Diseñada por el
Ayuntamiento recorre nueve ermitas, conventos e iglesias de la Villa
de las Ferias.
Medina del Campo, situada en el suroeste de la provincia de Valladolid, de cuya capital dista 54 kilómetros, cuenta con una extensión de 159,60 kilómetros cuadrados y una población de 20679 habitantes. Situada a una altitud de 725 metros, cuenta con el título de "Villa" y es capital del municipio de mismo nombre y cabecera de la mancomunidad Tierras de Medina. Ligada históricamente a la corona de Castilla, primero, y a la de España después, ya que en ella vivió largas temporadas, dictó sus últimas voluntades y falleció Isabel la Católica.
Diseñada por el Ayuntamiento local, en la villa está señalizada la ruta turística "Huellas de la Pasión". Cuyo objetivo es recorrer
los principales templos de la ciudad, casi todos ellos de la época
renacentistas, se articula desde el Centro cultural San Vicente
Ferrer, dedicado al dominico que en 1411 introdujo en la villa la
costumbre de representar en las calles las escenas de la pasión del
Cristo, las conocidas como “procesiones de disciplina”, siendo
las primeras en realizarse en España de este tipo.
Su inicio es el Centro
ubicado en el edificio anexo a le ermita de Nuestra Señora del
Amparo, en la calle Carreras, que alberga el Centro de interpretación
Huellas de la Pasión, que da nombre a la ruta. Este es un novedoso e
innovador espacio, que realiza una propuesta de viaje en el tiempo
basado en las nuevas tecnologías con varios audiovisuales, que
profundiza en los orígenes, tradiciones, ritos y costumbre desde sus
inicios hasta la actualidad de la Semana Santa medinense, la más
antigua documentada de España y declarada de interés turístico internacional.
La visita al Centro se
complementa con la que se realiza a la ermita de Nuestra Señora del
Amparo, antigua capilla del desaparecido hospital del Amparo.
Construida en el siglo XVI, de titularidad municipal, en su puerta de
acceso tiene el escudo de armas de la villa. De construcción
modesta, está regentada por la Cofradía de la Virgen del Amparo,
alberga piezas escultóricas y pictóricas del desaparecido convento
agustino de Nuestra Señora de Gracia. En ella tiene su sede la muy
reciente Cofradía de Cristo en su Mayor Desamparo, que procesionó
por primera vez el cuatro de abril de 2015,
De la calle Carreras hay
que desplazarse a la carretera Madrid-Coruña, dónde se encuentra la
ermita de San Roque. Ermita construida en el siglo XV a instancias de
San Vicente Ferrer, reedificada en el XVIII, en ladrillo y de planta
cuadrada, cuya entrada también contiene el escudo de armas municipal
y en cuyo interior destaca el retablo con la escultura del santo del
que toma el nombre y una imagen de Santiago Matamoros, así como un
Nazareno del siglo XVII. En la ermita tiene su sede la Cofradía
Penitencia de la Misericordia y Jesús Nazareno, fundada en 1542.
En la plaza mayor, la de
la Hispanidad, se encuentra la iglesia Colegiata de San Antolín,
templo de proporciones catedralicias construido entre los siglos XVI
y XVII bajo la dirección de Juan Gil de Hontañón en estilos
diferentes, con predominio del gótico final, y con modificaciones
posteriores a lo largo de los tiempos. Fue Colegiata desde 1840
a 1855, y el 3 de junio de 1931 fue declarada Bien de Interés
Cultural, teniendo en ella sus sedes la Archicofradía de Nuestra
Señora de las Angustias, en la capilla de mismo nombre, fundada en
1567, y la Cofradía de Nuestra Madre Santísima de la Soledad y
Virgen de la Alegría, fundada en 1985. Su interior que custodia
el pendón de los Reyes Católicos, se compone de tres naves
cubiertas con bóvedas de crucería estrellada, de admirable juego
geométrico. En él destacan sus retablos plateresco y el de San
Gregorio; la capilla de las Angustias; el coro y su sillería y el
órgano.
En su lateral izquierdo,
se encuentra la torre de la Colegiata, de cinco cuerpos y coronada
con el reloj de la villa y sus maragatos, desde la que se domina toda
la panorámica, trama urbana y monumentos de la ciudad.
Del lateral oeste de la
plaza de la Hispanidad sale la calle Almirante, en la que se
encuentra la iglesia Inmaculada Concepción, perteneciente al
convento de los padres Carmelitas, cuya plaza está presidida por el
místico San Juan de la Cruz, que paso su niñez y adolescencia en la
villa, dónde cantó su primera misa en la actual capilla de San
Juan.
La
iglesia diseñada por Pedro Matos en 1648, fue originalmente la del
convento de las Agustinas Recoletas, fundado en 1604, quienes lo
ocuparon hasta la desamortización de Mendizabal en 1838, siendo
ocupado por los padres Carmelitas en 1891 tras la cesión del conde
de Peñaflorida, su propietario.
Su
fachada compuesta por una portada central con pilastras toscanas en
los flancos, contiene un frontón con la escultura de la Inmaculada,
en los cuerpos laterales escudos episcopales y en su trasera una
espadaña con campanas. Tiene planta de cruz latina con bóveda de
cañón y crucero con cúpula vaída sobre pechinas con los escudos
del obispo, conservando en su interior importantes cuadros y tallas
de los siglos XVII y XVIII.
La
ruta continúa hasta la calle Alvar Fañez Minaya, en la salida oeste
de la ciudad, pasando antes por plaza de San Agustín y la calle
Leonor de Aragón, dónde se encuentra el convento de Santa María la
Real, de las Madres Dominicas Reales, dónde tiene su sede la Real
Cofradía del Santo Sepulcro, creada en 1943 y que tiene el título
de Real desde 1973, en el que el rey Juan Carlos I fue nombrado
Hermano Mayor de Honor. El
convento fue fundado en 1178 por la orden de San Norberto, primero
masculino y luego femenino, haciéndose cargo en 1402 las madres
Dominicas del mismo. Reconstruido tras un incendio a finales del
siglo XV, con el patrocinio de los Reyes Católicos, sobre su puerta
principal luce el escudo de los mismos. Su
interior es de planta rectangular, de una sola nave cubierta con
bóvedas de crucería; su coro cuenta con un artesanado renacentista,
y cuenta con interesantes pinturas y tallas de diferentes estilos.
Volviendo
hacia el centro urbano, en la misma calle, en la plaza Santiago, se
encuentra la iglesia de Santiago el Real, antigua fundación
jesuística, obra de Juan Gil de Hontañón en 1551 y sede de la
Cofradía de Nuestro Padre atado a una columna, fundada en 1943. Su
interior alberga un valioso retablo mayor del siglo XVI, suntuosos
relicarios y otras obras artísticas religiosas que dan testimonio de
su recio abolengo.
En
la calle Santa Teresa, enfrente del Convento de las Carmelitas
Descalzas de San José, se encuentra el convento de Santa María
Magdalena, de las madres Agustinas. Su origen data de 1552, fruto de
la donaciones realizadas por Rodrigo de Dueñas, consejero de Carlos
I, para la creación de un convento en el que también se impartiera
enseñanza básica a los hijos de los pobres, estudiando entre otros
en el mismo San Juan de la Cruz. En
su iglesia, de estilo gótico, y que fue lugar de enterramiento
familiar de los Dueñas, destacan los frescos de Luis Vélez y el
Calvario de Esteban Jordán en su crucero, y en ella tiene su sede la
Cofradía de la Oración del Huerto y la Vera Cruz, heredera de la de
la Santa Vera Cruz, San Andrés y San Vicente, fundada en 1544 y
pionera de las existentes en Medina del Campo.
A
la vera del río Zapardiel y enfrente de las Reales Carnícerias
en la plaza de San Miguel, se encuentra la iglesia de San
Miguel Arcángel, construida en los siglos XVI y XVII. De planta
rectangular de dos naves y capilla mayor, cuenta con cubierta de
bóveda de crucería y sus grandes dimensiones dan cabidas a
diferentes estilos arquitectónicos. Su elemento de mayor valor es su
retablo de 1567, que relata diferentes momentos de la vida de Cristo
con su descendimiento, teniendo en ella su sede la Cofradía del
Santo Descendimiento, fundada en 1941.
La
ruta continúa hacia las afueras de la ciudad, hacía la iglesia de
Santo Tomás, ubicada en la plaza de que toma el nombre del santo.
Templo datado en el siglo XII, se reconstituyo en el XVI en estilo
gótico y herreriano, en él destaca su retablo mayor con tallas de
Francisco Rincón y en él tiene su sede la Cofradía del Calvario,
fundada en 1993.
El
convento de Santa Clara, en la carretera de Olmedo, es el final de la
ruta. Documentalmente es el más antiguo de la villa, datado en el
siglo XIII, en 1960 fue reconstruido a consecuencia de un incendio,
quedando en píe solamente la cabecera de la iglesia, que data del
siglo XVI. Su gran archivo de manuscritos medievales, un Cristo
gótico en su altar mayor y un cuadro de la Virgen de la Antigua, son
sus elementos más significativos.
Como
complemento de las visitas que se realizan en la ruta, el colofón a
la misma bien merece ser la contemplación del monumento a la Semana
Santa, que el ayuntamiento medinense financió en el año 2005,
dedicado a la festividad religiosa merecedora de poseer la
declaración de Interés Turístico Nacional e Internacional por ser
sus procesiones las primeras en realizarse en España. Ubicado en la
plaza del Pan, dónde se encontraba la antigua iglesia dónde tenia
su sede la Cofradía de la Santa Vera Cruz, de San Andrés y San
Vicente, la primera de todos las existentes, es obra de Francisco
Javier Galán, y en ella los cofrades están representados por
pirámides de bronce con un farolillo incrustado que es iluminado de
noche, sobre una plataforma en forma de estanque.
MÁS
INFORMACIÓN COMPLEMENARIA. Pinchar en enlaces.
“El
amor ha derrotado al odio; la vida ha vencido a la muerte; la luz ha
disipado la oscuridad”. Jorge Mario Bergoglio, Papa Francisco (1936
-) papa de la iglesia católica.
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