A pesar de los pocos años de
vida, seis recién cumplidos, el Círculo Gastronómico de los Quesos Asturianos
está consiguiendo compatibilizar sus fines estatutarios basados en el estudio,
degustación, promoción y divulgación de los quesos en general y de los
asturianos en particular, con otras actividades y comidas en torno a la diversa
y rica gastronomía del Principado de Asturias o de otros lugares.
A la primigenia de ellas, en
torno al bacalao skrey, coordinada por el circuliano Fidel Fernández, se fueron
sumando la de la comida del verano 2017 en la sidrería el Ferroviario y las que tuvieron a les xardes y al gochu asturcelta como
protagonistas, sumándose hace unos días la última de ellas, en torno a pescados
de río y mar, las tres en base a productos donados por el circuliano Secundino
Palacio, que personaliza como nadie la generosidad, la defensa de productos
tradicionales y la camaradería.
Fue en la
reunión ordinaria nº 53, celebrada el 13 de junio de 2019, cuando informó de
que tenía a disposición del colectivo una serie de pescados para su ingesta,
cogiendo el guante sobre la marcha el circuliano Jerónimo González ofreciendo
su finca sita en la localidad de la Cabaña, en Vega de Poja, en el concejo de
Siero, para una organizar la comida en torno a los mismos.
Definida la
logística, ya sólo quedaba marcar fecha y concretar el menú a degustar,
fijándose como fecha el último jueves del mes de julio, día 25, al ser el día
en el que mensualmente los circulianos se reúnen para exaltar a algún queso en
sus comidas de Exaltación, delegando el menú y viandas a degustar en Cundo y
Jero.
A la que han
acudido los organizadores, los circulianos Javier Escobio, José Luis Corripio,
José Luis Suárez, Luis Javier Del Valle, Luis Riera, Miguel Pérez, Sabino
Blanco y los invitados de Cundo, sus lugartenientes José y Carlos y de Jero,
Pedro Carámes y Manolo.
Comensales que
fueron recibido con elaboraciones realizadas por Cundo: chorizo de vaca y
cerdo, chorizo de jabalí y un excelente y sorprendente bonito en escabeche, con
la ineludible y esperada armonización de la sidra natural, que elabora en su
Goleta natal.
Norma no
escrita, pero sí vigente, es que en todas las comidas del Círculo este presente
el queso, y en está no podía faltar. En la reunión ordinaria nº 52
correspondiente al mes de mayo 2019, coordinada
por el circuliano Luis Javier Del Valle, se degustó el queso “Río Deva de vaca
madurado de los Picos de Europa” elaborado por Juan Carlos Menéndez Casares, en
Camaleño (Cantabria), adquirido a Iñaqui Badiola, de Unico Gastronomía en
Torrelavega. Una parte del mismo no fue consumido, y después de un afinado de
dos meses fue degustado también como aperitivo. Novedosa elaboración cántabra,
que fue altamente valorada con importantes variaciones organolépticas sobre la
primera vez que se había degustado.
Antes de pasar
al comedor, se degustó el producto –en principio- más esperado y que era la base
de la comida, “anguilas”. Algo tan escaso como ancestralmente consumido en las
riberas de los ríos asturianos, que le habían hecho llegar a Cundo, y que
esperadas con ansiedad por algunos –entre los que se incluye el que suscribe-
fueron degustadas en dos tandas, primeramente unas de río Piloña y
posteriormente otras de ría de Ribadesella. Ambas con ajada, que en perfecto
punto de fritura, hicieron las delicias de los comensales, algunos de los
cuales hacía muchos años que no las ingeríamos, como se puso de manifiesto en
las conversaciones que surgieron durante su ingesta.
Concluido el
aperitivo, los comensales pasaron al amplio salón comedor, dónde se ubicaba la
mesa donde se continuaría la comida, mientras Cundo elaboraba a la plancha un
salmón pescado por él mismo en el río Sella, que algunos siguieron armonizando
con sidra y otros con el vino Carlos Serres 2015 en formato Magnum, acogido a
la DOP Rioja.
Sabroso, con el
punto adecuado de grasa y el justo punto de elaboración, la excelsa pieza
mereció el aplauso general, a la vez que los comensales valoraban y agradecían
poder consumir uno de los manjares por antonomasia de la gastronomía asturiana,
que en la actualidad –y esperemos que por mucho tiempo- sólo se puede realizar
de esta forma, a nivel particular por sus capturadotes.
Manjar que tuvo
continuación con una caldereta de pescado de roca con patatas, elaborada por Beatriz,
cocinera del restaurante La Mar y Morena, que gentilmente Jero puso a
disposición del colectivo para cumplimentar la labor de Cundo. Clásico guiso marinero, pleno de sabores y matices, al
que algunos comensales llegamos ya muy justos.
La guinda al
menú, mejor dicho la avellana, lo puso la tarta “Piloñesa” en base a avellanas
que ha popularizado la confitería Calvo, de Infiesto, que pasa por ser una de
las referencias gastronómicas del concejo, y que fue altamente valorada por
unos comensales de los que solo los piloñeses del colectivo eran conocedores.
La contundente
comida tuvo continuación con una larga y amena sobremesa, dónde no faltaron la
variada gama de licores que elabora Cundo con los agasaja a sus compañeros en
todas las reuniones y comidas del año, a los que cumplimentaron los “mojitos”
que preparo al gusto de cada comensal Jero, auténtico experto en dichas
elaboraciones.
Concluyendo la
comida, que sin duda será recordada durante tiempo, al atardecer con la foto de
recuerdo de los asistentes delante del hórreo de la finca.
MÁS INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA. Pinchar en enlaces.
“A menudo me pregunto por qué recordamos siempre mejor lo malo que nos
ha ocurrido antes que de los nos hizo sentir plenos. Dennis Lehane (1965 -)
escritor norteamericano.
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