Celebrada en su
casa, el 30 de junio de 2016
El caluroso y último viernes del mes, Pachi Colunga convocó en
tiempo y forma la reunión y cata que a él le toca organizar en el curso lectivo
del 2016 del ejemplar Grupo de Catas, recibiendo a todos los catadores en su
terraza, con los espumosos Faustino Brut, acogido a la DOP Cava y Emilio
Martínez Brut Nature, acogido a la DOP Sidra de Asturias, como bienvenida.
Para una vez
disfrutados pasar al comedor, cuya mesa lucía sus mejores galas para realizar
la cata oficial y disfrutar de la posterior cata, estando preparadas en el
mesa auxiliar las botellas tapadas con papel de estaño que se catarían a
continuación.
Vinos sabiamente
seleccionadas, monovarietales de diferentes zonas vitivinícolas y que nunca
antes se habían catado en el Grupo. Por orden de cata y con sus puntuaciones
medias –de 0 a 5 puntos- han sido:
1.- Borsao Tres
Picos 2014. Elaborado por Bodegas Borsao, S.A., en Borja (Zaragoza), acogido a
la D.O.P. Campo de Borja; monovarietal de Garnacha. Su puntuación media fue de
3,29 puntos.
2.- Casa la
Ermita Petit Verdot 2010. Elaborado por Bodegas y Viñedos Casa la Ermita, en
Jumilla (Murcia), acogido a la D.O.P. Jumilla; monovarietal de Petit Verdot. Su
puntuación media fue de 3,33 puntos.
3.- Conde de
Siruela Crianza 2009. Elaborado por Bodegas Santa Eulalia, S.A. en la localidad
burgalesa de La Horra, acogido a la D.O.P. Ribera del Duero; elaboración
monovarietal de Tinta del País. Su puntuación media fue de 3,04 puntos.
4.- Altos de
Losada Viñedos Viejos 2013. Elaborado por Losada Vinos de Finca, S.A. en Cacabelos
(León), acogido a la D.O.P. Bierzo; monovarietal de Mencía. Su puntuación media
fue de 4,16 puntos.
Contrastada
selección de elaboraciones conocidas comercialmente, a excepción del tercero,
con puntuaciones muy ajustadas entre los tres primeros y en la que la
elaboración berciana fue con diferencia la más valorada. Frutal y con un tanino
redondo el primero; balsámico, mineral y con leve astringencia, el segundo; el
tercero mostró una importante reducción olfativa que se manifestó durante largo
tiempo, fue el que menos gusto de la selección; mostrándose sedoso y redondo el
cuarto, con un domado tanino y perfecto ensamblaje de aromas y sabores.
Concluida la
cata, y aún con los comentarios y la suma de puntuaciones realizándose, los
catadores demandaron al anfitrión el servicio de los embutidos que esperaban en
la mesa auxiliar ser degustados. Inefables e infalibles embutidos, que son desde hace muchos años la
primera propuesta gastronómica de Pachi. Jamón y lomo ibérico, chorizo de gochu
asturcelta y una inconmensurable cecina de buey de raza Tudanca, que por
momentos recordaba un carpaccio de buey, fue la sabia selección realizada, siendo
los dos últimos de elaboración propia.
El sofrito “mar
y tierra” de langostino y setas pleorotus ostreatus, con su punto de alegría y
de ajo, fue el siguiente plato en ser servido.
Al que dio continuación
una adaptación de la mítica elaboración anglosajona “Solomillo Wellington”, en
este caso de cerdo y con el recubrimiento hojaldrado, pero sin el foie y el
douxelle –salsa de champiñones y chalotas-, acompañado de una jugosa compota de
manzana.
Poniendo el
colofón a la cena, que se armonizó con los vinos catados, la también inefable e infalible tarta, adquirida en la confitería Auseva
como es habitual en Pachi, en esta ocasión de fresa.
Estupenda cata y
cena, a la que puso colofón la amena sobremesa, regada en esta ocasión por
licores pretéritos, recuerdos en muchos casos de la niñez del anfitrión,
rescatados del olvido de su casa paterna, y que a pesar de los años que todos
ellos tenían su estado de conservación era perfecto.
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“La
amistad no puede ir muy lejos cuando ni unos ni otros están dispuestos a
perdonarse los pequeños defectos”. Jean de la Bruyere (1645-96) escritor
francés.
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