamento de zoología de la Universidad de León.









Divididos y ordenados en salas temáticas por su género y continentes, con sus dioramas correspondientes, decoradas con pinturas al fresco con motivos del entorno del hábitat de las especies expuestas, realizadas en su mayoría por el artista naturalista León Frías, con colaboraciones también de Silvia Doménech y Juan Antonio López.







El emblema del Museo es un León que luce solitario en uno de los pasillos del mismo. León, rey de la Selva, León, Reino en España, analogía entre el antiguo reino español y el rey de los animales, que sirve de homenaje al lugar dónde está ubicado el complejo.






Las salas y sus nombres, en las que están distribuidas, son:

SALA 1. Sala ibérica, esculturas, Rebecos del mundo y Espantada en Gredos.
Aunque no se considere sala, La entrada al conjunto museístico acoge cuatro espacios expositivos.
Uno de vitrinas acristaladas, con gran parte de las 2000 aves donadas por José Luis Blanco. Piezas asombrosas de ornitología, con presencia de rapaces y especies exóticas de diferentes continentes.







Otra de animales de imprescindible conocimiento, ya que son algunos de los más importantes de la fauna que componen el patrimonio biológico ibérico, tesoros que esconde la naturaleza ibérica. En ella están  algunos de los animales más representativos y conocidos; otros no tanto como el Arrendajo que contribuye a la expansión con la dispersión de las bellotas del roble.








Destacan una familia de Linces Ibéricos, el felino más amenazado; las Avutardas, las aves voladoras más pesadas del mundo, o el casi extinguido Urogallo, que comparten espacio con numerosas aves acuáticas, topos, erizos, pequeñas culebras y otros mamíferos.





Una tercera, compuesta por diferentes esculturas de bronce de pequeño tamaño, que representan diferentes animales, escenas de los mismos o de su caza.








Y una cuarta, ya de animales, divididos en dos partes: “Rebecos del mundo y nuestra fauna” y “Espantada en Redes”.
Sobre un paisaje montañoso obra de León Frías, se encuentra una manada de Rebecos de todas las montañas de Europa, así como el introducido en Nueva Zelanda.






Hay ejemplares con cuernos espectaculares y que entre ellos se definen incluso, en el ADN, las diferentes especies: Cantábrico, Sarrio –del Pirineo-, Alpes, Cáucaso, Balcanes, Turquía y Cárpatos.


                                                 





Rebecos a los que acompañan ejemplares de otras especies, como un Zorro, un Jabalí, una Marmota, una pareja de Muflones, un Gamo, pequeños mustélidos o un gran Ciervo de veinticinco puntas.







El apartado “Espantada en Redes”, acoge al Macho Montés, el animal más emblemático en la península ibérica y único en el mundo, al que acompañan ejemplares de Bucardo, y cabras montesas de Tortosa-Beceite, Sierra Nevada, Ronda y Gredos.







En él se recrea una espectacular espantada de machos monteses de todos los tamaños ocasionada por lobos ibéricos y seguida de cerca por un oso pardo. 







Auténtica obra de arquitectura y taxidermia, realizada por Taxidermia Mompiel, de doce machos de distintas edades que huyen con un perfecto equilibrio y armonía, apoyados en una sola pata, sobre una gran pintura de las montañas, obra también de León Frías.








SALA 2: La berrea del ciervo.
Ambientada en la berrea del Ciervo, el rey del bosque, con pinturas de Juan Antonio López, acoge enormes ejemplares centroeuropeos en diferentes posturas, con especial protagonismos para dos de ellos enfrentados en lucha por las ciervas.







Escenas producidas por la entrada en celo de las hembras a finales de septiembre, en la que la brama de los machos de berridos roncos y sonoros, se oye durante dos ó tres semanas.







En ella también hay una serie de pequeños animales de sumo interés, como el Meloncillo, el Águila Culebrera, los Alcaravanes, los Sisones, las Palomas Torcaces o el Ratonero.








SALA 3: Europa, el viejo mundo.
Ambientada en los bosques y montañas de Europa, en ella están representantes del orden de los carnívoros como el gran Oso de los bosques yugoslavos junto a una hembra del Cáucaso, especie indicadora de bosques conservados.








O el Lobo, principal depredador salvaje de Europa, representado por el impactante letal agarre de una manada de lobos ibéricos a un jabalí.







Al fondo, en el centro de la sala, se encuentra un simulacro de montaña aprovechando la montaña existente, con animales montañeses como la Cabra Montés, el Rebeco, Íbices, los Arrui de Córcega, Cerdeña y Chipre, los Tur del Cáucaso y Muflones del Atlas, especies que hay que mantener bajo un estricto control poblacional para evitar el sobre pastoreo y consiguiente degradación de nuestros paisajes vegetales.








Llamativos son los ejemplares de Corzo y un Jabalí prácticamente albinos, son excepcionales en la vida real, pero estas melanosis como se ve existen. No falta el Reno abundante en las zonas frías de Europa y muy conocido por los niños por transportar el trineo de Papá Noel.







Y el Bisonte Europeo, de los que ocho ejemplares se encuentran en el parque zoológico exterior del museo.






Otros animales presentes de menores dimensiones, son el Águila Calzada, la Corneja, las Grajillas, el Azor, los Mochuelos, el Cárabo, el Búho chico, el Turón, el Armiño, el Murciélago, el Lirón careto y los Buitres.







SALA 4: Insólita China.
Representa los bosques de bambú del centro de China, es de las que menos animales alberga, pero que cuenta con alguno de los más amenazados del planeta. En este país tan superpoblado de humanos existen grandes y hermosas montañas, cuyo principal protagonista y símbolo de este país, es el Oso Panda, un animal bello, juguetón, perezoso y súper protegido, que ocupa el centro del diorama rodeado de bambús, su alimento principal.







También se encuentran dos ejemplares del Takin Dorado, único animal que conserva la forma desde el Pleistoceno, cuyos cuernos recuerdan al Ñu africano, pero que es un animal oriental que vive en grandes alturas y es muy agresivo.
El Muntjac, recuerda al Corzo, pero con pelaje hasta mediada su cuerna estando dotado de potentes colmillos para contrarrestar su pequeño cuerno, al igual que su compañero el Ciervo Chino, más grande pero sin cuernas, con grandes colmillos y que se ha adaptado perfectamente en Gran Bretaña, donde ha sido introducido.






Una de las especies de ciervo asiático más bella es el Ciervo Sámbar, de enorme cuerpo con gruesos cuernos de pocas puntas y un hermoso pelaje negro y brillante.





SALA 5: Asia, el lejano oriente.
Rumiantes de aspecto insólito, y búfalos, osos y un variopinto plantel de pequeños y grandes animales, con su diversidad morfológica ponen de manifiesto el exotismo del continente asiático. En representación de los bastos territorios esteparios de este continente esta sala con paisajes al óleo pintados por Silvia Domenech.
Aquí encontramos algunos rumiantes de muy curioso aspecto, por ejemplo el Ciervo Ratón, el rumiante más pequeño del mundo y que pertenece al grupo de los Tragúlidos, el Ciervo Rojo de china armado con colmillos pero desprovisto de cuernos, el extraño Ciervo del Padre David, y el Muntjac con cuernos y colmillos sobresalientes.







El Oso de Kamchatka y el Oso de Collar del Tíbet ponen de manifiesto la continuidad geográfica entre Asia y Europa y el éxito de los Úrsidos en el continuo geográfico de Eurasia.
El Corzo también se hace patente en su versión siberiana, mucho más corpulento. Otros animales salvajes también tienen su hueco, como el el Búfalo Asiático de Agua con una hembra récord mundial de astas súper desarrolladas, o el Yak, ejemplo de animal útil y bien adaptado a los rigores de las elevaciones asiáticas.
Destacan dos Orangutanes, de Borneo y Sumatra, verdaderos predecesores homínidos ya que nos distingue de ellos menos de un 1% en nuestro ADN. Recientemente se han  incorporado la Gacela Persa y la Saiga antílope en fase de serios problemas de supervivencia en las grandes estepas Rusas.







SALA 6: Jungla asiática, imperio del Tigre.
Los paisajes asiáticos influenciados por los monzones se caracterizan por grandes espesuras boscosas y zonas de jungla abigarradas aquí representadas por enormes pinturas de gran profundidad, plantas verdaderas y aroma al árbol del Sándalo.
En la jungla asiática, paraje azotado por los monzones, es dónde se encuentra el felino más grande de la tierra, el Tigre. Aquí se puede contemplar, tanto el de Bengala como los Siberianos con algunas de sus presas habituales, siendo una de las escenas más realistas la de una familia de tigres abatiendo un Chital. 






Se puede contemplar la majestuosidad de estos felinos y algunas de sus principales presas como el Nilgai de porte elegante, el ciervo Axis conocido por ser unos de los ciervos más bonitos del mundo, o el Antílope Negro de la India, animal consagrado a la diosa luna por la cultura Indú. El Panda Rojo que es un carnívoro adaptado evolutivamente a la dieta vegetariana, el Faisán Venerado, llamativa ave dotada de una larguísima cola y el pequeño Oso Malayo completan este diverso elenco. También los equivalentes salvajes de dos grandes bóvidos; el Gaur, pariente del Mithan y el Banteng, pariente de la vaca de Bali, o el gran Maral de Mongolia.






En representación de los primates asiáticos aparecen el Gibón y el Siamang, dos Hylobátidos de largos y fuertes brazos que utilizan para desplazarse colgados de las ramas, y que dan idea de las pre adaptaciones morfológicas previas a la postura bípeda que adquirieron los primates al modificar su esqueleto de las caderas.
Llama la atención el León que no parece tener relación con Asia, pero los hubo hace muchos años y alguno perdura en algún parque zoológico controlado. En este caso el  ejemplar procede de un zoo polaco y en su documentación reza claramente su origen asiático.  Su esqueleto está montado en la sala de anatomía y se ven claramente pequeñas diferencias anatómicas con su hermano y conocido León Africano.







SALA 7: Siberia, la soledad del tiempo.
En ella se representan los bosque siberianos, vastos territorios cubiertos por un manto blanco con el gélido escenario dónde establecen sus dominios los lobos siberianos, que forman allí grandes manadas para poder enfrentarse y abatir cérvidos paleárticos tan poderosos como los Renos que se reúnen en grandes rebaños. Impactante es la imagen de un grupo de ellos peleándose.







Refugiados en la taiga subsisten los estoicos Urogallos y otros animales de gran belleza. Los crudos inviernos de las zonas del norte de Europa marcan el contraste entre el verde de la taiga y el blanco de la nieve. Según la ley biológica de Bergman es en estas zonas dónde los animales de Europa alcanzan su mayor talla como los jabalíes, con más de trescientos kilos, presente en la sala. Como también uno de los felinos más bellos, el Lince Boreal.






SALA 8: Asia: Grandes montañas y el Himalaya, techo del planeta.
Una de las salas más emblemáticas y espectaculares desde el punto de vista artístico y zoológico. Trucando perspectivas y fugas, oscureciendo sombras e integrando pequeños relieves, se ha dotado a esta sala de una impresionante sensación de profundidad y majestuosidad. Los animales constituyen en conjunto una representación completísima del Himalaya, el Pamir, los montes Altai y el Cáucaso.
Cobija a dos felinos el Leopardo asiático y la Pantera Negra, los diferentes Ibex, los Markhores, los Argalis del Alto Altai, el Marco Polo y el de Karganda, la cabra Bezoar y los carneros de la antigua Persia. Animales que se distribuyen en la sala según una gradación altitudinal exigida por su ecología para repartirse los recursos alimenticios que les ofrecen las grandes cordilleras asiáticas.






De incomparable belleza es el Leopardo de las Nieves,  que está equipado con una larguísima y poblada cola que le sirve como contrapeso en sus maniobras de caza o de sistema de termorregulación para combatir los rigurosos fríos que azotan las zonas que habitan.







Sin duda los grandes Argalis de poderosas cornamentas y los Markhores de Pakistán y Turkmenistán tan escasos hasta hace poco y ahora gracias a las grandes medidas de protección y comercialización revertidas en conservación son cada día mas abundantes, son los protagonistas de esta gran sala.








SALA 9: Norteamérica, el Gran Cañón del Colorado I.
Entre los paisajes de Norteamérica uno de los más emblemáticos es el Colorado, y en la sala están representados alguno de los más representativos del Continente.







Entre ellos están los Pumas que son gatos de enorme tamaño que también reciben el nombre de Leones de Montaña. Una de las escenas es un Puma atacando a un Ciervo Mula, es una grandiosa obra de taxidermia.








En ella conviven los Linces Americanos, los Bisontes Americanos, Osos Negros y dos especies de animales que habiendo evolucionado en Eurasia cruzaron a finales del Pleistoceno hacia América y hoy son de los más característicos de este continente. Ellos son los Bisontes Americanos cuyas poblaciones, por fortuna, están fueran de peligro.









Otra especie es el Oso Grizzly que no deja de ser un oso pardo de notable tamaño y reputado como uno de los más agresivos. Muy cerca, en la isla de Kodiak se encuentra el oso más grande que puede llegar a 1000 kilogramos de peso. También están el Lince Rojo americano y el Bob Cat.








SALA 10: Norteamérica, el Gran Cañón del Colorado II.
Continúa el Gran Cañón del Colorado con pinturas que dan una profundidad fantástica, protagonizada por una gran Oso Pardo Americano dispuesto a lanzarse sobre un Caribú. Bella escena llena de movimiento y cuya pintura deja entrever la gran majestuosidad de las montañas del Gran Cañón, con muy poca vegetación y grandes rocas rojizas que esconden profundas simas inaccesibles para el ser humano y prácticamente solo visitado, en su mayor parte, por aviones o helicópteros, siendo un verdadero portento de la naturaleza.







El Caribú, hermano mayor del Reno de las zonas nórdicas europeas en América, muestra la grandiosidad de sus cuernos poseyendo un tupido pelaje que se utiliza en temperaturas gélidas y límites como la utilizan los esquimales en las regiones árticas.








SALA 11. América: Alaska, gigantes de hielo y roca.
Hay un lugar en la tierra dónde la época glaciar, aún no ha terminado. Son los dominios de los hielos y de las grandes montañas que se erigen como los señores de este paraíso. Allí la existencia es difícil pero la vida, una vez más hace gala de su versatilidad y adaptabilidad.
Las cabras de las Rocosas y los Osos Blancos son dos de las especies que se han ganado el derecho a morar en estos territorios. Especialmente llamativas por su pelambrera blanca que durante el invierno se densifica y les confiere un aspecto de cuadrúpedos ataviados con pantalones. Viven en grandes precipicios y su habilidad para trepar por los grandes farallones es increíble, así como la solidez de su cuerpo y la potencia muscular de sus extremidades.








Esta sala refleja la época estival del círculo polar ártico y por eso el Oso Blanco tiene un aspecto más amarillento, dado que en el verano abandona las aguas del mar y busca refugio en las montañas e incluso cerca de las ciudades dónde es más fácil encontrar alimento.







SALA 12: América, la región polar y el círculo polar.
Entre paredes que parecen adquirir volumen y relieve, entre glaciares y montañas circumárticas, vagan manada de Bueyes Almizcleros cual bestias prehistóricas, conviviendo con osos blancos y otros animales árticos. 






Sala de espectacular vistosidad, cuyas paredes han sido decoradas por León Frias, quien ha dotado a las pinturas de una asombrosa sensación de relieve tridimensional gracias a la alternancia de luces y sombras y al enorme realismo de las representaciones. Ambientación ideal para integrar a los verdaderos protagonistas, los animales.







Entre ellos están los depredadores de mayor talla de las regiones frías, los Osos Polares, la Morsa y las Focas que representan los tres grupos de Pinnípedos o mamíferos carnívoros acuáticos. 






Y por otra parte el Lobo Ártico y una dinámica escena de tres Lobos de diferente pelaje atacando a un Caribú.






SALA 13: América del Norte y Cánada.
Enriscados en las cumbres de las cordilleras americanas se encuentran las cuatro especies de Carneros que reparten los territorios en franjas latitudinales. En los bosques caducos y taigas se encuentran los cérvidos holárticos más poderosos del mundo, los Alces, y otros muchos mamíferos y aves que son mostradas en realistas escenas, como Mapaches, Ardillas, aves acuáticas, Glotones, Nutrias y otros, aportan la formidable diversidad de los bosques americanos.







Además, de manera casi imperceptible, se pasa, sin discontinuidades abruptas, de rincones dominados por las coníferas a los bosques caducos para generar esos micro ambientes en los que se sitúan los diferentes elementos faunísticos. 









El gran Wapitti y los Ciervos, de cola blanca y cola negra, son los más abundantes y característicos de Norteamérica. También están los Castores, verdaderos carpinteros y constructores de puentes en los ríos, y un impresionante grupo de tres Osos Grizzlys, disputando una presa cazada por ellos.







SALA 14: América del Sur, paraíso tropical.
La belleza y el colorido de la fauna tropical de Suramérica, se aprecia en la escena repleta de aves tan exóticas y policromáticas como los Tucanes y Guacamayos, junto a ellas, depredadores como el Puma, el Jaguar, y el Ocelote, en representación de los felinos y otros habitantes como el Perezoso, los Armadillos, el Carpincho o Capibara -gran roedor gigante-, los Pécaris –especie de jabalí- y el Ñandú, que pertenece al mismo orden que los avestruces.









Desiertos, montañas, pampas y las selvas tropicales más grandes del planeta hacen de Suramérica el subcontinente en que los ecosistemas son más diversos en cuanto a número de especies.






SALA 15: África, cuna de la humanidad.
Esta diorama africana es uno de los más importantes santuarios dónde se congregan gigantescas manadas de Ungulados en las extensas sabanas, en la sala se ambienta una de ellas en la época seca. Representando esta sublime diversidad, se contempla algunos de los más notables antílopes y singulares criaturas.








Entre la vegetación herbácea ya agostada, asoman los antílopes Dik-Dik, que basan su estrategia de defensa contra los depredadores en una eficaz ocultación gracias a su reducidísimo tamaño. 







Antílopes tan hermosos como el Sable Gigante de Angola, el Facochero,  los Alcefalos o el pequeño Damán de las Rocas, que con su reducidísimo tamaño podemos declararlo como el animal más emparentado con el elefante.







Chacales y el Lince Caracal representan la cúspide de la cadena alimentaria, descubriendo la gran diversidad de formas y tamaños que ha escogido cada especie para poder explotar específicamente su nicho ecológico. 







Se pueden contemplar las aves más grandes no voladoras, una pareja de avestruces, tres diferentes Hartebeest de Lichtenstein,  el Springbuck. el Koob de Boufon y el antílope caballo o Roan. 





También el rinoceronte Negro tan perseguido como su hermano blanco por las falsas creencias de la cultura oriental acerca de sus propiedades medicamentosas.






SALA 16: África, el desierto.
El desierto africano, espejo de arena y sol, se refleja en esta sala que representa un ambiente desértico y está dedicada a uno de los antílopes más llamativos y conocidos, los Orix. Son los habitantes más típicos del gran desierto de Namibia y son abundantes en todo el cono sur africano. Sus largos y puntiagudos cuernos y su cara con un antifaz negro hacen que sea uno de los animales africanos más conocidos.







También están presentes sus primos el Addaz, el Orix Cimitarra y la gacela Dama. Estos por el contrario, ha desaparecido prácticamente del norte de África y de nuestro territorio, el desierto del Sahara, siendo afortunadamente salvados por los tejanos, dónde habitan en sus ranchos privados.







El Varano del Nilo aparece en representación de los reptiles, carroñero que devora los huevos de los cocodrilos. También representando al desierto de Egipto y Sudán, están la gacela Dorcas, el Chacal y el zorro Feneco, de pequeño tamaño y grandes orejas.








SALA 17: La sabana, horizontes infinitos.
En las inmensas planicies de la sabana, con horizontes infinitos, bajo las plácidas sombras de las acacias o bebiendo agua en un manantial se encuentran Facocheros y Potamoqueros. Destacan dos Gacelas tanzanas, la de Grant y la de Thompson. A la charca van a beber el Waterbuck con su hembra, así como el Sitatunga también acompañado y que con sus cuernos en espiral, es prototipo de estos antílopes junto a los que están a su lado, los Bushbuck y el bellísimo Nyala sudafricano con unos colores llamativos, que le da nombre al restaurante del museo.







También esta el Puercoespín, dos Gacelas jirafa que se alimentan de los tiernos brotes y hojas de los árboles y el Leasser Kudu. Debajo de la acacia pueden verse Gangas, Ortegas y Gallinas de Guinea, así como un Impala reposando en la sombra.







A la derecha de la escena un Leopardo acechando a un Steenbok.







Y dos impresionantes Leones machos con una hembra en actitud amenazadora coronados por una Grulla Coronada en su nido.







SALA 18: La Selva, cascadas de vida.
En la selva de Centro África se encuentran cascadas de vida, más que ninguna otra criatura viviente los Gorilas, no recuerdan la pertenencia de los humanos al grupo de los primates. Aquí se contempla a estas y otras criaturas en las espesuras más densas y abigarradas de este continente.








Armonizando este ambiente aparece una interesante cohorte de animales de floresta, el Duiker de lomo amarillo, el Bongo, el Sitatunga de floresta, el Búfalo Enano, el Hilochero y dos primates, el Cercopiteco de Brazza y el Mangabey Negro.







Contrasta totalmente con la sala del desierto, aquí es todo vegetación densa y espesa donde parece que no hay vida, pero en la que conviven grandes animales incluso con el Elefante de la Floresta, distinto al de la sabana. Y todo en la sombra, ya que los diferentes árboles alcanzan alturas impresionantes, a pesar de que el aprovechamiento maderero no está especialmente controlado y se teme su continuidad, así como la de los Pigmeos, principales habitantes de estos parajes.








SALA 19: El ataque del gran Leopardo.
En un pasillo pintado maravillosamente se puede ver la Gacela de Robert, el Sassaby, la Liebre Saltadora y el Civeta.







Que complementa con una magnifica escena una gran Leopardo saltando sobre un Impala, principal fuente de alimentación por ser el antílope más abundante en África, en la que destaca el escaso apoyo de los animales.







Encontrándose al final del pasillo, previa a la sala de grandes animales africanos, un pequeño diorama de una cópula de Leopardos, denominado “Pasión en el Serengueti”.







SALA 20: Grandes animales africanos.
La última, más grande y posiblemente más espectacular de las salas, es la de los animales más conocidos y formidables de África, aportando las pinturas de las paredes  un enorme realismo y una extraordinaria sensación de profundidad, además de recrear fielmente los paisajes y la composición botánica.
El poderoso Elefante Africano, emblema del Museo, de 70 años adquirido una vez fallecido a un circo, caracteriza esta sala, está acompañado de otros magníficos.






Llama la atención un árbol que ha sido replicado con total fidelidad a partir de moldes traídos desde África, lleva el nombre de Morringa, y a pesar de tener el extraño aspecto de un árbol cuyas ramas parecen raíces, es considerado símbolo que augura fortuna y salud.







Junto a él impresiona la Jirafa por su enorme tamaño de 6 metros y su enorme cuello, que está provisto de siete vértebras cervicales con unas arterias con válvulas que impiden el retroceso de la sangre, así como un sistema denominado retículo admirable que sirve para regular la presión sanguínea en el encéfalo.










Los hay particulares y desconocidos como el Besbok, el Cerdo Hormiguero, el Waterbuck, Lechwe Rojo, Facochero, Saltarrocas, ReedBuck, el Toppi, el Bontenbok, los Búfalo Cafre, Africano y del Nilo, el Licaón, los Eland y el Kudu –antílopes más grandes del mundo-. 











Los Leopardos, el Guepardo, el Rinoceronte Blanco y los Hipopótamos son otros conocidos animales que giran alrededor de una gran charca.










En los árboles acompañan algunos primates africanos, entre ellos los monos Patas, el Cercopiteco de nariz blanca, el Colobo de Abisinia y el Chimpancé. 








Una enorme Pitón se erige como la reina de los ofidios africanos.







En el río, los Cocodrilos reinan como auténticos señores de las aguas que ejercen su hegemonía a través del uso de unas poderosísimas mandíbulas. Destaca también un animal desconocido, el Nyala de montaña, que sólo habita en Etiopía.







Y los ataques, de un especial realismo, de los dos laterales de la sala de leones a cebras y a un Ñu.




   




SALA 21: Australia.
Última espacio museístico incorporado, que aún no aparece ni en el libro, web ni folletos del Museo, es la dedicada a la fauna del continente australiano. Que agrupa una enorme variedad de animales únicos, endémicos del país.






En ella son visibles Macropodidaes, incluidos los emblemáticos canguros, bípedos con colas muy musculosas y largas patas traseras con largos y estrechos pies.







El peculiar koala en sus ramas, de las que se hidrata, también se encuentra presente. Así como otros peculiares mamíferos.







SALA 22: Anatomía científica.
De reciente creación es la sala de anatomía científica dotada de más de cincuenta esqueletos de diferentes animales montados hueso a hueso en perfecta armonía  y con limpieza natural para conservar su ADN para posibles investigaciones futuras, que ha contado con la colaboración de la experta profesional en anatomía animal María Ángeles Prieto.






Consta de animales salvajes de la fauna ibérica, como Jabalí, Corzo, Rebeco, Muflón, Gamo, Ciervo, Macho Montés, Zorro o Lobo, que se completa con esqueletos de Chimpancé, Varano y una Pitón con más de 1.300 piezas óseas.






También hay esqueletos de pequeños animales como la Musaraña, Gorrión, Rana, Titis, Koipu y Camaleón y llaman poderosamente la atención los grandes esqueletos de Oso Polar, León y Tigre.






La pata de Elefante con sus increíbles cinco dedos bien desarrollados y sus impresionantes huesos, las cabezas de los Elefantes asiáticos y africanos, la pata de una Avestruz con su poderosa uña y la pata de una Cebra con su casco, dan idea de los desconocidos que son la osamenta de las diferentes especies.






MUSEO ONTOMOLÓGICO.
Finalmente, lo minúsculo, que es tan importante como lo grande de la tierra, también tiene cabida en el Museo, en el espacio habilitado en la parte baja del edificio como  museo entomológico, que cuenta con una amplia colección de miles de insectos, especialmente coleópteros y mariposas de todas las partes del mundo que se exponen en vitrinas, consiguiendo todo un espectáculo de colorido y belleza.





Completísima colección de más de 10.000 insectos, que nos hacen concebirlos desde otra dimensión, como un infinito alarde creativo al ver sus muchísimas variantes y al conocer que no es posible prescindir de ellos para que el correcto equilibrio de la naturaleza siga existiendo.






Están clasificados por dos entomólogos leoneses, Pablo Bercedo y su esposa Lucía, que desinteresadamente han catalogado por países y familias creando un conjunto entomológico docente y científico digno de admirar, que añade categoría a la colección, ya fastuosa por su variedad y colorido.






OBSERVACIONES: 
1.- Visita realizada el 11 de noviembre de 2017, con el Círculo Gastronómico de los Quesos Asturianos.
2.- Información recogida del libro y folleto del Museo.
3.- La visita en coche al exterior, no se pudo realizar, según sus responsables por no estar en condiciones las pistas por las que debían de circular.
4.- El precio de las entradas para la visita son de: General: 12 €; grupos -mínimo 20 personas-: 7,50 €; niños hasta 6 años, mayores de 65 años y discapacitados: 8 € 













MÁS INFORMACIÓN. Pinchar en enlaces.


“Durante los más de cincuenta años que llevo viajando por los rincones más inhóspitos del mundo he tenido la enorme fortuna de conocer y compartir experiencias con las más diversas y variopintas culturas que pueblan nuestro bello planeta”. Eduardo Romero Nieto (


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