Texto y vídeo realizada y leída como preámbulo de la entrega del galardón “Manzana Buena Mesa de la Mar” en su cuarta edición, el 4 de agosto de 2023.
El galardón “Manzana Buena Mesa de la Mar” es el cuarto que instauro en el año 2019 la Cofradía Buena Mesa de la Mar de Salinas. Cuatro han sido las ediciones celebradas. Cuya entrega se realiza el primer viernes de cada mes de agosto, en su sede social de La Colonia, en Salinas, cuyo objetivo es el de “Premiar y distinguir a las sidrerías que destaquen por su divulgación y defensa de la sidra y productos gastronómicos asturianos, teniendo como fin la promoción de la sidra y la gastronomía de Asturias, en establecimientos dedicados a su tratamiento, difusión y divulgación dentro del entorno de la cocina marinera”.
Cuatro han sido
desde entonces las ediciones celebradas, siendo los galardonados: Justo García
Castrillón, de la sidrería Yumay, en Villalegre (Áviles); Ricardo García
Menéndez, de la sidrería El Hórreo, en Antromero (Gozón); César Suárez Junco,
de las sidrerías Tierra Astur y Ernesto Álvarez Rubio, de las sidrerías El
Mallu.
Su cuarta edición
tuvo lugar el 4 de agosto de 2023, en el que el escritor turístico y
gastronómico Luis Javier Del Valle Vega, fue el encargado de glosar la figura
del galardonado, Ernesto Álvarez.
LA SEMBLANZA ÍNTEGRA LEÍDA, ES:
Permítanme primeramente agradecer ser el
elegido para glosar la figura del galardonado en la cuarta edición de la
“Manzana buena mesa de la mar”: Ernesto Álvarez Rubio, propietario de las
sidrerías y restaurantes que conforman el grupo empresarial hostelero El Mallu.
Con su convecino el genial dramaturgo
Alejandro Casona comparte pasión por su lugar de nacimiento, Besullo, parroquia
de Cangas del Narcea. En cuya pequeña aldea de Irrondo aún vive su madre Elena
y su hermano Mario. Allí vino a este mundo un 8 de junio de 1975, coincidiendo
casi con el ciento cuatro aniversario del establecimiento de la primera
comunidad protestante asturiana allí asentada.
Siendo el menor de diez hermanos, dos de
ellos fallecidos a temprana edad a los que no llego a conocer. Pronto desistió
de realizar cualquier tipo de estudios, ayudando a su familia en todas las
tareas agrícolas y ganaderas que se le demandaba.
Con 16 años, en septiembre de 1991,
decidió aventurarse en el sector hostelero e irse a trabajar a Gijón con su
primo Antonio Rozas, a la bodega la Torrica, en la avenida de Portugal. Seguía
la estela familiar emprendida por dos de sus hermanos – José y Manolo- que
emigraron al cantón alemán de Friburgo, en Suiza.
Esa fue su auténtica escuela, desempeñando
todo tipo de funciones, empapándose de lo que es el sector y el trato con el
cliente. Nueve años en los que acumuló conocimientos y experiencia para dar el
paso para establecerse por cuenta propia.
Pero no sólo eso, allí conoció a uno de
sus cómplices de su vida a la maliaya María del Mar, la cocinera, que ejerció
de Celestina y le presentó a su hija Silvia Marta, con la que se casaría más
tarde.
Conocido y conocedor del barrio Laviada,
el 17 de diciembre del 2000, los tres
emprenden su primera aventura empresarial, en la cercana calle Pola de Siero, abriendo
“El Mallu” adquiriendo el traspaso de lo
que era casa Juanín. Un nuevo empresario se sumaba a la larga nómina de nativos
de Cangas del Narcea, que elegían el sector hostelero.
Su perseverancia y sus máximas de que “el jefe debe ser el que más trabaja” y
la “búsqueda del cliente fiel”, le
catapultan al éxito, haciendo suya la afirmación del político inglés Thomas Fowell,
de que “con talento y perseverancia
extraordinaria se puede conseguir todo”.
Como buen Géminis, signo del zodiaco que
comparto con él, es versátil, y le encanta empezar nuevas actividades. No
dudando en apenas cinco años más tarde, en 2005, en dar un nuevo paso, y abrir
un segundo establecimiento, al que llama “El Otru Mallu”, en la calle Sanz Crespo,
en el mismo barrio y a escasos 200 metros del primero, al que da continuidad y
de su vivienda, constituyendo su triángulo mágico.
Ernesto, que es ya un empresario de éxito
en el sector, reconocido y con marca propia. Seguro de su autoestima, gozar de
un equipo de trabajo consolidado y una clientela fiel, asume el nuevo reto, aun
siendo conocedor del riesgo y de la mayor carga de trabajo que ello suponía. Lo
que empezó siendo una pequeña sidrería, es después de varias ampliaciones, la mayor
de Gijón con más de 600 metros, con diferentes ambientes y versatilidad para
acoger todo tipo de eventos.
A pesar de las discrepancias con su
querida Silvia, que no está muy por la labor que amplíe sus horizontes
empresariales, sus inquietudes le tientan a adquirir otro establecimiento a las
afueras de Gijón, en la carretera de Peón, “El Mallu del Infanzón”, que abre el 13 de abril de 2012.
Que en escasos meses se convierte en una
referencia del “cordero a la estaca”
de la ciudad, teniendo la mejor de las materias primas, la que le suministra su
hermano Mario desde su natal
Irrondo.
Trabajador incansable, y de pocas horas de
sueño, compagina su día a día donde es un trabajador más, incluido su uniforme
que es el mismo que el resto de trabajores, con él de eficiente y visionario
gestor.
Y en 2017, adelantándose en el tiempo a la
convulsa situación social y empresarial motivada por la pandemia del covid19,
abre una tienda online, en la que prácticamente toda la oferta de las cartas de
sus tres establecimientos es susceptible de enviar a los hogares y lugares
solicitados.
Firme, porfiado y pertinaz en sus
propósitos, y con la garantía de tener consolidados sus tres establecimientos,
asume un nuevo reto, y en enero de 2018 decide abrir su primer establecimiento
fuera de Gijón, “El Mallu de Avilés”. Sito al final de la industrial avenida de
Lugo, en la última finca del concejo de Avilés lindante con la castrillonense Raíces,
tomando el relevo del antiguo restaurante el Bosque, teniendo como especialidad
las elaboraciones en parrilla de leña.
Cuatro emblemáticos establecimientos, que
junto con la gestión desde enero de 2021 de las dos cantinas de las
instalaciones militares Cabo Noval, en Noreña, conforman de momento, su
singladura empresarial hostelera. Aunque por el medio, la pandemia trunco otra
de sus iniciativas, la gestión del club hípico el Forcón, en Avilés.
Ernesto al igual que el genial Picasso “No cree en las musas, pero si llegan que me
encuentren trabajando”. Sólo así es posible conseguir el éxito alcanzado,
formando junto a sus 76 trabajadores un
equipo infranqueable en su búsqueda de la excelencia y el mejor servicio a los
clientes, bajo su máxima de vida: “el
respeto a las personas”
Fidelidad, lealtad, compromiso y
complicidad de unos trabajadores que son su mayor orgullo empresarial, entre
ellos sus hermanos José, Antonio y Gonzalo, los dos primeros ya jubilados y el
tercero encargado de El Mallu del Infanzón.
Su oferta culinaria abarca desde las
elaboraciones clásicas y de cuchara de la cocina asturiana, pasando por
arroces, carnes de ganadería controlada en La Camocha, pescados y mariscos del
cantábrico. Sin olvidar sus menús especiales temáticos, con base de arroz,
cachopo, chuletón o parrillada entre otros, sin olvidar el mencionado cordero a
la estaca.
Auténticos templos sidreros, donde se
rinde pleitesía a la bebida asturiana por antonomasia asturiana, dedicando el
mayor de los cuidados, con las instalaciones y mobiliario más adecuado. Siendo
fiel desde su andadura empresarial al llagar Menéndez, en Baldornón (Gijón),
que le suministra la marca Menéndez y Menéndez ecológica y Val D´Ornón acogidas
a la DOP Sidra de Asturias, disponibles en los cuatro establecimientos, junto
con una amplia carta de vinos de diferentes Denominaciones de Origen.
Dedicando especial énfasis en el servicio
al cliente, sirviéndose la sidra siempre a la temperatura apropiada y
escanciada, contando para ello con personal altamente cualificados. De los más
contrastados del Principado, como lo
demuestra los diferentes campeonatos de Asturias y clasificaciones obtenidas
por sus empleados o exempleados, como el pentacampeón Salvador Óndo, Jorge Vargas,
Henri González o Wilki Aquiles. El Mallu, sin tener formación específica, es
una auténtica escuela de escanciadores para deleite de los clientes.
Su escaso tiempo de ocio lo dedica a sus
dos debilidades, sus hijos Sheila y Enol, y a disfrutar de su pasión por el
motociclismo con alguna que otra escapada esporádica en alguna de sus dos motos.
Y aunque no se considera futbolero, tiene
como asignatura pendiente captar socios para la peña Sportinguista “el Parrochu”,
creada en 1974 y segunda más vieja de las existentes, que tiene su sede en el
primigenio Mallu.
Por todo ello, este ímprobo trabajador y ejemplar empresario
autodidacta, ha sido considerado justo merecedor por la Mesa Mayor de la
Cofradía Buena Mesa de la Mar, de su “MANZANA BUENA MESA” en su cuarta edición.
Mi más sincera enhorabuena Ernesto, y muchas gracias por delegar mí para
realizar tu semblanza.
OBSERVACIONES:
Enlace
al vídeo de la lectura de la semblanza:
Manzana Buena Mesa de la
Mar. IV edición, 2023. Semblanza Ernesto Álvarez - YouTube
Cofradía Buena Mesa de la Mar. Su
historia.
Cucharones de la Buena Mesa de la Mar.
Relación histórica de galardonados.
Llámpara Buena Mesa de la Mar. Relación
histórica de galardonados.
Museo de Anclas Philippe Cousteau.
Manzana Buena Mesa de la Mar.
I edición. Galardonado Justo García, de la
sidrería Yumay, de Avilés.
I edición. Galardonado Ricardo García, de
la sidrería el Hórreo, de Antromero (Gozón).
I edición. Galardonado César Junco, de las
sidrerías Tierra Astur.
“No creo en las Musas, pero si llegan que me
encuentren trabajando”. Pablo Ruiz Picasso
(1881-1973) pintor español
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