dendecaguelu: Ardoaraba 2025 inundó Vitoria de experiencias vínicas gastronómicas.

Celebrada entre el 5 y 8 de diciembre de 2025.

Bajo la organización de Gasteiz On, la asociación de comerciantes y hosteleros de Vitoria, la capital alavesa se convirtió en el conocido como puente de la Constitución de 2025 –del 5 al 8 de diciembre- en el referente vínico gastronómico del norte de España con la celebración de la décima octava edición de Ardoaraba.

Evento creado en 2002 y que durante algunos años no se ha realizado, que ha celebrado su mayoría de edad con un excelso programa que abarcó un amplio abanico de actividades vínicas, gastronómicas y culturales desarrolladas en diferentes puntos de la ciudad que marcó el fin de Napoleón en España.

Cuatro fueron las carpas instaladas en otras tantas plazas: una en la Nueva, dos en la de los Fueros y otra en la de la Provincia, donde se ubicaron los puestos de 39 bodegas que ofertaron un total de 125 vinos.

La plaza mayor Nueva o de España, donde se realizó la inauguración oficial el viernes día 5 a las 19,00 horas animada por los “Gigantes de la Baraja”, acogió ocho bodegas acogidas a la Denominación de Origen Protegida Rioja Alavesa: Eguren Ugarte, Gontés, HPM, Lavalle, Lekube, Ramírez Baigorri, Roberto Blanco y Sance.

Garate y Maiorga fueron los presentes por la DOP Txakoli de Álava. Mientras que las acogidas a la DOP Cava: Bolet y Guilera, y las de la DOP Rías Baixas del municipio de Cambados, fueron las invitadas de la edición. Oferta vínica que complemento la gastronómica de los gastrobares La Banda y Kotarro y Kanijo.

La cercana plaza de los Fueros, que sustituyó en 1977 en la pretérita plaza de abastos, se ubicaron dos carpas, una con los puestos de bodegas y restauración y otra para celebrar las actividades del Txoko Gastronómico.

Doce fueron las bodegas de la DOP Rioja Alavesa que ofertaron en ellas sus vinos: Alútiz, Araico, Berarte, Casa Peque, Casa Primicia, De Santiago, Idiaquez, J.F.Iradier, Solar de Ibalonja, Señorío de las Viñas y Valserrano.

Que complementaron las vínicas de Artomaña y Txikubin acogidas a la DOP Txakoli de Álava y la sidra Kuartango. Y las gastronómicas de Gildas Albizabal, gastrobar La Pepita y Slow Food Araba.

La carpa del Txoko, en el que el periodista Aitor Buendía ejerció de maestro de ceremonias, acogió durante los cuatro días diferentes actividades de “Dinner & Wine”, “Pintxos & Maridaje” y “Talleres” y “Catas”.

En la plaza de la Provincia se ubicó la cuarta de las carpas. Espacio que ha cambiado su filosofía, donde no se encontraban puestos de bodegas individualizados, siendo los vinos ofertados de forma conjunta atendida por los alumnos de la Escuela de Hostelería Egibide Mendizorrotza, en un formato tipo wine bar que se denominó Gure Ardoak.

Novedoso espacio en el que se ofertaron por copas o medias copas vinos de alta gama o nivel medio-alto, de los considerados de autor o reservas, tanto de bodegas presentes en las otras carpas como otras de la DOP Rioja Alavesa, complementados con la oferta gastronómica del restaurante Mano Lenta y de Artzai Gazta. Y en la que también se celebraron charlas de elaboradores y catas comentadas.

Carpas que complementaron actividades en los cinco denominados “Espacios Singulares”, desarrolladas en diferentes cinco marcos del rico patrimonio civil y religioso. La Casa del Cordón, el Círculo Vitoriano, la Escuela de Artes y Oficios, la iglesia de San Vicente y el museo de los Faroles de Cristal acogieron catas de otras tantas bodegas.

Y la complicidad de la hostelería vitoriana que se sumó al evento con 27 establecimientos que ofertaron pintxos, 32 que lo hicieron con vinos y 18 con menús especiales.

Completísima oferta de vinos, gastronomía, armonizaciones y cultura con la peculiaridad de que el pago de su consumo no era en dinero, sino en puntos marcados genéricamente por su tipología. Que se podían adquirir en talonarios de 28 puntos al precio de 22 euros, que incluía la copa de vino personalizada de Ardoaraba, valorada en 2,5 euros.

Exitosa mayoría de edad de un evento que ha conseguido atraer a sus actividades a un público de joven y de mediana edad, que pudo conocer y disfrutar de las elaboraciones vínicas de bodegas de la provincia alavesa, cercanas, de pocas producción y familiares, pero marcadas por su alta calidad y su apuesta por la tradición y las varietales locales, que han tenido un magnífico escaparate para darse a conocer.