miércoles, 17 de junio de 2015

Casa del Corregidor y cárcel Real en Burguillos del Cerro, Badajoz.

Alberga una muestra permanente arqueológica y una exposición sobre la vida campesina.


Burguillos del Cerro está situado en el suroeste de la provincia de Badajoz, al abrigo de su poderoso castillo templario, enmarcado en un entorno natural en la comarca Zafra – río Badión, rodeado de dehesas y alcornoques, a mitad de camino de Zafra y Jerez de los Caballeros. Su superficie es de 187,5 kilómetros cuadrados y su población ronda los 3.204 habitantes -censo de 2014-.
De dilatada y amplia historia, sus vestigios de la época celta, romana, visigoda y musulmana, junto con la fuerte implantación de la Orden del Temple, que allí estuvo establecida casi un siglo -desde 1229 a 1312- unido a su importante legado cultural, la han hecho merecedora de la declaración de Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico.
Presidiendo el conjunto abigarrado y compacto de calles estrechas y casas de sabor popular, encaladas, de huecos sencillo, rejas de hierro forjado, enrasadas o de mirador, con vestigios de su pasado judío, se encuentra la plaza Alta.










Centro neurálgico de la población, allí se encuentra el antiguo Ayuntamiento y la casa del Corregidor y cárcel Real, edificio sobrio, construido en el año 1584 en estilo renacentista civil, ha sido rehabilitado en 1990.










En la actualidad alberga de forma permanente una muestra arqueológica en su planta baja, en el patio porticado y en las dos plantas subterráneas. Piezas recogidas en el término municipal de Burguillos y legajos procedentes del archivo municipal de los siglo XVII, XVIII y XIX.









Entre las piezas expuestas se encuentra el sarcófago de mármol de don Alfonso Fernández de Vargas, a quién perteneció la villa por donación de Enrique II en 1374 y a cuya muerte paso a manos de la familia López de Zúñiga, posteriores Duques de Béjar, quienes la rigieron hasta la supresión de los señoríos en el siglo XIX.







Otra de las piezas destacadas es un ara de altar visigodo, del siglo VII, que posteriormente fue convertido y usado como bañera.









Dignas de visitar, para trasladarse a tiempos pretéritos son el antiguo aljibe y las mazmorras de la cárcel, en la última planta en el subsuelo, que  completan el espacio expositivo arqueológico, compuesto de múltiples piezas sin complemento explicativo alguno, y en el que el visitante agradecería paneles informativos sobre su historia y su procedencia.









En la planta baja de la casa, en el ala izquierdo del edificio, hay también una exposición sobre aspectos de la vida campesina, separada por secciones cada una con múltiples piezas y con un panel explicativo de cada una de las cinco secciones de la misma. Estas son:

1.- El ser humano y su relación con el medio.






2.- Labrar la tierra, nuevas formas.






3.- El hogar,







4.- Oficios.






5.- El mejor compañero: el caballo.







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“En virtud de la palabra, el hombre es superior al animal; por el silencio se supera a sí mismo”: Paul Masson (1846-96) periodista francés.


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