Casadiella, cada una la suya. Artículo confeccionado para el libro de fiestas de la Virgen de las Nieves, en Argame (Morcín), agosto de 2014.
El Principado de Asturias
esta considerado como uno de los templos de la gastronomía nacional,
nuestra fama de buen comer sobrepasa nuestras fronteras, siendo el
segundo apartado, después del paisaje, más valorado en todas las
encuestas turísticas que se realizan a los más cada más numerosos
visitantes.
La dulcería forma parte
imprescindible de cualquier buen comida, complementando a la misma. A
los asturianos nos gusta el dulce, somos golosos, y de ello dan buena
fe no sólo la lista interminable de confiterías existentes y las
ofertas que realizan los establecimientos hosteleros -algunas
auténticas especialidades- a lo largo y ancho del Principado, sino
también por la enorme variedad de elaboraciones dulces existentes en
nuestra culinaria tradicional que se elaboran a nivel doméstico.
Existen dulces genéricos
a toda la región; otros locales relacionados con una localidad,
municipio o comarca y los ahí específicas de días o períodos
festivos, como fiestas locales, Carnaval, Pascua, Difuntos o Navidad.
No hay fiesta o festejo de cualquier tipo que no tenga un postre o
dulce íntimamente relacionado, independientemente de que su consumo
se generalice posteriormente durante el resto del año.
Un claro ejemplo de ello
son les CASADIELLES, relacionadas directamente con el Carnaval, la
Navidad y fiestas locales de diferentes localidades, pero también de
consumo durante el año y especialidad de diferentes confiterías y
restaurantes.
En el Principado al
Carnaval se llama Antroxu, Antroido y Antrorio en función de en que
punto de la geografía asturiana nos encontremos, palabra derivada
del latín “introitos” –introducción, entrada, mascarada o
disfraz- período que marca el inicio de la Cuaresma, época de ayuno
y abstinencia, y posiblemente el período de mayor consumo de
casadielles, que forman con el arroz con leche y los frixuelos o
fayuelos la trilogía base e imprescindible que complementa lo mejor
de la huerta y el cerdo, y presentes en todos los hogares asturianos.
La casadiella, también
llamada caisadiella, queisadiella, quesadiella, quesadilla o
bollinas, en función de la zona en la que nos encontremos, puede
tener multitud de definiciones, como las quince que se recogen en el
Diccionario General de la Lengua Española, de Xosé Lluis García
Arias, y se puede decir que cada comensal tenemos nuestra preferida,
propia definición e ingredientes que la componen.
José Antonio Fidalgo y
otros estudiosos de la cocina asturiana le atribuyen un origen
romano, relacionada con la elaboración “nucatus” que se
preparaba con harina, miel y nueces y que posiblemente el vocablo
“casadiella” se derive del término latino “capsella”
–cajita- lo que de algún modo define su forma y método de
elaboración.
Sobre su elaboración
había muy diferentes recetas, pudiendo diferenciarse dos tipos, las
elaboradas con pasta y con hojaldre, y otros dos tipos de acabarlas:
fritas o al horno. Las recetas que aparecen en los diversos libros
editados por los estudiosos de la cocina asturiana de este siglo y de
las últimas décadas del pasado, como María Luisa García,
Magdalena Alperi, José Antonio Fidalgo y Víctor Alperi, o los
recetarios de los colectivos Fomento de la Cocina – en el libro
Asturias paisajes con sabor- y el Club de Guisanderas de Asturias
–en su libro La cocina legendaria- no coinciden, aunque todas
tienen un gran número de ingredientes en común y diferencian los
tipos mencionados anteriormente.
El relleno es el mayor
punto de discrepancia, ya que en las masas y hojaldres las
diferencias son mínimas. El que se rellenen de nuez, de avellana o
mezcla de los dos frutos, el añadir yema de huevo o no, el aditivo
de azúcar o miel y decantarse por anís, brandy, vino blanco u otro
licor, hacen que las recetas que aparecen publicadas sean diferentes.
Como buen postre tienen
una prima hermana en nuestra repostería, las teresitas, cuya
diferencia principal es el de estar rellenas de crema pastelera, ser
por lo general más grandes y ser siempre de masa frita, por lo que
no pueden confundirse nunca.
Para el que suscribe, una
excelente casadiella debe de reunir una serie de requisitos,
decantándome por las de masa frita. Debe de “apetecer” en
gastronomía la vista influye mucho. No debe ser excesivamente
grande, no más de diez centímetros de largo y tres de ancho y alto.
La pasta debe de ser fina y su fritura el correcto, sin estar
aceitosa. El relleno -a ser posible- debe de ser mixto, de nuez y
avellana, con mayor porcentaje del primero, bien triturado e
integrado con el azúcar y no le puede faltar la alegría del toque
de anís. Por último debe de estar lo justo espolvoreadas de azúcar,
no hay que cubrirla entera ni mucho menos. Que en el paso de boca
todo este conjuntado es lo ideal para una buena degustación de la
misma.
En el concejo de Morcín,
están muy presentes en muchos de sus festejos, cobrando especial
importancia en la festividad de San Antón -17 de enero- en la
parroquia de la Foz, formando parte imprescindible del menú
compuesto por el pote de nabos, quesu d´afuega´l pitu y las
mencionadas casadiellas, celebrándose desde el año 2010 un
“Concurso de casadielles” en las modalidades de profesionales y
aficionados, en el que tengo el placer de formar parte de su jurado y
me permite degustar edición a edición diferentes elaboraciones, que
pone de manifiesto la diversidad de recetas reflejadas anteriormente.
Felices Fiestas de
Nuestra Señora de las Nieves 2014 y feliz digestión de casadielles.
MÁS INFORMACIÓN.
II Concurso de Casadielles en La Foz de Morcín, 17 de enero de 2011.
III Concurso de Casadielles en La Foz de Morcín, 17 de enero de 2012.
IV Concurso de Casadielles en La Foz de Morcín, 17 de enero de 2013.
V Concurso de Casadielles en La Foz de Morcín, 18 de enero de 2014.
II Concurso de Casadielles en La Foz de Morcín, 17 de enero de 2011.
III Concurso de Casadielles en La Foz de Morcín, 17 de enero de 2012.
IV Concurso de Casadielles en La Foz de Morcín, 17 de enero de 2013.
V Concurso de Casadielles en La Foz de Morcín, 18 de enero de 2014.
Anónimo: “No
quedarse en el gusto, desarrollar el juicio”.
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