Celebrada en la localidad de Brez, en Piloña, el 30 de julio de 2021, en el llagar del circuliano Secundino Palacios en torno a los pescados de río por él donados.
Aun con la pandemia del Covid19 haciendo de las suyas, con las restricciones impuestas y cumpliendo la normativa vigente, y con menor asistencia de lo previsible el Círculo Gastronómico de los Quesos Asturianos celebró el 30 de julio de 2021 la segunda edición de su comida de verano en torno a los productos donados por el circulíano Secundino Palacios.
Actividad
que se enmarca en el objetivo de compatibilizar sus fines estatutarios basados en el estudio, degustación, promoción y
divulgación de los quesos en general y de los asturianos en particular, con
otras actividades y comidas en torno a la diversa y rica gastronomía del
Principado de Asturias o de otros lugares.
Comida que se
acordó realizar en la comida de Exaltación y Asamblea General celebrada el 24
de junio de 2021, atendiendo la invitación cursada gentilmente por Cuno para
repetir la exitosa comida realizada en 2019 con los productos por el donados en
la finca de la Cabaña, de Jerónimo González, y que en el verano del 2020 no se
pudo realizar por la especial situación que vivía el concejo de Piloña motivada
por el Covid19.
Marcada la fecha
del viernes 30 de julio, y decantándose ante el número de asistentes por Brez,
en Piloña, donde Cuno tiene su llagar, a la que acudieron los circulíanos José
Luis Corripio, José Luis Suárez, Luis Javier Del Valle y Secundino Palacios, y
Julio Alberto, Rosales, Rivero, José y Carlos, invitados del anfitrión.
Quienes
primeramente degustaron el abundante aperitivo compuesto por chorizos de cerdo,
de jabalí y de venado; cecina; anchoas y
huevos cocidos con anchoas. A los que complementaron los quesos de
Idiázabal ahumado de Remiro y un Cabrales de Vega Tordín y una crema de queso
Cabrales, cumpliendo la norma no escrita, pero sí vigente, de que en todas las
comidas del Círculo este presente el queso.
Todo ello armonizado
con la excelsa sidra natural que Cuno elabora en el llagar adosado a su casa
natal. Que también acompaño a las viandas de la comida: Salmón y Reos, pescados
por é. El primero en el río Piloña y los segundos en el río Cares, que fueron
elaboradas a la plancha con su habitual destreza.
Todo un lujo sin
duda, difíciles de degustar a no ser que seas pescador o disfrutes de la
invitación de alguien que los capturará, ya que estas piezas no son
susceptibles de comercialización por imperativo legal desde el año 2002.
Si exquisito y en
su punto de elaboración estaba el Salmón, no menos lo estaban los Reos, que
escasean tanto o más que los primeros. La ingesta de la carne rosada de ambos,
con su toque de grasa natural resaltada por el paso por la plancha, fue todo un
deleite para los comensales.
A los que dio continuación un buen surtido de postres del entorno: el arroz con leche y la tarta de dulce de leche que elabora en la cercana localidad de Cereceda la ganadería El Tayueyu, y los pasteles de la confitería Calvo de Infiesto llevados por Julio Alberto.
Velada para recordar, tanto por las viandas degustadas como por la amena comida y sobremesa en un entorno de amistad en el que una vez más la generosidad de Cuno se puso de manifiesto.
MÁS INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA. Pinchar en enlaces.
“Las palabras que no van seguidas de hechos, no valen
nada”. Esopo (600-564 a.C) fabulista griego.
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