lunes, 9 de diciembre de 2013

Reunión ordinaria nº 7-2013 del Grupo de Cata Las Alondras. Organizador Arturo Rodríguez

Penúltima cata del Grupo de Catas Las Alondras del año 2013 organizada por Arturo Rodríguez.

Fieles a la cita acudimos a la convocatoria de Arturo todos los miembros del Grupo, el jueves 31 de octubre de 2013, fecha elegida por ser víspera de festivo y cumpliendo el calendario previsto, que permitirá acabar el ciclo de catas en el año natural.
Como suele ser habitual en sus catas nuestro anfitrión invita a alguno de sus amigos, y en esta ocasión el invitado es su hermano Fermín, conocido desde hace años por todos los miembros, y que ya nos ha acompañado en diversas ocasiones por gentileza de su hermano, y que como es habitual con nuestros invitados participo en toda la cata, pero sus  puntuaciones no han contabilizado para los efectos oficiales del Grupo.



El Grupo en la sobremesa, con Fermín de píe el primero por la izquierda.



Este año en la recepción de llegada cambió su últimamente clásica bienvenida con el excelente cava Privat Evolució y en su lugar fuimos recibidos con una elaboración monovarietal de albariño, acogido a la DOP Rías Baixas, comercializado como Airiños do Mar, de la añada 2011.
Poco a poco nos fuimos llegando y una vez reunidos todos, pasamos a la parte superior del salón, tomando sitio en la amplia mesa con toda la infraestructura preparada para realizar la cata oficial.
Cata que en esta ocasión estuvo compuesta por cuatro elaboraciones de la comunidad de Castilla León, cuyos vinos conoce bien Arturo de sus continuas visitas a León. Vinos elaborados cada uno de ellos con la uva referente y predominante en la zona y en cada Denominación de Origen, todos monovarietales excepto uno de ellos, peculiares, originales y excepto el segundo de ellos me atrevo a decir que desconocidos para los catadores habituales.
Como en la reunión del año anterior, y que curiosamente suele suceder bastante a menudo, el orden de la puntuación recibida por cada uno de ellos ha sido inversa a la del orden de servicio, que se realizo reglamentariamente a botella tapada. Vinos, cuyo orden de servicio, ha sido:
1.- Gamonal 2011. Monovarietal de Prieto Picudo, elaborado en Valdevimbre, Léon, por Pardevalles y Viñedos, con ocho meses de barrica, acogido a la D.O.P. Tierra de León. Su puntuación media fue de 2,91 puntos sobre 5.
2.- Dominio de Tares Cepas Viejas 2009. Monovarietal de Mencia de cepas de más de 60 años y con nueve meses de barrica, elaborado en San Román de Bembibre, León, por Bodegas y Viñedos Dominio de Tares, S.A. acogido a la de D.O.P. Bierzo, y que obtuvo una media de 3,25 puntos.
3.- Tomás Postigo Crianza 2010. Elaboración realizada en Peñafiel, Valladolid, por Postigo Vergel, S.L. con las varietales Tinta de Fino (90 %), Cabernet Sauvignon (5 %) y Merlot (5 %), con doce meses de barrica, siendo su puntuación de 3.78, y
4.- Rompesedas 2006. Monovarietal de Toro, con dieciocho meses de barrica, elaborado por Coral Duero, S.L. en el Pego, Zamora, y que fue el más valorado con 4,06 puntos.






Vinos, como decía, desconocidos que fueron muy del agrado de los catadores, con relativa proximidad entre ellos pero muy diferentes en las sensaciones que transmitieron, teniendo únicamente como nexo de unión su alta calidez, ya que sus grados alcohólicos fluctuaban entre los 14 y 15 grados. Alcoholes muy integrados, a excepción de uno en el que estaba muy presente, con una media de acidez muy buena, estructurados y con muy buen cuerpo.
A nivel personal, el que más me ha satisfecho fue el segundo, una elaboración clásica berciana muy atlántica que raras veces defrauda, a pesar de que el catado tenia diversos puntos de sierra no habituales; sorprendente el Rompesedas, muy diferente en boca de lo que anunciaba su nariz, estando en su momento álgido de consumo; la elaboración ribereña fue fiel a las mismas, quizás algo cargado de terciarios, y buena y muy correcta la elaboración leonesa, aún pendiente de pulir su tanino para una mejor conjunción.
Durante la cena se degusto también, ya a botella abierta al igual que la de la recepción, la elaboración riojana Baigorri crianza 2007, monovarietal de Tempranillo, elaborada en Samaniego por la bodega de mismo nombre, y cuya cata tampoco computa a efectos oficiales del Grupo.
Acabada la cata dimos cuenta un año más de las clásicas viandas leonesas habituales de nuestro anfitrión, que cuenta en su tía-abuela política Flora a la cómplice imprescindible para satisfacer nuestros paladares.
El chorizo crudo en embutido y las tartaletas de hojaldre con morcilla matachana fueron las primeras viandas en salir.






En el segundo plato no quiso ser fiel a la tradición y un “salmorejo cordobés” con su guarnición de huevo y jamón picados, fue el siguiente que nos fue servido.












Para terminar con los inevitables, y siempre esperados, “callos de ternera a la leonesa al estilo Flora”, que aunque muy diferentes en presentación, tamaño y preparación a los que habitualmente se hacen en nuestra tierra y que tan acostumbrados estamos a degustar, están francamente buenos y con ellos disfrutamos todos en época callera.








Menú que fue completado con unas tradicionales pitacostes, en algunos lugares llamadas torrijas, en su almíbar con el justo punto de leche, huevo y canela, y que también fue una novedad de este año.







Cena que completamos con la habitual sobremesa y los gin-tonics, que nuestro anfitrión nunca perdona.
MÁS INFORMACIÓN. Pinchar en enlaces.



“Un anfitrión que no sepa trinchar y servir, es como el poseedor de una magnífica biblioteca que no sepa leer”. Alexander Grimod de la Reyniére (1758-1837) periodista y escritor culinario francés.

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