martes, 28 de junio de 2022

Pepín Rodríguez, escultura en Colloto (Oviedo), obra de Josep Clará y Ayats

Sita en la calle Camino Real, en la parte de Colloto perteneciente a Oviedo.

En el Principado de Asturias es común que la separación de los concejos lo marque un río, riachuelo o arroyo, siendo uno de los mejores ejemplos la capital Oviedo, en el que el río Nora o alguno de sus afluentes le marcan las fronteras con los de Siero, Llanera y Las Regueras.

Con el de Siero, en su zona oeste, el límite lo marca el arroyo de las Martas, en Colloto. Pueblo que en la actualidad dista apenas dos kilómetros del límite urbano carbayón y doce kilómetros de Pola de Siero, cuyas casas y población de 3396 habitantes –según el censo de 2021- pertenece un 95 % a Oviedo y un 5 % a Siero.




Antaño parroquia independiente bajo la advocación de San Eulalia, abarcando territorio de ambos concejos, en la actualidad pertenece a la de Oviedo y a la de Granda, la de Siero.

En la parte sierense su calle principal lleva el nombre de Luis Suárez Ximielga, y a la altura en el que el arroyo está canalizado bajo tierra, ya en la parte ovetense pasa a llamarse Camino Real, haciendo mención al paso del Camino de Santiago por la misma.

Uno de sus hijos más ilustres es José Rodríguez Fernández, conocido como Pepín Rodríguez, nacido en el lugar de Roces en 1866 y fallecido en La Habana en 1954. Quien con 9 años emigró a Cuba reclamado por su tío Antonio Fernández Roces, que le costeo educación en los mejores centros, primero de Cuba y después en Estados Unidos, convirtiéndose a su regreso en un prospero empresario tabaquero, siendo uno de los propietarios de la prestigiosa firma “Romeo y Julieta”.




Como la práctica mayoría de emigrantes asturianos nunca olvidó la tierra que le vio nacer, siendo uno de los fundadores del Centro Asturiano y del Casino Español en La Habana, y benefactor de su Colloto natal, a donde regresaba periódicamente. Entre su legado creo las escuelas públicas con vivienda para los profesores, que aún en la actualidad llevan su nombre y costeo la primera carretera que unió su Roces natal con la actual calle Camino Real.

Es en esa unión de calles donde el pueblo de Colloto le quiso mostrar su agradecimiento, ubicando en ella la escultura monumento sufragado por los vecinos como reconocimiento a su benefactor.




Que, protegido un cierre de forja tallado, consta de dos pilares de piedra de distinto grosor, superpuestos y colocados sobre un pedestal. El pilar de mayor altura sirve de base de apoyo al busto del indiano benefactor realizado en bronce. Mientras que en la otra cara, sobre el pilar inferior, lucen tres figuras igualmente de bronce, una mujer cubierta con un manto, con sus brazos apoyados sobre los hombros de dos niños, una niña y un niño, que representan una alegoría de la juventud y la cultura. Esculturas, ambas, realizadas por el escultor catalán Josep Clará y Ayats, amigo personal del indiano y único discípulo español del reconocido escultor francés Auguste Rodin.

Exposición de Auguste Rodin en Cáceres.




Luciendo en el lateral derecho del pedestal, el texto “A Pepín Rodríguez. Colloto agradecido. 1940”




Monumento cuya inauguración contó con la presencia del benefactor que nunca olvidó a su pueblo.

 

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Exposición de Auguste Rodin en Cáceres.

 

“Los ganadores simplemente se han formado el hábito de hacer cosas que a los perdedores no les gusta hacer”. Albert Lewis Gray (1847-1916) empresario y político estadounidense.

 

 

 

 

 

 

 

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