martes, 29 de diciembre de 2015

Obituario a Leopoldo Martínez Álvarez, Polo.

En recuerdo al amigo Polo, fallecido el 26 de diciembre de 2015.


No es fácil ponerse al teclado cuando es para escribir sobre un amigo que se fue de entre nosotros. No, no es fácil, y menos cuando su muerte está tan cercana. Polo -Leopoldo Martínez Álvarez- el eterno y eficiente SECRETARIO de la Cofradía Buena Mesa de la Mar, se nos ha ido el sábado 26 de diciembre en plenas fiestas navideñas, muerte no esperada ni sorprendente, pero sí triste y dolorosa.
Víctima de un carcinoma desde hace meses atrás, no fue suficiente su ejemplar lucha para evitar que la misma se lo llevara de entre nosotros en poco más de un año. La temida y odiosa enfermedad de este siglo y de las últimas décadas del pasado, que raramente no afecta directamente o indirectamente a prácticamente todas las familias, incluido la del que suscribe, sigue siendo uno de los azotes de nuestra sociedad.







Polo, había nacido en 1937 en plena contienda civil española, en el occidente asturiano, en Serandinas, en la cuenca del río Navia, dónde sus padres regentaban una tienda-bar, pero fue en Salinas dónde residió y asentó  una gran parte de su vida y en dónde yo lo conocí.




Serandinas, en Boal, su localidad natal.




Bancario de profesión, su vida laboral estuvo ligada primero al Banco Asturiano y posteriormente al Banco Bilbao y al  Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), fruto de las sucesivas fusiones bancarias. Boal, la capital de su concejo natal, La Caridad (El Franco) y Villalegre y Llaranes, en Avilés, fueron las plazas y oficinas en las que ejerció o que al menos yo recuerde haberle oído hablar de ellas.
El que suscribe conoció a Polo en otra faceta de su vida, de la que me atrevo a decir, que junto a la familiar, y a la profesional, formaban las patas del tayuelu sobre las que se asentaba su vida, la social y gastronómica.




Polo, segundo por la derecha, junto a otros compañeros cofrades, durante el aperitivo del acto de entrega de la Llámpara Natural 2015, el 29 de mayo de 2015 en el restaurante El Balnerio.




Fue en un lejano octubre de 1999, ya disfrutando de su merecida jubilación, en el restaurante el Balneario, el emblema gastronómico de su Salinas de adopción y dónde se encontraba como en su propia casa. Allí, ejerciendo como en él era habitual con mando en plaza, me recibió protocolariamente con su habitual amabilidad como invitado al acto de entrega de la decimoquinta edición de los “Cucharones del Buen Guiso Marinero”, de la Cofradía Buena Mesa de la Mar.




Entre Pepe Sariego -cofrade mayor de la Cofradía Amigos de los Nabos- y Carlos Iglesias -filósofo y colaborador del suplemento gastronómico Yantar del diario El Comercio- y el que suscribe, en el acto de entrega de la XXVI edición de los Cucharones del Buen Guiso Marinero, el 10 de octubre de 2011.




Cofradía de la que él fue uno de los fundadores el 7 de mayo de 1986, la segunda de este tipo en constituirse en el Principado de Asturias, y que formó desde entonces parte indisoluble de su vida. En su sede social en las maltrechas instalaciones universitarias de la Colonia, en el corazón de Salinas, tenía su despacho y su segunda casa.




En las instalaciones de la Colonia, con parte de la colección de cartas de restaurantes que posee la Cofradía.




Primero fue su tesorero y desde 1995 hasta su defunción su secretario. Su alma mater, su referencia, su guía, su archivo histórico andante, pero sobre todo el ejemplar compañero cofrade, el eficiente gestor y muletas en la sombra de los cinco presidentes que tuvo la Cofradía - Agustín Santarua, Ramón González, Pedro Piñera, José Luis Vigil y Vicente Quintanilla-, de los que fue su primer aliado y eficiente colaborador.





De píe, junto con sus compañeros de la Mesa Mayor -Toño Villabrille, Felipe, Juan Miguel, Vicente y José Manuel- en uno de las habituales comidas del primer viernes de mes que organiza la Cofradía. 



Puedo afirmar, que Polo vivía por y para la Cofradía, sus cofrades eran su segunda familia, gozando del respeto, admiración y cariño de todos ellos, en él tenían una mano amiga en su llegada a la misma, y en él el ejemplo ha seguir de lo que es un buen cofrade. Guía y faro de sus compañeros.
Historia viva de la Cofradía marinera, fue cofundador de los “Cucharones del Buen Guiso Marinero”, máximos galardones de la misma, de los que el 16 de octubre de este año se ha celebrado su treintava edición, primera en la que él estuvo ausente. De la “Llámpara Natural”, galardón también creado en 1986, y del “Apareju de la Buena Xente”, galardón doméstico que no se entrega desde hace unos años.




Dando lectura al acta de la XXI edición de la Llámpara Natural, el 29 de mayo de 2015, última vez que ejerció públicamente como Secretario de la Cofradía.




Sin embargo, posiblemente, de lo que más satisfecho y orgulloso se sentía no sólo Polo, sino muchos cofrades, fue de la puesta en marcha del “Museo de las anclas Philippe Cousteau”, ubicado en la península de la Peñona de la playa de Salinas. Inaugurado por S.M. el rey don Juan Carlos I, el 30 de septiembre de 1993, único en el mundo por su ubicación, auténtico conjunto monumental integrado por varios espacios, por el que le gustaba pasear a Polo y sobre todo mostrar y explicar la procedencia de cada pieza a quiénes lo acompañaban.
Aún recuerdo un nublado día de abril de 2013, en una de las muchas visitas que he realizado al mismo, en el que tuve el placer de acompañarle y escucharle los avatares de las gestiones realizadas para su puesta en marcha, la involucración de empresarios de la zona y la desazón que le causaba la desidia, falta de interés y trabas continuas de las últimas corporaciones del Ayuntamiento de Castrillón –al que pertenece Salinas-  en la gestión del mismo, de cuyo Patronato forma parte, al igual que la Cofradía.
No dudo en afirmar que eran pocas cosas, yo diría ninguna,  las que se hacían en la Cofradía sin que el moviera los hilos necesarios. Gestionaba con autoridad, pero también con afabilidad, siempre dispuesto y al servicio de sus compañeros. Excelente relaciones públicas, el protocolo de actos y actividades siempre estaba de su mano. Él recibía a los invitados a los actos, y a él buscábamos, todo estaba siempre bajo su control, aunque su exceso de celo le causara pequeños desencuentros con cofrades.
Exceso de celo que llevaba a extremos máximos cuando de mujeres se hablaba, tildado en ocasiones de misógino, nunca oculto su disconformidad con la presencia de mujeres en actos y entrega de galardones de la Cofradía. Conocidos fueron sus desencuentros con la alcaldesa de Castrillón al inicio de la década pasada por dicho motivo.
Sin embargo yo no creo que tuviera aversión hacia las mujeres, sencillamente no le gustaba la presencia de mujeres en actos y reuniones de hombres y nunca lo oculto, era a lo que se había acostumbrado a lo largo de muchos año. Es más en los últimos años, con la presencia de mujeres en las Cofradías Enogastrónomicas, estas comenzaron a estar presentes en los actos de la Cofradía, ejerciendo de eficiente anfitrión, aunque a decir verdad su presencia se debía más a la insistencia de la Mesa Mayor, y más en concreto de su presidente Vicente Quintanilla, que a su iniciativa.
Polo era grandullón, apasionado y emotivo, todo corazón y energía, siempre iba  de frente, era de los que creía que era mejor quemarse que apagarse. Apasionado para todo, su concepto de amistad era sinónimo de afinidad y confidencialidad, con una buena dosis de intensidad. La cordialidad y generosidad formaba parte de su genética, al igual que la crítica y la polémica cuando no estaba de acuerdo. Así vivió y así murió.




En las instalaciones de la Colonia, el 31 de julio de 2014, cuando ya no se encontraba en sus mejores condiciones físicas, durante el acto de presentación de la Asociación Ibérica de Amigos de la Universidad Itinerante de la Mar.




Gran amante de la buena mesa, fue una de sus máximas, no entendía ningún trato ni ninguna relación sin viandas por medio. Recuerdo con cariño las conversaciones sobre los quesos asturianos cuando coincidíamos en torno a la mesa o cuando acudía a Oviedo atendiendo mis invitaciones.
Como suele ocurrir con los eficientes trabajadores en la sombra, su labor casi nunca es reconocida ni valorada públicamente. Sólo recuerdo que en una ocasión se le rindiera un reconocimiento público. Fue el 24 de agosto de 2013, en la majada de Espineres, en la sierra del Sueve, con motivo de la celebración de la treinta y tres edición de la Fiesta del Asturcón. Fiesta con la que colaboró activamente desde 1996 junto con Agustín Santarúa, presidente por entonces de la Cofradía, siendo su trabajo reconocido por ACAS (Asociación Conservadora del Asturcón del Sueve) con su nombramiento como “Asturcón del año 2013”. Sin duda más que merecido, Polo, metafóricamente era un auténtico Asturcón.










La sacudida de la muerte le vino rodeado de su entorno, arropado por los suyos. Por su querida Soledad, con la que sufrió mano a mano una enfermedad hace unos años de la que salió airosa y en sus hijos Leopoldo y Nuria. Pero también en sus muchos amigos cofrades, con los que hasta sus últimos días tomaba sus vinos y mantenían sus habituales conversaciones, aunque sus fuerzas habían disminuido mucho, siendo consciente en todo momento de lo que le podía llegar en cualquier momento.
Por mi parte me quedo con las conversaciones que manteníamos, casi siempre con la gastronomía y el mundo de las Cofradías como nexo de unión; con sus siempre educadas y directas peticiones de colaboraciones, siempre acompañadas de sus mejores agradecimientos; con su capacidad organizativa y de conexión con las personas, fueran del rango que fueran; con su faceta servicial y capacidad para hacer equipo; pero sobre todo con su bonhamía y la amistad que nos dio la afinidad que hemos vivido a pesar de la gran diferencia de edad.




Juntos, después de haber sido nombrado "Asturcón del año 2013".




Jean Paul Sartre afirmo que “Ser feliz es poseer lo que se desea” y seguro que él si no lo consiguió todo, sí gran parte de aquello que pretendió. El hueco que deja es grande, huérfana a la Cofradía de la Mesa y a muchos de sus cofrades y amigos, que siempre lo recordaremos. Descansa en paz amigo Polo.



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“El secreto de la existencia no consiste solamente en vivir, sino en saber para que se vive”. Anónimo.


1 comentario:

  1. Estimado Javier, seguro que Polo daría con su ironía medio gallega, su visto bueno. Sentido homenaje. J.M. García

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