Elaborado con los callos y las patas del cordero lechal es una de sus referencias gastronómicas.
En la geografía española hay cinco razas de ganado ovino, con características muy diferentes y no todas están destinadas al consumo de carne. Estas son: Merina, la más numerosa en Extremadura y Andalucía; Assaf, de origen israelí y que proporciona grandes cantidades de leche; la Ojalada, predominante en el suroeste de Castilla y León, que se encuentra en peligro de extinción y la Castellana y Churra, autóctonas de Castilla y León y la que más se emplea para el cordero lechal asado.
Razas de las que se comercializan para
carne en cuatro momentos diferentes, marcados por las edades y los pesos:
cordero lechal o lechazo, ternasco, pascual y ovino mayor o recental.
El Mayor son aquellas carnes procedentes
de animales de más de un año de edad y cuyo peso oscila entre los 20 y 30 kilos
mínimo. El Pascual, son las de animales entre cuatro y doce meses. El Ternasco,
no supera los cuatro meses y los trece kilos. Y el Lechal, son canales de hasta
8 kilos, con una edad inferior a 45 días y cuyo único alimento ha sido la leche
materna.
Animales cuyas características de las carnes
son que su color va del rojo pálido a oscuro, con fibras finas y firmes, cuyos
músculos no suelen tener grasa entrevenada, sino que suele acumularse entre
varios de ellos con un color blando inodora.
Y cuya clasificación comercial se divide
en siete categorías: Extra, que incluye las chuletas de centro, riñonada y aguja;
Primera A, que son las chuletas de pierna; Primera B, las chuletas de
paletilla; Segunda A, la pierna entera; Segunda B, la paletilla entera; la
Tercera, compuesta por pescuezo, pecho, falda y rabo; y los Despojos o
vísceras, entre ellas las cavidades torácicas, abdominal y pélvica, incluyendo
la tráquea y el esófago.
La Rioja es tierra que entronca culturas,
con un rosario de pueblos, villas y ciudades que aglutinan un enorme caudal de mitos
y de ritos, con una cocina rotunda y tradicional que la colocan entre las
mejores de España. Si se realiza un estudio detallado de la misma, se suele
dividir en tres zonas diferentes, muy independientes entre sí. La Rioja Alta,
de huerta fértil y generosos viñedos, con innegables influencias vascas y
burgalesa. La Rioja Baja, con una huerta muy fértil, e influencias navarras y
aragonesas. Y la de los Cameros, basada en agricultura y ganadería de montaña,
de marcado carácter campesino y de pastoreo.
Despensa de buenas carnes, favorecidas por
estupendos pastizales, campos de cereal y tierra de secano, y terreno montano
que garantiza la caza. Diferentes tipos de carnes, con diferentes tipos de
preparaciones, de guisos y asados.
Entre estos últimos la carne ovina tienen
en la Chuletada –chuletillas de cordero asadas a las brasas de sarmiento- su
emblema, que forman parte del ADN del riojano, sin que el resto de asados les
puedan hacer ni tan siquiera sombra.
Y entre los guisos ovinos, es el PATORILLO
el que se lleva la palma. Sus ingredientes forman parte de los productos
denominados despojos o vísceras. Nombre del plato elaborado con un envoltorio
de las tripas del intestino delgado del lechazo haciendo madeja con sus
patitas, que primero se cuecen y luego se guisan.
Guiso con dos variedades, en función en
paquete abdominal utilizado. Si este va acompañado de su grasa, se denomina
“Gordillas”, y “Cagurrieros”, si se utiliza las del intestino grueso.
Los ingredientes más usuales en su
elaboración, además de las tripas y patitas como base, son el chorizo de cerdo,
jamón, tocino, sal, ajo, cebolla, pimiento choricero, pimiento dulce,
guindillón riojano, laurel y tomate.
Siendo fundamental una limpieza rigurosa
de tripas y patatitas. Que se deben de cocer primeramente solas y
posteriormente con cebolla y laurel, reservando el caldo resultante para
enriquecer la salsa.
En cuanto a esta última hay diferentes
variantes, en función de los ingredientes a utilizar, pero se debe de elaborar
por separado. Y mezclar posteriormente con las madejas y dejar cocer
conjuntamente hasta conseguir la homogeneidad del plato.
Sabroso, suave, de textura agradable y
digestivo son las máximas que han llevado a los altares gastronómicos riojanos
este peculiar guiso.
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INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA. Pinchar en enlaces.
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“La
cocina riojana es rotunda, venerable, barroca y tradicional, que está colocada
entre las mejores de España”. Lorenzo Díaz Sánchez, escritor gastronómico
español.
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Bastantes más razas de ovino hay en este país.
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