Queso que se comenzó a elaborar en 1872, siendo el primero azul asturiano comercializado sin madurar en cueva.
Piloña es un concejo situado en la zona centro oriental del Principado de Asturias, en el que el sector agropecuario fue históricamente su principal sustento económico, siendo la ganadería y la cabaña vacuna la de mayor implantación aún en la actualidad, con más de una tercera parte de sus 284 kilómetros de superficie dedicados a pastos.
Su capital es Infiesto, situado a orillas del
río que da nombre al concejo. A las afueras del mismo, en el barrio denominado
el Horrín, a píe de la carretera N-634, que une
Oviedo con Santander, dónde tenía su vivienda el piloñes Manuel Del
Valle, fue el lugar elegido para instalara su fábrica de quesos.
Fundada en el año 1872, fue puesta en marcha para
la elaboración del queso azul de vaca que comercializaría como MADELVA, cuyo
nombre lo formaban las iniciales de su nombre. Y posteriormente para el queso
de marca PEÑALAZA, para quesos de oveja y mixtos de vaca y oveja.
Instalaciones en las que hasta los años noventa
del siglo pasado aún se encontraba maquinaria utilizada en su elaboración, como
una de las primeras máquinas pasteurizadoras existentes en Asturias, una
mantequera de manivela de madera y varias desnatadoras.
El queso Madelva fue diseñado en la línea de las
elaboraciones de queso azul de Cabrales que se realizaban en los Picos de
Europa, con la diferencia de que en lugar de madurarse en cuevas, se hacía en
los sótanos de la fábrica, y se elaboraba sólo con leche de vaca, sin utilizar
nada de leche de oveja y cabra, como ocurría en los cabraliegos.
El desarrollo inicial de la fábrica, estuvo
ligada a una tienda propiedad de un hermano de Manuel en Madrid, que aseguraba
la venta del producto y la entrada en los mercados. A ello se sumaba que
también allí se comercializa la mantequilla, elaborada con los sobrantes de grasa
de las elaboraciones.
Siendo el suero resultante de las elaboraciones
utilizado como alimento de la amplia cabaña porcina que la fábrica tenía,
llegando a tener en su momento de máxima producción hasta 300 cabezas.
La fábrica fue pasando por diferentes procesos
de todo tipo a lo largo de su historia, hasta su desaparición definitiva en el
año 1988. Entre ellos cabe destacar:
En 1910 se realiza una adaptación del proceso
productivo, con nuevas adquisiciones de maquinaria, entre ellas las de un
pasteurizador que fue de los primeros existentes en el Principado de Asturias.
Adaptación realizada para elaborar una nueva gama de quesos, de nata realizado
con leche de vaca, y comercializado con la marca “La Gruta”.
La irrupción de la I Guerra Mundial, en el
trienio de 1915-1918, fue de gran bonanza favorecida por las importantes ventas
de mantequilla, a la vez que se mantenía la venta de los quesos, especialmente
el de Nata que fue rápidamente aceptado por el mercado.
El gran volumen de trabajo de la segunda década
del siglo motivo la instalación de una nueva fábrica, eligiendo la provincia de
León y la localidad de Mansilla de las Mulas para su instalación. A ella se
traslado la elaboración del queso azul Peñalaza, con mezcla de leche de oveja y
cabra.
Época en la que la fábrica de Infiesto se volcó
con las elaboraciones de los quesos de vaca, tanto el azul como el de nata,
coincidiendo con el descenso brusco de la venta de mantequilla, cuya producción
quedó residual.
** Construcción
de una nueva fábrica.
La incorporación en 1925 de Adolfo, hijo de
Manuel y segunda generación familiar,
coincidió con una apuesta por una mayor proyección nacional, aunque se
seguía manteniendo la vinculación directa con la tienda de Madrid.
Época en el que no sólo se consolida la fábrica,
sino que pasa a ser una de las instalaciones queseras más importantes del
primer tercio del siglo veinte a nivel nacional. Proceso en el que el nuevo
gestor incorporó métodos y sistemas adquiridos de su paso previo por Mantequera
Amandi, posteriormente Mantequera de Villaviciosa, cuyo propietario Enrique
Álvarez había obtenido varias menciones honoríficas en la feria de Sevilla por
sus elaboraciones de mantequilla y quesos azules, considerándole uno de los
mejores productores nacionales.
En 1929 aparece una reseña en la revista
“Industria Pecuaria” sobre una feria celebrada en Gijón, donde aparecen
diferentes productos elaborados por la firma y sus elegantes envases, lo que se
puede considerar como la primera gran operación de marketing, antes de la
Guerra Civil, consolidando la imagen de sus elaboraciones.
En el año de la incorporación de Adolfo en 1925,
la familia construye la nueva fábrica, separada del resto de edificios, aunque
formando parte de los mismos. Adaptada a la ladera, aprovechando los desmontes
para las cámaras de maduración y separando los procesos productivos, dónde la
maquinaria existente se completaba con la de nueva adquisición. En ellas
destacaban las vías para subir los bidones de leche desde la carretera y las
tuberías para llevar el suero hasta la zona de los animales.
Como ya se hacía en época de su padre, en la
fábrica se elaboraban todos los instrumentos complementarios en la elaboración,
desde los moldes para los quesos, hasta las cajas de embalaje. En las viejas
instalaciones aún existen algunos de ellos.
En los años anteriores a la Guerra Civil se
registraron los mayores incrementos de fabricación, al igual que en la fábrica
de Mansilla, llegando a recogerse entre 7000 y 8000 litros de leche, todos a
ganaderos de Piloña.
En esos años Madelva fue competencia directa de
Mantequerías Arias, empresa hegemónica en Asturias. Años en los que Ángel Arias
llegó a hacer una oferta por la compra de la tienda de Madrid y la fábrica de
Mansilla, incluida la marca Peñalaza, ya muy introducida en el mercado. Y en
los que la familia Del Valle adquirió una nueva fábrica en Rodezno, cerca de la
Robla, en León, para asegurarse el abastecimiento de leche.
Antes de la Guerra, y a pesar de los efectos del
retroceso del 29, los quesos Madelva y Peñalaza se llegaron a vender en todas
las regiones españolas, gracias a una red de representantes.
Durante la Guerra Civil, en la temporada en que
Piloña estuvo en zona republicana, la fábrica corrió una suerte similar a la
vecina instalación de la familia Granda en Sevares. Sus existencias fueron
incautadas y la fábrica pasó a depender del “Comité comarcal de industrias
mantequeras y central eléctrica”. Las necesidades de abastecimiento de leche
llevaron al Gobierno de la República a suspender la fabricación de quesos para
abastecer de leche a la población.
En 1937 cuando Piloña pasó a zona nacional, Adolfo
y su hijo volvieron a poner en marcha la fabricación de queso.
Concluida la Guerra, se acometió la última
modernización realizada en la fábrica y aprovecho, con la estructura comercial
que ya tenia, las grandes ganancias en la fabricación de productos lácteos de
los años del final de la Guerra y postguerra españolas y de la segunda Guerra
Mundial.
En su época de mayor actividad, después de la
Guerra, llegó a contar con 21 trabajadores y hasta la campaña 71-72 se
mantenían 8 trabajadores.
Entre los años 1960 y 1975 las cosas fueron bien
y, aunque ya no era una de las principales empresas asturianas, llegó a
elaborar además de queso azul, otros de nata, bola y barra, pero posteriormente no se
recuperó de la última caída del mercado de los quesos en los años setenta y no
se adaptó a las nuevas exigencias en la producción.
En la segunda mitad de la década de los setenta
empezó el declive de la empresa, ya que no se volvieron a modernizar las
instalaciones ni se adapto a las nuevas líneas de producción a pesar de seguir
al frente de su empresa hasta la fecha de su muerte, al inicio de la década de
los años ochenta.
Entre los elementos que fueron configurando el
declive se encuentra la venta de la tienda de Madrid, el alquiler de la fábrica
de Mansilla de las Mulas a Mantequerías Arias, que la utilizo como centro de
recogida, el abandono de la fábrica de Rodezno y abandonar la elaboración del
queso con la marca Peñalaza.
Una vez fallecido Adolfo, quedaron al frente de
la fábrica su mujer, Luz Huerta, y su hija Luz Del Valle. Durante tres años
continuaron fabricando y vendiendo quesos a los clientes habituales, aunque en
cantidades pequeñas y decrecientes. En los momentos más bajos sólo elaboraban
200 litros de leche diarios. El nombre de Luz Huerta, con el que la empresa
figuraba en el Registro del Ministerio de Agricultura en esos años, consta en
las etiquetas de los quesos de esa época.
El desánimo de Adolfo explica el hecho de ni
siquiera hubiese arreglado el cambio de titularidad de la fábrica a favor de su
mujer al morir, lo que añadió nuevos problemas a esa época. Finalmente la
fábrica se cerró durante unos meses, en un cierre que parecía definitivo.
En 1985 la actuación de José Ramón Alonso,
vecino de la localidad, y la voluntad de Luz Del Valle, de continuar el negocio
de su familia, permitió fabricar de nuevo los quesos Madelva.
Con este fin constituyeron la SAT Tebrandi. En
el marco del programa de apoyo a los quesos tradicionales asturianos y con muy
pocos medios, se puso de nuevo en marcha la vieja fábrica, con la intención de
mantener las formulas tradicionales de elaboración y la instalación original.
Sin embargo la fábrica cerró en los primeros años de la década de los noventa.
Con el cierre definitivo la marca comercial paso
por diversas manos hasta que en los primeros años del siglo veinte fueron
adquiridos por Lácteos Lacpesa, S.L. con sede en la localidad asturiana de La
Secada, perteneciente al concejo de Siero. Firma que en la actualidad –año
2020- comercializa la marca en dos elaboraciones que se realizan en Alemania,
con los nombres Madelva y Madelva Madurado, cuya diferencia es el período de
maduración.
MÁS
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA. Pinchar en enlaces.
Círculo Gastronómico de los Quesos Asturianos en
www.dendecaguelu.com
Círculo Gastronómico de los Quesos Asturianos.
Reunión ordinaria nº 57, enero 2020.
Quesos. Artículos, catas, enciclopedia, queserías y otros.
Quesos. Certámenes, concursos y ferias.
Ficha
de cata nº Q-28-2019. Madelva Madurado.
Ficha
de cata nº CGQA-Q-01-2020. Madelva.
Ficha
de cata nº CGQA-Q-02-2020. Madelva Madurado.
“Naciste para ganar, pero para ser um ganador, debes
planear para ganar, preparar para ganar y esperar ganar”. Hilary Hintor,
conocido como “Zig Ziglar” (1926-2012) escritor estadounidense.
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