martes, 5 de abril de 2016

Buenos Aires, bien vale un tango.

La capital bonaerense, es una de las grandes megalópolis mundiales.

Argentina con una superficie cercana a los tres millones de kilómetros cuadrados es el cuarto país más extenso del continente americano, el octavo del mundo y  el mayor de los hispanohablantes. De grandes dimensiones e impresionante variedad de paisajes y parajes naturales de gran valor medioambiental, cuenta con una población de más de cuarenta millones de habitantes, que conforma un crisol cultural compuesto por  descendientes de italianos, españoles, franceses y judíos, dónde conviven las raíces indígenas y el carácter hispano, con reflejo directo en su rica y variada cultura. Organizado de modo republicano representativo y federal, esta compuesto por veintitrés  provincias y una ciudad autónoma, Buenos Aires, capital y sede del gobierno federal. Capital situada en la región centro-este del país, en la margen sur del río de la Plata, en plena llanura pampeana, aglutina a tres millones de personas viviendo en la ciudad y otros once millones en sus alrededores.
Buenos Aires fue fundada definitivamente en 1580, después de varios asentamientos infructuosos, sufriendo una total conversión a finales del siglo XIX, siendo apenas visibles restos anteriores a 1870. Fecha en la que una epidemia de fiebre amarilla, diezmó la población y motivó la búsqueda de nuevos asentamientos, unido ello a la  llegada de una enorme inmigración, casi toda ella europea –italiana principalmente-, el país se transformó y se levantaron edificaciones que recuerdan a las grandes ciudades europeas, dándole su carácter multicultural y cosmopolita.
Inmensa, desproporcionada, con más de 100 barrios y 150 líneas de autobuses, es un auténtico damero de calles, que ocupa la decimaoctava posición en el ranking de megalópolis mundiales. Dividida en varias ciudades, cada una responde a la arquitectura del momento y a los diferentes estilos de vida de sus habitantes, que conforman el peculiar encanto que la convierten en auténtico polo de atracción turístico.
Su Centro neurálgico y de negocios lo componen Montserrat y Microcentro. Al Sur se encuentra los populares San Telmo y La Boca, con su colorido con el que muchos la identifican. Al Norte, Retiro y los espaciosos y comerciales Palermo y Belgrano, lugares de residencia de su clase media-alta. Al Oeste, Congreso -su centro político- y el selectivo y emblemático Recoleta, y al Este, Puerto Madero, el último y más moderno barrio de la ciudad.

La Plaza de Mayo, es su corazón simbólico.
El actual barrio de Monserrat fue el lugar del primer asentamiento de la ciudad, y en él se encuentra la plaza de Mayo, de obligada visita y excelente lugar de inicio para hacer un recorrido por la urbe. Caja de resonancia de los acontecimientos políticos, reivindicativos y deportivos del país, así como el centro político, administrativo y religioso de la ciudad, constituye su corazón simbólico.
Su centro, rodeada de grandes palmeras,  lo ocupa la “Pirámide de Mayo” –que le da el nombre actual- coronada por una estatua de la Libertad, edificada en recuerdo de la revolución del 25 de mayo de 1810, con la estatua del General Manuel Belgrano, héroe de la misma levantada a su vera.









Al este se encuentra el palacio Presidencial -la popular Casa Rosada- conocida así por el color de su fachada, originalmente pintada con una mezcla de sangre de buey y cal, y el ministerio de Economía. Al oeste los notables edificios del Cabildo –centro de poder colonial desde 1764 a 1816-, de la Legislatura con su torre acampanada y el neoclásico palacio de Gobierno de la ciudad. Y en el lateral norte, el banco de la Nación y la Catedral Metropolitana, de estilo grecorromana en exterior y barroco en interior, construida entre los siglos XVI y XIX, consagrada en 1836 y que acoge el mausoleo de José de San Martín, el libertador del país, custodiado en todo momento por la guardia de honor de la República.












Desde la plaza, hacia el oeste, sale la hermosa avenida de Mayo. Primer boulevard de la ciudad, construida en 1904 con el objetivo de unir el palacio Presidencial y el Congreso de la Nación, y sus respectivas plazas, recordando de manera simbólica que el poder no sólo reside en los presidentes, sino también en el pueblo. Poblada de hoteles, cafés y tiendas, con edificios de fachadas neoclásicas y de arte noveau,  es lo más español de la ciudad.









Detrás de la Catedral, se extiende el barrio de Microcentro, con enormes rascacielos y antiguos edificios de estilo europeo, en el que se concentra la actividad empresarial de la urbe. Conocido como la City debido a la gran influencia que han tenido los británicos sobre la banca, allí tienen su sede empresas, bancos, corporaciones multinacionales, instituciones gubernamentales y todo tipo de comercios. Calles estrechas, angostas y semipeatonales,  que configuran un bullicioso conjunto que son un hervidero de gente durante el día y que se quedan vacías por la noche.
Florida, una elegante y larga calle peatonal, que comienza en la avenida de Mayo y termina en la plaza de San Martín,  en el distinguido barrio de Retiro, se puede considerar la principal arteria de la zona. Es la más conocida por los turistas, atestada durante el día de ejecutivos, comerciantes y turistas, junto con músicos callejeros, mendigos y vendedores ambulantes, que le confieren un toque de color y bullicio.
Paralela a Microcentro, y diseñada como contraste al mismo, está la avenida 9 de Julio.  Es una de las calles más anchas del mundo, con sus 140 metros, en ella se encuentra el Obelisco, uno de los símbolos por antonomasia de la ciudad, con una altura de 67 metros y lugar dónde se izó por primera vez la bandera nacional. 








Cercano a él, se encuentra el majestuoso teatro Colón, de fachada renacentista y con capacidad para más de tres mil personas. La voluminosa estatua del libertador José de San Martín es otra de sus referencias.









Cementerio de Recoleta, auténtico museo al aire libre.
Al noroeste, a continuación de Retiro, se halla el refinado, elegante y burgués barrio de Recoleta, formado por plazas arboladas y notables edificios de marcada tendencia francesa, y dónde se encuentran las estaciones de tren y autobús. El Museo Nacional de Bellas Artes, la Biblioteca Nacional, el Centro Cultural, el Palacio Nacional de las Artes -Palais de Glace- la plaza de Francia, la Basílica de Nuestra Señora del Pilar y el cementerio de la Recoleta, son sus referencias.
Entre ellas, por su peculiaridad, grandeza y contenido artístico, destaca la necrópolis,  último lugar de descanso de numerosos presidentes, héroes nacionales y familias adineradas. A la vera de la Basílica, es un auténtico museo al aire libre de estatuas y esculturas modernas y clásicas, que se ha convertido en una de las más importantes atracciones turísticas. Data de 1800, diseñado con amplias avenidas arboladas y pequeños y oscuros callejones, cuenta con más de 6500 tumbas y mausoleos, 70 de los cuales han sido declarados monumentos históricos nacionales, en una combinación de arquitectura ecléctica, que comprende desde palacios grecorromanos hasta sencillos montones de piedras.









Al oeste de Recoleta, se encuentran los elegantes y posiblemente los mejores barrios de la ciudad, el del Norte, Palermo Chico y el Viejo o Soho y de Belgrano, desarrollados por la inmigración del sur de la ciudad,  que huía de la epidemia de fiebre amarilla de finales del XIX.
Barrios de clase media-alta, con espaciosos parques y una gran oferta comercial. Allí se sitúan diversos jardines –el botánico, el japonés y el zoológico-;  el parque 3 de Febrero o bosque de Palermo, con el Rosedal;  un hipódromo; un campo de polo;  excelentes museos de Artes – el Latinoamericano, el de Plásticas, el Popular, el Decorativo, el Español- y otros como el del Hombre, el Ciencias Naturales y el de Evita Perón; así como el llamativo Planetario Galileo Galilei y el conflictivo aeroparque Jorge Newbrey.
Pegado a Belgrano, está el barrio de Chacarita, ocupado en su mayor parte por su cementerio, uno de los mayores del mundo, creado cuando la fiebre amarilla asolo la ciudad.

La colorida Boca es sinónimo de tango y fútbol.
En el Sur, La Boca es el barrio popular más antiguo y pintoresco. Ubicado al lado del antiguo puerto de Santa María de Buenos Aires, fue el que acogió a los inmigrantes que llegaban en inmensos buques -en su gran mayoría italianos-  aquellos que le dieron el color que aún hoy conserva, su alegría y su gastronomía, y que comenzó a languidecer cuando el grueso del tráfico portuario se desplazo a los puertos Nuevo y Madero.
Las réplicas y algunos de los antiguos conventillos, las primigenias casas multicolores, construidas en madera y chapas acanaladas pintadas con dispares barnices marinos, conformaron su arquitectura espontánea y la fisionomía de un barrio,  que junto a sus espectáculos de tango,  le dan el colorido que lo convierten en la postal turística más vendida del país.
La calle Caminito, constituye otro auténtico museo al aire libre y es el ícono turístico del barrio. Decorado de colores brillantes y originales que recoge la tradición de los inmigrantes, dónde se respira y baila el tango, con cantantes y bailarines que conviven con artistas callejeros que pintan murales y cerámicas en el peculiar y autóctona arte porteño del fileteado, de formas estilizadas y colores intensos. Antigua vía de ferrocarril, debe su creación en 1959 al pintor Quinquela Martín, y toma el nombre del Tango compuesto por Juan de Dios Filiberto. Pintor que también fue el que animó a sus vecinos a seguir pintando sus casas de múltiples colores, y cuya casa dónde vivió y tuvo   su estudio alberga en la actualidad el museo de Bellas Artes que lleva su nombre.










Si el tango es omnipresente en los porteños, no lo esta menos el fútbol, La Boca vio nacer a principios del siglo pasado a los dos clubes más emblemáticos del país, el Club Atlético River Plate y el Club Atlético Boca Juniors, en 1901 y 1905 respectivamente, eternos rivales, aunque ya hace muchos años el primero se trasladas al barrio de Belgrano. Los colores azules y amarillos del Boca invaden el barrio, en especial el entorno de la Bombonera, estadio en el que vierten su pasión y devoción sus fanáticos hinchas, y que alberga en su tribuna principal el “Museo la Pasión Boquense”, dónde se encuentra documentada toda la historia del equipo.










Sin embargo, un paseo por las calles interiores muestra que, antes como ahora, quienes viven en La Boca son los más desfavorecidos, con una habitabilidad que deja mucho que desear, y con el sucio Riachuelo -a cuya entrada le debe el barrio su nombre-  desprendiendo olores desagradables, en un marco pretérito industrial deteriorado.

Del San Telmo colonial, apenas queda su nombre.
Más al centro se encuentra San Telmo, primer asentamiento de la ciudad en 1536 y lugar de residencia de oficiales y trabajadores de la colonia española. Allí, aún se respira un ambiente histórico especial, pero de su época colonial solo le queda el nombre y escasas casonas  –la Colonial, Rivadavia, Liberto o la del Virrey Liniers-, demolidas prácticamente todas a principios del siglo XX. De su rico pasado y costumbres, aún se conservan algunas de sus peculiares “casas chorizo” -con apenas 8 metros de ancho y 40 de fondo-, las calles adoquinadas, se siguen celebrando mercados diarios y semanales y cuenta con numerosos locales comerciales, restaurantes y bares que testifican su pasado.
La alegre y bulliciosa plaza Dorrego, la segunda más antigua de la ciudad, es su corazón y epicentro turístico. Punto de encuentro de bonaerenses y viajeros, cuenta con casas de fachadas originales que albergan en su mayoría comercios de antigüedades -símbolo comercial del barrio- y bares y restaurantes; acoge un mercado semanal y es lugar de milongas informales de tango al aire libre  las tardes de los domingos.
El Mercado de San Telmo, de 1897 con su pretérita estructura de hierro; la iglesia San Pedro Telmo, la Basílica de Nuestra Señora de Belén y la iglesias Sueca, Dinamarquesa y la Ortodoxa Rusa; los museos de Arte Moderno, del Cine, del Títere, el penitenciario Antonio Ballve, y el Histórico Nacional; el parque de Lezama o las casas Mínima –un ejemplo de las chorizo- y la que ubicó el dibujante Quino como residencia de Mafalda, la protagonista de la historieta popular, son otras de las referencias del barrio.
Los habitantes de Buenos Aires, siempre le dieron la espalda al río de la Plata, pero la recuperación del espacio del antiguo puerto, que ceso su actividad en 1920, en la última década del siglo pasado, y la reconversión urbanística que allí se ha llevado a cabo, han convertido a Puerto Madero, en el más atractivo y moderno barrio, siendo reconocido como tal en 1998 y con la peculiaridad de que todas sus calles llevan nombre de mujer.
Criticado por los porteños por su carácter elitista y exclusivista, ha permitido un nuevo desarrollo de la ciudad gracias al boom inmobiliario, creciendo día a día. En él se han edificado imponentes rascacielos de cristal, se ha convertido en un importante centro de negocios y en lugar seguro para el disfrute del ocio y la vida de lujo, disfrutado por famosos y ricos gracias a sus elegantes restaurantes y discotecas de moda, así como en lugar de esparcimiento de muchos bonaerenses, gracias a la Reserva Ecológica allí existente. Arquitectónicamente destaca el puente de la Mujer, diseñado por el arquitecto español Santiago Calatrava y allí han quedado enclavadas de forma definitiva la corbeta Uruguay y la fragata Sarmiento, convertidas ambas en museos.

Ciudad de bares y cafés, con reconocimiento a Bares Notables.
Desde la época colonial española se fueron creando cafetines, bares y cafés, que con el correr de las épocas se transformaron en símbolo de la cultura bonaerense, dónde vive la memoria colectiva y sus sueños, siendo parte esencial de su paisaje urbano.
Tanto, que setenta y tres de ellos, tienen el reconocimiento de la ciudad como “Bares Notables”, contando con apoyos oficiales, y califica como tales a aquellos bares, billares o confiterías relacionados con hechos o actividades culturales de significación, y aquellos cuya antigüedad, diseño arquitectónico o relevancia local, le otorgan un valor propio. Algunos de ellos, además, también han sido reconocidos como “Patrimonio Cultural de la ciudad de Buenos Aires”.
Los cafés La Biela (1850), Tortoni (1858), Las Violetas (1884), La Puerto Rico (1887), 36 Billares (1894) y el bar Federal (1864) son los más longevos.  La degustación de un café, helado, cóctel o copa en cualquiera de ellos, son la guinda complementaria perfecta de cualquier tipo de visita realizada.




Interior del café Tortoni.




El tango, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Íntimamente ligado a bares y cafés, el Tango no es argentino, es de Buenos Aires, aunque se cante y baile en todo el país. Cuerpo y alma de una misma realidad, han evolucionado juntos y son parte de su cultura popular.
Sus raíces se encuentran en los boliches (bares) y prostíbulos a finales del siglo XIX, nacido de la confluencia de la pobreza, de la amalgama y fusión del campo y la ciudad, hunde sus raíces de la cultura africana de los esclavos, de los gauchos de la Pampa y los inmigrantes. Declarado en el año 2009, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, cuenta  con el teatro de la Ribera, en La Boca, y la Academia Nacional y el Museo Nacional, en la avenida de Mayo, como sus centros específicos.
La antigua tradición de practicar el Tango en las calles, aún se mantiene por bailarines profesionales, en la céntrica calle Florida y los barrios de La Boca y San Telmo, para disfrute de bonaerenses y turistas. En cualquier lugar de la ciudad se organizan Milongas, que reúnen a los amantes de este arte, extendido mundialmente.  El Tango tradicional y el de fantasía o espectáculo, sus complicados movimientos y posturas, tienen especial cabida en los múltiples cafés y tanguerías existentes, con orquestas y bailarines, espectáculos en vivo que suelen incluir cenas. El Querandí, el Tortoni, el bar Sur y la confitería Ideal, son probablemente los famosos.





Espectáculo de tango en el Qurandí.




Los aportes españoles e italianos, marcan su tendencia gastronómica.
La buena comida y la bebida, son una auténtica pasión de los argentinos en general y de los bonaerenses en particular, y son un fantástico complemento turístico, con oferta y consumo habitual en puestos ambulantes. La variada gastronomía se caracteriza por los aportes europeos, especialmente españoles e italianos, que enriquecieron la autóctona criolla, y en menor medida la indígena, contando además con una variada oferta de comida internacional.
El asado, una barbacoa al aire libre, además de una deliciosa comida es un importante acto social. El consumo de carnes de vacuno, en especial y de cordero y cerdo, es mayoritario. La cocina italiana y las pastas se encuentran muy difundida, en especial las pizzas. El pescado es menos popular, a pesar de su extenso litoral y sus importantes bancos de diferentes especies. La cocina precolombina se manifiesta en las preparaciones con base de maíz, siendo la múltiple oferta dulce especialmente valorada, con muy variados tipos de pasteles y otros dulces.








Especial mención merece el Mate, del que Argentina es su mayor productor y consumidor mundial. Una especie de té, que debe su nombre tanto a la yerba utilizada, como a la infusión y al recipiente en el que se consume, y que está de tal manera extendido que su consumo se realiza en cualquier sitio y lugar, llamando la atención al ávido viajero que no alcanza a comprender en muchas ocasiones, su altísimo consumo.
El tango escrito por Norberto Ángel de Libano, dice “Buenos Aires, sus veredas, sus calles y sus balcones, son las más bellas razones que a los porteños les queda”. Grandiosidad, cultura – es la ciudad con más librerías del mundo- peculiaridades, historia, hospitalidad, naturaleza, cultura, gastronomía y ocio, las que añade el viajero y que la hacen un destino turístico de primer orden con justo merecimiento.



OBSERVACIONES.
Artículo elaborado para la revista profesional nº 16, de la Federación Española de Tintorerías y Lavanderías, correspondiente al primer trimestre de 2016.












MÁS INFORMACIÓN. Pinchar enlace.
Artículos Dendecagüelu.
Viajes Dendecagüelu.
Boca Juniors, la pasión de la Boca.
Caminito, el ícono de la Boca.
Cementerio de Recoleta.
Gran café Tortoni.
La Boca, el barrio del sur de Buenos Aires.
Recoleta, el barrio burgués de Buenos Aires.




“Las personas viajan a destinos distantes para observar, fascinadas, el tipo de gente que ignoran cuando están en casa”. Dagobert David Runes (1902-82) filósofo y escritor ucraniano



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