Travesía desde la Focea (Yernes y
Tameza) a Sama de Grao, con ascensión al
Buey Muerto, de 17,14
kilómetros , con un desnivel de subida de 764 metros y 1.115 metros de
bajada, en la que se invierte 6 horas y
40 minutos. Descripción, tiempos, fotos y video de la ruta.
La salida se realiza desde el
lugar denominada Focea o casa de la Corrada, única construcción, ubicada en uno
de los múltiples giros que hace la carretera AS-311, que comunica las Grao con Yernes,
a escasos 800 metros
de esta última localidad.
Cimera del Buey Muerto.
Casas de debajo de La Condesa, con el Buey Muerto al fondo a la
izquierda.
El Buey Muerto y Santo Adriano, desde la subida por el barranco de la
Candanosa.
Yernes es una de las localidades
que da nombre al segundo concejo menos poblado del Principado de Asturias,
superando únicamente al de Pesoz, siendo sus 178 habitantes el 0,01 % de
nuestra Comunidad y ocupando su superficie el 0.29 % del mismo con sus 31,63 kilómetros .
Cuenta únicamente con dos parroquias, de las que toma su nombre Tameza –también
llamado Villabre- dónde se encuentra la capital desde 1584, compuesta por los
núcleos de Villabre, Fojó y Villaruiz, y la Yernes, por los de Yernes y
Vendillés. Limita al sur con Teverga, al sureste con Proaza y al norte, oeste y
noreste con Grao.
Desde la Focea (622 m ) hay que seguir el
sendero balizado PR-AS-237 “Ruta de la Facea al Aula Vital”, que aunque no está
señalizada en este punto, no tiene perdida, ya que de no seguir la carretera la
única opción es enfocar la empinada pista de hormigón que de allí parte, al
lado de un panel del municipio.
Al acabar la empinada pista, se
encuentra una desviación a la derecha, que de seguirla indica a la Corrada,
siguiendo el itinerario del PR-AS-235.1, circular con salida y llegada en
Yernes, con una longitud de 10.700 kilómetros , y que en este punto se une
al PR-AS-237 (694 m ).
Felipe Mota a la derecha, que diseño y guió la bonita ruta para el
Grupo de Montaña Vetusta, con Marcelino Martínez.
Se sigue por un tramo de senda
provisto de cadenas laterales, que atraviesa una pequeña foz, dónde el camino y
el arroyo de la Trapa progresan juntos, y desde donde se divisa a la izquierda
los vestigios de la mina romana de hierro y cobre “La Caben” y una gran cueva
en su parte superior, en una buena masa calcárea. Rebasada la pequeña
angostura, tras cruzar el arroyo, el terreno se abre para ir salvando el
liviano desnivel por un ancho sendero de hormigón salpicado de piedras
incrustadas, rodeado de una balaustrada de rollizos de matera de pino tratada y
en algunos tramos con postes de hierro, que zigzaguea en dirección al cumbral
del Miraoriu, que tiene en su cima un repetidos de televisión, para llegar a un
mirador, con dos bancos de madera, habiendo pasado antes por el vistoso mojón de
hormigón, con el escudo del Principado de Asturias, que indica el kilómetro 1 del PR-AS-237. El
mirador, en mitad de una cuesta ofrece una amplia panorámica de las sierras del
concejo de Tineo.
Sobrepasado el mirador el ancho
camino continúa ya casi llaneando, dejando primero al lado izquierdo una cuadra restaurada, para encontrar después
el remozado manantial de les Fontanones, con fuente y abrevadero, al que la
sabiduría popular atribuye propiedades curativas sobre catarros y tos ferina,
ubicado a 909 metros
y a 2.92 kilómetros
de la salida. El mojón con el kilómetro 2, igual que el anterior, se encuentra
pocos metros antes de la Collá (954
m ), punto más alto del camino, ya en la sierra del
Milano y en la que hay que abandonar la misma, y enfocar la pradería que queda
a la izquierda.
La pista continúa, girando a la
izquierda y de seguirla en escasos metros se encuentran los edificios de piedra
y madera al modo tradicional que albergan el “AULA VITAL” singular proyecto de
educación medioambiental y energías renovables, creado a comienzos de la década
de los noventa del siglo pasado por la Fundación Vital, surgida del colegio
público “Virgen del Fresno” de Grao. El Aula, cuenta con un refugio
multifuncional, en el que la energía eléctrica se genera a partir de la fuerza
del viento y de la radiación solar. Allí también se encuentra el arboleto
“Ricardo Acebal del Cueto” una amplía colección de árboles que ofrece la
posibilidad de observar, comparar y aprender a reconocer un elevado número de
especies.
El Aula Vital,
desde el Gatu.
Siguiendo las trazas de rodadas
por la campera, un suave ascenso paralelo a la divisoria de pastos de los
concejos de Grao y Yernes y Tameza, rebasa el montículo del Gatu y conduce al cercano vértice del Buey
Muerto o Güey Morto (1.022
metros ), sin apenas desnivel.
La etimología de este topónimo es
controvertida, pues al respecto existen diversas teorías, una es que la montaña
tiene forma parecida a la de un buey o animal tumbado, otra que allí
antiguamente existió una charca o pozo muerto, otro se refiere a un lugar
pedroso (mort-roca), otra lo relaciona con el derivado árabe (bab-puerto) que
alude a un paso de montaña, y otra que lo relaciona con una voz sueva que
significa lugar alto, de acuerdo con la interpretación que el Ayuntamiento de
Boimorto, en La Coruña, hace de su topónimo.
El pico, no cuenta ni con índice
geodésico ni con buzón, teniendo que atravesar el cercado de alambre, para
alcanzar sus últimos metros, lo que significa que estos se encuentran en el
concejo de Grao. Su cima constituye un buen ejemplo de las oscuras y
redondeadas formas causadas por las rocas silíceas de la zona y un extraordinario
mirador hacía las tierras de Grao, Yernes y Tameza y Proaza, cuyas aldeas se
sitúan a los pies de la espectacular ladera oriental. También se contempla el
cercano pico la Loral (1247 m ),
el macizo de Ubiña, sierra de Peña Manteca y el Aramo con la vistosa antena del
Gamoniteiru, e incluso Oviedo, cerrando
un laberinto geográfico de amplío horizonte.
El Güey Morto, por su parte
noreste se desploma hacía tierras de Grao, a las que hay que bajar pegados a la
estaquera con alambre de espino en pronunciado desnivel, para salvar la
estaquera y ya en terrenos gradenses, salvar alguna muria y llegar a la
majada de les Folgueres (800 metros ), que cuenta
con varias cabañas en buen estado, y un buen ejemplar de abedul derruido, que
cobija varias especies de hongos.
El descenso continúa hacia Santo
Adriano del Monte, San Adrianu, pasando antes por una cabaña caída y otra en
buena estado y magnífico cierre, en una
pradería con un tendejón festivo, en su parte más baja y llegar a la pista de
acceso a este núcleo rural, llamado
anteriormente Santo Adriano de Vaselgas, documentado ya en 1238 y deshabitado
desde los años setenta del siglo pasado.
Estamos ante la única parroquia
deshabitada del Principado de Asturias, una de las veintiocho del concejo de Grao,
formada por este núcleo y el cercano de la Condesa. Diseminado en la ladera del
Buey Muerto, con una altitud entre 640 y 690 metros , consta de
más de veintiuna viviendas, trece cuadros, cuatro hórreos, dos paneras,
escuela, iglesia y cementerio. Aunque
deshabitado, desde 2008 hay un litigio entre los concejos de Santo Adriano y
Grao, por su titularidad, teniendo a su paso la sensación de que aún hay vida
en el mismo, con casas con cortinas e incluso ropa colgada en alguna galería.
De San Adrianu se sale por la
amplía pista en bastante buen estado, que baja en dirección al valle que forma
el río Las Varas, y que va dibujando vueltas a derecha e izquierda para ir
perdiendo altura lentamente y poder contemplar el próximo destino, el
mencionado núcleo de La Condesa y sus desperdigadas caserías. Al llegar al
fondo del valle, a 459
metros de altitud, en una pronunciada curva la pista
salva el cauce vacío del río con enormes piedras cubiertas de musgo, y va
paralela a la mismo, apareciendo este a unos 500 metros en un entorno
majestuoso de naturaleza virgen, para llegar a La Condesa (510 m ).
Aunque abandonado, este núcleo
compuesto por varios caseríos dispersos orientados al suroeste por la sierra
del Cantil, cuenta con un aceptable acceso rodado, lo que ha permitido que una
familia del cercano pueblo de Ballonga, mantenga en él de forma permanente la
actividad ganadera.
A la altura de la primera casería,
hay que abandonar la pista, cruzar la portilla protectora y subir por las
rodadas de una amplía pradería, en apenas cinco minutos hasta una nueva casería
(520 m ),
en dónde se puede optar por dos alternativas para llegar al destino final de
Sama de Grao.
La primera es coger el camino de
la izquierda, que remonta el collado Bellón (686 m ) y alternando descensos
y llaneo por pista, pasa por la majada de Sienra, enlaza con la que viene de
Ballongo y llega al barrio de Pedreo, para bajar a Sama por carretera.
La otra es continuar por la
derecha, por un ancho pero cerrado camino que va de casa a casa, todas
abandonadas, que guardan una gran riqueza etnográfica, con dos originales
paneras, de uso compartido con dos puertas, carros de buyes debajo de ellas y
un pequeño abrevadero, con una no menos original bomba de agua. En esta zona
hay que tener cuidado de coger el camino adecuado, para lo que es necesario
siempre ir por el de la derecha.
La original bomba, con el pequeño abrevadero.
A la altura de la última casería,
el camino que discurre por la sierra del Cantíl, se vuelve más empinado, la
vegetación es exuberante, toma el camino protegido por murias, algún árbol
camino lo entorpece y uno se siente transportado a otro mundo. Al llegar a una
portilla, hay que coger la opción de la izquierda y no cruzar la portilla, para
poco después llegar a un nuevo cruce de caminos, dejando siempre a nuestra
derecha la preciosa vista del valle caminado anteriormente y toda la ladera
coronada por el Buey Muerto, con San Adrianu a su mitad, y el Loral a la
izquierda.
El que continúa de frente, lleva
en escasos metros a otro núcleo abandonado, el Ortigal (670 m ) que erige sus cuatro viviendas
a ambos lados del camino empedrado, conformando una clásica estructura lineal o
de paso, y que ya pertenece a la parroquia de Sama. Este no es el correcto, hay que coger el que girando a la derecha
sigue en subida, remontando el barranco de la Candanosa.
A partir de este punto, comienza
la remontada del barranco, con su arroyo o riega de la Candanosa, en dirección
sureste en el que el camino comienza a perder forma, siendo en momentos no
perceptible, con el hándicap añadido de estar siempre con bastante barro. El
camino concluye en la campa de la Vallina (770 m ), conocida también como
la Veiga, divisoria de los concejos de Grao y Proaza, una amplia y despejada
collada de abiertos pastizales, a cuya derecha se encuentran las estribaciones
meridionales de la sierra de la Barrera, coronada por el pequeño pico Cuernu (838 m ).
De la campa, que cuenta con dos
cabañas en buen estado, otra calzada empedrada (y embarrada) entre murias y
cierres de sebes, desciende progresivamente hacía el proazín núcleo de Las
Vegas (691 m ),
pintoresca aldea, con una vivienda abierta de forma continuada, pero con
prácticamente todas sus casas rehabilitadas o en buen estado, y pintadas cada
una en diferentes colores, a cuál más llamativo.
En el pueblo concluye la estrecha
carretera que lo comunica con Linares, también perteneciente a Proaza, que se
divisa justo enfrente, y al que se accede desde Castañeu del Monte
–perteneciente al concejo de Santo Adriano-
y a este desde San Andrés, en la carretera AS-228, en dirección al
puerto de Ventana.
Linares en los siglos pasados
tuvo una gran importancia por la existencia de una malatería –hospital de
leprosos- que aún se conserva viva la tradición oral y su posible ubicación,
documentada en 1275. Estando también documentado por el insigne gijonés Gaspar
Melchor de Jovellanos, en su paso por la aldea en 1792.
De Las Vegas, se sale por la
parte alta del pueblo, a la altura de la restaurada fuente, abrevadero y
lavadero, cruzando una portilla, que tiene adosada una matricula con el nombre
de la aldea, y que da acceso a praderías a través de un amplio camino de paso
del ganado. El camino que apenas salva desnivel permite contemplar el destino
final a la lejanía, quedando a la derecha toda la sierra de Buanga, con el pico
Grandamiana (806 m )
techo del concejo de Santo Adriano.
Al fondo el pico Grandamiana,
El ancho camino, que suele formar
abundante barro, va a media ladera internándose en un espeso bosque, teniendo
que abandonar el mismo cuando se llega a la altura de una cabaña situada a la
derecha y fácilmente identificable por tener delante 3 hermosos cipreses,
conocida como la cabaña de Violeta.
El acceso a la lucida cabaña con
sus cipreses, íntegra pero rodeada de sebes, es bueno pero no así el trayecto
que hay que recorrer. Toca descender por antiguos pastos, invadidos por la
maleza, a través de un pequeño sendero que se intuye más que se ve, al
encuentro de un recóndito camino que badea el río Sama, encontrando en su parte
final una cabaña caída y que concluye en el mencionado río, en un recodo con pozo y
pequeña cascada, idílico espacio cuya visión compensa la dura bajada.
Superado el río Sama, un pequeño
camino conduce a un prado con una cabaña en su parte superior, que hay que ascender hasta enlazar con el camino de acceso a la
misma. Un amplia caleya que da servicio a fincas, y que también suele estar con
abundante barro, lleva directamente al barrio del Palaciu, en la parte superior
de Sama de Grao.
Aquí es posible optar al poco de
enfocar la amplia caleya, por coger el río por la vera izquierda, y llegar al
vistoso “Mexón de la Zorera” cascada de unos 12 metros de altura, que
se encuentra bastante cubierto de vegetación.
Ya por carretera se pasa por el núcleo central de Sama, dónde se encuentra la iglesia parroquial de San Esteban de Sama, del siglo XVIII, con reformas posteriores y quemada durante la guerra civil y el palacio de los Arias de Velasco, del siglo XIV con importantes reformas en el XX.
Ya por carretera se pasa por el núcleo central de Sama, dónde se encuentra la iglesia parroquial de San Esteban de Sama, del siglo XVIII, con reformas posteriores y quemada durante la guerra civil y el palacio de los Arias de Velasco, del siglo XIV con importantes reformas en el XX.
Al pie de la iglesia se encuentra
el centro social ubicado en la antigua escuela María del Carmen Arias de
Velasco, gestionado por la “Asociación cultural la Castañar” que aglutina a los
inquietos vecinos de esta parroquia, apenas 150, cuya gestión ha merecido el
nombramiento de “Pueblo ejemplar de Grao” en el año 2008 –el primero que se
realizaba- y ser candidatura durante varios años al “Pueblo ejemplar de
Asturias” otorgado por la Fundación Principado de Asturias.
Concluyendo la ruta en el barrio
de la Vega, en el curioso centro escolar María Josefa, después de recorrer 17.14 kilómetros ,
en un tiempo de 6 horas y cuarenta minutos, en el que se salvan 764 metros de desnivel
de ascenso y 1.115 de descenso.
Este centro, que data de 1932,
construido por iniciativa del indiano samense Adolfo Prieto, cuyo busto luce
delante del centro que lleva el nombre de su hija, y su peculiaridad radica en
que sus soportales y pasillos están decorados con azulejos que escenifican
escenas de El Quijote de la Mancha y
dichos y refranes. En él se encuentra desde 2005, un museo etnográfico que cuenta con más de
1000 piezas donadas y coleccionadas por la vecina Olvido Menéndez.
TIEMPOS DE
REALIZACIÓN.
Lugar. Altitud. Tiempo.
La Focea. 622 00.00 h. 11.06.
Cruce de sendas. 694 00.12
h. 11.18
Mirador. 00.32
h. 11.38
La Collá. 954 00.52 h. 11.58
Buey Muerto. 1022 01.20 h. 12.25
Les Folgueres. 800 01.45 h. 12.50 + 10
Santo Adriano del Monte. 690 02.15
h. 13.20 + 20
La Condesa. 510
03.15 h. 14.37
Última casería. 03.25
h.
Cruce con el camino al Ortigal. 670. 03.50
h. 15.19
Campa Vallina o Veiga. 770. 04.25 h. 15.56
Las Vegas. 691. 04.40 h. 16.12 + 30
Cabaña de Violeta. 05.15
h. 17.15
Río Sama. 05.45
h. 17.46
Enlace con camino. 05.55
h. 17.56
Barrio el Palaciu. 06.25
h. 18.25
La Vega, Sama de Grao. 272 06.40 h. 18.40
NOTA: Tiempo neto, sin descansos.
MÁS INFORMACIÓN.
Video de la ruta.
“Lo que oyes lo olvidas, lo que
ves lo recuerdas, lo que haces lo aprendes”. Proverbio chino.
Peculiar ruta de montaña, en la que se ve de todo un poco. Me han hablado muy bien del Vetusta, y ahora veo porque. Loli Aguirre.
ResponderEliminarMe alegra que de un Grupo de Montaña, pise estos parajes, por un lado tan desnocidos y por otro tan preciosos. Gracias por darlo a conocer. J.E.Súarez Fdez.
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