martes, 30 de julio de 2019

Círculo Gastronómico de los Quesos Asturianos. Comida de verano 2019.

Celebrada en la localidad de  la Cabaña, en Siero, en la casa del circuliano Jerónimo González, el 25 de julio de 2019, en torno a pescados de río y mar, donados por Cundo Palacios.

A pesar de los pocos años de vida, seis recién cumplidos, el Círculo Gastronómico de los Quesos Asturianos está consiguiendo compatibilizar sus fines estatutarios basados en el estudio, degustación, promoción y divulgación de los quesos en general y de los asturianos en particular, con otras actividades y comidas en torno a la diversa y rica gastronomía del Principado de Asturias o de otros lugares.
A la primigenia de ellas, en torno al bacalao skrey, coordinada por el circuliano Fidel Fernández, se fueron sumando la de la comida del verano 2017 en la sidrería el Ferroviario y las que tuvieron a les xardes y al gochu asturcelta como protagonistas, sumándose hace unos días la última de ellas, en torno a pescados de río y mar, las tres en base a productos donados por el circuliano Secundino Palacio, que personaliza como nadie la generosidad, la defensa de productos tradicionales y la camaradería.


Fue en la reunión ordinaria nº 53, celebrada el 13 de junio de 2019, cuando informó de que tenía a disposición del colectivo una serie de pescados para su ingesta, cogiendo el guante sobre la marcha el circuliano Jerónimo González ofreciendo su finca sita en la localidad de la Cabaña, en Vega de Poja, en el concejo de Siero, para una organizar la comida en torno a los mismos.
Definida la logística, ya sólo quedaba marcar fecha y concretar el menú a degustar, fijándose como fecha el último jueves del mes de julio, día 25, al ser el día en el que mensualmente los circulianos se reúnen para exaltar a algún queso en sus comidas de Exaltación, delegando el menú y viandas a degustar en Cundo y Jero.
A la que han acudido los organizadores, los circulianos Javier Escobio, José Luis Corripio, José Luis Suárez, Luis Javier Del Valle, Luis Riera, Miguel Pérez, Sabino Blanco y los invitados de Cundo, sus lugartenientes José y Carlos y de Jero, Pedro Carámes y Manolo.






Comensales que fueron recibido con elaboraciones realizadas por Cundo: chorizo de vaca y cerdo, chorizo de jabalí y un excelente y sorprendente bonito en escabeche, con la ineludible y esperada armonización de la sidra natural, que elabora en su Goleta natal.






Norma no escrita, pero sí vigente, es que en todas las comidas del Círculo este presente el queso, y en está no podía faltar. En la reunión ordinaria nº 52 correspondiente al mes de mayo 2019, coordinada por el circuliano Luis Javier Del Valle, se degustó el queso “Río Deva de vaca madurado de los Picos de Europa” elaborado por Juan Carlos Menéndez Casares, en Camaleño (Cantabria), adquirido a Iñaqui Badiola, de Unico Gastronomía en Torrelavega. Una parte del mismo no fue consumido, y después de un afinado de dos meses fue degustado también como aperitivo. Novedosa elaboración cántabra, que fue altamente valorada con importantes variaciones organolépticas sobre la primera vez que se había degustado.





Antes de pasar al comedor, se degustó el producto –en principio- más esperado y que era la base de la comida, “anguilas”. Algo tan escaso como ancestralmente consumido en las riberas de los ríos asturianos, que le habían hecho llegar a Cundo, y que esperadas con ansiedad por algunos –entre los que se incluye el que suscribe- fueron degustadas en dos tandas, primeramente unas de río Piloña y posteriormente otras de ría de Ribadesella. Ambas con ajada, que en perfecto punto de fritura, hicieron las delicias de los comensales, algunos de los cuales hacía muchos años que no las ingeríamos, como se puso de manifiesto en las conversaciones que surgieron durante su ingesta.





Concluido el aperitivo, los comensales pasaron al amplio salón comedor, dónde se ubicaba la mesa donde se continuaría la comida, mientras Cundo elaboraba a la plancha un salmón pescado por él mismo en el río Sella, que algunos siguieron armonizando con sidra y otros con el vino Carlos Serres 2015 en formato Magnum, acogido a la DOP Rioja.







Sabroso, con el punto adecuado de grasa y el justo punto de elaboración, la excelsa pieza mereció el aplauso general, a la vez que los comensales valoraban y agradecían poder consumir uno de los manjares por antonomasia de la gastronomía asturiana, que en la actualidad –y esperemos que por mucho tiempo- sólo se puede realizar de esta forma, a nivel particular por sus capturadotes.




Manjar que tuvo continuación con una caldereta de pescado de roca con patatas, elaborada por Beatriz, cocinera del restaurante La Mar y Morena, que gentilmente Jero puso a disposición del colectivo para cumplimentar la labor de Cundo. Clásico  guiso marinero, pleno de sabores y matices, al que algunos comensales llegamos ya muy justos.




La guinda al menú, mejor dicho la avellana, lo puso la tarta “Piloñesa” en base a avellanas que ha popularizado la confitería Calvo, de Infiesto, que pasa por ser una de las referencias gastronómicas del concejo, y que fue altamente valorada por unos comensales de los que solo los piloñeses del colectivo eran conocedores.




La contundente comida tuvo continuación con una larga y amena sobremesa, dónde no faltaron la variada gama de licores que elabora Cundo con los agasaja a sus compañeros en todas las reuniones y comidas del año, a los que cumplimentaron los “mojitos” que preparo al gusto de cada comensal Jero, auténtico experto en dichas elaboraciones.




Concluyendo la comida, que sin duda será recordada durante tiempo, al atardecer con la foto de recuerdo de los asistentes delante del hórreo de la finca.





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“A menudo me pregunto por qué recordamos siempre mejor lo malo que nos ha ocurrido antes que de los nos hizo sentir plenos. Dennis Lehane (1965 -) escritor norteamericano.


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