El valle de Turón, en
plena cuenca del Caudal, símbolo de la Asturias minera, guarda en sus entrañas
uno de los tesoros de la historia del Principado de Asturias, la iglesia de San
Justo.
Sita en el pueblo de
mismo nombre, que aúna ser el más alto, ubicado a 740 metros de altitud, así
como el datado como el más antiguo de todo el concejo de Mieres, ubicado en el
centro neurálgico del Principado.
Iglesia, cuya referencia
escrita data del 20 de abril del año 857, a través del diploma real por el que
el rey astur Ordoño I dona a la iglesia de
Oviedo diversas iglesias, villas y monasterios, entre los que figuran la
iglesia de los Santos Justo y Pastor en Polio (“In valle Turone … ecclesia
Sanctorum Iusti et Pastoris in Porio”).
Su creación se relaciona
con la llegada al que sería el Reino de Asturias de cristianos procedentes del
interior de la península ibérica huyendo de los musulmanes, en el siglo sexto.
Entre ellos, la de un grupo de frailes eremitas, que encontraron en el valle de
Turón el lugar idóneo como refugio, misión y culto.
Comunidad que fundó un
monasterio y su correspondiente iglesia, dónde depositaron un arca que contenía
alguna de las teóricas reliquias de los niños mártires Justo y Pastor,
surgiendo así el asentamiento considerado como el más antiguo del concejo.
Cenobio que contó con un
hospital de peregrinos, gozando de fama en la Edad Media y siglos posteriores, gracias a los milagros
atribuidos a los mártires bajo cuya advocación se fundó, convirtiéndose en
centro de peregrinaje.
Llegando a ser pasó
obligatorio para muchos peregrinos, al ser una variante del Camino de Santiago
del Salvador, que saliendo de la parroquia mierense de Ujo pasaba a Langreo,
dónde se ubica el templo de la Virgen del Carbayu, antes de continuar hasta
Oviedo.
Iglesia, cuya ubicación
se relaciona con el ocupado por el dolmen o piedra sagrada dónde se ejercía el
culto pre-cristiano, sustituido por el foso sito aún en su interior, lleno de
tierra bendita, depositario –según la tradición- de las reliquias de los
Santos.
Que sufrió una primera
transformación en el año 1457, fue parcialmente destruido en 1936 durante la
cruenta e incongruente guerra civil, siendo posteriormente rehabilitado por
iniciativa de la empresa Hulleras de Turón. Con una última reforma en el verano
de 2017 que afectó a toda su techumbre, obra costeada por los nativos de la
localidad.
El primigenio templo,
que bien se puede considerar englobado en el arte prerrománico, está descrito
como de planta antigua, con unas dimensiones de 9,5 metros de ancho por 16 de
largo, cuyo interior contenía dos arcos, una antesala y una reja que separaba
su zona sacra, que contaba con un altar en piedra labrada con motivos
geométricos, estando las reliquias de los Santos guardadas en la zona derecha a
la entrada del mismo.
La estructura del
actual, que cuenta con una espadaña de campana única, cuenta con un pórtico al
que se accede por un arco cuya columna de la derecha puede ser del templo
fundacional, como también de esa época
puede ser el empedrado del pórtico.
Su interior, de
reducidas dimensiones y planta única, está separado en dos partes por un arco
en bloques de piedra de nuevo estilo, que contrasta con las primitivas.
En la entrada, a la
derecha se encuentra el espacio del primigenio pozo que albergó en su momento
la tierra bendita, venerada por los feligreses que acudían con exvotos al
templo para solicitar los favores de los Santos.
Su pieza más valiosa es
el retablo de madera de nogal policromada del siglo XVIII, que algunos historiadores
lo consideran de estilo churrigueresco y otros gótico.
Y en cuyo centro lucen
las tallas policromadas de los Santos Justo y Pastor, hermanos de los también
Santos Cosme y Damián, venerados en la parroquia mierense de Cuna. Y a los que cada año, festejan y veneran los nativos de la localidad cada primer domingo de agosto.
El retablo cuenta también con otros cuatro conjuntos de tallas.
Por su recinto, están también diseminados determinados elementos utilizados en el culto y en las procesiones y fiestas, así como algún elemento decorativo primigenio.
El retablo cuenta también con otros cuatro conjuntos de tallas.
Por su recinto, están también diseminados determinados elementos utilizados en el culto y en las procesiones y fiestas, así como algún elemento decorativo primigenio.
La iglesia, que
pertenece a la parroquia del Carmen de San Andrés de Turón, es posible ser
visitada, si se encuentra por el pueblo José Antonio González, que es el
Mayordomo de la Iglesia, puesto que heredó de su padre, que aunque vive en San
Andrés sube prácticamente todos los días a San Justo, dónde tiene la casa
materna delante de la iglesia.
Y que curiosamente no está exenta del típico tejo, que suele estar a píe de la misma, y que en esta ocasión lo está en lo que en su día fue el cenobio.
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“Verdaderamente santo, verdaderamente bendito Nuestro Señor Jesucristo, tu
hijo, que robusteció la infancia de sus pequeños Justo y Pastor para que, a
pesar de su tierna edad, pudiesen soportar los tormentos del perseguidor, y que
en ellos se dignó hablar por el don de la gracia, cuando ambos se estimulaban
mutuamente para el martirio, quienes habían de alcanzarlo, no merezcamos vivir con
la inocencia de aquellos cuya fiesta solemne celebramos hoy. Por Cristo, Señor
y redentor eterno”. Oración de los Santos Justo y Pastor.
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