Tercera visita del Grupo de Catas al concejo de Aller, convocados por
Jorge Martínez para celebrar en el Pino la cata que él debía de organizar.
En la segunda reunión de la veinteava temporada del Grupo de Catas
Las Alondras volvemos a las queridas tierras alleranas, atendiendo la
invitación de Jorge Martínez de celebrar la cata que él debía de
organizar de nuevo en las tierras de sus ancestros.
El magnífico recuerdo de las catas de los ejercicios 2012 y 2103
realizadas en su casa materna de el Pino, con posterior comida en el
restaurante De Torres, en la vecina Felechosa, nos animo a repetir
experiencia, después que la del año pasado la tuviese que organizar
en el restaurante “La Mar y Morena” de Oviedo, por diferentes
problemas de agenda de varios catadores. Y así el último sábado
de marzo del 2015, día 28, organizamos la expedición para disfrutar del
soleado día en tierras alleranas, aún con sus cumbres nevadas
después del duro invierno y los últimos esquiadores aprovechando los últimos días de la temporada.
Puntuales a la cita llegamos al Pino a la hora indicada por nuestro
anfitrión, que ya nos esperaba con toda la logística preparada en
el habitáculo de la planta baja de la casa edificada por su abuelo a
imagen de la que es su momento tenía en Cuba en su época de
inmigrante, para realizar una nueva cata del Grupo, e incluso nos puso alfombra sobre el prao para no manchar los zapatos.
La selección de vinos que Jorge escoge durante todo el año
-circunstancia que me consta- para su cata, no sólo son de gran calidad sino que
también son elaboraciones novedosas y desconocidas para
prácticamente todos los catadores, lo que añade aún mayor
complejidad a la cata de vinos servidos sin ver las botellas y sus
etiquetas como hacemos en este Grupo, y esta nueva cata no iba a ser
menos.
Sentados en la amplía mesa y con panes y frutos secos ante nosotros,
para cambiar sabores y limpiar las bocas entre vino y vino, nuestro
anfitrión nos da unas mínimas pinceladas de la selección que ha
realizado. Son todos monovarietales, de diferentes zonas y
denominaciones de España y el último va a ser un blanco, toda una
novedad al ser la primera vez que este proceder se realiza.
El primero en ser servido resulto ser “El Rapolao”, totalmente
desconocido, elaboración monovarietal de Mencía de la añada 2011,
realizada por el prestigioso enólogo Rául Pérez en el Bierzo, que
no fue muy del agrado como se dedujo de las puntuaciones recibidas.
De atractivo color, su nariz marcada por manifiestas lacas no
invitaba mucho a su cata, que estuvo marcada por sus herbáceos y su
acidez y astringencia final y que obtuvo una puntuación media de
2,94 puntos, siempre sobre 5 puntos.
http://www.dendecaguelu.com/2015/04/el-rapolao-2011-dop-bierzo.html
Si la potencia cromática del berciano era importante, esta fue superada por el segundo vino servido, anticipando una elaboración que resulto contundente y que una vez oxigenado y solventada su reducción inicial mostró una estupenda nariz, y aunque que con un paso licuoso y algo justo de cuerpo resulto muy redondo, equilibrado y persistente, siendo puntuado con una media de 4,29 puntos. Puntuación que fue la más alta de las cuatro dadas y que se fue para el Somontano, para una excelente vinificación monovarietal de Cabernet Sauvignón de la añada 2006, comercializada por Viñedos y Bodegas del Alto Aragón, S.A bajo la marca comercial Enate Reserva, catada en diferentes ocasiones por el Grupo y que no fue acertado por ningún catador, aunque se dijo la marca pero se erró en la varietal.
Si la potencia cromática del berciano era importante, esta fue superada por el segundo vino servido, anticipando una elaboración que resulto contundente y que una vez oxigenado y solventada su reducción inicial mostró una estupenda nariz, y aunque que con un paso licuoso y algo justo de cuerpo resulto muy redondo, equilibrado y persistente, siendo puntuado con una media de 4,29 puntos. Puntuación que fue la más alta de las cuatro dadas y que se fue para el Somontano, para una excelente vinificación monovarietal de Cabernet Sauvignón de la añada 2006, comercializada por Viñedos y Bodegas del Alto Aragón, S.A bajo la marca comercial Enate Reserva, catada en diferentes ocasiones por el Grupo y que no fue acertado por ningún catador, aunque se dijo la marca pero se erró en la varietal.
La contundencia del vino anterior tapo en parte la siguiente propuesta, otra novedad desconocida por todos,
elaborada con la variedad autóctona canaria Listan Negro, que a
pesar de ser una habitual en tiempos pretéritos del Grupo, cuando la
cata del mes de noviembre era monográfica de elaboraciones por el
método de maceración carbónica, no fue identificada por ninguno.
Su color y aromas transmitía unos parámetros de relativa juventud
que se confirmaron en la fase gustativa; de dos capas y lagrimeo en
caída rápida, con una nariz poco atractiva, muy justo cuerpo aunque
estructurado, su paso licuoso y poco marcado con poca persistencia y
no muy agradable retrogusto, decantaron una baja puntuación, con una
media de 2,62 puntos para esta elaboración realizada en la Orotova y
comercializada con el nombre de “El Lance 7 Fuentes”.
La gran novedad de la velada fue el cuarto vino catado, nuestro
anfitrión tuvo muy presente una afirmación del que suscribe de que
una buena elaboración de uva blanca da la talla y no desmerece al
final de una cata de tintos, y quiso realizar la experiencia, siendo
la primera vez que esto se hace en una cata oficial del Grupo.
Estupenda elaboración, que al que suscribe recordaba por sus
parámetros a vinificaciones realizadas con la varietal Viognier, y
que resulto ser todo un descubrimiento, al no ser conocida por
ninguno de los catadores. Jorge había seleccionado un vino elaborado
con la varietal Merseguera, una uva blanca recuperada en el levante
español, de tardía maduración y escasa produduccción, elaborado en Utiel (Valencia) bajo
el nombre comercial “Finca Calvestra”, cuya cata fue del agrado
general, siendo puntuada con una media de 3,62 puntos. De color un tanto apagado, su atractiva nariz floral y su paso untuoso y secante
en boca que dejaba una agradable persistencia final, no desentono en
absoluto y supero la prueba a la que nuestro anfitrión la sometió.
Concluida la cata, recogidas y sumadas las puntuaciones de cada uno,
se procedió a la muestra de las botellas destapadas, con las
sorpresas deparadas mencionadas en los comentarios anteriores y a
disfrutar del aperitivo -por llamarlo de alguna manera- con que Jorge
nos agasajo y en el que pudimos degustar de nuevo las elaboraciones
catadas.
Contundentes empanadas gallegas -una con relleno de bacalao
y pasas y otra con zamburiñas-; excelente paletilla de bellota
Montenevado cortada a cuchillo con sapiencia por él y acertada selección quesera compuesta por la "Massimo de Rey Silo" , la nueva elaboración de los amigos
Ernesto Madera y Pascual Cabaño y un
Pecorino romano, en sus justos puntos de maduración.
Copioso aperitivo el degustado a pesar de ser conscientes de que en
la cercana Felechosa los hermanos Megido tenían la reserva para
realizar allí la comida, y que esta no se caracteriza por ser
escasa. El hotel restaurante De Torres es sin duda uno de los templos
gastronómicos del Principado de Asturias, gozando del merecido
prestigio obtenido por su apuesta por la calidad e innovación desde
sus inicios en 1959, siendo especialmente valoradas las jornadas
gastronómicas que periódicamente realizan.
Si en la primera ocasión que la cata se realizó en el Pino se
decanto por invitarnos a los platos que ofertan en sus jornadas de la
matanza; en la segunda por las del bacalao, que se celebraban por
aquellos días en su X edición, en esta para nuestro deleite fue por una versión algo
reducida de las de la caza -con dos platos menos-, que días antes
habían concluido en su veinticinco edición.
El primer plato degustado fue un “Carpaccio de solomillo de venao
con aliño de vinagre de Módena y virutas de queso Varé”, de
magnífica textura y que transmitía todo el sabor de una especie
cinegética que Lolo Megido manipula como pocos en su taller
gastronómico Casa Emilia.
La fresca “Ensalada de perdiz con virutas de jamón ibérico,
costroncitos de pan y su propio escabeche” variante de los últimos
años de las jornadas del plato de perdiz, fue la segunda propuesta
degustada.
“Escalopines de venao”, “Chorizos de jabalí y venao a la
sidra” y “Picadillo de jabalí y venao” eran servidos cuantas
veces se demandaban. Insustituibles elaboraciones que siguen
presentes en la oferta de las Jornadas desde su primera edición.
Presente también desde la primera edición esta el “Sorbete de
limón y cava” cuya frescura sirven como “cortante”
entre plato y plato, facilitando la digestión y la predisposición
del comensal para la ingesta de un nuevo plato.
Armando inmortalizó a Pachi y Fernando brindando con el sorbete, y aunque parezca mentira este último haciéndolo con algo blanco.
Este fue la “Caldereta de jabalí y venao con patatinos”, otro
clásico de las jornadas, magníficamente elaboradas y que motivaron
una pequeña disertación sobre la diferencia entre patatos y
patatinos entre los comensales.
Un nuevo servicio de sorbete nos predispuso para el inexcusable
postre, auténtico tributo a la repostería tradicional allerana,
compuesto por les casadielles y el panchón. Dúo en femenino y
masculino, finura en una y contundencia en otro, festiva una y
humilde otro, que fueron el colofón perfecto de una excelente
comida, en que las expertas manos de Mary Luz y Violeta manipulan con
su sapiencia las especies cinégeticas para deleite de sus
comensales.
Comida que fue armonizada con el tinto riojano Conde de Valdemar,
Crianza 2011, recomendado en las XXV Jornadas de la Caza, que para el
que suscribe se quedó algo corto con alguna de las elaboraciones.
Pero esto era lo de menos, lo importante fue la camadería vivida un
día más en las periódicas y continuas reuniones de este ejemplar
Grupo de Cata, en el que no faltó absolutamente de nada, ni por
supuesto la consiguiente sobremesa con la amena conversación sobre
variados temas.
Muchas gracias amigo Jorge por tus desvelos y esfuerzo en tus catas y
por la estupenda velada de la que nos has hecho disfrutar.
MÁS INFORMACIÓN. Pinchar en enlaces.
“El destino pone a muchas personas en tu vida… pero sólo los
mejores permanecen para siempre”. Anónimo.
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