Inaugurado en 1858, es el más
antiguo, emblemático y elegante de la ciudad.
Argentina, está organizada de modo
republicano representativo y federal, la forman
veintitrés provincias y una
ciudad autónoma, Buenos Aires, capital y sede del gobierno federal. Capital situada en la región centro-este
del país, en la margen sur del río de la Plata, en plena llanura pampeana,
aglutina a tres millones de personas viviendo en la ciudad y otros once
millones en sus alrededores. Fue fundada definitivamente en 1580 por los
conquistadores españoles, después de varios asentamientos infructuosos,
sufriendo una total conversión a finales del siglo XIX.
Desde la época colonial española se
fueron creando cafetines, bares y cafés, que con el correr de las épocas se
transformaron en símbolo de la cultura bonaerense, dónde vive la memoria
colectiva y sus sueños, siendo parte esencial de su paisaje urbano. Tanto, que
setenta y tres de ellos, tienen el reconocimiento de la ciudad como “Bares
Notables”, contando con apoyos oficiales, y que califica como tales a aquellos
bares, billares o confiterías relacionados con hechos o actividades culturales
de significación, y aquellos cuya antigüedad, diseño arquitectónico o
relevancia local, le otorgan un valor propio. Algunos de ellos, además, también
han sido reconocidos como “Patrimonio Cultural de la ciudad de Buenos Aires”.
El Gran Café Tortoni, está incluido en ambas categorías.
Ubicado en el epicentro de la
ciudad, en pleno barrio de Montserrat, en el número 829 de la avenida de Mayo,
fue abierto e inaugurado en 1858 por un francés de apellido Touan, que le dio el nombre de un célebre local bohemio situado en el Boulevard
des Italiens de Paris, dónde se reunía la élite de la cultura parisina del
siglo XIX.
De carácter porteño, es el más
emblemático y más representativo del espíritu tradicional de la avenida dónde
está situado, toda una leyenda en una ciudad de cafés, a los que encabeza en
elegancia y antigüedad.
Situado inicialmente en la
esquina de la calle Rivadavia y Esmeralda, sufrió las obras realizadas en la
ciudad en 1858, con la construcción del gran boulevard al estilo de los
existentes en Francia, que se denominó avenida de Mayo, que comunicó la plaza de
Mayo y la plaza del Congreso.
El diseño y la construcción del
boulevard supuso la demolición de muchas de las antiguas edificaciones existentes.
Del edificio dónde se ubicaba el café se respeto la fachada, que sigue
existiendo como puerta trasera por la calle Rivadavia, siendo la principal
obra del arquitecto noruego Alejandro Christophersen, edificada en estilo
academicista francés, que terminó de construirse en 1898 y cuenta con
planta baja y dos pisos. Edificio en la actualidad denominado “Palacio Carlos Gardel”.
El café ocupa su planta baja y el sótano del
edificio, dónde se realizan diariamente espectáculos de tango. Mientras que el
resto es ocupado por la Academia Nacional de Tango, que dispone de una
biblioteca de investigación para estudiosos del tango e imparte clases de
baile; el Liceo Superior del Tango y el Museo Mundial del Tango, que cada noche
acoge espectáculos de música de tango y jazz.
En las tres columnas que separan
la puerta principal del café de los ventanales exteriores y de la puerta de acceso al resto del edificio,
están ubicadas diferentes placas que dan fe de su fundación, reconocimientos, acontecimientos
y conmemoraciones, que no sólo forman parte de su historia, sino también de la
ciudad y de su cultura, de la que es una auténtica referencia.
Placas que recuerdan su
fundación; de su declaración como “Sitio de interés cultural” por el honorable
concejo deliberante de la ciudad de Buenos Aires; la dedicada por la Asociación
amigos de la avenida de Mayo, con motivo de su ciento quince aniversario; la
que los alumnos de la Facultad de Historia y Letras, de la Universidad del
Salvador, dedicaron al profesor Fernández Moreno, por los versos que escribió
desde el café o la que recoge su reconocimiento en abril de 2003 como “Sitio de
interés turístico” por la subsecretaria de turismo del gobierno de la ciudad,
figuran entre ellas.
En el café tuvo su sede “La
Peña”, nombre con que era conocida la “Agrupación Gente de Artes y Letras”, la
de mayor predicamento de la ciudad. Creada en el cercano café La Cosechera y
trasladada al poco tiempo al Tortoni, dónde fijo su sede en la bodega de vinos
–sita en el sótano-, cedida por Curutchet –propietario por entonces del café- el 24 de
mayo de 1926 y dónde se mantuvo hasta su desaparición en 1943.
Creada y liderada por el pintor
Benito Quinquela Martín, siguiendo la idea de las existentes en Paris, fomentó
la protección de las artes y las letras, realizando tareas de difusión cultural
mediante conciertos, recitales, conferencias y debates.
Actividades de las que formaban
parte artistas, escritores e intelectuales, tanto nacionales como extranjeros,
clientes asiduos del café, como Alfonsina Storni, Baldomero Fernández, Florencio Molina, Jorge Luis Borges, Roberto
Arlt, Jorge Luis Borges o Ortega y Gasset.
El denominado “Rincón de los
poetas”, ubicado en un lateral del fondo del café, recuerda aquella época. En
él se encuentran bustos de algunos de sus ilustres clientes, y tres esculturas
a tamaño natural de Alfonsina Storni, Carlos Gardel y José Luis Borges,
recreados gracias a la iniciativa del escultor argentino Gustavo Fernández,
autor de las obras, que contó con el apoyo del colectivo “Art Saint Michel” de
Paris, según reza en un cuadro situado junto a las mismas.
Años más tarde, entre 1962 y
1974, otra Peña tuvo su sede en el café, la del Escarabajo de Oro, creada por
jóvenes escritores argentinos que se reunían en él cada viernes con otros
colegas de mayor edad. Las emblemáticas revistas “El grillo de papel”, “El
escarabajo de oro” y “El ornitorrinco”, que marcaron la dinámica cultural e
intelectual argentina de aquellos años, fueron fruto de esas reuniones.
La bodega del Tortoni, también
acogió durante una década, desde 1994 a 2004, el programa de radio de humor y
reflexión “La venganza será terrible”, conducido por Alejandro Dolina.
También el café y sus mesas de
roble y mármol verde, acogieron la visita y parada de conocidos políticos del
país, prestigiosas figuras extranjeras -como Albert Einstein y Federico García
Lorca- ; jefes de Estado, como el rey
Juan Carlos I de España o la primera dama estadounidense Hilary Clinton, o personajes populares de la vida argentina,
como el piloto Juan Manuel Fangio y el cantante, compositor y actor Carlos
Gardel. Este último cliente habitual y que cantó en él en dos ocasiones, una en
homenaje a Luigi Pirandello, que acababa de dar una conferencia para la Peña.
Pero no sólo Carlos Gardel fue
cliente del bar, el café es un símbolo también del tango, muchos cantantes y
bailarines se reunían y reúnen en él. La cantidad de tangos dedicados al mismo
son muchos, entre los que destaca el “ Viejo Tortoni” con letra de Héctor Negro
y música de Eladia Blázquez, que ha sido cantado por Susana Rinaldi:
Se me hace que el palco llovizna
recuerdos,
que allá en la avenida se asoman,
tal vez,
bohemios de antaño y que están
volviendo
quellos baluartes del viejo café.
Tortoni de ahora te habita aquél
tiempo.
Historia que vive en tu muda
pared.
Y un eco cercano de voces que
fueron,
se acoda en las mesas, cordial
habitue…
En la actualidad, en su sótano,
en la sala “La Bodega”, se celebran diariamente espectáculos de tango y jazz,
actuando cada sábado desde 1978 el conjunto argentino de jazz tradicional
“Fénix Jazz Band”; realizándose también presentaciones de libros, concursos de
poesía y otras actividades literarias de forma continuada.
Hoy el “Gran café Tortoni”, del
que es propietario el Touring Club Argentino, sigue siendo un lugar de difusión
cultural y turístico por excelencia. Conserva la decoración de sus primeros
años, incluida las dependencias de una antigua peluquería, una biblioteca,
mesas para jugar al billar y salones para hacer al dominó y los dados.
Es más que un café, es un Museo viviente de la
ciudad, con diferentes salas temáticas, su mobiliario sigue siendo de la época,
con estupendas lámparas y maderas centenarias, muebles que recogen fotografías,
objetos y recuerdos recopilados a lo largo del tiempo, esculturas, cuadros y
otros enseres.
El café pertenece al selecto
grupo de “Bares Notables” de la ciudad de Buenos Aires, grupo que reúne a los setenta
y tres bares y cafés más representativos de la ciudad, están oficialmente apoyado por programas del
Gobierno de la Ciudad y son calificados como tales “aquellos bares, billares o confiterías relacionados con hechos o
actividades culturales de significación, y aquellos cuya antigüedad, diseño
arquitectónico o relevancia local, le otorgan un valor propio”.
MÁS INFORMACIÓN. Pinchar enlaces.
Viajes Dendecagüelu.
Boca Juniors, la pasión de La Boca.
Caminito, el ícono de La Boca.
Cementerio de Recoleta, en Buenos Aires.
La Boca, el barrio del Sur de Buenos Aires.
Recoleta, el barrio burgués de Buenos Aires.
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Recoleta, el barrio burgués de Buenos Aires.
“A pesar de la lluvia yo he salido a tomar un café. Estoy sentado bajo
el toldo tirante y empapado de este viejo Tortoni conocido”. Baldomero
Fernández Moreno (1886-1950) médico, escritor, poeta y profesor argentino.
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