lunes, 12 de septiembre de 2016

Queso Payoyo. Historia.

Este popular queso gaditano no es un tipo de queso, sino en realidad una marca.


Los empresarios Andrés Piña y Carlos Ríos, viendo que toda la producción de leche que se obtenía de los rebaños de cabras y ovejas que pastaban en la sierra de Grazalema, perteneciente a la provincia de Cádiz, se vendía a la empresa Formandal, decidieron poner en marcha una quesería en base a la excelente leche que en la zona se producía.
En 1995 crearon la entidad mercantil Queso Payoyo, S.L. en la localidad gaditana de Villaluenga del Rosarío, de la que ambos son nativos. En 1996 registran y patentan en el Registro Central de Patentes y Marcas, la marca “PAYOYO”. Comenzando en septiembre de 1997 la andadura real de la quesería, con la primera elaboración de quesos.
El nombre elegido para el queso, es el gentilicio popular con el que se conoce a los naturales de Villaluenga del Rosario. Por ello, el queso Payoyo, no es un tipo de queso, sino una marca comercial, cuyo éxito ha dado lugar a múltiples equívocos y varios litigios judiciales, por el uso indebido de dicho nombre.
Estos pioneros apostaron por recuperar los quesos tradicionales de su comarca, quesos de leche de cabra, oveja y mezcla de ambos, ampliando su gama con los innovadores quesos de cabra frescos, semicurados y curados con diferentes aditivos.
En su elaboración sólo se utiliza leche producida por los rebaños de ganaderos de las serranías de Cádiz y Ronda, en concreto de los tres parques naturales: Parque Natural Sierra de Grazalema, Parque Natural Los Alcornocales y Parque Natural Sierra de las Nieves, en la Serranía de Ronda.
Leches procedentes de las razas oriundas de cabra de la raza payoya montejaqueña y de oveja merina montejarquina. Cuya apuesta por su consumo ha sido todo un estímulo para el mantenimiento en la comarca de ambas razas, aunque la primera aún figura  como en peligro de extinción en el “Catálogo oficial de razas de ganados de España”.
Los quesos Payoyos semicurados y curados, con forma cilíndrica,  se elaboran con leche pasteurizada y entera, de coagulación enzimática y cuajo de cabrito o de oveja en función del tipo de leche utilizada, oscilando su maduración mínima entre los 35 días de los quesos semicurados a los 105 días para los curados y los 195 días para aquellos que se embadurnan o envuelven con diferentes productos, y cuyos pesos oscilan entre uno y tres kilos. Una vez elaborada la pasta, se suele cinchar con fibras de esparto, que quedan marcadas en la corteza.
A fecha septiembre de 2016, la gama de productos que comercializan es:
1.- Leche de cabra: fresco, semicurado, curado, envuelto en manteca de cerdo ibérico, en pimentón, en romero y en salvado de trigo.
2.- Leche de oveja: semicurado, curado y envuelto en manteca de cerdo ibérico, en romero y en salvado de trigo.
3.- Mezcla de leche de cabra y de oveja: semicurado, curado y envuelto en manteca de cerdo ibérico, en romero y en salvado de trigo.
4.- Tarrinas de queso en crema y rulo de cabra.











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“Un hombre con una idea nueva, es un loco hasta que triunfa”.  Mark Twain, seudónimo de Samuel Langhorme Clemens (1835-1910) escritor estadounidense.






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