Celebrada
el 16 de octubre de 2015. Descripción, fotos y vídeo de la XXX edición.
La
ejemplar Cofradía de la Buena Mesa de la Mar, fundada en 1986, ha
sido pionera a nivel nacional en defensa de la cultura de la cocina
marinera tradicional, y tiene en la entrega de sus premios del
“Cucharon del Buen Guiso Marinero” su galardón más emblemático
en esta defensa, que viene entregando desde su fundación. Primero a
nivel regional, y ampliados a partir de su quinta edición a nivel
nacional e internacional.
Casa
Gerardo y su propietario, Pedro Morán, fueron premiados en su
séptima edición, la correspondiente a 1992, a nivel regional,
estando también premiados en la misma Carlos Arguiñano, del
restaurante Arguiñano, de Zarauz y Francis García, del Le Chapon
Fiu, de Burdeos, en las categorías nacionales e internacionales.
Pedro
Morán, el primer cocinero en ser distinguido con una estrella
Michelín en 1986, además de figurar en la ya larga y prestigiosa
lista de galardonados, es fiel colaborador de la Cofradía desde su
fundación y uno de sus bastiones, edición tras edición, en la
proposición, selección y coordinación del galardonado en la
categoría nacional, siendo el encargado desde hace ya muchos años
de leer la semblanza del mismo, en la ceremonia de entrega de los
galardones.
Pero
su implicación va más allá y en el día de dicha entrega, cada año
en su centenario establecimiento -se fundó en 1882- organiza una
comida-tertulia de hermandad de los cocineros premiados y sus
invitados, representantes de la Mesa Mayor de la Cofradía y
miembros de la crítica gastronómica especializada.
Y
así, el 16 de octubre de 2015, una vez realizada la bienvenida,
firma en el libro de honor y el encuentro de los galardonados con los
medios de comunicación en la Colonia de Salina, sede de la Cofradía,
tuvo lugar la mencionada comida con motivo de la treinta edición de
los Cucharones.
Edición
en la que fueron premiados Esther Manzano y su restaurante La Salgar
de Gijón; Paco Roncero y la Terraza del Casino de Madrid y José
Miguel Gómez, del restaurante Cántabrico de Santo Domingo, en la
República Dominicana, en sus categorías regional, nacional e
internacional respectivamente.
Comida
a la que no pudo asistir, por sus compromisos laborales, Esther
Manzano, y en la que Paco estuvo acompañado por su compañera Nerea,
y José Miguel por sus amigos Jaime y Miguel. Vicente, Villabrille,
Felipe, José Miguel, Tito y José Ramón, representaron a la Mesa
Mayor. Eduardo Méndez, Eufrasio Sánchez, Luis Alonso e Iván al
Colegio de Críticos Gastronómicos. Miguel Llano al suplemento el
Yantar del diario el Comercio, así como Francis Vega y el que
suscribe.
A nuestra llegada fuimos recibidos por los Morán, Pedro y su hijo Marcos -cuarta y quinta generación del emblemático establecimiento fundado en 1882- para acceder seguidamente al comedor privado con decoración neo rustica y acceso a la amplia e innovadora cocina, dónde nos fue servido el aperitivo, momento de los saludas y bienvenidas, y de la imposición del babero conmemorativo de la edición por parte de los cofrades presentes.
Jamón
de bellota, bocadito de mantequilla de sardina, caldo de piel de
patata y crujiente de arroz con helado de tortilla, compusieron el
mismo, regado con el cava y los vinos blancos y tintos, que también
se servirían durante la comida.
Ya
acomodados en la mesa imperial, Pedro, Marcos y Luis, el eficiente
maitre del establecimiento, fueron explicando cada una de las diez
elaboraciones que habían confeccionado para la ocasión.
Elaboraciones siguiendo la perfecta simbiosis entre la cocina
tradición asturiana, la contemporánea y la dosis muy presente de
innovación, que marcan desde hace años la tendencia de la casa.
Los
momentos previos del servicio y entre plato y plato, se abrió un
ameno diálogo, preguntas e intercambio de opiniones entre los
comensales y galardonados. José
Miguel Gómez contó la peculiar historia del más vetusto de sus dos
restaurantes Cantábrico dominicanos, el situado en la zona colonial
-el otro está en la zona financiera-. Restaurante fundado en 1954
por una española, Lina, y que en la actualidad es el más antiguo
de los existentes en la República Dominicana. El dictador Rafael
Leónidas Trujillo parece ser que se prendó de un cocido madrileño
degustado en una comida en el Pardo con Francisco Franco cocinada por
ella, y se la llevó a su palacio como cocinera, de dónde fue echada
por la primera dama, estableciéndose en el Cantábrico primeramente
y abriendo posteriormente otro restaurante con el nombre de
Restaurante Lina, derruido para construir el actual hotel Lina
Barceló.
Mientras José Miguel captaba nuestra atención, nos fue explicada y servida,
la primera propuesta. Una refrescante combinación de “Manzana,
tomate, anchoa, pepino, chocolate blanco y café”, atrevida y
diferente con todos los sabores muy presentes, primando en su final
el justo toque de café.
Sobre la singular
historia de Lina, que ha cautivado al que suscribe, el azar hizo que
comentada con unos amigos en su
casa de Madrid al día siguiente, resultase que la mencionada
cocinera, que realizaba visitas periódicas a la capital española y
dónde falleció, era amiga de la madre de uno de ellos. Matices
importantes desmontan el devenir profesional contado de esta
peculiar mujer, que me han motivado para investigar sobre esta
peculiar mujer y de la que pronto espero poder informar.
Aún con los comentarios
sobre la creación del Cantábrico, y las explicaciones de la oferta
culinaria que en él se ofrecen, llegó el servicio de la combinación
“Oricios, aceituna y queso fresco”.
Innovadora propuesta,
perfecta combinación mar y tierra, en la que unas jugosas y
seleccionadas gonolas se presentaba sobre una cama de crema queso Rey
Silo con el jugo del equinoideo, con un salteado de aceitunas verdes
laminadas y culminadas con un espolvoreado de virutas de queso curado
de oveja Caleru.
La oferta del Cantábrico
es de cocina española, con algún guiño a la dominicana e
internacional, destacando en ella la importación directa de
productos españoles -especialmente pescados y mariscos- y la
elaboración de jornadas temáticas en base a los mismos. Las
complicadas gestiones para la entrada en el país de las mismas y el
detalle de muchas elaboraciones aún seguía presente, cuando los
Morán acapararon nuestra atención con la explicación y servicio de
“Quisquillas, alcachofa y hongos”.
Combinación mar y
tierra, en línea con la anterior, en la que unas exquisitas
quisquillas crudas eran acompañadas con trozos de alcachofas y
hongos, y recibían su punto de cocción de su propio consomé,
servido sobre el conjunto en su justo punto de temperatura.
Todavía se disfrutaba de
la creativa oferta servida, cuando comenzaron los comentarios sobre
su carrera profesional y preguntas a Paco Roncero, que disfrutaba
distendido con la cocina de sus grandes amigos y además socios
empresariales, Pedro -al que cariñosamente llama abuelo- y Marcos. Y
es que el curriculum vitae y vivencias de uno de los más
prestigiosos y reconocidos de nuestros cocineros, da para muchas
ilustradas tertulias.
Marcos dialogando con Nerea y Paco.
Pero hubo que esperar, ya
que una nueva elaboración comenzaba a ser servida, la “ Cococha
planctónica” tan singular de nombre como técnicamente
perfecta. Todo un guiño a un producto prácticamente desaparecido de
las cartas de nuestros restaurantes, acompañadas con verduras de
temporada -mini puerros y cardos- sobre un sabroso pil-pil de
plactón.
El premio Nacional de
Gastronomía en el año 2006, Paco Roncero, nacido en Madrid en 1969,
es un todo un virtuoso de la cocina de vanguardia, excelente cocinero
y éxito empresario. Formado en la escuela de hostelería de la Casa
de Campo de Madrid, prestó sus servicios profesionales en los
madrileños restaurantes Zalacaín y del hotel Ritz, antes de
incorporarse en el año 1991 al equipo de Ferrán Adriá, en el
Casino de Madrid, su auténtica escuela, defendió ante los
comensales la cocina tradicional, momentos antes de servirse la
elaboración que marcaba el ecuador del largo menú.
Creación que bajo el
nombre “Salmonete, coliflores y soja” fue una de las más
valoradas, y es que el punto del medio Salmonete de tamaño medio
desespinado, lacrado con compota de sus hígados, sobre un fondo de
puré de coliflor y acompañado de perlas de soja, no dejo a nadie
indiferente. .
Paco, que se definió
como un apasionado de la cocina de Ferrán, tomo las riendas del
establecimiento como jefe de cocina en el año 2000, comenzando un
despegue que le hizo merecedor de su primera estrella Michelín en el
2002, en la Terraza del Casino, a la que pronto le siguió una
segunda, embarcándose seguidamente en innovadores y exitosos
proyectos.
Proyectos de los que
seguiría hablando, una vez servido y degustado el “Calabacín,
anguila, mole de castaña, tortos y aliño de caza”, nueva
combinación de mar y tierra, con la castaña y tortos de maíz, como
aportación de nuestra culinaria regional, que acompañaban
superpuestas a un calabacín que servía de base en forma de
carpaccio.
A continuación fue
servida la ya mítica “Fabada de Prendes, acompañada con su
compango y las croquetas de su compango”, delicada, para nada
pesada, desgrasada y elaborada con fabes verdes -innovación de los
Morán- y que permite su ingesta en un menú estrecho, largo y
contundente como el que se degustaba, con repetición incluida de
alguno de los comensales.
Degustando el emblema del
centenario restaurante, Paco nos explicó que su proyecto “Estado
Puro”, establecimientos ubicados en Madrid y en Ibiza, ahora
denominados gastrobares, son un concepto creado antes de la llegada
de la maldita crisis, sin más pretensiones que ser bares de tapas y
platos tradicionales, que ha encajado y son una buena forma de
acercar su cocina al gran público.
Mientras se servían los
“Bocadillos crujiente de quesos asturianos”, un clásico
ya en los grandes eventos en que participan los Morán, que expresan
lo mejor de los quesos asturianos en una crema entre sublimes
crujientes, el papel televisivo de Paco salió en la conversación.
Y es que el ser uno de
los miembros del jurado del reality MasterCheff, en Colombia y de
TopCheff en España, le permite obtener una visión desde dentro muy
diferente al que se percibe por los televidentes. Explicó como en
Colombia, el programa se emite a última hora de la tarde y ello
permite visionarlo conjuntamente a toda la familia, consiguiendo un
inusual éxito entre niños y jóvenes, con el correspondiente
reconocimiento para los miembros del Jurado, que gozan de gran
popularidad y prestigio, como le sucede a él desde entonces.
La refrescante
combinación “Avellana y chocolate”, de helados de ambos
sobre un fondo de avellanas tostadas y su caramelo, se degustó
mientras se comentaba uno de sus últimos y controvertido proyecto,
el Sublimotion, abierto en Ibiza, el verano del 2014, relacionado con
los realitys televisivos, salpicado por un incidente con la TVE, al
que cedió sus instalaciones para grabar uno de los programas de
MasterCheff, y que no fue citado durante su emisión, al estar
contratado ya por Antena 3, para TopCheff.
Sublimotion, es un
establecimiento, inaugurado por los reyes de España, abierto sólo
en época estival, con capacidad para 10 personas, que disfrutan de
un conjunto único -gastronomía, espectáculo, emociones y
sensaciones- degustando un menú con 25 propuestas, acompañados por
un champan, un vino blanco y un tinto, a un precio de 1,500 euros.
Proyecto este, que junto con el “Taller Paco Roncero “ y sus
establecimientos tutelados con personal de su confianza “Viex62 by
Paco Roncero” en Hong Kong y “Xianti”, “Baibarossa” y
“Estado Puro” en Shanghai, dan una dimensión del talento y
capacidad empresarial de este cocinero español universal.
Y que mejor que
reconocerselo mientras se servía y degustaba, la otra elaboración
clásica y emblema de Casa Gerardo, la “Crema de arroz con leche
requemada de Prendes”, en su punto de cremosidad y plena de
sabor como es habitual en la casa.
Con el servicio de café
concluyó la interesante velada y excelente degustación propuesta
por los Morán, en base a estupendas elaboraciones que a nadie
dejaron indiferente y que merecieron el reconocimiento generalizado y
que ha vuelto a poner de manifiesto -al menos para el que suscribe-
que los Morán y su Casa Gerardo, bien merecen recibir ya la segunda
estrella Michelín.
Propuesta realizada con
motivo de la entrega de los galardones del Cucharón del Buen Guiso
Marinero, y disfrutada en compañía de viejos y cercanos conocidos y
de dos reconocidos empresarios hosteleros, cuyo trabajo ha merecido
la distinción que se les entregaría horas más tardes en el
restaurante Balneario de Salinas, otro de los bastiones gastronómicos
del Principado de Asturias. http://www.dendecaguelu.com/2015/10/cucharones-del-buen-guiso-marinero-xxx.html
MÁS INFORMACIÓN. Pinchar en
enlaces.
Cucharones del Buen Guiso Marinero. XXX edición, 2015.
Cucharones del Buen Guiso Marinero. XXIX edición, 2014.
Cucharones del Buen Guiso Marinero. XXVIII edición, 2013.
Cucharones del Buen Guiso Marinero. XXVI edición, 2011.
Cucharones del Buen Guiso Marinero. XXV edición, 2010.
Presentación de la Asociación Ibéricade Amigos de la Universidad itinerante de la mar.Cucharones del Buen Guiso Marinero. XXIX edición, 2014.
Cucharones del Buen Guiso Marinero. XXVIII edición, 2013.
Cucharones del Buen Guiso Marinero. XXVI edición, 2011.
Cucharones del Buen Guiso Marinero. XXV edición, 2010.
VÍDEO DE LA XXX EDICIÓN DE LOS CUCHARONES DEL BUEN GUISO MARINERO.
https://www.youtube.com/watch?v=nn3XyiHpwlQ
https://www.youtube.com/watch?v=nn3XyiHpwlQ
“La modernidad en Casa Gerardo, es
más sentido común, porque el mundo cambia y la gastronomía
también. La cocina es un reflejo de lo que pasa en la sociedad, pero
todo tiene que ser normal, no forzado”. Marcos Morán (1979 -)
cocinero asturiano.
Buena reunión de Maestros: Maestros cocineros, Maestros empresarios, profesores de la ciencia del cocinar y Maestros de contarlo.
ResponderEliminarUn abrazo Javier
Toño
Buena reunión de Maestros: Maestros cocineros, Maestros empresarios, profesores de la ciencia del cocinar y Maestros de contarlo.
ResponderEliminarUn abrazo Javier
Toño