jueves, 6 de diciembre de 2012

Pico Buey Muerto (1022 m) y los pueblos deshabitados de Grao.

Travesía desde la Focea (Yernes y Tameza)  a Sama de Grao, con ascensión al Buey Muerto, de 17,14 kilómetros, con un desnivel de subida de 764 metros y 1.115 metros de bajada, en la que se invierte  6 horas y 40 minutos. Descripción, tiempos, fotos y video de la ruta.
La salida se realiza desde el lugar denominada Focea o casa de la Corrada, única construcción, ubicada en uno de los múltiples giros que hace la carretera AS-311, que comunica las Grao con Yernes, a escasos 800 metros de esta última localidad.
Yernes es una de las localidades que da nombre al segundo concejo menos poblado del Principado de Asturias, superando únicamente al de Pesoz, siendo sus 178 habitantes el 0,01 % de nuestra Comunidad y ocupando su superficie el 0.29 % del mismo con sus 31,63 kilómetros. Cuenta únicamente con dos parroquias, de las que toma su nombre Tameza –también llamado Villabre- dónde se encuentra la capital desde 1584, compuesta por los núcleos de Villabre, Fojó y Villaruiz, y la Yernes, por los de Yernes y Vendillés. Limita al sur con Teverga, al sureste con Proaza y al norte, oeste y noreste con Grao.
Desde la Focea (622 m) hay que seguir el sendero balizado PR-AS-237 “Ruta de la Facea al Aula Vital”, que aunque no está señalizada en este punto, no tiene perdida, ya que de no seguir la carretera la única opción es enfocar la empinada pista de hormigón que de allí parte, al lado de un panel del municipio.
Al acabar la empinada pista, se encuentra una desviación a la derecha, que de seguirla indica a la Corrada, siguiendo el itinerario del PR-AS-235.1, circular con salida y llegada en Yernes, con una longitud de 10.700 kilómetros, y que en este punto se une al PR-AS-237 (694 m).
 
 
Felipe Mota a la derecha, que diseño y guió la bonita ruta para el Grupo de Montaña Vetusta, con Marcelino Martínez.
 
Se sigue por un tramo de senda provisto de cadenas laterales, que atraviesa una pequeña foz, dónde el camino y el arroyo de la Trapa progresan juntos, y desde donde se divisa a la izquierda los vestigios de la mina romana de hierro y cobre “La Caben” y una gran cueva en su parte superior, en una buena masa calcárea. Rebasada la pequeña angostura, tras cruzar el arroyo, el terreno se abre para ir salvando el liviano desnivel por un ancho sendero de hormigón salpicado de piedras incrustadas, rodeado de una balaustrada de rollizos de matera de pino tratada y en algunos tramos con postes de hierro, que zigzaguea en dirección al cumbral del Miraoriu, que tiene en su cima un repetidos de televisión, para llegar a un mirador, con dos bancos de madera, habiendo pasado antes por el vistoso mojón de hormigón, con el escudo del Principado de Asturias,  que indica el kilómetro 1 del PR-AS-237. El mirador, en mitad de una cuesta ofrece una amplia panorámica de las sierras del concejo de Tineo.
 
 
 
Sobrepasado el mirador el ancho camino continúa ya casi llaneando, dejando primero al lado izquierdo  una cuadra restaurada, para encontrar después el remozado manantial de les Fontanones, con fuente y abrevadero, al que la sabiduría popular atribuye propiedades curativas sobre catarros y tos ferina, ubicado a 909 metros y a 2.92 kilómetros de la salida. El mojón con el kilómetro 2, igual que el anterior, se encuentra pocos metros antes de la Collá (954 m), punto más alto del camino, ya en la sierra del Milano y en la que hay que abandonar la misma, y enfocar la pradería que queda a la izquierda.
La pista continúa, girando a la izquierda y de seguirla en escasos metros se encuentran los edificios de piedra y madera al modo tradicional que albergan el “AULA VITAL” singular proyecto de educación medioambiental y energías renovables, creado a comienzos de la década de los noventa del siglo pasado por la Fundación Vital, surgida del colegio público “Virgen del Fresno” de Grao. El Aula, cuenta con un refugio multifuncional, en el que la energía eléctrica se genera a partir de la fuerza del viento y de la radiación solar. Allí también se encuentra el arboleto “Ricardo Acebal del Cueto” una amplía colección de árboles que ofrece la posibilidad de observar, comparar y aprender a reconocer un elevado número de especies.
 
El Aula Vital, desde el Gatu.
 
Siguiendo las trazas de rodadas por la campera, un suave ascenso paralelo a la divisoria de pastos de los concejos de Grao y Yernes y Tameza, rebasa el montículo del  Gatu y conduce al cercano vértice del Buey Muerto o Güey Morto (1.022 metros), sin apenas desnivel.
La etimología de este topónimo es controvertida, pues al respecto existen diversas teorías, una es que la montaña tiene forma parecida a la de un buey o animal tumbado, otra que allí antiguamente existió una charca o pozo muerto, otro se refiere a un lugar pedroso (mort-roca), otra lo relaciona con el derivado árabe (bab-puerto) que alude a un paso de montaña, y otra que lo relaciona con una voz sueva que significa lugar alto, de acuerdo con la interpretación que el Ayuntamiento de Boimorto, en La Coruña, hace de su topónimo.
El pico, no cuenta ni con índice geodésico ni con buzón, teniendo que atravesar el cercado de alambre, para alcanzar sus últimos metros, lo que significa que estos se encuentran en el concejo de Grao. Su cima constituye un buen ejemplo de las oscuras y redondeadas formas causadas por las rocas silíceas de la zona y un extraordinario mirador hacía las tierras de Grao, Yernes y Tameza y Proaza, cuyas aldeas se sitúan a los pies de la espectacular ladera oriental. También se contempla el cercano pico la Loral (1247 m), el macizo de Ubiña, sierra de Peña Manteca y el Aramo con la vistosa antena del Gamoniteiru,  e incluso Oviedo, cerrando un laberinto geográfico de amplío horizonte.
 
 Cimera del Buey Muerto.
 
El Güey Morto, por su parte noreste se desploma hacía tierras de Grao, a las que hay que bajar pegados a la estaquera con alambre de espino en pronunciado desnivel, para salvar la estaquera y ya en terrenos gradenses, salvar alguna muria y llegar a la majada  de les Folgueres (800 metros), que cuenta con varias cabañas en buen estado, y un buen ejemplar de abedul derruido, que cobija varias especies de hongos.
 
 
 
El descenso continúa hacia Santo Adriano del Monte, San Adrianu, pasando antes por una cabaña caída y otra en buena estado y magnífico cierre,  en una pradería con un tendejón festivo, en su parte más baja y llegar a la pista de acceso a este  núcleo rural, llamado anteriormente Santo Adriano de Vaselgas, documentado ya en 1238 y deshabitado desde los años setenta del siglo pasado. 
Estamos ante la única parroquia deshabitada del Principado de Asturias, una de las veintiocho del concejo de Grao, formada por este núcleo y el cercano de la Condesa. Diseminado en la ladera del Buey Muerto, con una altitud entre 640 y 690 metros, consta de más de veintiuna viviendas, trece cuadros, cuatro hórreos, dos paneras, escuela, iglesia y cementerio.  Aunque deshabitado, desde 2008 hay un litigio entre los concejos de Santo Adriano y Grao, por su titularidad, teniendo a su paso la sensación de que aún hay vida en el mismo, con casas con cortinas e incluso ropa colgada en alguna galería. 
 
 
 
De San Adrianu se sale por la amplía pista en bastante buen estado, que baja en dirección al valle que forma el río Las Varas, y que va dibujando vueltas a derecha e izquierda para ir perdiendo altura lentamente y poder contemplar el próximo destino, el mencionado núcleo de La Condesa y sus desperdigadas caserías. Al llegar al fondo del valle, a 459 metros de altitud, en una pronunciada curva la pista salva el cauce vacío del río con enormes piedras cubiertas de musgo, y va paralela a la mismo, apareciendo este a unos 500 metros en un entorno majestuoso de naturaleza virgen, para llegar a La Condesa (510 m).
Aunque abandonado, este núcleo compuesto por varios caseríos dispersos orientados al suroeste por la sierra del Cantil, cuenta con un aceptable acceso rodado, lo que ha permitido que una familia del cercano pueblo de Ballonga, mantenga en él de forma permanente la actividad ganadera.
 
 Casas de debajo de La Condesa, con el Buey Muerto al fondo a la izquierda.

A la altura de la primera casería, hay que abandonar la pista, cruzar la portilla protectora y subir por las rodadas de una amplía pradería, en apenas cinco minutos hasta una nueva casería (520 m), en dónde se puede optar por dos alternativas para llegar al destino final de Sama de Grao.
La primera es coger el camino de la izquierda, que remonta el collado Bellón (686 m) y alternando descensos y llaneo por pista, pasa por la majada de Sienra, enlaza con la que viene de Ballongo y llega al barrio de Pedreo, para bajar a Sama por carretera.
La otra es continuar por la derecha, por un ancho pero cerrado camino que va de casa a casa, todas abandonadas, que guardan una gran riqueza etnográfica, con dos originales paneras, de uso compartido con dos puertas, carros de buyes debajo de ellas y un pequeño abrevadero, con una no menos original bomba de agua. En esta zona hay que tener cuidado de coger el camino adecuado, para lo que es necesario siempre ir por el de la derecha.
 
La original bomba, con el pequeño abrevadero.
 
A la altura de la última casería, el camino que discurre por la sierra del Cantíl, se vuelve más empinado, la vegetación es exuberante, toma el camino protegido por murias, algún árbol camino lo entorpece y uno se siente transportado a otro mundo. Al llegar a una portilla, hay que coger la opción de la izquierda y no cruzar la portilla, para poco después llegar a un nuevo cruce de caminos, dejando siempre a nuestra derecha la preciosa vista del valle caminado anteriormente y toda la ladera coronada por el Buey Muerto, con San Adrianu a su mitad, y el Loral a la izquierda.
El que continúa de frente, lleva en escasos metros a otro núcleo abandonado, el Ortigal (670 m) que erige sus cuatro viviendas a ambos lados del camino empedrado, conformando una clásica estructura lineal o de paso, y que ya pertenece a la parroquia de Sama. Este no es el correcto, hay que coger el que girando a la derecha sigue en subida, remontando el barranco de la Candanosa.
 
 El Buey Muerto y Santo Adriano, desde la subida por el barranco de la Candanosa.
 
A partir de este punto, comienza la remontada del barranco, con su arroyo o riega de la Candanosa, en dirección sureste en el que el camino comienza a perder forma, siendo en momentos no perceptible, con el hándicap añadido de estar siempre con bastante barro. El camino concluye en la campa de la Vallina (770 m), conocida también como la Veiga, divisoria de los concejos de Grao y Proaza, una amplia y despejada collada de abiertos pastizales, a cuya derecha se encuentran las estribaciones meridionales de la sierra de la Barrera, coronada por el pequeño pico Cuernu (838 m).
De la campa, que cuenta con dos cabañas en buen estado, otra calzada empedrada (y embarrada) entre murias y cierres de sebes, desciende progresivamente hacía el proazín núcleo de Las Vegas (691 m), pintoresca aldea, con una vivienda abierta de forma continuada, pero con prácticamente todas sus casas rehabilitadas o en buen estado, y pintadas cada una en diferentes colores, a cuál más llamativo.
 
 
En el pueblo concluye la estrecha carretera que lo comunica con Linares, también perteneciente a Proaza, que se divisa justo enfrente, y al que se accede desde Castañeu del Monte –perteneciente al concejo de Santo Adriano-  y a este desde San Andrés, en la carretera AS-228, en dirección al puerto de Ventana.
Linares en los siglos pasados tuvo una gran importancia por la existencia de una malatería –hospital de leprosos- que aún se conserva viva la tradición oral y su posible ubicación, documentada en 1275. Estando también documentado por el insigne gijonés Gaspar Melchor de Jovellanos, en su paso por la aldea en 1792.
De Las Vegas, se sale por la parte alta del pueblo, a la altura de la restaurada fuente, abrevadero y lavadero, cruzando una portilla, que tiene adosada una matricula con el nombre de la aldea, y que da acceso a praderías a través de un amplio camino de paso del ganado. El camino que apenas salva desnivel permite contemplar el destino final a la lejanía, quedando a la derecha toda la sierra de Buanga, con el pico Grandamiana (806 m) techo del concejo de Santo Adriano.
 
Al fondo el pico Grandamiana,
 
El ancho camino, que suele formar abundante barro, va a media ladera internándose en un espeso bosque, teniendo que abandonar el mismo cuando se llega a la altura de una cabaña situada a la derecha y fácilmente identificable por tener delante 3 hermosos cipreses, conocida como la cabaña de Violeta.
El acceso a la lucida cabaña con sus cipreses, íntegra pero rodeada de sebes, es bueno pero no así el trayecto que hay que recorrer. Toca descender por antiguos pastos, invadidos por la maleza, a través de un pequeño sendero que se intuye más que se ve, al encuentro de un recóndito camino que badea el río Sama, encontrando en su parte final una cabaña caída y que concluye en el mencionado río, en un recodo con pozo y pequeña cascada, idílico espacio cuya visión compensa la dura bajada.
 
 
 
Superado el río Sama, un pequeño camino conduce a un prado con una cabaña en su parte superior,  que hay que ascender  hasta enlazar con el camino de acceso a la misma. Un amplia caleya que da servicio a fincas, y que también suele estar con abundante barro, lleva directamente al barrio del Palaciu, en la parte superior de Sama de Grao. Aquí es posible optar al poco de enfocar la amplia caleya, por coger el río por la vera izquierda, y llegar al vistoso “Mexón de la Zorera” cascada de unos 12 metros de altura, que se encuentra bastante cubierto de vegetación.
Ya por carretera se pasa por el núcleo central de Sama, dónde se encuentra la iglesia parroquial de San Esteban de Sama, del siglo XVIII, con reformas posteriores y quemada durante la guerra civil  y el palacio de los Arias de Velasco, del siglo XIV con importantes reformas en el XX.
Al pie de la iglesia se encuentra el centro social ubicado en la antigua escuela María del Carmen Arias de Velasco, gestionado por la “Asociación cultural la Castañar” que aglutina a los inquietos vecinos de esta parroquia, apenas 150, cuya gestión ha merecido el nombramiento de “Pueblo ejemplar de Grao” en el año 2008 –el primero que se realizaba- y ser candidatura durante varios años al “Pueblo ejemplar de Asturias” otorgado por la Fundación Principado de Asturias.
Concluyendo la ruta en el barrio de la Vega, en el curioso centro escolar María Josefa, después de recorrer 17.14 kilómetros, en un tiempo de 6 horas y cuarenta minutos, en el que se salvan 764 metros de desnivel de ascenso y 1.115 de descenso.
Este centro, que data de 1932, construido por iniciativa del indiano samense Adolfo Prieto, cuyo busto luce delante del centro que lleva el nombre de su hija, y su peculiaridad radica en que sus soportales y pasillos están decorados con azulejos que escenifican escenas de El Quijote de la Mancha y  dichos y refranes. En él se encuentra desde 2005,  un museo etnográfico que cuenta con más de 1000 piezas donadas y coleccionadas por la vecina Olvido Menéndez.
 
 
TIEMPOS DE REALIZACIÓN.
Lugar.                                                Altitud.                       Tiempo.
La Focea.                                           622                             00.00 h.           11.06.
Cruce de sendas.                                694                             00.12 h.           11.18
Mirador.                                                                                00.32 h.           11.38
La Collá.                                            954                             00.52 h.           11.58
Buey Muerto.                                     1022                           01.20 h.           12.25
Les Folgueres.                                    800                             01.45 h.           12.50 + 10
Santo Adriano del Monte.                 690                             02.15 h.           13.20 + 20
La Condesa.                                       510                             03.15 h.           14.37
Última casería.                                                                      03.25 h.
Cruce con el camino al Ortigal.         670.                            03.50 h.           15.19
Campa Vallina o Veiga.                     770.                            04.25 h.           15.56  
Las Vegas.                                         691.                            04.40 h.           16.12 + 30     
Cabaña de Violeta.                                                               05.15 h.           17.15  
Río Sama.                                                                             05.45 h.           17.46
Enlace con camino.                                                               05.55 h.           17.56
Barrio el Palaciu.                                                                   06.25 h.           18.25
La Vega, Sama de Grao.                   272                             06.40 h.           18.40  
NOTA: Tiempo neto, sin descansos.
MÁS INFORMACIÓN.
Video de la ruta.
 
 
 
Lo que oyes lo olvidas, lo que ves lo recuerdas, lo que haces lo aprendes”. Proverbio chino.

 

2 comentarios:

  1. Peculiar ruta de montaña, en la que se ve de todo un poco. Me han hablado muy bien del Vetusta, y ahora veo porque. Loli Aguirre.

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  2. Me alegra que de un Grupo de Montaña, pise estos parajes, por un lado tan desnocidos y por otro tan preciosos. Gracias por darlo a conocer. J.E.Súarez Fdez.

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