Su dependencia de las minas de cobre del Texeu, le dotaron a finales del siglo XIX de infraestructuras nada habituales.
Riosa es un concejo y parroquia única del Principado de Asturias situado en la montaña central asturiana, que cuenta con una superficie de 46,49 kilómetros cuadrados, con un censo poblacional de 1805 habitantes en el año 2002.
Al que pertenece el denominado “poblado
minero de Rioseco”, situado a 640 metros de altitud en plena sierra de Aramo, a
los pies del pico Villuriz, que en la actualidad (año 2023) es propiedad
municipal y se encuentra en proceso de rehabilitación, estando complemente
deshabitado.
Distante 7,200 kilómetros de La Vega, la
capital municipal, a él se accede a través de una pista del vecino pueblo de
Llamo, del que dista 1,200 kilómetros, al que se llega por la carretera RI-6
que concluye en él. O a través de otra pista que sale del alto del Cordal, en
la carretera AS-231, en el vecino concejo de Lena.
Llamo, el pueblo independiente del concejo de Riosa.
En 1888 al ingeniero belga Alejandro Van
Straalen se le asigna el redescubrimiento de las minas de cobre de Texeo, y la
preparación para su explotación inmediata fue lo que dio lugar al nacimiento
del poblado que se construyó en dos fases entre 1892 y 1904, año de
construcción de la segunda fase. Potenciado este último año con la apertura de
la carretera que lo unía con Pola de Lena, a través de la Mesta y el alto del
Cordal.
Rioseco no fue un pueblo al uso ya que la
empresa que exploto el yacimiento lo dotó de unas características inexistentes
en su alrededor, con construcciones diferenciales tipo a las de las estaciones
de ferrocarril ingleses, impensables en la Asturias de aquella época, todo un
símbolo de modernidad.
Ocupando una superficie de más de mil
metros cuadrados, el conjunto industrial estaba compuesto por un total de cinco
edificios: la casa del ingeniero, el de servicios comunes –oficinas, economato,
cantina- y tres donde se ubicaban las viviendas de los trabajadores, en la
empresa llegaron a trabajar 150 obreros, de los que 30 eran mujeres.
Que complementaban las instalaciones de
producción compuesta por el tratamiento y la fundición de cobre, que llegaba en
cazoletas de hierro a través de los cables de las campa de Texeo y de la casa Candanal,
situados a 1090 y 705 metros respectivamente. Así como las plantas de isodromía
para los minerales de menor concentración y de los estériles del lavadero.
Edificaciones con materiales desconocidos,
a las que sumando los servicios y las actividades que en él se realizaban lo
convertían en una auténtica “isla” en Riosa. La carretera llegó allí 26 años
que a la capital municipal; disponían de agua potable del manantial de la
fuente cueña la Forca en todas las casas y de luz eléctrica; estaba comunicado
por teléfono con Ablaña donde vivía el ingeniero jefe, 50 años que el resto del
concejo: disponían de economato, cantina, bolera y un edificio de usos
múltiples en el que se celebraban bailes; contaban con servicio de practicante
y festejaban a Santa Bárbara con una comida popular gratuita.
La explotación que allí se realizaba fue
pionera en Europa, al comenzar a utilizar en 1954 maquinaria utilizando el
amoniaco para disgregar el cobre del resto de materiales, que llegaba allí a
través de canaletas bajando por su propio peso. Con el cobre, también sacaron
oro pero en muy pequeñas cantidades.
El poblado tuvo vida hasta la década de
los años sesenta del siglo pasado, cuando Metastur, S.L.que gestiono la empresa
entre 1947 y 1960 cerró la explotación minera, a pesar de que aún hubiese
reservas de mineral.
Tras años de abandono, el 8 de octubre de
2009 el Ayuntamiento de Riosa adquirió en escritura pública todo el recinto del
poblado minero y varias fincas que lo rodean a la familia Alonso Rato, su
propietaria. En base a la gran importancia del conjunto arqueológico, tanto de
sus instalaciones civiles como industriales.
En los años 2010 se han iniciado los
trabajos de reparación de los edificios de las viviendas con posible destino de
apartamentos turísticos y del auxiliar, y los trabajos de descontaminación de
los terrenos.
En la actualidad, año 2023, están
parcialmente rehabilitados los edificios de las viviendas de los obreros; del
de servicios múltiples solamente queda la planta semisótano, donde se ubicaba
el economato y la cantina y de la Casona -la casa del director-, se encuentra
semiderruida.
De las instalaciones productivas hay
restos visibles de la planta de fundición de cobre con su chimenea de 20 metros
de ladrillo macizo rojo. La planta de tratamiento del mineral delante de la
misma y las plantas de isodromía.
En el año 2015 sobre la plataforma de la
tolva que recogía el mineral se construyó el “Mirador de Rioseco”, que luce
altivo en vuelo sobre el poblado, con sus casi catorce mil kilos de acero
estructural.
Obra realizada por la empresa Jaime
Fernández, S.L junto con la rehabilitación del transversal de la Casa Candanal
o Socavón de Rioseco, dónde también se ha habilitado un área recreativa.
Área recreativa del poblado de Rioseco.
Que había sido construido en la década de
los años cincuenta, con una longitud de 900 metros a nivel de la cota de 705
metros, para eliminar el sistema de bajada a través de cables aéreos, aunque en
realidad nunca entró en funcionamiento. Socavón construido en sus inicios con
bóveda de cañón de ladrillo macizo, del que solamente se han rehabilitado los
150 primeros metros.
MÁS
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA. Pinchar en enlaces.
Área recreativa del poblado de Rioseco.
Llamo, el pueblo independiente del concejo de Riosa.
Más información relacionada:
Cronista Oficial Concejo de Riosa (jlcabocronistariosa.blogspot.com)
“La
única lucha que se pierde es la que se abandona”. Proverbio chino.
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