miércoles, 15 de abril de 2015

Reales Carnicerías en Medina del Campo.

Es el mercado de abastos más antiguo de España, abierto desde 1562.

Medina del Campo, situada en el suroeste de la provincia de Valladolid,  de cuya capital dista 54 kilómetros, cuenta con una extensión de 159,60 kilómetros cuadrados y una población de 20679 habitantes. Situada a una altitud de 725 metros, cuenta con el título de "Villa" y es capital del municipio de mismo nombre y cabecera de la mancomunidad Tierras de Medina. Ligada históricamente a la corona de Castilla, primero, y a la de España después, ya que en ella vivió largas temporadas, dictó sus últimas voluntades y falleció Isabel la Católica.
Referencia internacional por sus Ferias Generales durante gran parte del siglo XV y todo el siglo XVI, cuenta con un muy importante patrimonio arquitectónico civil y religioso. Las Reales Carnicerías, en la actual avenida Lope de Vega, forman parte del primero por derecho propio, siendo uno de los edificios históricos más interesantes del siglo XVI construido en España, teniendo la peculiaridad de conservar hasta la actualidad la primitiva función para la que fue construido, el reparto y abastecimiento de carnes, lo que le convierte en el mercado de abastos más antiguo de todos los existentes en el territorio nacional.










Su construcción fue autoriza en el año 1500 por los Reyes Católicos, pero sus obras no se iniciaron hasta 1546, terminándose en 1562 bajo el reinado de Felipe II  siendo Corregidor Pedro de Vivero. Construido a orillas del río Zapardiel -lo que facilitaba la evacuación de residuos- en base a ladrillos y piedras en los portales, su diseño fue obra de Agustín Gallego y de Rodrigo Gil de Hontañón, siendo financiada por el Ayuntamiento de la villa y los señores de Medina.
Edificio de estilo renacentista, de planta rectangular y cubierta inclinada a cuatro aguas, se divide en tres naves separadas por dos hileras de ocho columnas toscanas, que sostienen arquerías de medio puntos sobre las que descansan muros horadados por vanos, que sirven de sostén al muro de ladrillo, aligerado mediante una sucesión de huecos de arco rebajado, realizados en ladrillo a sardinel, que servían de ventilación entre las naves.








  
Exteriormente, la composición de las fachadas guarda estrecha relación con la organización interior de la planta, estando formadas por arquerías de ladrillo, sobre pilares de sillería de piedra caliza, hoy cegados, recogiendo su cornisa -de hiladas sucesivamente voladas- un juego a diente de perro, de clara influencia mudéjar. Las tres portadas de piedra, situadas dos de ellas en el centro de los hastiales, y una tercera en la fachada suroeste, también en posición centrada, presentan una composición análoga: arcos de entrada de medio punto flanqueados uno por columnas, otro por medias columnas sobre ménsulas y el restante por pilares, en cuyos lados lucen las armas de la villa y un frontón con el escudo real, teniendo una de ellas una inscripción de la fecha de finalización de sus obras bajo el reinado de Felipe II.











Cronológicamente, desde 1562 hasta 1921 en el mismo se desarrolló la función para el que fue edificado, la de abastecimiento y reparto de carnes. De 1921 a 1931 albergó las instalaciones de Telégrafos, siendo rehabilitado en 1935 y recuperada su primitiva función, reconvirtiéndose en mercado de abastos, actividad que se sigue realizando en la actualidad. En 1983 fue declarado “Bien de interés cultural nacional” por el Ministerio de Cultura, habilitándose una partida presupuestaria que permitió la renovación completa de su cubierta, realizándose una nueva rehabilitación en el año 1994 con fondos municipales.









En la actualidad en el mismo se compaginan las actividades comerciales como mercado de abastos, con la organización de actividades complementarias, como exposiciones, charlas, degustaciones o catas.








Una visita a sus modestas instalaciones, que están abiertas de martes a sábado, permitirá al visitante trasladarse a tiempos pretéritos, valorar un edificio histórico -cuyas rehabilitaciones han respetado sin modificaciones su estructura original- que muestra la importancia que esta villa vallisoletana tuvo en la Edad Media y realizar compras en los puestos comerciales del mercado de abastos con más antigüedad de todos los existentes en España.



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“La historia testigo de los tiempos, luz de la verdad, vida en la memoria, maestra de la vida, testigo de la antigüedad. Cicerón (106-43 a.C.) escritor, orador y político romano.

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